El problema de las mujeres se acentúa con la guerra de la jihad.
El Islam permite cuatro esposas a cada musulmán para completar las 4 características que la mujer musulmana debe ofrecer al hombre, que puede ir variando mediante nuevos divorcios y casamientos.
Pero en la época de guerra como ahora, los clérigos jihadistas insisten en la satisfacción sexual de los combatientes, por lo que se hacen mas evidentes los mercados de esclavas y las violaciones, al punto que las madres prefieren dar a sus hijas en matrimonio cuando son niñas antes de que las secuestren y las violen.
EL MERCADO DE ESCLAVAS
La imagen de arriba apareció recientemente en varios medios de comunicación sociales árabes y sitios web. Su subtítulo dice: «Primer mercado de de esclavas en Deir ez-Zur», una región de Siria que tiene el 20 por ciento de cristianos y actualmente está ocupada por el Estado Islámico.
Esto pone en evidencia lo que sabemos que está pasando en Siria – fatwas que permiten a los hombres violar a las mujeres, fatwas pidiendo a las mujeres participar en la jihad sexual, incluso contra su voluntad.
Los jihadistas están exigiendo satisfacción sexual y recompensas por sus sacrificios, y ellos la están recibiendo.
Este es un recordatorio de lo que dijo Abu Ishaq al-Huwaini, un predicador salafista popular en Egipto, en Hikma TV en 2011. Explicó que después de las conquistas jihadistas, las propiedades y las personas, los habitantes «infieles», son las que hay que aprovechar como Ghanima, o «botín de guerra», distribuidos entre los jihadistas musulmanes o llevadas al «mercado de esclavos, donde se venden las esclavas y concubinas».
Huwaini se refirió a estas esclavas sexuales por la denominación deshumanizada que el Corán les da, ‘ma malakat aymanukum’, «lo que posee tu mano derecha», en este contexto, esclavas sexuales:
«Usted va al mercado a comprarla, y ella se convierte en su compañera legal, aunque sin un contrato, un tutor, o cualquiera de esas cosas, y esto es acordado por los ulemas. En otras palabras, cuando quiero una esclava sexual, me voy al mercado y elijo cualquier mujer que deseo y la compro».
Pero, por supuesto, esta noción no se origina de Huwaini. En el Corán 4:3 Allah se ordena a los hombres musulmanes
«Cásate con las mujeres que te parezcan bien para ti, dos y tres y cuatro … o lo que tu mano derecha posea».
Como Huwaini señala, los ulemas del Islam, o «estudiosos», acuerdan por unanimidad que «lo que posee tu mano derecha» es simplemente una esclava sexual tomada durante una redada jihad. La evidencia lingüística sugiere además, que se la ve más como un animal o una posesión que como un ser humano, de ahí su trato inhumano, como posesiones para ser compradas y vendidas (como confirmó recientemente un salafista egipcio de alto rango).
¿POR QUÉ EL ISLAM PERMITE EXACTAMENTE CUATRO ESPOSAS?
Durante una reciente programa Árabe dedicado a cómo las religiones consideran el matrimonio, los clérigos islámicos trataron de responder a la pregunta del anfitrión, ¿Por qué el Islam permite exactamente cuatro esposas, en lugar de sólo una o más de cuatro?
Uno de estos clérigos respondió diciendo que, antes del Islam, no había límite al número de esposas que un hombre árabe podría tener. Pero cuando el Corán 4:3 apareció diciendo a los hombres musulmanes «Cásate con las mujeres que te parezcan bien para ti, dos y tres y cuatro», un hombre vino al profeta del islam Mahoma diciendo: Yo tengo 19 esposas, ¿qué hago ahora? Mahoma le dijo, manten cuatro y divorciate del resto.
El clérigo dijo entonces que en otro hadiz, Mahoma dijo que una mujer debe ser casada por una de cuatro razones: 1) su belleza, 2) su linaje, 3) su riqueza, y 4) su piedad.
Sin embargo, sostuvo el clérigo, es imposible encontrar los cuatro rasgos en una mujer. Es por eso que está permitido que un hombre musulmán, que se merece lo mejor que puede ofrecer la condición de mujer, pueda tener cuatro esposas, idealmente, una que represente cada una de las cuatro características mencionadas anteriormente solicitadas en las mujeres.
NIÑAS SIRIAS SON CASADAS A TEMPRANA EDAD POR TEMOR AL SECUESTRO Y LA VIOLACIÓN
Pero la situación de las mujeres es mucho mas riesgosa en estos momentos de guerra.
En Siria y en campos de refugiados en Jordania, algunas madres dan a sus hijas de 12, 13, 14 años en matrimonio a extraños para protegerlas de la violencia.
Desde el comienzo de la guerra civil en Siria, 150 mil familias sirias están encabezadas por mujeres. Muchas de ellos empujan a sus hijas a casarse, todavía jovenes, para evitar ser violadas o secuestradas. Esto lo publicó el jueves The Guardian, reportando las historias de algunas madres que ahora viven en el campamento de refugiados de Zaatari, Jordania, en la frontera con Siria.
Rulla, una niña de 13 años, al igual que otras chicas de su edad que viven en el campamento de refugiados de Zaatari en Siria fue casada para evitar ser violada. A pesar de que el campamento de refugiados es «un paraíso en comparación con el infierno de Daraa», dice la madre de Rulla, no hay seguridad para las mujeres jóvenes. «Las tiendas están muy cerca una de la otra», dice la madre de Rulla. Las hijas cuando tienen que ir al baño «me veo obligada de acompañarlas una por una».
Así que «las madres dan a sus hijas en matrimonio sin pedir dote. Ellas sólo quieren un hombre para sus hijas».
Si las niñas son violadas, y el crimen se hizo público, de hecho, los familiares pueden incluso matarlas.
«La mayoría de los matrimonios implican niñas en el campamento de refugiados de 12, 13 o 14 años. Pero a veces, incluso niñas de diez años pueden casarse si son altas y desarrolladas».
Dima, dijo al The Guardian que en Daraa, «tres jóvenes de nuestro barrio han desaparecido mientras se dirigían a otra aldea».
Dado que hay guerra,
«las actividades diarias más simples, tales como viajes en autobús se han convertido en un tormento. Si en un autobús un hombre quiere a una chica, puede obligarla a ir con él».
Por esta razón, en Siria, «todo el mundo quiere casar a sus hijas; de lo contrario, deben ser encerradas en la casa».
«Dima tenía 15 años, estaba todavía en la escuela, ella era buena, pero yo estaba preocupada de que podría ser secuestrada o violada por soldados en el camino a la escuela», dice la madre. «La mejor seguridad es que tuviera un marido». «Era mucho mejor que se casara, a pesar de que todavía era una niña, que haber sido violada por un soldado», dice.
Dima, sin embargo, no estaba acostumbrada al matrimonio con un hombre desconocido y se ha divorciado de su marido después de unos meses. Vive ahora con su madre en el campamento de refugiados de Zaatari, Jordania. Después del divorcio, la niña se negó a volver a la escuela y ver a gente por la vergüenza de haber sido repudiada, o sea divorciada.
Fuentes: Tempi, Raymond Ibrahim, Signos de estos Tiempos