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El misterio que ha rodeado a la masonería ha sido grande a lo largo de la historia.

Porque ellos mismos se han encargado de crear confusiones y vaguedades sobre sus fines.

Lo que ha hecho que muchos, llevados por la curiosidad, caigan en sus redes.

Pero lo cierto es que el Gran Arquitecto del Universo (GADU) que ellos adoran como Dios Supremo, es solo una máscara, en apariencia inofensiva, que oculta al demonio.

El iniciado en los grados menores no sabe a quién está sirviendo, pero al ir subiendo de grado lo va viendo con claridad.

Algunos con entereza han podido salir y denunciar lo que vieron y oyeron. Mientras que otros se han acomodado.  

Mira el video de reflexiones sobre este artículo, que está abajo.

Leer también:

Este artículo surge de varias investigaciones de historiadores y de informaciones de ex masones, que trasladamos para tu discernimiento.

   

ORÍGENES OSCUROS

La masonería nace el 24 de junio de 1717, pero seis años después es cuando se publican las Constituciones de Anderson.

Donde se exponen la historia, los deberes, el reglamento y los himnos propios de esta secta.

Caín y su esposa

En este documento se asegura que en la fraternidad se ha transmitido un conocimiento oculto que surgió nada menos que con Caín.

Y que fue transmitido luego de generación en generación, hasta llegar a un oscuro individuo llamado Hiram Abif.

Quien habría sido, siempre según la secta, el arquitecto del Templo de Salomón, conocido como el Rey de la Sabiduría.

No obstante, sabemos por el Primer Libro de Reyes que este personaje, en lugar de ser el Gran Maestro de la Obra (o sea, la máxima autoridad entre los masones de su época), como lo quieren pintar, fue un sencillo broncista.

Que el rey de Tiro lo envió al rey Salomón para que colabore, como tantos otros, en la construcción del Templo de Jerusalén.

De hecho, fue el encargado de hacer las dos principales columnas del vestíbulo, los capiteles y numerosos objetos de bronce pulido, (1) pero nada más.

No fue el receptor ni el transmisor de ningún arcano.

Sin embargo, según las Constituciones de Anderson, el arte masónico, que consiste sobre todo en principios arquitectónicos, fue expandiéndose, hasta llegar a Siria, Grecia y Egipto.

Estableciéndose luego en todo el Imperio Romano e incluso en Gran Bretaña.

    

EL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO

Las creencias de los masones se encuentran cifradas en la gnosis herética.

La cual postula que existe un conocimiento salvífico que te lleva a la perfección absoluta.

Y que te convierte en un ser autónomo, en un ser privilegiado que no necesita de ningún Salvador.

Por ello, se apoyan en el Gran Arquitecto del Universo, que no es el Dios de la Revelación ni del Evangelio.

Pues jamás se menciona a Cristo en las Constituciones de Anderson.

Este Dios Supremo es llamado también Baphomet, es decir, Satanás.

Se le representa como un ser con cabeza de macho cabrío, grandes cuernos, alas de murciélago y patas de cabra.

Por lo demás, es una criatura que cuenta con los dos sexos.

A este ser se le rinde culto en las ceremonias en las que se accede a ciertos grados masónicos.

Para los masones, Lucifer es un ser benéfico, portador de la luz.

Un ser que te va iluminando el camino en ese recorrido que te lleva a una supuesta perfección, a la autosuficiencia.

Lucifer en la masonería es el símbolo del que se rebela contra la opresión, contra el poder constituido.

Una especie de Prometeo que se rebela contra la imposición divina.

Sería, por tanto, un sinónimo de libertad.

Serge Abad-Gallardo

    

CEREMONIAS DE INICIACIÓN

El francés Serge Abad-Gallardo fue masón durante veinticinco largos años y asegura que en las reuniones o tenidas, hay algo que trasciende a la asamblea.

Y que les dicta a todos lo que tienen que establecer, que les dicta lo que se está planchando o documentando en esa tenida.

Al final, los miembros más jóvenes acaban descubriendo que ese algo es Lucifer, si es que no lo intuían ya desde un inicio.

Y cómo no intuirlo cuando los himnos masónicos muestran a Lucifer como el portador de la luz.

Como el Príncipe de la Mañana que trae la luz al género humano, como el ser que ilumina al hombre.

Pero basta echar una ojeada a las ceremonias de iniciación masónicas para darse cuenta de la naturaleza de estas reuniones.

En muchas de las ceremonias de la sociedad secreta se hace referencia directa a Baphomet.

Como en aquella donde se accede al grado 29 del rito escocés antiguo y aceptado, que es uno de los ritos mayoritarios.

Aquí exponemos parte de él:

El Baphomet o dios andrógino penetra en el templo de la logia, a la zona reservada, llevado por el Vigilante Primero y por el Vigilante Segundo, o sea, las dos autoridades máximas en la Logia, después del Venerable Maestro; (2)

El Baphomet es llevado por los dos Vigilantes, es paseado en forma circular por la Logia, siguiendo la dirección de las agujas del reloj.

A su paso, se le rinde veneración y una genuflexión de la pierna izquierda.

Luego Baphomet queda en el centro de la Logia, mirando hacia el Oriente y hasta ahí es conducido el candidato al grado 29 del rito escocés, con los ojos vendados.

Cuando está frente a Baphomet se le quita la venda, de modo que sabe que su recorrido iniciático le ha llevado hasta ese punto.

Se encuentra cara a cara con la representación del Portador de la Luz.

Para continuar el ritual, debe escoger entre la cruz de Cristo, símbolo de la muerte y la destrucción entre los masones, y la cruz de la luz y de la vida de Baphomet (esta es una cruz en forma de “x”).

La elección del candidato se manifiesta pisando el crucifijo de Cristo, después de haberlo tirado al suelo.

Lo pisa con el pie izquierdo en primer lugar y el derecho viene después.

A continuación, debe decir con los brazos en cruz sobre el pecho que se consagra a la cruz de Baphomet”. (3)

Por supuesto, esta es una consagración al demonio en toda la regla.

Baphomet

    

GLORIA A TI, DIOS VERDADERO, BAPHOMET

Otro de los rituales en los que se hace intervenir a Baphomet es el de iniciación en el grado de caballero masón sexto de la Orden Illuminati:

Se coloca al candidato de pie tras el altar, que tiene un paño negro, velas rojas, incienso encendido, el mallete (mazo con el que se marca el ritmo de algunas ceremonias masónicas) y una cruz.

Con los brazos hacia el cielo, en forma de “V”, el candidato exclama:

‘A la gloria del Gran Arquitecto del Universo, Baphomet, y también de los superiores desconocidos y de la Orden Illuminati.’

Luego, baja las manos, coge la cruz de Cristo y la tira al suelo, frente al altar.

Cruza los brazos en el pecho, en forma de cruz (el derecho sobre el izquierdo) y con el mallete en la mano derecha, exclama:

‘Que esta cruz de Cristo, como símbolo de la muerte y la destrucción desaparezca del mundo, que la ley de Baphomet la suplante.

Gloria a ti, dios verdadero, Baphomet, el dios de la luz y de la iniciación’”.

    

EL GRADO 33

El historiador madrileño Ricardo de la Cierva y Hoces, uno de los más connotados en el tema de la masonería, ha evidenciado la relación que existe entre el satanismo y los grados más altos de la secta masónica:

Los masones del grado 33 creen que Lucifer realmente es Dios y se refieren a Yavé por su nombre de Adonai.

Los libros masónicos que se entregan a algunos miembros selectos de los grados 32 y 33 dicen que Jesús es un impostor y que Lucifer es el verdadero Dios.”

También afirma:

“En el grado 33 explícitamente se intenta destruir la cristiandad y hacer de la masonería la religión del mundo.

La masonería primero se empeñó en demostrar que no era una religión, que era solo una sociedad dedicada a la filantropía.

Después, en los últimos grados se presenta como una súper religión que está por encima de cualquier fe o credo.

En realidad lo que pretende es sustituir al cristianismo.”

    

LOS FINES DE LA MASONERÍA

Como vemos, la masonería está inmersa en el satanismo.

Sus miembros más antiguos engañan a los recién iniciados durante los tres primeros grados (a este periodo se le conoce como masonería azul).

Pero, poco a poco, van revelando su verdadera naturaleza y su real objetivo: el de adorar al demonio y el de ponerlo en el lugar de Dios.

Si un miembro de la Logia descubre estos objetivos y no quiere saber más de la secta, es amenazado de muerte o es sometido a terribles castigos.

Por tanto, si eres cristiano y consideras que Jesús es el único camino de perfección, no equivoques la ruta yendo tras falsas promesas de conocimiento.

La masonería y el cristianismo no son compatibles, pues una busca destruir desde hace siglos al otro.

Piensa en esto y no traspongas el umbral tras del que solo peligros acechan.

Mira lo que ha dicho la Iglesia Católica al respecto.

Papa Clemente XII

    

LA MASONERÍA Y EL CATOLICISMO

En la bula In Eminenti Apostolatus Specula, de 1738, el Papa Clemente XII condena a la sociedad masónica, bajo pena de excomunión ipso facto.

Cuya absolución queda reservada al Sumo Pontífice, excepto en caso de muerte. (4)

    

PRÓVIDAS ROMANORUM

En el año 1760, el Papa Benedicto XIV publicó la Constitución Apostólica Próvidas Romanorum, reafirmando en ella lo dicho por la primera condena pontificia, firmada por Clemente XII.

Estos son los grandes males que trae consigo la masonería: (5)

*En las asambleas masónicas, hombres de cualquier religión se asocian entre sí, de donde se ve cuán grave alteración puede recibir la pureza de la religión católica.

*Otro motivo consiste en el pacto estrecho e impenetrable del secreto, por donde se oculta todo lo que se hace en las asambleas masónicas.

*El tercer motivo es el juramento con el cual se obligan a guardar inviolablemente el secreto, para dispensarse del deber de confesarlo cuando fuese interrogado por el poder legítimo, al inquirir si en estas asambleas no se fragua nada contra el Estado, la religión o la cosa pública.

Papa León XIII

    

LA IGLESIA Y EL ESTADO DEBEN SER SEPARADOS

El Papa León XIII, en su carta encíclica Humanun Genus (1884) (6) nos advierte:

El objetivo principal de los masones es destruir hasta sus fundamentos todo el orden religioso y civil establecido por el cristianismo.

Y levantar a su manera otro nuevo con fundamentos y leyes sacados de las entrañas del naturalismo.

Es principio de los que siguen el naturalismo que la razón humana ha de ser en todo maestra absoluta.

Niegan toda divina revelación. No admiten dogma religioso ni verdad alguna que la razón humana no pueda comprender.

Y como es oficio propio de la Iglesia Católica el guardar las doctrinas reveladas por Dios, de aquí el haberse vuelto contra ella la saña y el ahínco de estos enemigos.

Los masones defienden el principio de que “Iglesia y Estado deben estar por completo separados”.

Y así excluyen de las leyes y la administración del Estado el saludable influjo de la religión católica.

Se llega a combatir de palabra o por escrito los fundamentos de la religión católica.

Vemos al Clero oprimido por leyes excepcionales y graves, para que cada día vaya disminuyendo en número y le falten las cosas más necesarias.

Los restos de los bienes de la Iglesia sujetos a todo género de trabas y gravámenes, y puestos al arbitrio del Estado, las Órdenes religiosas suprimidas y dispersas.

La secta masónica proclama que se ha se suprimir la sagrada potestad del Pontífice y destruir por entero el Pontificado.

El propósito de los masones es perseguir cuanto puedan a los católicos y no descansar hasta lograr que sea destruido todo lo que los Sumos Pontífices han establecido.

No se obliga a los adeptos de abjurar expresamente la fe católica.

Este es el camino de engañar fácilmente a los incautos y de atraer a muchos más.

Los masones, abriendo los brazos a seguidores de cualquier religión, consiguen persuadir de hecho el grande error de nuestros tiempos.

A saber, el indiferentismo religioso y la igualdad de todos los cultos, conducta muy a propósito para arruinar toda religión, principalmente la católica.

A la que por ser la única verdadera no sin suma injuria se la iguala a las demás.”

San Pío X

    

LOS QUE MAQUINAN CONTRA LA IGLESIA

En el Código de Derecho Canónico de 1917, (7) impulsado por el Papa Pío X, se establece que

“los que dan su nombre a la secta masónica, o a otras asociaciones del mismo género, que maquinan contra la Iglesia o contra las potestades civiles legítimas incurren ipso facto en excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica.”

Asimismo, hay una mención especial a los clérigos que se han unido a esta secta, pues pierden cualquier beneficio si son masones.

Son destituidos, además de ser excomulgados.

Conferencia Episcopal Alemana

     

DONDE EL RELATIVISMO IMPERA

En 1980, la Conferencia Episcopal Alemana declara luego de seis años de coloquios oficiales entre católicos y masones:

La cosmología o visión del mundo de los masones no es unitaria sino relativa y subjetiva, por lo que no se puede armonizar con la fe católica.

El concepto de verdad es también relativista, negando así la posibilidad de un conocimiento objetivo de la verdad, lo que no es compatible con el catolicismo.

También el concepto de religión es relativista.

El concepto de Dios, simbolizado en el Gran Arquitecto del Universo es de tipo deístico, no hay ningún conocimiento objetivo de Dios.

Pues está transido de relativismo, lo cual mina los fundamentos de la concepción de Dios de los católicos.”

A todo esto, agregaron que es imposible que un católico se una a las filas de los masones, es decir, la doble pertenencia.

    

LA TRISTEZA DE VIVIR SIN CRISTO

En 1983, el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, publica la Declaración sobre las Asociaciones Masónicas, Quaesitum Est, donde declara:

El juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se mantiene sin cambios, ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia.

Y por lo tanto se continúa prohibiendo ser miembro de ellas.

Los fieles que se inscriben en asociaciones masónicas están en pecado grave y no pueden recibir la Santa Comunión” .

Esta declaración fue firmada por el Papa Juan Pablo II “El Grande”.

Veamos un resumen de por qué un católico no puede ser masón.

 

RAZONES POR LA QUE LOS CATÓLICOS NO PUEDEN SER MASONES

La última declaración de la Iglesia Católica sobre la masonería data del 26 de noviembre de 1983, «Declaración sobre las Asociaciones Masónicas», por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Y establece que los católicos que se unen organizaciones masónicas están en estado grave de pecado y automáticamente se les niega la comunión.

¿Y cuáles son las incompatibilidades que impiden qué los católicos sean masones?

La concepción de Dios es diferente.

El Dios de los masones, el llamado Gran Arquitecto del Universo, es un ser impersonal, mientras que el Dios del catolicismo es un Dios personal que se ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los masones niegan que Dios se haya revelado a sí mismo y sus verdades, o que Su Hijo Jesucristo haya instaurado la Iglesia.

Y los masones niegan la Santísima Trinidad y la comparan con figuras de religiones paganas.

Consideran al cristianismo como derivado de antiguas religiones paganas y al Dios del cristianismo lo presentan con un engañador.

En la masonería Jesucristo es presentado simplemente como un hombre, un profeta, un gran maestro, al nivel de Buda o Mahoma, pero se niega su divinidad; no es el hijo de Dios encarnado en la tierra.

La masonería rechaza la verdad objetiva y piensa que todo es relativo, por lo tanto descree de los dogmas de fe católicos.

Se basa en un sistema de creencias en el que la naturaleza humana y la razón humana son supremas a todas las cosas.

Sin embargo en diversos grados de la masonería, especialmente en los más bajos, uno puede ser engañado fácilmente por los rituales y símbolos que utiliza la masonería.

La masonería habla de Cristo y lo valora pero su objetivo es llevar a cabo una transformación del hombre sin considerar a Dios.

La masonería no considera el hombre debe ser salvado y que Jesucristo vino a traer la salvación.

Fuentes:


Informe Redactado por Evelyn García Tirado de Perú, Estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Novelista y Redactora

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