Dicen que contrasta con Benedicto.
Sobre fines de mayo decíamos que había señales de que Francisco se estaría convirtiendo en un referente moral de la izquierda latinoamericana, ver aquí. Ahora es un referente de la Teología de la Liberación, de cuño marxista, el jesuita Jon Sobrino, quien declara ver con buenos ojos las actitudes de Francisco, a pesar que Bergoglio fue un fuerte oponente de ese movimiento.
El destacado teórico de la Teología de la Liberación, el jesuita Jon Sobrino, aseguró que el papa Francisco sigue un camino «claro y coherente», a la vez que consideró que todos los cristianos deben ayudarle y dejarse ayudar por el pontífice para marcar el cambio.
«Después de dos meses y medio de ser elegido, el papa Francisco sigue su camino de un modo claro y coherente», destacó Sobrino en un artículo en la edición de este mes de Cartas a las Iglesias, una publicación del Centro Pastoral Oscar Arnulfo Romero de la Universidad Centroamericana (UCA) de San Salvador.
Para Sobrino, sacerdote salvadoreño-español, los primeros gestos de Francisco fueron «muy personales, distintos y contrarios a los de su predecesor y a los de la Curia Romana porque arrodillarse ante el pueblo antes de darle su bendición no es cosa pequeña».
Destacó que esos gestos «simpáticos, humanos», de sencillez, se repiten cada día, contrastando con lo anterior y con «el aire de superioridad y de apoteosis».
Con Francisco, estima Sobrino, se respiran aires de cambio, como del Vaticano II (Concilio reformador entre 1962-1965) y Juan XXIII (el papa bueno), aunque todavía está por verse cómo hará para enfrentar al capitalismo internacional y sus defensores que «no se arredran ante nada», así como para «emprender de verdad la reforma de la Curia, que ya ha anunciado contra el rechazo de los curiales que -salvo milagro- no se hará esperar».
El teólogo, quien fue sancionado y acallado por Benedicto XVI por sus escritos sobre Jesús, también cree que está por verse cómo abordar los problemas a los que los papas anteriores «no han prestado la atención debida» como matrimonios y divorcio, ministerio y celibato y la «reparación» que hoy en día se debe a decenas de miles de religiosas estadounidenses «juzgadas con ligereza y sin diálogo».
«El Papa Francisco habla muy bien y de corazón de los pobres y muestra compasión hacia los oprimidos. Quizás recupere la profecía, incluido el hablar en contra de los que matan, aunque los ame de corazón», enfatiza.
El sacerdote advierte que probablemente Francisco «experimentará la necesidad de meterse en los conflictos de este mundo» con lo cual «le caerán duros palos a él y a la Iglesia».
Fuentes: Religión Digital, Signos de estos Tiempos