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En el occidente la libertad religiosa, incluyendo la libertad que tiene cada persona para cambiar de religión, es algo que es asumido como algo natural. Pero en el Islam, la gente no puede cambiar la fe musulmana por otra. La ley sharia establece que los hombres adultos que dejen su fe deben merecen la muerte. La mayoría de los estudiosos musulmanes del pasado y del presente, sostienen que la apostasía en el Islam es un crimen prescripto por Dios y que merece la pena de muerte.

De la misma manera, para la mayoría de los musulmanes hoy, la apostasía conlleva a consecuencias horribles. En 2007 un estudio que se realizó entre musulmanes británicos, dio como resultado que un 36% de los entrevistados, de edades entre 16 y 24 confirmaron que cualquiera que deje la fe islámica debería ser castigado con la pena de muerte. Aún para los musulmanes moderados y seculares, la apostasía significa traición a su propia comunidad. Los apostatas son vistos como traidores, quienes traen profunda vergüenza a sus familias y comunidades. Esto explica el por qué tan pocas voces se levantan en defensa de aquellos acusados de este delito.

 

UNA DEFINICIÓN MÁS AMPLIA

De acuerdo a la ley islámica y la tradición, la apostasía (irtidad) siempre ha estado asociada al concepto de incredulidad, blasfemia, herejía (todos combinados bajo el termino kufr ) los cuales se usan alternativamente. En un sentido, kufr es la principal categoría, mientras que apostasía, blasfemia y herejía son sus subcategorías. Aunque en español los términos apostasía, blasfemia y herejía son diferentes términos, en árabe kafir se usa a menudo para describir a un apostata, un blasfemo o un hereje, y todas las categorías están estrechamente asociadas en la mente de los musulmanes, y usadas alternativamente.

Aunque el término ?apostata? (murtadd) se usa comúnmente para un musulmán quien oficialmente se ha convertido a otra fe, individuos que se consideran buenos musulmanes también pueden ser acusados de incredulidad, blasfemia, herejía, apostasía por razones tales como escepticismo, ateísmo y por no obedecer a la ley sharia debidamente. Algunas autoridades tienen una lista de 300 actos por los cuales se puede llamar a una persona kafir, dando así innumerables razones para denunciar a otro musulmán como infiel, exponiéndolos a la pena de muerte. Este proceso se conoce como takfir. En muchos casos, múltiples cargos de apostasía, blasfemia, incredulidad, herejía, insultar Islam y Mahoma, se presentan contra el acusado, dando a los jueces mayor flexibilidad de decidir cual categoría define su delito y se aseguran que él reciba la pena por dicho acto delictivo.

Una característica de estas acusaciones es la forma en la que la policía y sistema de justicia las  aceptan, es decir sin pedir prácticamente ninguna evidencia o con muy poca.

 

LA BASE LEGAL DE LA LEY DE APOSTASÍA EN EL ISLAM

La sharia se basa en el Corán y el ejemplo de Mahoma, tal como está registrado en las tradiciones hadith. En los primeros siglos del Islam, estas fuentes fueron desarrolladas por consenso (ijma) y analogía (qiyas) en reglas y regulaciones recopiladas en las varias escuelas de la ley sharia.

De acuerdo a la ley criminal de la sharia, el estado debe imponer castigos obligatorios /(hudud) en caso de delitos específicos que supuestamente se cometen en contra de Dios y Sus derechos. Estos delitos hudud pueden comprender una categoría aparte en la ley penal de la sharia, siendo los únicos que pueden ejecutar castigos ordenados por Dios, los cuales no pueden ser cambiados por los seres humanos. La apostasía (irtidad) está incluida en la lista de los delitos hudud, en tres de las escuelas de leyes islámicas.

 

EL CORÁN Y EL HADITH

Considerando el consenso de unanimidad en considerar la pena de muerte para los adultos varones que se convierten en apostatas es sorprendente descubrir que el Corán mismo, del cual deriva la ley sharia, no establece claramente el castigo que merecen dichas personas.

La apostasía es nombrada 13 veces en el Corán, pero el énfasis de estos versículos se da en el castigo de Dios a los apostatas en la vida venidera. Aquí tenemos algunos ejemplos:

…pero si alguno deja a Dios y lo rechaza, Dios lo castigará con un poderoso castigo. (88:23-24)

Cualquiera que después de haber aceptado la fe en Alá proclama no creer, excepto bajo presión, su corazón permanece firme en la fe, pero aquellos que se abren su pecho a la incredulidad, la ira de Alá y los suyos traerá un horrible castigo ( 16:106)

…y cualquiera que abandone su fe y muera así, sus obras no llevarán fruto en esta vida ni en la venidera; sino serán compañeros del fuego y morarán allí. (2:217).

Ya que el Corán es tan ambiguo, el hadith es la fuente principal para que la sharia justifique la pena de muerte a los apostatas. Por ejemplo: Ikrima narró: Algunos de Zanadiq (musulmanes herejes) fueron traídos a Alí y él los quemó. Ibn Abbas oyó esto y dijo:

?Si yo hubiera estado en su lugar no los habría quemado porque su apóstol lo prohíbe diciendo ? No castigues a nadie con el castigo de !lá (fuego)?. Yo los hubiera matado con la declaración del apóstol de Alá ?quienquiera que cambie su religión (islámica), mátalo? (Bukhari, Vol. 9, libro 84, Nro 57).

También el hadith promete un premio especial en el paraíso para cualquiera que mate a un apostata.

 

OTROS CASTIGOS PARA LA APOSTASÍA 

La sharia también establece otros tipos de castigos para apostatas. Estos incluyen confiscación de propiedades, separación de sus esposos e hijos, pérdida de su herencia e imposibilidad de entierro en un cementerio musulmán.

En la práctica la pena de muerte no se implementa comúnmente en la actualidad en países musulmanes, pero se les niega todo derecho civil a los apostatas.

 

SHARIA EN ESTADOS MUSULMANES MODERNOS 

Aunque la mayoría de los estados musulmanes han ratificado tratados internacionales de derechos humanos, ellos limitan su validez agregando que los tratados deben estar sujetos a la autoridad de la sharia. Los derechos humanos y la igualdad para todos ante la ley no coinciden con la sharia, que discrimina en temas de religión y sexo.

Muchos países  musulmanes tenían constituciones seculares cuando se independizaron, pero han sufrido un proceso de ?islamización? desde entonces.

Muchos han declarado Islam la religión oficial, y muchos han declarado que la sharia es la fuente primaria de su ley. Muchos países musulmanes tienen dos sistemas legales funcionando en forma paralela: el sistema occidental secular y el sistema islámico de la sharia. Aunque la mayoría de los estados con una constitución escrita y un sistema mezclado garantiza la libertad religiosa y la igualdad entre todos los ciudadanos, en la práctica un musulmán que rechaza su fe, a menudo un musulmán que deja su fe, es tratado como culpable y traidor punible de la pena de muerte, aún que no haya un castigo descrito en la constitución o el sistema legal.

En algunos países, el sistema legal ha adoptado a la sharia que habilita a cargos oficiales dentro de los juzgados, en contra de los convertidos del Islam. (Estas leyes de apostasía y blasfemia también habilitan al gobierno detenga arbitrariamente a cualquiera que no sea bien visto por musulmanes militantes).

Aunque los juicios en contra aquellos que rechazan el Islam son pocos, la apostasía se castiga con la pena de muerte en Afganistán, Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudan y Yemen. También se la considera ilegal en las Cómodos, Egipto, Kuwait, Malasia y las Maldives.

Si bien no existen provisiones legales para castigar la apostasía, el estado o autoridades locales pueden acosar a los convertidos, arrestándolos por variados pretextos, como ofensas contra el orden público, o acusándolos de otros delitos. Estas prácticas también ayudan a evitar la atención de los medios de comunicación del occidente.

Aunque los sistemas legales no están interesados en este tipo de causas, o no se animan a ejecutarlas por temor a que el occidente repruebe dichas sentencias, individuos o grupos de la sociedad pueden actuar para hacer cumplir la sharia. Los líderes musulmanes y mulahs pueden emitir fatwas demandando la muerte del acusado; y familias pueden usar la fuerza y la violencia en contra del convertido, las cuales muchas veces terminan en muerte ya que deben vengar la vergüenza que dicha conversión trajo a toda la familia. En algunos contextos, una multitud de personas se pueden levantar y atacar al presunto apostata. El musulmán es celoso de su religión y toma personalmente el hecho de asesinar al acusado, creyendo que están dando un servicio a Dios y al Islam.

Fuente: Intercede

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