Crece el ‘turismo suicida’ a Suiza.
El «turismo suicida» se ha duplicado al notorio centro Dignitas de Suiza en los últimos cinco años, y uno de cada cinco clientes de Dignitas son del Reino Unido, según un estudio realizado por la Universidad de Zurich.
El estudio, publicado por la revista de la British Medical Journal of Medical Ethics encontró que hubo 86 casos de «turismo suicida» a Suiza en 2009, y que se elevó a 172 casos en 2012.
En total, 611 residentes no suizos habían ido a Suiza para suicidarse entre 2008 y 2012 De ese total, 268 eran alemanes y 126 eran ciudadanos del Reino Unido.
«Los expertos médico-legales suizos se enfrentan a estos casos casi a diario», dijeron los investigadores, y añadieron que «las condiciones no terminales tales como enfermedades neurológicas y reumáticas están aumentando entre los turistas suicidas».
Mientras que todos menos cuatro de los clientes no suizos fueron a Dignitas, la más famosa de las instalaciones, el estudio destaca que hay «seis organizaciones para el derecho a morir en Suiza, de los cuales cuatro permiten a nacionales de otros países utilizar sus servicios».
Otros países también vieron fuertes incrementos en el número de clientes de suicidio, el número de italianos que utilizó las instalaciones suizas pasó de 4 en 2009 a 22 en 2012. El número de ciudadanos franceses que viajaron a Suiza para suicidarse aumentó del 7 al 19 en el mismo período. Los investigadores señalaron que los países más representados en el estudio, Francia, Alemania y Gran Bretaña están considerando una legislación para legalizar el suicidio asistido o están debatiendo la cuestión.
Las condiciones médicas que motivan a los clientes se enumeran con mayor frecuencia como «parálisis, enfermedad neuromotora, el Parkinson y la esclerosis múltiple». Otras enfermedades incluyen el cáncer y las «enfermedades reumáticas». La edad promedio de los clientes de suicidio fue de 69 y el 58,5 por ciento eran mujeres.
REACCIONES EN GRAN BRETAÑA
El número de clientes de Gran Bretaña ha dado la alarma a los grupos pro-vida en ese país que se oponen a un proyecto de ley que legalizaría el suicidio asistido. Los activistas han dicho que el sistema médico financiado por el gobierno en Gran Bretaña, como en la mayoría de países europeos, conduce a una mayor presión para el suicidio, que es visto como una opción más barata que la financiación a largo plazo o los cuidados paliativos.
El propio Lord Falconer, quien está detrás del proyecto de suicidio asistido en el Reino Unido, ha planteado la cuestión de los británicos que viajan a Suiza para suicidarse como justificación del proyecto de ley, diciendo que una disposición similar necesita ser hecha en el Reino Unido.
En respuesta al estudio de Zurich, dijo Falconer,
«La situación actual deja a los ricos capaces de ir a Suiza, y a la mayoría dependiente de la asistencia de aficionados, [y] el compasivo tratamiento como criminales».
Pero una carta abierta del grupo de campaña Enfermeras Opositoras a la Eutanasia, un proyecto de la Sociedad para la Protección de los Niños no Nacidos (SPUC), dijo que si el suicidio asistido es legalizado en Gran Bretaña, muchas enfermeras se negarán a participar.
«En mi experiencia profesional, las cuidadoras no les ofrecen a los pacientes la muerte como una opción derrotista, barata y fácil», escribió la jefa de la organización, Teresa Lynch en el Catholic Herald.
Añadió que se ha demostrado que no es el dolor, sino «el miedo de ser una carga« el que motiva a la mayoría de las personas a solicitar el suicidio donde la práctica es legal.
«El peor dolor», dijo Lynch, «es el miedo al abandono por parte de sus cuidadores».
Mientras tanto Sarah Wooton, presidenta ejecutiva de la Dignity in Dying recientemente defendió el proyecto de ley de Falconer.
«También hay un problema de seguridad de los pacientes», dijo Wooton a The Guardian. «Nosotros no tenemos control sobre la ley en Suiza, pero podemos y debemos regular y salvaguardar la muerte asistida en este país».
DIGNITAS FUE DESALOJADA DE SUS INSTALACIONES
Dignitas, una empresa legalmente sin fines de lucro, cobra entre € 4.000 y € 7.000 por sus servicios, que incluyen la administración de un cóctel letal de sedantes en un apartamento privado.
En 2007, las quejas de los vecinos hicieron que la institución fuera desalojada del apartamento en el que había estado operando durante los nueve años anteriores. La organización estimó en 2011 que al menos 1.000 personas habían terminado sus vidas allí.
Un informe en su momento del Süddeutsche Zeitung dijo que otros residentes habían llegado a describirla como una «casa de los horrores» de la cual salía un flujo constante de bolsas con cadáveres.
En 2006, el gobierno suizo rechazó una solicitud para aprobar la legislación que restringe la práctica del «turismo de la muerte», diciendo que los reglamentos existentes por parte de la Academia Suiza de Ciencias Médicas fueron para salvaguardar al público.
Un referéndum en el cantón de Zúrich en mayo 2011 rechazó abrumadoramente una propuesta para prohibir el suicidio asistido o para prohibir que los residentes no suizos usaran las instalaciones.
Fuentes: Life Site News, Signos de estos Tiempos