15 DE SEPTIEMBRE DE 1998
Dado en Medellín, el día de Nuestra Señora de los Dolores
Mensaje de María
HIJOS :
Acepten su cruz. Por medio de la oración descubran la felicidad en medio del dolor.
Confíen, Oren, vivan en la paz de Dios.
Hijos míos:
Vivan en el amor, logren la comunión a través del amor. Por medio del amor ustedes pueden alcanzar muchas cosas. Practiquen el amor. La eucaristía es un acto de amor.
Hijos míos:
Oren porque a través de la oración pueden derrotar a Satanás. Vuelvan al sacrificio, la madre de Dios va a estar con ustedes.
Hijos míos:
Yo trasmito mis mensajes a ustedes para que los vivan. Vívanlos alrededor del mundo.
Yo los trasmito para que el mundo sepa lo que ahora deben hacer, por el camino por el cual deben ir.
Hoy los invito a iniciar un camino de conversión. Muchas veces este camino es interrumpido pero otras veces es firme ante los obstáculos de la vida. Perseveren conmigo.
Oren con toda el alma, oren con todo el corazón. Conviértanse de corazón se los pido.
Pequeñitos, florecillas de mi jardín. Mi corazón hoy más que nunca esta sumergido en un mar de dolor. Ustedes viven inconscientes de la suerte que les espera, dejan sus días en un estado de ignorancia, indiferencia, de completa incredulidad, dejan sus vidas en manos del enemigo que con toda clase de mentiras los seduce y engaña.
Pidan a Dios el discernimiento para hallar sabiduría entre lo bueno y lo malo y Él se los dará. Él que es un Padre de amor todo lo hace por sus hijos sedientos de misericordia.
Aléjense del pecado, no pierdan las gracias de Dios en momentos de vacío y confusión.
Pequeños, Dios esta enviando señales extraordinarias de su amor a ustedes para advertirles el peligro que corren, por eso recójanse en familia, mediten en familia, sean oración en familia, sean Iglesia domestica.
Eviten pequeños el horror de la humanidad llena de armas y violencia, evítenlo con sus plegarias y oraciones.
Hijos:
Sus respuestas están sujetas a su entrega a la Divina voluntad.
Mis capullos:
Cuanto los amo. Yo soy vuestra Señora del Silencio. Os invito a escuchar la voz de Dios en medio de la soledad y el ruido del hombre en estos últimos tiempos de mi nueva aurora.
Soy la Inmaculada Concepción vestida de silencio, lagrimas, amor, y anhelos de paz para mis hijos.
Paz a vosotros tierra herida y suplicante.
Vengo a vosotros como Madre de Conversión y Reconciliación entre todos los pueblos y gentes del mundo.
Hijos:
El poder de intercesión a los santos y ángeles es signo de entrega y confianza. Entregaos cada vez más y caminad conmigo en medio de mi Corazón Inmaculado y el Corazón de mi Hijo Jesús. Santa Bernadette de Soubirous, Santa Margarita de Alacoque, Venerable Catalina Emmerick, Sor Faustina Kowalska, Jacinta, Francisco y Lucía. Ellos confiaron en mi y esperaron con paciencia. Imitad sus vidas, ellos fueron felices aún en el dolor y todo lo dejaron por Dios. Pequeño, capullo de mi corazón, no te prometo hacerte feliz aquí en la tierra, pero si en el cielo.
Hijos:
Guarden los tesoros del cielo. Piensen en los pájaros del aire que no siembran ni cosechan y su padre los cuida y en los lirios del campo. Busquen el reino de Dios, confíen en la divina providencia.
Es mi deseo que sean felices aquí en esta tierra dada por herencia. Es mi deseo que cada vez más hijos se consagren a mi Corazón y al de mi Hijo. Mi Hijo y yo queremos imprimir en ustedes el regalo del amor.
Pequeño:
El hogar San José es solo otro punto en el plan de Dios, a través del cual todos se unan en una fraternidad de amor trinitario.
Hijos:
No busquen el protagonismo, busquen por el contrario que Jesús sea protagonista en sus vidas y triunfe en sus corazones.
Esperen, amen, acepten, vivan, vivan en mi.
Hijas:
Me uno a sus oraciones y suplicas. Guarden el celo por la Iglesia que es su coraza y su recompensa. En el aniversario de sus bodas yo abriré una luz en lo alto del cielo para ustedes mi rebaño consagrado.
Vayan en la paz de Dios.