La infiltración que buscaba cambiar la doctrina de la Iglesia.

La muerte de Juan Pablo I es quizás el mayor misterio que envolvió a la Iglesia en el siglo XX.

Pocos son los que creen en la versión políticamente correcta de que murió apaciblemente en su cama de un ataque al corazón.

Y las sospechas provienen de las cosas inusuales que realizaron las autoridades vaticanas de inmediato, ninguna autopsia y embalsamamiento inmediato.

Ya hablamos sobre la teoría, de amplia circulación, de que el Papa Luciani habría muerto por envenenamiento, cuando iba a investigar un fraude financiero realizado a través del Banco Vaticano, por la logia Propaganda 2 y la mafia.

Pero hay otras teorías.

Aquí hablaremos sobre otras de las grandes teorías, que murió cuando iba a parar el nombramiento de obispos progresistas dentro de la iglesia, que venía realizando una red de masones, que habían llegado a altos puestos del Vaticano.

Diremos cómo se manejaba esta red de francmasones infiltrados, cómo lo había descubierto Juan Pablo I y cómo se relaciona con su muerte. 

Cuando el 4 de septiembre de 2022 se beatifique a Juan Pablo I se habrá cerrado el círculo de conducir a los altares a todos los Papas posteriores al Concilio Vaticano II.

El milagro atribuido a Juan Pablo I, que hizo posible su beatificación, es la curación de una niña argentina, Candela Giarda, a quien, a los 11 años, en julio de 2011, le diagnosticaron una enfermedad maligna, sin expectativas de vida, al punto que los médicos dijeron que no pasaría de esa noche.

El sacerdote de la parroquia a la que pertenecía el hospital propuso rezarle a Juan Pablo I, del que era devoto, por la curación de la niña. 

La recuperación comenzó el día siguiente, y fue larga, duró 3 años, pero al final salió bien.

Albino Luciani tenía 65 años cuando fue elegido Papa el 26 de agosto de 1978, tomando el nombre de Juan Pablo I, fue el primer Papa nacido en el siglo XX.

Gozaba de buena salud en general en ese momento, aunque había tenido problemas cardíacos unos años antes y estaba tomando medicamentos para el corazón.

Y falleció 33 días después, constituyéndose en el Papa que la Virgen en Garabandal no contaba, por su corto pontificado, en la profecía de los Papas.

Su muerte fue considerada extraña, tanto dentro como fuera del Vaticano, por la forma en que fue manejada. 

El Vaticano dijo que Juan Pablo I murió de «infarto de miocardio», pero nunca se realizó una autopsia, ¿cómo pueden estar seguros?

Según el relato oficial, el Papa fue encontrado sentado en la cama, todavía sosteniendo su material de lectura y luciendo su característica sonrisa.

Y se ha cuestionado si esa pose pacífica y serena coincide con la descripción de una persona que acaba de sufrir un infarto masivo.

El cuerpo de Juan Pablo I fue embalsamado inmediatamente después de ser descubierto, en una desviación tanto del protocolo del Vaticano como de la ley italiana, lo que generó sospechas de que los funcionarios estuvieran tratando de ocultar posibles pruebas de envenenamiento en la sangre, por ejemplo.

Sin embargo hay científicos que dicen que el embalsamamiento temprano probablemente no habría sido suficiente para evitar la detección de veneno en la sangre.

Por lo que aún puede hacerse una autopsia, ya que el cuerpo debe estar en buenas condiciones, aunque la probabilidad de que se realice es más bien escasa.

Hay una fuerte tendencia a pensar que la muerte de Juan Pablo I fue provocada de alguna manera.

Y hay varias teorías al respecto.

Algunos autores han señalado a la CIA, especulando que el gobierno de los EE. UU. estaba ansioso por tener un Papa más alineado con los intereses de la política exterior de los Estados Unidos.

Grupos tradicionalistas han manejado la teoría de que Juan Pablo I se estaba preparando para restaurar la Misa Tradicional en Latín como norma para la Iglesia Católica, y esto no era aceptable para los modernistas.

Pero las teorías más difundidas señalan a la mafia en conjunción con la masonería, o a la masonería eclesiástica.

Sobre la teoría de que la mafia y la masonería civil fueron los responsables hemos realizado un video https://youtu.be/Z8FunQQL0rQ.

La teoría es que varios funcionarios de alto nivel de la Iglesia estuvieron involucrados en un fraude financiero con el Banco del Vaticano. 

Y Juan Pablo I estaba a punto de ordenar una investigación, que podría haber expuesto el escándalo, que involucraba a la logia Propaganda Due y a mafiosos italo estadounidenses.

Las dos figuras centrales de esta teoría son el arzobispo Paul Marcinkus, a quien se consideraba más un gángster que un hombre de la Iglesia, y al entonces secretario de Estado Vaticano, Jean Villot.

Y luego está la teoría, de que la misma masonería eclesiástica fue responsable de la muerte del papa Luciani, en una lucha por cambiar la doctrina de la Iglesia, como lo ha dicho el Padre Charles Murr en un libro titulado «Homicidio en el Grado 33».

El tema se arrastra desde Pablo VI, quien le había pedido al arzobispo Edouard Gagnon que investigara a la masonería infiltrada en la Iglesia.

El Padre Charles Murr fue secretario de Gagnon, por lo tanto la información que maneja el libro es de primera mano.

El Arzobispo Gagnon cumplió con el pedido de Pablo VI de proporcionar un informe en profundidad sobre cómo había entrado el «humo de Satanás» dentro de la Iglesia. 

Y señaló dos figuras centrales de la masonería eclesiástica, uno era Annibale Bugnini, el artífice de la misa del novus ordo, la misa actual.

En 1978 Pablo VI quitó a Bugnini de ese cargo y lo envió a Irán como nuncio apostólico, donde según Murr, se pensaba que podía hacer menos daño.

Pero Gagnon quedó abatido cuando el anciano y enfermo Papa Montini dejó en claro, que pasaría la investigación de Gagnon al próximo Papa sobre la otra gran figura de la masonería eclesiástica, el cardenal Sebastiano Baggio, Prefecto de la Congregación para los Obispos, el dicasterio que maneja la selección de nuevos obispos.

En sus 12 años al frente del nombramiento de los Obispos, Baggio impuso una edad de jubilación de 75 años al episcopado, lo que le permitió nombrar obispos de tendencia liberal en todo el mundo con mayor rapidez.

El Padre Murr sostiene que fue Baggio quien nombró a la gran cantidad de  prelados progresistas, que posibilitaron los destrozos doctrinales que se han visto en las últimas décadas en la Iglesia. 

Baggio, sostiene Charles Murr, no era simplemente un progresista o modernista sino un francmasón.

Quien elegía exclusivamente obispos liberales, y cualquier obispo o arzobispo ortodoxo que logró ser nombrado durante esos años, ocurrió solo debido a los esfuerzos dramáticos de los miembros ortodoxos de la Curia romana para convencer al Papa de turno, lo que enfurecía a Baggio.

Según Murr la pertenencia de Baggio y Bugnini a la masonería fue confirmada por documentación verificada como auténtica por agentes especiales de la Interpol. 

En el inicio del nuevo pontificado, el arzobispo Gagnon se reunió con Juan Pablo I eI 25 de septiembre de 1978 y hablaron sobre la remoción de Baggio.

Y tres días después, el 28 de septiembre de 1978, el mismo día de su muerte, Juan Pablo I citó a Baggio a su oficina, de noche.

La hora del día y la ausencia de otros en la reunión eran inusuales. 

Baggio entró en los aposentos papales después de las ocho de la noche y fue la última persona en hablar con el Papa. 

Siguiendo el consejo del Cardenal Benelli, el Papa Juan Pablo I le iba a comunicar a Baggio que lo cesaba de la Congregación para los Obispos.

Nadie más que el Papa y Baggio pueden testificar lo que pasó, mientras dos guardias suizos custodiaban afuera de la puerta. 

La reunión duró alrededor de una hora. 

El único testimonio sobre esa reunión papal llegó unos días después por uno de los guardias suizos de turno, quien dijo que se sentía la voz enojada de Baggio gritando a través de la puerta, lo que sugiere una confrontación acalorada con el Pontífice.

Y que Baggio se fue furioso después de esa hora.

El Padre Murr especula que la confrontación entre el Papa y el Cardenal de alto rango, miembro tanto de la Curia Romana como de la Logia Masónica, muy bien pudo haber sido lo que causó un ataque al corazón al Papa solo unas horas después. 

Juan Pablo I fue encontrado muerto a la mañana siguiente a las 4:45 am.

El Papa Luciani no pudo documentar la expulsión del cargo del cardenal Baggio debido a su muerte, por lo que lo heredó Juan Pablo II.

Quien poco después puso al ex nombrador de obispos a cargo de la impresión y distribución de sellos postales de la Ciudad del Vaticano, en una clara degradación; aunque el daño ya estaba hecho. 

Según el Padre Murr, Baggio vivió hasta 1993 con el Papa Juan Pablo II observando cada uno de sus movimientos.

Mientras tanto Murr ha pedido al Vaticano que publique el informe de la investigación de Gagnon sobre la presencia de masones dentro de la Curia romana, incluida la documentación sobre Bugnini y Baggio.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la otra teoría más difundida sobre la muerte provocada de Juan Pablo I, sobre la primera ya hicimos un video que te recomiendo mirar.

Y me gustaría preguntarte si crees que la crisis doctrinal actual que hay en la Iglesia, se debe a la estrategia de los infiltrados masones de nombrar obispos progresistas y modernistas. relegando a los más ortodoxos a la doctrina tradicional o no.

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