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Mensajes de Nuestra Señora y Madre de la Conversión, enero 1996

1 DE ENERO DE 1996

7 : 34 PM

El tiempo es muy corto mis pequeños. Es la hora de comenzar a demostrar vuestro amor a mi divino Hijo y a vuestros hermanos.

Preparaos pues no conocéis ni día, ni hora. Abandonaos en la misericordia del Señor. Dios Hijo y Padre vuestro.

Estáis entrando en una era de gran vicio: Satanás ha engañado a mi pobre pueblo llenándole de ídolos para su propia perversión: Placer, dinero, egoísmo, guerra.

La justicia de mi Hijo os vendrá a purificar el mundo. Ahora la Iglesia una vez más, será traicionada por sus propios hijos, no os alejéis de mi.

Vuestra madre celestial  guía hacia nuevos cielos.
Estos años serán también los años de mi triunfo.
Experimentareis mi luz Inmaculada.

El glorioso reinado de mi Hijo se reflejará en una nueva forma de vida en cada uno . Todos serán llamados a vivir solo para la gloria de mi Hijo amado quien en la Cruz venció la oscuridad por amaros tanto.

Id por el camino que pasa y va sobre todos los caminos .
Id por la verdad que se ilumina y reluce a través de todas las vidas. Seguidme y haced lo que el os mande.

Tu interior agrada a Dios.
Dejad que los demás  sigan la vocación que  ha indicado la Providencia.

Preocupaos de vosotros mismos y seguid por el sendero mas hermoso.
Tened siempre a Dios, cobijaos en Su amor y en mi Manto, no os apeguéis a nada.
Miradme yo os iluminare.

En los momentos de la tentación, de la lucha y del desaliento, miradme y recibirás aliento y ayuda.

Sed vosotros mismos conmigo el refugio de los pecadores, de los pobres, de los enfermos, de los pequeños, de los abandonados .

Soy vuestra Madre Reconciliadora .

Sed flor fresca. Animaos, tenéis mi consuelo, refugiaos en mi.
Amad con el latido de mi Corazón Inmaculado a la Santísima Trinidad, pedid la protección de los ángeles.

No os dejéis prender por el temor ni la tristeza, ni por curiosidad.
Vivid con simplicidad y sencillez los tiempos de mi nuevo adviento.
Abrid los corazones de los hombres con vuestras palabras y canciones.
Daré esplendor a todos vosotros . Rezad mucho por vuestro pueblo .
Yo os bendeciré en estos tiempos, os protegeré porque os amo.
Gracias por atended mi llamado.

 

5 DE ENERO DE 1996 

Mensaje de Jesús y de María, la Inmaculada Concepción        

12:00 PM – Dado en el Cerro de Guadalupe, Bogotá D. C.

Jesús:

Soy el que soy, y no se me oculta la opción. Debo deciros que vosotros sois elegidos para ser mis testigos.  Hijos  recibid mi Espíritu. Gloria al padre, a la madre, a la hermana, al hermano, a vos. Shalom a la familia. Mirad los cielos, os doy mi bendición. Haced lo que mi Madre os diga. Ella es mi Madre Celestial. Ella es el refugio de todos mis hijos.  Os cobija mi Espíritu. Así como El Padre me eligió, Yo os elijo. Seréis mis testigos. Caminad. Volved, volved  a mi Madre.

María la Inmaculada Concepción:

Yo soy la Inmaculada Concepción. Os bendigo en el nombre de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo. Os amo, mis pequeños, capullos de mi Jardín. Dios está por teneros aquí. Atended a mi llamado en estos tiempos en que mi Hijo amado  sufre con paciencia vuestra  conversión. Acercaos. No mintáis más, no lancéis más escupitajos de indiferencia a mi Hijo, que  me lo hacéis sufrir,  no lo maltratéis. Mirad como lo tenéis abajo de tus altares, de tus Iglesias.

En el mundo os he dejado una canción. Cobijaos, acercaos. ¿Cuántas pruebas queréis más mis pequeños?. Yo os amo y os  bendigo, en nombre de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo. ¿Qué más respuestas queréis? a todas vuestras preguntas os digo: Yo os amo y mi Hijo Santísimo os manda decir que os ama, a pesar de que estéis pecando, os ama, a pesar de que lo maltratéis con vuestros hermanos os ama, a pesar de que no respetéis a vuestros padres os ama, a pesar de que lo maltratéis y calumniéis a vuestros  hermanos os ama.

María:

Soy vuestra Madre Reconciliadora, he venido a daros la sanación en este día, a limpiaros el cuerpo, a desatar todo cuanto  está atado para que os quede desatado, confesaos, estád en gracia de Dios ahora, no lo penséis más, no sabéis ni el día ni la hora, Yo os quiero recoger, para el día de los castigos severos.

Amados míos, decidle a Colombia vuestro país, que es mi pueblo, que es el pueblo de mis pequeños, al igual que a todos mis pequeños,  no dejéis que el ecumenismo toque vuestras puertas, que la apostasía se ponga de manifiesto, alejaos de los que te contaminan con sus malas acciones, alejaos de todos aquellos pecadores. Vengo a deciros en nombre mío que volváis a mi Hijo, Quiero para vosotros en este día, teneros en mi Santuario en el Cielo, pero que seáis corazas, que defendáis a la Iglesia. Orad  por mi Hijo, por mi pequeñito en la tierra, por el Papa  Juan Pablo II,  mi pequeño de mi corazón, mi capullo, mi semilla de amor, a quien mi Hijo os ha revelado tantas cosas. Orad, orad, orad por él, para que  no lo maten este año, para que no lo asesinen, para  que no lo  ultrajen, para que no os lo golpeen, para que no  lo maltraten . Orad, haced  oración conmigo, no me seáis indiferente a mi llamado, yo cuento con vosotros. ¿Vosotros contáis conmigo? Quiero recogeros en este día, en estos días fuertes, en estos dos años de duras batallas y unificaciones, en estos dos años de duras guerras, de soledades, de destierros, de deslizamientos. Poneos en paz con vuestros hermanos .

Jesús:

Miradme hijos míos,  he venido a través del Milagro del Sol, a revelaros toda la oscuridad que vivís en vuestras casas, en vuestro pueblo, volveros a mi, yo soy vuestro DIOS, que soy vuestro SALVADOR, ¿Qué más dioses queréis?. Obedecedme. Yo soy vuestro Padre, no me crucifiquéis más, no me lancéis más escupitajos, ni me ultrajéis, no me desnudéis en las calles, no os burléis de mi, reconoced vuestras culpas y volveos  a través de la intercesión de mi Madre que os  pide volveos a mi todos los días. ¿Cuánto mas queréis jugar con el amor  que os he dado para que os améis unos a otros?. Guardad los mandamientos, sólo os pido, guardad los mandamientos.
Di gloria en México, gloria en Italia, gloria en Perú, gloria en Etiopía, Shalom en Venezuela, Shalom en Colombia, Shalom en Costa Rica, Shalom Salvador, Shalom Croacia, Shalom en Portugal. Volveos hacia mi. Volveos a mi. ¡Oh! patria de Alemania, volveos a mi Estados Unidos, volveos a mi Yugoslavia, volveos a mi Ruanda, volveos a mi Ecuador.

Mirad como vuelan las aves en el cielo con la libertad que os  he dado. Mirad, miraos a vosotros, os  he dado la libertad.  ¿Voláis o  estáis atados? ¿Qué  decís a vuestro Padre? Mirad los peces del mar, ellos  nadan libremente sobre las aguas, no os  perturban y no os hacen daño. ¿Vosotros les hacéis daño? Mirad las flores en el campo, los árboles, los frutos, ellos no os piden que sean arrancados, Mirad vuestros padres.   ¿Respetáis a vuestros padres? ¿verdad que no los respetáis ? ¿Padres respetáis a vuestros hijos?, ¿Lo hacéis? ¿Verdad que no? ¿Hermanos os  amáis como yo os  mande, los unos a los otros? ¿Os amáis? ¿Verdad que no? ¿Os Perdonáis los unos a los otros como yo dije que os perdonaran? ¿Verdad que no?, ¿Ofendéis ha vuestros hermanos de palabra, de pensamiento? ¿Si lo hacéis? ¿Queréis convertiros en mi Espíritu Santo? ¿Queréis amaros como yo os he amado? ¿Hijos, porqué no lo hacéis? ¿Porqué no lo habéis hecho? ¿Porqué no has respondido a mi llamado? ¿Cuántos dioses tenéis? ¿Cuántos ídolos os habéis formado?

María:

Soy vuestra Madre, vuestra Madre Reconciliadora, mis  hijitos, a muchos de vosotros hoy, os daré el don de la sanación,  amad a vuestros hermanos con la sangre y el agua que brotaron de mi hijo, regocijaos en mi corazón, mis pequeños, mis florecillas, mis niños, os amo, y os bendigo. En el nombre de Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo. Mirad mi rostro desde lo profundo de vuestro corazón. Orad conmigo en este momento. Dios te salve María, etc.,

Volved mis pequeños a la oración. Os cobijaré con mi manto. Aceptad mi manto de madre. Formad en vuestras pequeñas casas verdaderos Cenáculos de oración. Rezad mi Rosario, es para agradar a mi Hijo. Rezad a mi Hijo, a través de mi. Aunque no me améis a mi, amad a mi Hijo, aunque me despreciéis a mi, no despreciéis a mi Hijo, porque si orgullo dáis, orgullo recibiréis, si desamor dáis, desamor recibiréis, si mentiras dáis, mentiras tendréis, si pecáis, pecareis cada día más, si  no amáis, no os amarán a vos. No dejéis que mi pequeño  en la tierra el Papa Juan Pablo II, sea arrojado al precipicio por vuestros pecados, que vosotros seáis llevados a ése hueco oscuro y profundo de donde no saldréis nunca, donde  cumpliréis vuestro ciclo de vida. Para que  hagáis penitencia, pedid por vuestros hermanos que no están en gracia, decidles que se pongan en gracia de Dios, que frecuenten los sacramentos, que cumplan los mandamientos y mi Hijo os dará la gloria. Sed prudentes mis pequeños, la prudencia es muy importante, la prudencia agrada el interior de mi Hijo, por la prudencia vosotros ganaréis la gloria de Dios, por la prudencia vosotros seréis bienaventurados, seréis bienaventurados, porque seréis mansos de corazón, de espíritu, de pensamiento. Confesaos, implorad todo los días  la misericordia de mi Hijo para vuestro Pueblo Colombiano. Implorad la misericordia de mi hijo por vuestros hermanos en todo el mundo.

ORACIÓN:

¡DIOS PADRE! Os pido perdón por mis pequeños aquí reunidos, sánadlos hoy. Amadísimo hijo mío, hablad con José, os daré, y sentiréis mi gozo, mi paz, a muchos de vosotros no a todos, os daré la gracia de mi sanación.

Poneos en la gracia de mi Hijo, y os daré entre vosotros. Hay mentiras entre vosotros, hay oscuridades, entre vosotros hay tumbas, entre vosotros hay indiferencias. ¿Cómo queréis ser sanados, si vosotros mismos no os dejáis sanar? Si vosotros mismos  no os dejáis amar, yo os perdono mis florecillas, porque os amo, porque me duele veros así, recogeos para que hagáis menos fuerte  la cruz de mi pequeño. No lo alejéis de las iglesias de donde ha sido retirado, seguidlo.

María:

Proclamad mi grandeza y os daré a vosotros con vuestra ayuda la victoria sobre el maligno que os quiere alejaros de mi. Rezad mi santísimo Rosario con mi Hijo. Pedidle misericordia por vuestros pecados, creed ahora. ¿Qué más pruebas queréis? ¿Qué más dolores queréis? son suficientes los que os vendrán estos dos años. ¿Qué más dolores queréis? Llorad Medellín. Satán golpeará, en Pereira vuestra tierra se abrirá en dos, vuestra cordillera se calentará.

Mayo tierra árida Bogotá, los demonios vendrán por vosotros. Barranquilla estaréis tan llena de dioses, que no querréis a mi Hijo, las olas del mar os cubrirán. Mis pequeños, en vosotros está el futuro de vuestro pueblo. Mi Hijo pide: Oren, oren, oren. Mi Hijo pide: conviértete a mi gracia. Pueblo de Japón, ¿Cuántas muertes queréis? ¿Cuántas vidas cortadas os atarán a las tumbas? ¡Oh, Ruanda!, seréis estéril, pero Yo ahí como la Esclava del Señor, estaré diciendo mi tierra amada y derrumbada.

Alemania, si no cambiáis las armas de muerte, por armas de amor, moriréis por ellas mismas. Estados Unidos de América ¿Qué Dios buscáis? vosotros sois mi pobreza. Comunicaos,  reunid a todos mis pequeños, cada vez más en torno a mis Cenáculos ¿Podéis formar la Iglesia doméstica en vuestras casitas?  las bendeciré. Formad un altar, para quienes vayan allí a lavarse en esas aguas que  verterán las lágrimas de mi Hijo, hacedlo, prometo que os protegeré vuestros hogares de toda calamidad, pero no salgáis. Vendrán en 3 años quizás, o mucho antes de lo que vosotros pensáis. Regocijaos en mi, en los días de oscuridad. No salgáis, no seáis curiosos, recogeos en mi oración, recogeos a todos vuestros hermanos, daos en nombre mío y de mi hijo la bendición, así la desprecien, así  no la amen. Rezad por vuestros hermanos, muchos tienen un corazón de piedra, no quieren cambiar, no reconocen el amor de mi Hijo, por lo tanto no oran, no se ponen en gracia de mi Hijo. Mi  Padre del Cielo os dará un juicio a cada uno. Rezad, pedid a Dios que no estéis en ésa lista ahora, que no seáis uno de aquellos que sufren. Dad gracias a mi Hijo ¿A quién le dais gracias tú? ¿A quién? Yo, María Reconciliadora, os amo  mis pequeños, cuánto agradáis a mi Señor, es el momento de uniros con más fuerza a mis otros pequeños por todo el mundo, en vosotros mis pequeños de vuestro pueblo, a Felipe, Oliva, María Angélica, Juan, Carolina, Esther, Francisco, Luis Carlos, Lino, Magda, Mónica, David, Octavio. Rafael, Ligia, Bertha, Margarita, Consuelo, Juan Carlos, Alexánder; reunidlos, buscadlos, por el Milagro del Sol,  os darán el poder de mi Hijo, vosotros sois mis templos, que vengan a mi todos mis pequeños, mi pequeño semilla de mi corazón. Os desato toda maldad que ha recaído sobre ti en estos tiempos. Seréis mi testigo, sed mi pequeñito y haced lo que Él os diga, discernid vuestra elección, seguid a mi Dios, y eso lo hace feliz, adoradlo, orad más, da más testimonio de vuestro amor.

El amor de mi hijo,  seguidme mi pequeño, no seáis orgulloso, ya no seáis un niño, sois un hombre, os bendigo, os amo mi pequeñito, mi semilla, a vosotros os  sano, misericordia por mi Hijo, misericordia, no os atéis al placer, no os atéis al dinero, no os atéis a las diversiones, todo eso viene del demonio,  ¿Rechazáis el amor de mi Hijo? volveos a Él, misericordia por mi Hijo, misericordia. Mis pequeños, orad conmigo,  veréis  mi rostro orando. Regocìjaos, uníos más. Doy en este momento el entendimiento, orad conmigo, Regocijaos. ¿Que os pasa? no dudéis, Regocijaos, os llevaré a vosotros a las puertas del cielo,  Regocijaos. ¿Pensáis en mi mis pequeños? Juntaos a mi corazón capullos de mi corazón. Vosotros sois hijos, los administradores en estos tiempos de miseria. Podréis administrarla más bien que a vosotros ?, pequeñitos de mi corazón, os adoro, bendigo y  amo desde lo profundo de  mi corazón, y os reconozco y os perdono a través de mi Hijito, de todas las calamidades que  cometéis, los que sois culpables volved al sacramento de la reconciliación. Dad el tratamiento de palabra y de hecho unificación. A los padres dad luz, que habeis podido desataros, los libra del pecado. En mi rostro veréis a mi Hijo, pensad en Él, sentid su presencia, no dudéis de su amor y os sanará en este momento.

ORACIÓN: 

Enseñada Por La Misma Virgen María La Inmaculada Concepción

REPETID CONMIGO:

Misericordia Señor, hemos pecado, misericordia  Señor,  hemos pecado contra ti, Dios mío, en tus manos pongo mi espíritu, Dios mío en tus manos pongo mi corazón, Dios mío en tus manos pongo mis pensamientos, Dios mío, en tus manos coloco mis pecados, Dios mío, a ti te entrego mi vida, Dios mío, a ti entrego mi maldad, mi falta de amor, mi falta de orgullo,  amad a Dios.

Dios Hijo:

Mis pequeños, no seáis orgullosos del maligno, que no os trae nada a vosotros. Os confundís los unos a otros, os confundís a mi Madre,  confundís a Dios Padre, a Dios Espíritu Santo, no seáis orgullosos del demonio, sed orgullosos de mi Dios, tu Padre, tu Salvador, a quien tienes que rendir tus cuentas ahora. Haced una verdadera contrición de corazón, una verdadera confesión de boca.

Yo confieso ante Dios Padre todopoderoso y ante vosotros hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa, por eso ruego a Santa María  Siempre Virgen, a los ángeles y a los  Santos, que intercedáis por mi, ante Dios  Nuestro Señor.  Amén.
Envío mi Espíritu para que vayáis de dos en dos.

La Virgen:

Mis pequeños os habla vuesatra Madre Reconciliadora, sano vuestro corazón, vuestro interior, vuestro cuerpo, vuestra alma, vuestros pensamientos, vuestras acciones, os sano de toda maldad, destierro el maligno de vuestro corazón,  os libero,  estoy  contigo, os extiendo  mi manto, mis pequeños, mis florecillas amadas. ¿Porque no os dejáis amar mas? ¿Qué os cuesta  amaros tanto? Seguid amando. Estoy muy feliz  de que estéis conmigo, de que atendáis a mi llamado, os haré de ti a mi, y a ti, a tu familia y a tus hermanos. Os bendigo por el corazón sacratísimo de mi hijo, sus llagas, sus dolores ocultos, os bendigo en el nombre de Dios Padre y de Dios Espíritu Santo, mis pequeños, vosotros sabéis a quien os he dado en estos momentos el Don de la Sanación de mi Hijo, no lo guardéis para vos, que así como os da, se os quitará, sed prudentes, sed cautos para responder, para escuchar, no os apresuréis a mi hijo, dejad que mi hijo os apresure a vosotros, dejad que mi Hijo os vaya delante de ti, y os conduzca, no conduzcáis vos , vos sois mi pequeño a los ojos de mi Hijo. El  perdona, pero no  juguéis más con Su amor. El  sufre mucho de ver que  no cambiáis, por eso, doy el Don del Espíritu Santo, sus siete Dones Santificantes, sana a vuestros hermanos, cúralos, vosotros sabéis que ha entrado en vosotros, si en vosotros, en alguno no ha entrado, no lo habéis dejado entrar. ¿Perdonáis? no habéis perdonado; por eso os no lo habéis dejado entrar . Poneos en gracia de Dios y daré mi Espíritu que consuela, reuníos, no temáis hablad de la palabra de mi Hijo, por donde quiera que vayáis, no temáis invocarme,  Yo estaré con vosotros, con mi Ángel Custodio, con todos los Ángeles, protegiéndoos, no os dejéis atar al mal, porque  quedarais ataos, os bendigo, os amo, gracias por atender a mi llamado. Mi pequeño viene la apostasía de tu País. Buscad a mis otros pequeños, poneos en Cenáculos con ellos.

Quiero que no vayáis allí, allí no está vuestra felicidad, haced lo que mi Padre, lo que mi Hijo os digan,  debéis discernir mucho. En estos días  os daré la señal de mi más grande amor, estaréis anclado a mi Corazón Inmaculado. Os no dejaré perderos. Orad, orad más mis pequeños, haced lo que mi pequeño, mi Hijo os diga, no andéis por ahí, en tus propias convicciones, os alejarán de mis brazos, os robarán de mi, no quiero mi pequeño, os dejo por que os amo.
Tú pueblo sufrirá, pero rezad, para que seáis más consagrados a mi amor, os invito, os llamo, os invito a la Cruz,  no busquéis más cruces, , ni más formas, ni más tallas, desde que nacisteis se os dio a ti  vuestra cruz propia,  cargadla con dignidad, no la golpeéis más, os amo mis pequeños, os bendigo. En los Cielos os espera mi Hijo, y os purificará como viento renovador. El sol danzará para vosotros.  Hoy mis ojos mirarán  y iluminaré tu corazón para que podáis ir en paz, en nombre de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo. Amén.

Atended hijos, atended mis pequeños a mi llamado, os invito a regocijaros en mi Santuario, con Juan Diego, el día 14, a las 3 de la tarde. Implorad conmigo la misericordia, por mi Pueblo Colombiano, por tu pueblo, os  diré como  estará vuestro pueblo, cómo serán estos años, qué podéis hacer, para preveniros de todas las tragedias que os vienen. Os bendigo, y os amo.

 

14 DE ENERO DE 1996

3:00 PM

Dado en el Santuario de la Peña

Jesús:

Dichosos los que sin haber visto creen, dichosos  los misericordiosos, los mansos de corazón, porque de ellos será el Reino de los Cielos. Dichosos los pobres, porque su pobreza en el Cielo será la riqueza de espíritu, por ello llegarán a la Gloria de mi Padre.

La Virgen:

Queridos hijitos míos, florecillas de mi jardín. Agradáis el interior de mi Hijo. Mis pequeños, os bendigo en nombre de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo. Os he invitado a vosotros para que seáis los testigos de los mensajes que mi Hijo os quiere comunicar.

Mi Hijo, os manda decir que vosotros no rezáis, que vosotros no os ponéis en gracia de Dios. Mis pequeños, mi hijo os manada decir que no rezáis,  vosotros no tenéis fe, que vuestra fe está lejos de Él. Como no rezáis, no sabéis orar, orad  Conmigo.

Soy vuestra Madre Reconciliadora. Os elijo para que seáis mis testigos. Recogeos y abandonaos en la presencia de mi Hijo mis pequeñas florecillas, mi Hijo, agradece que  volváis a la oración. Vosotros mis pequeños, sois mis testigos. Tu pueblo sufrirá.

Soy vuestra Madre Reconciliadora, no dejéis que el maligno toque las puertas de vuestro corazón. La oración es muy importante mis pequeños, abandonaos en la Misericordia de mi Hijo. ¿Os abandonáis? vuestras oraciones subirán como incienso a mi hijo, entregadlas a Él como ofrenda de amor. Mis pequeños, no busquéis sacrificios, mi Hijo no os pide sacrificios, sólo os pide se abandonen en su Corazón Misericordioso. Mis pequeños, mis anuncios os están llegando por la revelación. Haced lo que mi hijo os diga, poneos en gracia de Dios, ¿Que os cuesta acompañarme en mi oración? ¿Acaso os sentís más felicidad cuando estáis en la gracia del demonio? No os dejéis llevar del maligno, pues él es muy astuto, él sabe que vosotros os acercáis a mí y quiere impurificar vuestros corazones llenándolos de cizaña, llenándolos de maldad, de odio, de incomprensión, no lo dejéis entrar en vosotros, no le abráis las puertas, no os  quiero perder a mis pequeños,  mis Sacerdotes, mis Religiosos, mis amados siervos, entregaos todos a mi Dios.

Mi pequeño,  seguid enseñando a ellos, no os  ocultéis, a cada uno de vosotros,  mi Hijo  tendrá con vosotros un juicio independiente. Alejaos ahora que podéis. Regocijaos en El, estad en gracia. Buscad  la paz en vuestros corazones. Que feliz es andar por los caminos de mi Hijo y cuánto os cuesta sembrar la semilla; para que  el fruto lo rechacéis  y lo echéis en tierra árida y seca. Confesaos. Contad a mi Hijo todos los pecados. El tendrá misericordia de vosotros. Seréis corazas y podréis abrir vuestro corazón. Dejadlo entrar. No lo ofendáis mas con vuestros escupitajos.

Queridos hijitos míos. Pedacitos de mi corazón. No busquéis más problemas. No busquéis más caminos. Caminad pequeños con mi Hijo, el os entregará la gloria y vosotros debéis buscarlo todos vuestros días.

Orad por el Papa Juan Pablo II, por mis intenciones, mi Hijo le ha revelado a el, muchas cosas que en vuestros  tiempos se cumplirán.

En vosotros mis hijos, mis pequeños, está vuestro futuro. Volveos a Él como un manantial en vuestras casas, rocío de cascada nueva.

Formad mis pequeños verdaderos Cenáculos de amor. Buscad la paz, dejaos enseñar por mí Hijo.

Aunque no reconozcáis mi presencia como vuestra Madre, reconoced la presencia de mi Hijo, aunque no me queráis a mi, tened mi pequeño, mi pequeñito, mi capullito de amor, no os importe con vuestros vecinos, dejad que ellos busquen a Dios. Dejad que ellos caminen, pues  vuestro interior agrada a mí señor, os bendeciré mis pequeños, con vuestras tratos indiferentes. En estos tiempos de dura purificación de ecumenismo, está por llegar una verdadera apostasía eclesial. Está por venir mi Hijo, poneos en gracia de Él. Orad, Orad, Orad. Vivid en fraternidad con vuestros hermanos, con vuestros hijos, con vuestros padres, con vuestros enemigos, con aquellos que no te quieren, que no desean nada bueno. Orad por tus hermanos separados. Rezad por ellos, para que se conviertan a mi pequeño, para que  descubran que el Camino Verdadero es la muerte. Reconoced en vosotros como mi pequeño os sigue amando, que ya está su Copa derramando sangre por tu indiferencia en el dicismo.
Queridos hijitos míos, estos lugares que he escogido para vosotros. Plantaos en este lugar santo mi jardín y cantéis mis canciones.

Os amo, aunque no reconozcáis la presencia de mi Hijo Salvador entre vosotros. Os vuelvo a decir mis pequeños, cumplid los Mandamientos  de mi Hijo, cumplid con confesarte, ponte en gracia de mi Dios, de mi Hijo amado, entre vosotros llegará como fuego renovador a purificar vuestros corazones. Entregad vuestros cuerpos, vuestras almas a Él. Cuántos de mis pequeños  sufren, por no haber entregado sus almas a mi Dios, y por haberos entregado al demonio. Vosotros mis pequeños no podréis seguir viviendo el ecumenismo. Pues por lo tanto, vosotros no reconocéis su amor, no le conocéis porque con vosotros está y su Nombre es el Señor. No habléis de otros dioses, no busquéis más dioses, os tienen a todos en el destierro, no busquéis el placer, el dinero y las cosas vanas. Se van con el tiempo y vosotros solo os quedáis con las manos vacías, no acumuléis los bienes como el joven rico,  entregaos todo tu cuerpo, tu corazón a mi pequeño, no labréis mas tumbas entre vosotros,  no labréis la muerte. La tierra  está cansada de recibir a gritos vuestra sangre, poneos en paz, reconciliaos,  vuelvan mis pequeños.

Con gran preocupación vuestras duras guerras, de los sufrimientos. Regocíjate en mi Manto Celestial, Yo os protegeré de Lucifer, de todos vuestros enemigos.  Entregaos como semillas a mi Pequeño, el dará muchos frutos en vuestros hogares. Rezad el Santísimo Rosario, rezadlo ahora más que nunca, rezadlo, invocadme, Yo estaré en tu presencia entre vosotros, como vuestra Madre Reconciliadora, rogando por vuestras seguridades. Os amo, mis hijos, los bendigo en el nombre de  Dios Padre, en el nombre de Dios Hijo, de  Dios Espíritu Santo.
Mis pequeños, os he escogido en este lugar santo, para que seáis  mensajeros de mis palabras, las palabras de mi pequeño Hijo.

No guardéis, no os atesoréis, no guardéis más pecados, guardad el amor en tu corazón, y cuando tengáis amor, dadlo a conocer mis pequeños, son muchos mis pequeños los que no escuchan, los que no creen, los que no oran y por lo tanto no quieren seguir el camino de mi Hijo.

Recogeos. os vienen duras guerras, batallas, injusticias. La tierra se calentará. Yo estaré ahí. ¿Vosotros invocáis mi Nombre, para vuestra protección? Pero si no reconocéis el Nombre de mi Hijo. Yo os amo, y os bendigo, aunque me ultrajéis, aunque mi pureza se vaya al suelo, yo os amo, aunque mi humildad se vaya a la gloria del demonio.

Quered a mi Hijo aunque no me queráis a mí. Yo os bendigo, porque yo quiero salvaros, dejaos salvar. Uníos a mi corazón.

ORACIÓN  Dada  por la misma Virgen María, la Inmaculada Concepción, en el Santuario de la Peña.

«Yo os cobijo mis pequeños. Repetid conmigo»:  

Dios Padre, yo os amo y os entrego todas mis enfermedades espirituales, físicas y os digo. Yo os amo y  entrego todo lo que fui, todo lo que soy  y todas mis intenciones. Dios Espíritu Santo, yo os abandono y os entrego mi cuerpo al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, para que os lave de vuestras culpas, de vuestros pecados, de vuestras malezas, de vuestras injurias, de vuestra soberbia, de vuestra falta de prudencia , de vuestra falta de humildad, de nuestra falta de compromiso. Amén.

María:

Mis  pequeños, vosotros no os comprometéis con Dios, vosotros no aceptáis sus compromisos, vosotros buscáis  donde el maligno esta, no dejéis que os lleven a los caminos del pecado, de la muerte, él es astuto y  os pone muchas tentaciones a vosotros, seguid mi pequeñito a mis profetas, dejaos guiar por ahí, poneos en diálogo de amor con tus otros amiguitos, con mis otros pequeñitos en la tierra, con mis otros pequeñitos en el Cielo. Yo  descenderé con todos mis santos y  guiaré por el camino a mis pequeños, doy a vosotros  mi corazón, mis pequeños,  doy a vosotros el camino de como podéis llegar a mi Hijo, rezad mi Rosario, invocad  la Misericordia  de mi Hijo. Rezad en familia, orad con tus amigos, con tus vecinos, con los que no te quieren, orad por ellos, bendecíos en Nombre mío, aunque no quieran aceptar mi bendición maternal. Yo os adoro, Yo quiero salvaos, de las garras del maligno, Yo os prometo que si oráis conmigo vendré y descenderé con mi Hijo, para desterrar el maligno y vencer la Gloria por vosotros, pero vosotros, entregaos, y sembraos como semillas en este Lugar Santo, que mi Hijo os ha escogido para llamaros a vosotros mis pequeños. Estaré con vosotros el día de Pentecostés, os aseguro, que si oráis con el corazón veréis la Gloria de mi Hijo. Venid a mí, venid a mi Hijo, dichosos aquellos que sin haberlo visto creen. Bienaventurados vosotros mis pequeños, porque escucháis, aunque no nos veáis, porque sabéis aunque no queráis escuchar. Bienaventurados vosotros que andáis con mis otros pequeños necesitados, bendecíos mis hijos, Yo os amo y os entrego mi Corazón Inmaculado, como gotas de rocío, para que os purifiquen, para que os bañen vuestros pecados, para que desciendan y laven vuestras entrañas y vuestros corazones.

Mi Espíritu Santo y el don de su entendimiento, descienda para que seáis más y aprendáis a conocer mis preceptos.

Volveos a Dios, a la Iglesia, que aún son aceptados y no dudéis de la presencia de los míos, si dudáis, el maligno  señalará tu camino, no temáis Yo estoy con vosotros. Os amo mis hijos, sembrad lo que sois, olvidaos de vuestros pecados. Comunicadlo a vuestro Pueblo Colombiano. Os bendigo en nombre de Dios Padre, de mi Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo. El futuro está en vuestras manos. No os dejéis que la ley del hombre, que quiere imponeros todo Régimen del maligno, para que a vosotros caigáis en la trampa de una dura guerra que se avecina. Tenéis que orar mucho con mi Hijo. Recogeos pues, vuestro pueblo sufre y el mundo sufre, Os amo. Gracias por atended mi llamado. Si os dejáis sanar mi  Hijo os sanará. Si  dais su amor, amor recibiréis, si orgullo dais, orgullo recibiréis, no tendréis consuelo. Daos a vuestro pueblo Colombiano en este día escogido por mi Hijo. Arrodillaos honradamente, es vuestro DIOS, a quien os pido para que os ame; para que  interceda, mis pequeños. Los hombres con indiferencia no os crucifiquéis más. Mis pequeños, volveros al Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Mis jóvenes, no os dejéis llenar de sectarismos, alejaos del demonio?
Padres, en vuestros hijos encomiendo mi Hijo.  Hijos, en vuestros padres encomiendo mi Padre.
Mis pequeños, bendigo vuestros santos Rosarios, Mi pequeño, id por todo el mundo, hablad de mi hijo, vuestro interior agrada a Él. Gracias por atender a mis súplicas. Gracias por atender a este Lugar Santo. Os bendigo mi pequeño. Os amo.

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