Mexicano poseso al que Francisco impuso las manos cuenta su historia

Un calvario de 14 años con 4 demonios adentro.
Según lo que cuenta el papa sabía perfectamente que estaba poseído, lo vio en trance desde que le besó el anillo y lanzó un rugido, e igual así le impuso las manos.

 

imposicion de manos de francisco

 

A raíz de esto, el exorcista Gabriele Amorth le pide a Francisco que permita que todos los sacerdotes puedan exorcizar porque no se da abasto.

«Te conjuro, Satán, enemigo de la humana salvación, que reconozcas la justicia y la bondad de Dios Padre, el cual condenó con justo juicio tu soberbia y envidia». Así comienza la fórmula imperativa del exorcismo, una frase que Ángel V. ha escuchado en numerosas ocasiones.

Este hombre de mirada lánguida y afligida y maneras suaves -al menos mientras no cae en uno de sus trances- es mexicano, procede del estado de Michoacán, tiene 43 años, dos hijos, y cuatro demonios metidos en su interior.

Cuatro demonios que -dice- le atormentan desde hace 14 años y de los que no han conseguido librarle ninguno de los más de una decena de exorcistas que le han examinado en los últimos años, incluidos algunos de los más reputados especialistas en combatir al maligno como el padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma desde hace 26 años y autor de más de 160.000 exorcismos.

Todos ellos se muestran convencidos de que el de Ángel es un caso incontestable de posesión diabólica. «No me cabe ninguna duda», asegura a Crónica el padre Amorth.

Ángel se ha convertido en los últimos días en el endemoniado más famoso del mundo. Todo, después de que diera la vuelta al planeta un vídeo rodado el pasado domingo, por las cámaras del centro televisivo vaticano, en el que se ve como el Papa Francisco le impone las manos sobre la cabeza con energía, en un gesto que muchos especialistas -y la propia cadena de la conferencia episcopal italiana- no han dudado en calificar como un exorcismo.

El Vaticano lo ha negado, asegurando que el Papa se limitó a rezar una simple oración. Pero las imágenes y, sobre todo, las dudas están ahí.

Santidad, esta persona necesita su bendición. Le han visto 10 exorcistas, le han hecho más de 30 exorcismos y los demonios que lleva dentro no quieren salir.

Mis condiciones de salud no me permiten trabajar.

El padre Juan Rivas, el sacerdote mexicano que ha acompañado a Ángel en su encuentro con Francisco, asegura a Crónica que fue con esas palabras exactas con las que presentó al Papa a Ángel.

El Papa saludó a Ángel, éste le besó el anillo pontificio y en ese momento cayó en trance. Entonces le puso las manos en la cabeza y en ese momento se escuchó un alarido terrible, como el rugido de un león. Todos los que estaban allí lo escuchamos perfectamente.

El Papa, por supuesto, lo oyó, los encargados de su seguridad así como una niña que había a nuestro lado. Pero a pesar de ese rugido espantoso, el Papa no se dejó impresionar y siguió adelante con su oración, como si ya antes hubiera afrontado situaciones similares.

 Ángel asiente con lentitud. Dice que se encuentra mejor, que el rezo del Papa le ha hecho mucho bien. La prueba es que se presenta a la cita con Crónica andando por su propio pie, mientras que al encuentro con el Pontífice acudió en silla de ruedas.

Pero aún tengo los demonios dentro, no se han ido, explica este hombre que asegura que sabe perfectamente el momento preciso en el que el maligno entró en su cuerpo.

P – ¿Cuándo y cómo se apoderó de usted el diablo?

R – Fue en 1999, un día que regresaba en un autobús desde México DF a mi localidad natal, en Michoacán. Sentí que una energía entraba en el autobús. No la vi con los ojos, pero la percibí. Noté que se aproximaba a mí y que se colocaba enfrente de mí. Y, de pronto, noté como una estaca que se me clavaba en el pecho y luego, poco a poco, la sensación de que se me iban abriendo las costillas.

 Ángel estaba convencido de que aquello era un ataque al corazón y de que iba a morir. Pero no murió. A partir de ese momento su salud se fue deteriorando.

Todo lo que comía lo vomitaba. Sentía pinchazos en todo mi cuerpo, como si lo tuviera repleto de agujas. Hasta las sábanas me hacían daño. Empecé a no poder caminar. Cada día respiraba con mayor dificultad. No podía dormir, y cuando lo conseguía tenía unas pesadillas espantosas relacionadas con el mal.

Y empezó a tener trances en los que blasfemaba y hablaba en lenguas desconocidas. Los médicos no eran capaces de explicar lo que le ocurría a ese hombre de 30 años que hasta entonces había sido un dechado de salud. Le hicieron radiografías, análisis, pruebas…

Pero no daban con la causa de mis problemas.

Estaba tan mal que un día le fue a visitar un primo suyo, sacerdote, para confesarle y darle la extrema unción.

En total me han dado ya cuatro veces los santos óleos, cuenta.

Pero no sólo no murió, sino que ese sacramento le alivió un poco de sus penalidades, notó una mejoría. Ángel empezó a rezar con devoción al Señor de la Misericordia, cuya estampita le había llevado su primo. Siempre ha sido católico, siempre ha ido a misa los domingos, pero dice que no rezaba bastante. Empezó a sentirse un poco mejor y, en agradecimiento, llevó una imagen del Señor de la Misericordia a la Iglesia de San Agustín en Morelia, la capital del estado de Michoacán. Notó cierto alivio, pero seguía teniendo recaídas y seguía sin entender que le ocurría. Hasta que un día asistió en Morelia a la conferencia de un sacerdote ucraniano.

Santidad, esta persona necesita su bendición. Le han visto 10 exorcistas, le han hecho más de 30 exorcismos y los demonios que lleva dentro no quieren salir.

La persona que le acompañaba y le hacía de traductor era un médico que había convivido con el Padre Pío, el santo de los estigmas. Le conté lo que me ocurría, lo mal que me sentía. Él me puso en el pecho una reliquia del padre Pío y en ese momento vi una luz especial que me rodeaba, sentí una gran paz. Pero al mismo tiempo, noté algo que empezaba a arañarme dentro de mí. Ese algo me tiró al suelo y comenzó a manifestarse. Yo no podía hacer nada, esa presencia era más fuerte que yo, me dominaba.

Era 2004. Después de cinco años sin entender lo que le ocurría, sin saber lo que le pasaba, Ángel recibió un nuevo diagnóstico: estaba poseído por el diablo. Ese mismo día le practicaron también su primer exorcismo.

P – ¿Cómo reaccionó ante la idea de estar endemoniado?

R – Me dio muchísimo miedo. Y también me sentí muy sucio al pensar que dentro de mí había un ser maléfico. Mi familia reaccionó al principio con incredulidad y, de hecho, entre mis hermanos hay algunos que aún siguen siendo escépticos, que creen que lo que tengo es fruto de un desequilibrio psicológico. Sé que hay mucha gente en todos los países del mundo que está pasando por eso mismo. Gente que se siente incomprendida por su familia, por sus amigos y, en ocasiones, hasta por la propia Iglesia, porque no en todas las diócesis hay exorcistas. También porque hay sacerdotes que no creen en la posesión diabólica, que consideran que se trata de problemas psiquiátricos. Hay muchos poseídos que terminan en manicomios y se mueren sin saber lo que les pasa. Es para tratar de ayudarles por lo que he decidido conceder esta entrevista, la primera que doy en mi vida.

A partir de ese momento, Ángel empezó a buscar desesperadamente exorcistas, a tratar de encontrar a alguien capaz de extirparle los demonios.

Primero busco ayuda con uno en México DF, que le practicó cuatro o cinco exorcismos.

En uno de ellos ese sacerdote le preguntó al demonio que cómo había entrado dentro de mí y éste le dijo que había sido por un maleficio que me hizo una persona.

Ese exorcista fue trasladado a otra parroquia y Ángel pasó a otro, que tampoco logró librarle de sus demonios. Alguien le recomendó entonces que viera al padre José Antonio Fortea, el más famoso exorcista español. El primer encuentro tuvo lugar hace ya tres años, en México, donde Fortea conoció a Ángel y a su familia y le asesoró. Y el segundo hace pocos días en Roma, donde el sacerdote oscense, se encontraba terminando su tesis doctoral sobre demonología.

La posesión que al parecer sufre Ángel ha convertido en una pesadilla la vida de ese hombre licenciado en Mercadotecnia por la Universidad de Guadalajara y que tenía su propia empresa de publicidad.

Hace un año la tuve que cerrar, mis condiciones de salud no me permiten trabajar. Para poder mantener a mi familia he tenido que vender mi casa y otro apartamento que teníamos. Ahora vivimos en una casa que nos ha prestado mi suegra. Por suerte, no estoy en dificultades económicas, con la venta de las dos casas nos llega para vivir. Pero quiero hacer una vida normal. Sobre todo por mi esposa y mis hijos, de 6 y 11 años. Por suerte mis dos niños nunca me han visto en trance. Pero saben que estoy enfermo, dice entre lágrimas.

Los últimos ocho meses, asegura, han sido de terror. No podía salir de casa de lo mal que me encontraba. Estaba tan grave que una vez más le dieron la extremaunción.

Y una noche tuvo un sueño:

Vi al Papa Francisco vestido de rojo, rezando, con un incensario en la mano y rodeado de obispos y cardenales. No le di importancia, pero cuando me levanté encendí la televisión y vi una misa del Papa, vestido de rojo y con un incensario en la mano, rodeado de obispos y cardenales. Y me pasó por la cabeza una idea: ¿Tendré que ir a Roma? Además, en esa época estaba leyendo el libro del padre Amorth, El último exorcista, en el que se dice que tanto Benedicto XVI como Juan Pablo II habían realizado exorcismos y oraciones liberatorias a poseídos.

Ángel cuenta que dudó mucho sobre si debía viajar o no a Roma.

Estaba muy mal, tenía miedo de morir lejos de mis hijos, de mi familia, dice.

Le pidió a Juan Rivas, un sacerdote mexicano que conoció hace dos años, que le acompañara. Y, el pasado día 7, los dos se plantaron en la Ciudad Eterna.

Después de tratar en tres ocasiones de saludar al Papa sin éxito, el domingo pasado la divina providencia nos ayudó y conseguimos por fin encontrarle y que dijera una oración, cuenta Juan Rivas.

El padre Amorth vio a Ángel al día siguiente de su encuentro con el Papa, el martes pasado.

No hay duda de que está poseído, asegura a Crónica este especialista que, a sus 88 años, ha realizado unos 160.000 exorcismos y que considera que Ángel padece un tipo de posesión muy especial: la posesión con mensaje.

No sólo estaría endemoniado sino, sostiene él, el diablo que lo habita se vería obligado por Dios a transmitir un mensaje.

Es un buen chico, ha sido elegido por el Señor para mandar un mensaje al clero mexicano y decirle a los obispos que tienen que hacer un acto en reparación por la horrenda ley del aborto aprobada en Ciudad de México en 2007 y que supone un ultraje a la Virgen. Hasta que no lo hagan Ángel no será liberado.

Ángel ha recurrido en los últimos años a distintos exorcistas. Pero sin lograr resultados.

Hay momentos en que parece que los demonios van a salir. Los noto en la boca, medio fuera, siento que se me hincha el cuello. Pero no se van.

El Vaticano minimizó el incidente con el portavoz Padre Federico Lombardi dijo que el Papa no tenía la intención de realizar un exorcismo «, sino una» oración de una persona que sufre ».

Pero el padre Amorth insiste en la «oración» era un ritual de exorcismo. Él le dijo al periódico: «El sacerdote dijo a Francisco: Mira, esto es un hombre joven que está poseído por el diablo». Y el Papa lo bendijo y oró por él, que era un exorcismo real y adecuada.

EL PADRE AMORTH ABUNDA MÁS SOBRE LOS EXORCISMOS

El Padre Gabriele Amorth, presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, hace un llamamiento para relajar la regla y que todos los sacerdotes puedan llevar a cabo el ritual debido a la falta de exorcistas.

El exorcismo del Papa es signo luminoso ya que una de las principales causas del ateísmo de hoy es que la gente no cree en el diablo más. Jesús dijo: «Quien no está conmigo, está con Satanás».

Y agregó: Vivimos en una época en la que Dios se ha olvidado. Y donde quiera que Dios no está presente, las reglas las pone el diablo.

Hoy, por desgracia, los obispos no nombran exorcistas suficientes. Necesitamos muchos más. Espero que Roma env;ie instrucciones a los obispos de todo el mundo pidiéndoles que nombren más exorcistas. 

El ex Papa, Benedicto XVI, nunca realizó oficialmente un exorcismo, pero Juan Pablo II es conocido por haber llevado a cabo al menos tres exorcismos durante su mandato.

El Padre Amorth afirmó el Papa Juan Pablo II ha sido un poderoso exorcista. Él dijo:

Juan Pablo II luchó muchas veces en contra de Satanás.

A pesar de que está muerto, sigue presente hoy en día en muchos exorcismos. Si usted cita su nombre durante un exorcismo, la persona poseída en realidad echa espuma por la boca con furia.

El Padre Amorth, quien ha ocupado el cargo desde hace 28 años, es conocido por su personalidad abierta y ha criticado tanto el yoga como a Harry Potter.

Él dijo:

La práctica de yoga trae el mal como lo hace la lectura de Harry Potter. Ambos pueden parecer inocuos pero que ambos se ocupan de magia, que conduce al mal.

Y agregó:

El yoga es obra del Diablo.  Crees que lo estás haciendo para estirar tu mente y cuerpo, pero conduce al hinduismo. Todas estas religiones orientales se basan en la falsa creencia de la reencarnación.

Y respecto a Harry Potter:

La gente piensa que es un libro inofensivo para los niños, pero es acerca de la magia y conduce al mal. En Harry Potter el diablo está en el trabajo de una manera astuta y hábil, está usando sus extraordinarios poderes de la magia y el mal.

Satanás está siempre oculto y lo que desea más que nada es que la gente crea que no existe. Estudia a todos y cada uno de nosotros y nuestras tendencias hacia el bien y el mal y luego nos tienta.

Mi consejo para los jóvenes sería la de mirar hacia fuera de las discotecas, porque el camino es siempre el mismo: alcohol, sexo, drogas y sectas satánicas

Fuentes: El Mundo, Daily Mail, Signos de estos Tiempos

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