Cómo Liberarse de Maldiciones Financieras [poderosa oración católica exorcista]

La consagración de tu vida y bienes a la Santísima Virgen obra milagros con Jesús y en tus finanzas según exorcistas.

Los exorcistas católicos han encontrado un crecimiento de las maldiciones financieras entre los católicos.

Los evangélicos tienen la mayoría de las oraciones de liberación que circulan.

Pero haríamos mal en rezar esas oraciones, porque muchas están contaminadas con la dañina teología de la prosperidad, que tienen como resultado hacer ricos a los pastores.

Y por eso el exorcista Monseñor Stephen Rosetti ha desarrollado una oración de liberación para invocar a la Santísima Virgen y a Jesucristo para que libere a las personas que tienen una maldición económica.

Aquí mostraremos la existencia de las maldiciones financieras, cómo se producen y enseñaremos a rezar la oración de invocación para la liberación de las maldiciones financieras.  

Las maldiciones existen, ¿pero qué son?

Una maldición es una declaración de mala fortuna para una persona.

Según el exorcista padre José Antonio Fortea una maldición es una acción que se hace para dañar a otro con la ayuda de demonios.

Hay maldiciones específicas para causar daño físico, para causar que uno sea poseído, para que las cosas vayan mal económicamente, para hacer que alguien se enferme, etc…

Los maldecidos son personas que tienen las calificaciones para tener éxito y una y otra vez el éxito siempre se les escapa.

De alguna manera hay una sombra oscura sobre su vida y procede de alguna persona que tiene encono contra ellas.

¿Y estas maldiciones son eficaces realmente? 

Esto depende de la voluntad de Dios. 

Es lo mismo que con los accidentes o enfermedades.

Durante nuestro tiempo en la Tierra, Dios nos permite experimentar el bien y el mal, porque esta vida es un período de prueba, de purificación. 

Pero la persona que ora y vive en gracia de Dios está protegida. 

Y mientras más uno reza y vive una vida de más gracia, más se encuentra protegido.

Las maldiciones se expresan en distintas formas.

Pueden suceder colapsos mentales y emocionales.

Enfermedades repetidas o crónicas.

Las mujeres por ejemplo pueden tener dificultades para quedar embarazadas.

Pueden suceder rupturas de noviazgos o repetidos problemas de peleas en el matrimonio y en la familia.

Incluso también peleas con amigos o dificultad para hacer amigos.

También propensión a accidentes o enfermedades.

Insuficiencia financiera continua, especialmente cuando los ingresos parecen suficientes, o dificultades laborales. 

Y aquí nos queremos detener especialmente porque existe un estereotipo dañino en los católicos, de considerar que sólo los evangélicos se preocupan por los problemas económicos y financieros y oran por ellos, en cambio los católicos no deberían hacerlo.

Pero nada más equivocado.

El dinero juega un papel fundamental para satisfacer nuestras necesidades diarias y ayudar a otros a satisfacer sus necesidades, tanto para los católicos como para los evangélicos. 

También puede ser una fuente de estrés, especialmente en tiempos de dificultades económicas.

¿Y por qué los católicos deberían preocuparse de una forma católica del tema?

Porque entre los evangélicos ha surgido la falsa teología de la prosperidad, que centra su espiritualidad en la prosperidad financiera, y no debemos contaminarnos con esta doctrina demoníaca.

Algunos católicos no pueden salir de sus deudas una y otra vez, a pesar de que a veces tienen buenos ingresos.

Otros luchan para llegar a fin de mes, aunque parezca que su situación no daría para eso.

Otros tienen problemas con el trabajo, les cuesta conseguirlo y cuando lo hacen duran poco tiempo en él.

Y a otros se les dificulta ahorrar para comprar una casa, un auto o lo que sea. 

Algunas situaciones de dinero son más serias que otras. 

Al punto de pensar que hará falta un milagro para pagar las cuentas del mes o para comprar un regalo para el cumpleaños del hijo.

O tal vez se les complique seguir con la cobertura médica de la familia.

Algunas personas no son buenas con el dinero y gastan en exceso. 

Y sus problemas podrían solucionarse buscando ayuda de un experto en gestión financiera. 

Pero el exorcista Monseñor Stephen Rosetti dice que se está encontrando con más y más casos de lo que parece ser una maldición financiera. 

Por ejemplo, recibió el pedido de auxilio de un hombre que le dijo,

«Soy dueño de mi propio negocio. Me llegan grandes cantidades de dinero, pero nunca puedo quedarme con él. 

Si parece que voy a obtener un pequeño beneficio de un trabajo, siempre aparece algo inesperado y se lo lleva. 

Recientemente un cliente quería pagar su pago final con una tarjeta de crédito y tenía tres diferentes sistemas de tarjetas de crédito, cada uno bajo diferentes compañías, pero el día que fui a cobrar el pago ninguno de ellos funcionaba bien.»

Otro ejemplo, una familia joven llegó a él contando que el padre tenía un buen trabajo con el gobierno y era un adulto fiscalmente responsable. 

Pero la familia estaba constantemente arruinada debido a una extraña e interminable serie de reveses financieros. 

Era más que un caso de mala suerte. 

Y al igual que el hombre de negocios, sintió que estaba maldito.

Y otra persona acosada por contratiempos financieros inexplicables comenzó a encontrar pequeñas monedas en su bolsillo sin saber cómo llegaron allí.

Alrededor de una vez por semana encontraba una moneda de diez centavos en su bolsillo izquierdo. 

Estaba luchando financieramente y apenas ganaba lo suficiente para comer. 

Se sentía como si los demonios se estuvieran burlando de él.

¿Y cómo superar una maldición financiera para este exorcista?

El primer paso es vivir en estado de gracia. 

Para los católicos, esto incluye la confesión frecuente, la Misa y la Eucaristía, además de evitar los pecados veniales graves.

El segundo paso es cerrar cualquier posible portal a lo demoníaco. 

En un caso, un individuo económicamente maldito tenía una fuerte historia familiar de pertenencia a una sociedad secreta.

No es sorprendente que la participación en sociedades secretas conduzca a maldiciones financieras, ya que muchos se unen a ellas con la esperanza de obtener ganancias financieras y éxito social. 

Y en este caso el individuo afligido debió realizar un acto de renuncia a la sociedad secreta ante Dios.

Otra pareja con problemas financieros había sido maldecida por un abuelo enojado, que no aprobaba su matrimonio. 

Acudió a una bruja que invocó la magia negra diciendo, «no tendrás nada». 

El antídoto para ellos incluyó romper cualquier conexión profana con el abuelo y la bruja.

Y dice Monseñor Rosetti que debido a que estas maldiciones provienen de la maldad y los pecados de alguien en la línea de sangre, pueden tomar más tiempo para eliminarlas.

Monseñor Rosetti sostiene que la oración constante, la vida santa y la confianza en Jesús son necesarias para la liberación.

Aunque en última instancia, la liberación está en los tiempos del Señor.

Y sostiene también que cuando confiamos en el Señor durante tiempos de prueba, ocurre mucha purificación y santificación.

Y ha encontrado una poderosa ayuda en el proceso de liberación, en la consagración de la vida y los bienes a la Santísima Virgen María. 

Es la consagración de San Luis Grignion de Montfort editada específicamente para maldiciones financieras por él y su equipo sacerdotal.

Y es esta,

 “Invoco mis derechos según la ley natural sobre mi propiedad y finanzas. 

Levanto cualquier maldición enviada contra mí o mi propiedad o finanzas. 

Rechazo cualquier pecado que pueda haber llevado a estas maldiciones contra mí y pido el perdón de Dios. 

Rompo cualquier lazo profano que permitió que tales maldiciones vinieran sobre mí. 

Ordeno a los demonios relacionados con estas maldiciones que se vayan permanentemente y no sean reemplazados por ningún otro espíritu maligno. 

Pido a la Santísima Virgen María que reciba ahora todo y con pleno derecho de disponer de estos bienes según la santa voluntad de Dios. 

Que ella expulse a todos y cada uno de los espíritus malignos, nos santifique, nos proteja de cualquier acción maligna futura y nos use para la gloria de Dios.

Yo, (aquí se dice el nombre), pecador infiel, renuevo y ratifico hoy los votos de mi Bautismo.

Renuncio para siempre a Satanás, a sus pompas y obras; y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, para llevar mi cruz tras Él todos los días de mi vida, y para serle más fiel que nunca antes. 

En presencia de toda la corte celestial te elijo a ti, la Madre de Dios, este día como mi Madre y Señora. 

Me entrego y me consagro, como tu servidor, mi cuerpo y alma, mis bienes, tanto interiores como exteriores, y aun el valor de todas mis buenas acciones, pasadas, presentes y futuras; dejándote el entero y pleno derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenece, sin excepción, según tu beneplácito, para mayor gloria de Dios en el tiempo y en la eternidad.

Recibe, oh Virgen Santísima, esta pequeña ofrenda, en honor y en unión con aquella sujeción que la Sabiduría Eterna se dignó tener a vuestra maternidad; en homenaje al poder que ambos tenéis sobre este pobre pecador, y en acción de gracias por los privilegios con que os ha favorecido la Santísima Trinidad. 

Declaro que deseo en adelante, como vuestro verdadero servidor, buscar vuestra honra y obedeceros en todo. 

¡Oh Madre admirable, preséntame a tu amado Hijo como su eterno servidor, para que así como Él me ha redimido por ti, por ti me reciba! 

¡Oh Madre de misericordia, concédeme la gracia de obtener la verdadera Sabiduría de Dios; y para ese fin recíbeme entre aquellos a quienes amas y enseñas, a quienes conduces, alimentas y proteges como tus hijos! 

¡Oh Virgen fiel, hazme en todo perfecto discípulo, imitador y servidor de la Sabiduría Encarnada, Jesucristo tu Hijo, para que alcance, por tu intercesión y por tu ejemplo, la plenitud de la madurez espiritual en Jesús en la Tierra y en su gloria en el Cielo!. Amén.»

Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre las maldiciones financieras y la oración para liberarse de ellas 

Y me gustaría preguntarte si conoces alguna persona que consideres que está bajo maldiciones financieras y que ha hecho. 

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