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El poder del maligno a través de los brujos.

El final de los tiempos está entre nosotros.

De ninguna manera significa el fin del mundo, sino todo lo contrario, un rejuvenecimiento del mundo como Dios lo creó.

Las señales en las sociedades humanas y la naturaleza ya están presentes.

Y por eso el maligno está actuando cada vez con más fuerza para degradar la moral, para generar miedo y esclavizar a las personas, para que no se le escape el dominio que ha tenido sobre el mundo desde hace siglos.

Veremos de aquí en más que los malos serán cada vez más malos y recurrirán más a los poderes del maligno.

Es por eso que los exorcistas alertan sobre el crecimiento de las posesiones que está sucediendo, y sobre todo de los maleficios.

Aquí hablaremos sobre cómo son los maleficios, como protegerse y cómo liberarse de ellos.

Hemos entrado en el Fin de los Tiempos, que no es el fin del mundo sino un gran cambio de época.

En que el mundo dominado por el maligno tendrá una purificación y vendrá un Reinado Eucarístico de Jesús por un largo tiempo, que comenzará con el triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Esto significará la derrota temporal de satanás y sus secuaces.

Y es por eso que esta transición será turbulenta, porque el maligno tratará de lograr lo imposible, que Dios no lo derrote.

En esta etapa de la tribulación que antecederá al cambio de época, veremos que los malos se volverán más malos.

Y por tanto las maldiciones aumentarán, porque quienes hacen brujerías aumentarán.

Habrá más gente recurriendo al poder del mal y más brujos que operarán esas maldiciones.

Mientras que el maligno se protegerá incitando a referentes de la Iglesia, para que digan a los bautizados que el demonio es una idea que se les ocurrió a los hombres para explicar el mal.

Que no existe la tal figura de satanás.

Y que las brujerías son sólo explicaciones que la gente obsesionada encuentra para explicar las desgracias que le suceden.

Hay cardenales, obispos y sacerdotes que piensan esto y desinforman a los fieles.

Desconocen ex profeso lo que sus propios colegas sacerdotales, los exorcistas, han encontrado en su lucha cuerpo a cuerpo con los demonios.

El famoso exorcista padre Gabriele Amorth ha dicho varias veces en reportajes que en su habitación tenía más de dos kilos de objetos expulsados por la boca, por personas poseídas o vejadas por el maligno.

Clavos, algunos de diez centímetros, muñecos de plástico, trozos de hierro, madera y objetos de todo tipo. 

Estos objetos se materializan en cuanto salen por la boca, de modo que si unos momentos antes de la materialización le hicieran una radiografía a la persona, no se vería nada. 

¿Entonces si existen estas pruebas físicas, como hay cardenales, obispos y sacerdotes que no creen que existe el demonio?

Nosotros debemos tener muy claro que estas cosas existen, de lo contrario no sabremos cómo combatirlas, ni prevenirlas.

Las maldiciones, los maleficios y la magia son las herramientas de satanás, sus brujas y hechiceros. 

Mientras que las herramientas del creyente son la fe en Dios, la confianza en Jesús y el amor al prójimo, incluidos a los perseguidores.     

Hoy vemos que hay un gran crecimiento de las brujas y hechiceros. Hicimos varios videos alertando sobre esto.

Enseñan cómo hacer brujerías en artículos por internet y en videos.

Cosas que convierten a Harry Potter casi en una parodia benévola.

A este poder sobrenatural, maligno y perverso, se le conoce con el nombre de brujería o hechicería o chamanismo.  

Algunos de estos practicantes de la magia afirman estar canalizando la energía natural del cosmos.

Otros dicen que están apelando a una «energía femenina».

Y aún otros afirman estar empoderados por deidades paganas. 

Pero todos están engañados. 

Lo que ellos piensan que son energías espirituales, poderes terrenales o deidades no son más que máscaras para satanás. 

Todas estas «deidades» paganas son demonios bajo el control de satanás. 

Las brujas de alto nivel están profundamente sumidas en este oscuro mundo del mal. 

Y su suerte solo puede ser una oscuridad cada vez mayor y la esclavitud con el Príncipe de las Tinieblas. 

Aunque amenazan a otros con el infierno, son ellas quienes corren el mayor peligro espiritual.

Hay sólo dos fuentes espirituales de poder: Dios y satanás. 

Los siervos de Dios usan su autoridad espiritual para bendecir a los demás y para derrotar el mal. 

Mientras que los emisarios de satanás emplean el poder de satanás para maldecir, controlar a otros y hacer males.

La New Age, el feminismo radical y los admiradores y practicantes de las culturas ancestrales, son quienes manejan este poder 

De modo que si Dios permite una maldición, satanás y sus demonios son los instrumentos que la ejecutan usando las manos de estos seres humanos.

Se habla mucho de las posesiones y poco de las vejaciones demoníacas, por eso a veces esto se obvian las brujerías.

Hay posesión cuando el demonio está presente en el cuerpo del paciente.

Y vejación, cuando aparecen trastornos causados por el demonio sin que necesariamente esté adentro. 

El número de posesiones es reducido, mientras que las vejaciones son muy comunes, y más del 90 por ciento tiene su origen en maleficios, según el padre Amorth.

Las personas que sufren los maleficios no necesariamente están poseídas, están siendo atacadas desde afuera, tal vez alguna sí lo esté, pero no la mayoría.

Los que sí están poseídos o vinculados al demonio son quienes operan los maleficios. 

Aunque tampoco necesariamente poseídos, porque cuando uno está vinculado al demonio fuertemente, ya pertenece a él y no es necesaria la posesión.

Los exorcistas saben que el demonio tiene grandes poderes, incluso puede curar. 

Obviamente incomparable a los que tiene Dios y sujetos a este.

Y da los bienes que ellos piden: éxito, dinero, placeres.

O sea una vida depravada, con todos los placeres ilícitos. 

Estos brujos vinculados al poder diabólico usufructúan de estos poderes y es así como captan a las personas y las conducen a satanás.

El padre Stephen Rossetti, que preside una organización católica de exorcistas, ha dado ejemplos de lo que sucede a tres pacientes suyos atacados por brujas.

Dice que una víctima tiene dolores intensos sin explicación médica y otros miembros de la familia también sufren física y mentalmente; y todo el tiempo la bruja está enviando mensajes de regodeo. 

Otra víctima escucha todas las noches la voz amenazadora de una bruja diciéndole que será condenada al infierno. 

Una tercera persona sufre las visitas regulares de una bruja con una variedad de torturas y manifestaciones físicas.  

Dice que en el proceso de liberación, varios han excretado dramáticamente de los orificios corporales una especie de «bolo», una masa que usa la bruja para maldecir al individuo. 

E informa que mientras el bolo permanezca en el interior, el proceso de liberación se verá obstaculizado.

Algunas de estas brujas manipulan objetos, por ejemplo, dice que una bruja materializó un objeto maldito dentro del auto cerrado de la víctima.

¿Y cómo se hace el proceso de liberación?

Las víctimas del maleficio nunca deben recurrir a una bruja o un hechicero para deshacer el maleficio, sino recurrir a la enseñanza original de la Iglesia.

Deben aprender a confiar en Jesús y en sus mandamientos. 

Recurrir a los sacramentos de la Iglesia.

Llevar una vida llena de gracia, de ayuno y oración contínua.

El poder de la bruja o el hechicero, como el de los demonios, es limitado. 

Pueden acosar, atormentar e infligir sufrimientos, pero el poder de Cristo resucitado es supremo.

Pero todos podemos ser blanco de una maldición.

¿Y cómo protegerse para que una maldición no haga daño?

El pecado es una de las principales puertas por donde entra una maldición, porque debilita tus lazos con Dios. 

Arrepiéntete de todos tus pecados, confiésalos. Acepta y recibe el perdón de Dios y perdónate tú mismo. Perdona a todos aquellos que alguna vez te hayan ofendido.

Renuncia a los pecados de tus antecesores.

Evita cualquier contacto con las sectas, el ocultismo y las religiones orientales o sucedáneos de éstas como el yoga o el reiki.

Destruye los libros y objetos asociados con las sectas, con lo oculto o con religiones falsas.

Ve a misa frecuentemente, comulga, haz adoración eucarística.

Reza el rosario, la coronilla de la divina misericordia y otras oraciones que sientas beneficiosas para ti.

Usa sacramentales, como agua bendita, la medalla milagrosa o el escapulario carmelita o la medalla de san benito.

Y sobre todo ten una confianza suprema en Dios, entrégale tu vida y la de tu familia con mucha fe.

Proclama bendiciones sobre ti mismo, a tus amigos y tu familia.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las maldiciones y las brujerías, que están aumentando y crecerán exponencialmente, en la medida que la tribulación vaya creciendo y las líneas demarcatorias entre el bien y el mal se hagan más precisas.

Y también hablamos cómo precavernos y liberarnos de ellas.

Y me gustaría preguntarte si conoces personas a las que le realizaron brujerías, como fue y cómo se liberó.

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