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[SdeT] El Consejo Pontificio Justicia y Paz ha hecho pública una nota que se denomina “Por una reforma del sistema financiero internacional en la perspectiva de una Autoridad pública de competencia universal”, en vísperas de la reunión del G20, en la que aboga por un Banco Central Único, que necesariamente llevaría a una autoridad política también única, cristalizando así el Nuevo Orden Mundial.

Quiera Dios que detrás de esta nota de la CPJP haya otras variables políticas que desconocemos o sea parte de una operación mas amplia,  y que no se acabe solamente en lo que plantea literalmente, que avala un gobierno económico y político mundial.

Quitando los aspectos doctrinales, que abundan en el documento, es necesario ir a lo sustancial para evaluarlo, a la propuesta concreta, y ahí es válido preguntarse:

¿No alcanza con comprobar lo que están haciendo los burócratas de la ONU con el aborto, que a pesar que no existe jurisprudencia internacional sobre el derecho al aborto presionan a los países miembros con ello, que ahora esta oficina quiere crear un organismo de mucho más poder, que de hecho manejaría la economía mundial?.

Este dios humano, un Leviatán, que ahora está legitimando quien menos debería hacerlo, el Vaticano, no es ni más ni menos que el gobierno mundial que quieren los grupos de poder que dominan el mundo por detrás, y que impulsan la agenda del aborto, el descenso de la población a cualquier precio, la precariedad como estilo de vida, la homosexualidad y la ideología de género, etc., todo lo contrario a lo que la Iglesia Católica sostiene. Es el Nuevo Orden Mundial, que vemos actuante en la ONU, en la cual los burócratas operan una agenda que no es la que surge del consenso de los paises miembros sino de otras instancias.

El planteo del CPJP peca de ingenuo, porque le dará mucho más poder a estos grupos que quieren gobernar, ya sin trabas, el mundo, y con un poder reforzado podrán seguir mas eficientemente la violenta política de descristianización que llevan adelante.

¿O acaso creen que no va a suceder como en la ONU que la burocracia internacional es la que maneja en la práctica las agendas?

El documento dice que “la Autoridad mundial deberá entender su facultad de orientar y decidir, así como de sancionar sobre la base del derecho, como un ponerse al servicio de los varios países miembros, para que crezcan y posean mercados eficientes y eficaces”. Para que todo ello sea posible, es preciso recuperar “el primado de lo espiritual y de la ética y, con ello, el de la política, responsable del bien común”.

La dificultad práctica de este discurso es plantear una estructura de gobierno mundial, que para su funcionamiento correcto, necesita recuperar el «primado espiritual de la ética», y no al revés, dando de hecho el aval para la conformación de una super estructura de gobierno mundial que se le escapará del control a aquellos en quienes priman lo espiritual y la ética, y luego que ya está instalada en el mundo, será la que verdaderamente uniformizará la vida en el planeta según lo que quieran los grandes grupos de poder.

Una demostración clara de esto es la influencia que tuvo la moral, dentro de los operadores, en la generación de la crisis económica de 2008. La teoría del riesgo moral, que allí se confirmó, dice que cuando las personas están efectivamente aisladas de las posibles consecuencias negativas de sus decisiones, son más propensas a tomar riesgos que de otro modo no tomarían, sobre todo con el dinero de otras personas. Cuanto mayor sea el alcance de la garantía, mayor es el riesgo moral. Se crea, por tanto, un incentivo enorme para privatizar ganancias y socializar las pérdidas, como sucedió con el Wall Street.

LAS PROPUESTAS ECONÓMICAS

La nota del CPJP recomienda «formas de recapitalización de los bancos con fondos públicos”, o sea fondos frescos de los paises, dando en última instancia el mensaje a los operadores financieros, que hagan lo que hagan siempre puede recurrir a los contribuyentes para salvarle.

Y por otro lado, no toma en cuenta los altos niveles de deuda pública y déficit en muchas economías desarrolladas como para derivar fondos para el rescate. ¿Cómo podrían los gobiernos proporcionar los fondos públicos mencionados cuando ya están tan fuertemente en deuda y se tambalean bajo el peso de las obligaciones fiscales? ¿Aumentando los impuestos?. ¿Dejando de cumplir obligaciones ya comprometidas?.

Finalmente llegamos a la más «vidriosa» de las propuestas, un Banco Central Mundial, del cual ya hablamos sobre su inconveniencia estratégica política. Este planteo también es inadecuado desde el punto de vista económico.

Una gran parte de la culpa del desastre económico actual es directamente atribuible a los bancos centrales. Solo basta señalar que el dinero fácil de las políticas de la Reserva Federal a partir del 2000 desempeñó un papel determinante en la creación de la burbuja del mercado inmobiliario de Estados Unidos, el desarrollo cuestionable de securities y el colapso subsiguiente del 2008. Y el Banco Central Europeo tampoco ha sido garantía de eficiencia.

¿Pero por qué, teniendo en cuenta los fracasos evidentes de los bancos centrales nacionales y regionales, alguien supone que un banco central global no va caer en los mismos errores?

El ejemplo del Banco central Europeo nos da la medida en su fracaso de establecer un formato único para todos los tipos de interés para economías tan diferentes como Grecia y Alemania. De hecho, es simplemente imposible para cualquier individuo u organización saber cuál es la óptima tasa de interés para todos los países de la UE, por no hablar del mundo.

Estas ideas de que la acumulación de poder y centralización vuelve más eficiente las decisiones ha sido refutada una y otra vez por los grandes imperios de la historia, ¿o acaso no se acuerdan de las ineficiencias del último imperio centralizado que fue la Unión Soviética?

En conclusión, si no hay más que esto en la propuesta del CPJP, o sea la eventualidad que esta nota sea parte de otras estrategias que se estan jugando por otros caminos, daría la impresión que esta propuesta es apresurada e ingenua.

Apresurada porque apresura la consolidación del poder global de los super grupos económico-políticos del mundo al darles el aval para un gobierno mundial, que terminará en sus manos en última instancia. E ingenua porque se basa en una teoría del «deber ser, ideal», como si los hombres y las sociedades se manejaran hoy de manera moral y franca, sin considerar que los mecanismos que propone ya han fracasado en su funcionamiento en la práctica.

Fuentes: SdeT, The Corner, Zenit, Religión en Libertad, Vatican Insider,

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