La ingenuidad del discurso políticamente correcto en occidente.
Quizás la frase “los pueblos que no reconocen su historia están condenados a repetirla” sea la más adecuada para describir lo que está sucediendo con el Islam y occidente, y como muestra basta un botón. Mientras en Siria islamistas crucifican a dos cristianos que se les oponen, en Inglaterra se encarcela un hombre por denunciar públicamente al Islam con palabras escritas por el propio Wiston Churchill.
Estos dos sucesos son una muestra de que occidente no registra los peligros que trae el islamismo, ni siquiera luego de los propios atentados islamistas en occidente. Y esta ‘ingenuidad” del discurso políticamente correcto – que pena la denuncia cuando se le atribuye a una comunidad protegida, aunque los hechos sean calificados como nefastos -, es la grieta por donde se está infiltrando el islamismo en occidente, bajo el paraguas del islam pacífico.
ISLAMISTAS CRUCIFICAN A DOS HOMBRES EN SIRIA
Siete personas murieron el martes pasado en Raqqa a manos de terroristas islámicos del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL). Al menos dos de ellos fueron crucificados en la plaza, según ha informado un grupo disidente dentro de la ciudad, cercano a la oposición siria, que fundó la red «Raqqa es masacrada en silencio.»
Los siete hombres fueron acusados de espionaje, intento de asesinato de los líderes de ISIL y detonado una granada. Las imágenes difundidas por los activistas muestran claramente a dos personas diferentes crucificadas públicamente, mientras que hombres e incluso niños están viendo.
Desde hace un año la ciudad siria está en manos de los islamistas, que han establecido un califato islámico e impuesto la sharia sobre todos los habitantes, musulmanes y cristianos.
En particular, después de haber destruido las cruces, quemado Biblias y establecido su cuartel general en una iglesia, los islamistas han impuesto un tributo humillante para los cristianos, que para mantener su fe tienen que pagar al Emir 13 gramos de oro puro.
Los musulmanes también han prohibido fumar y escuchar música y el que no participa de las oraciones del viernes o no lleva el velo es azotado en la plaza.
No es la primera vez que los terroristas crucifican a un hombre: el primer caso había ocurrido en marzo, cuando un hombre fue colgado en una cruz de madera por «robar y matar a un musulmán». El castigo se ha decidido «de acuerdo a lo que prevee la sharia».
El grupo activista que ha publicado la imágenes de la crucifixión nació hace poco, según lo informado por AFP, y está tratando de contrarrestar la autoridad de los terroristas. Según declaraciones a la agencia de prensa, ISIL habría secuestrado por las protestas del año pasado a más de un millar de personas, que aún estarían encerrados en prisiones desconocidas.
«ISIL ve a los activistas como una amenaza a su poder y los quiere eliminar. Ahora que se ha comenzado a compartir imágenes de su abuso por internet, arrestan a cualquiera encontrado usando Facebook, aunque sólo sea por diversión», dijo un activista.
LEER UN LIBRO ESCRITO POR WISTON CHURCHILL EN INGLATERRA ES PENADO POR ISLAMÓFOBO
Mientras eso sucede en Siria, en Inglaterra, puede ser peligroso leer en voz alta los libros de Sir Winston Churchill. En Winchester, Hampshire, un candidato a las elecciones europeas ha sido arrestado bajo la acusación de «incitar al odio racial», después de leer publicamente un escrito muy crítico del Islam, redactado en 1899 por el primer ministro británico más conocido en el mundo.
El candidato a las elecciones europeas que fue encerrado en una celda (y luego puesto en libertad, con la obligación de presentarse a la policía el 24 de mayo) es Paul Weston, presidente de la Liberty GB, un pequeño partido de derecha anti-inmigración.
Weston leyó en voz alta con un megáfono pasajes de The River War, un relato de la experiencia de guerra en Sudán de Churchill.
Un miembro de la audiencia que escuchó la arenga, sintiéndose ofendido por las palabras del Premio Nobel de Literatura en 1953, llamó a la policía. Los agentes detuvieron a Weston en medio del discurso, por no cumplir con su solicitud de salir de la plaza, y acoso religioso y racial.
A Churchill, que dirigió Gran Bretaña contra las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, medio siglo después, se el considera, en su propio país, un racista.
En los pasajes ofensivos de The River War leídos por Weston, el primer ministro británico, llamó al Islam una «fuerza retrógrada».
Criticaba el «frenesí fanático y la apatía fatalista» de los musulmanes y las consecuencias negativas que estos comportamientos tienen sobre la economía y la agricultura de los países musulmanes.
Atacaba expresamente,
«el hecho de que en el derecho mahometano cada mujer debe pertenecer a un hombre como su propiedad absoluta – ya sea una hija, una esposa o una concubina.»
Churchill dijo que,
«no puede haber la extinción definitiva de la esclavitud hasta que la fe islámica, no dejede ser una gran potencia en los hombres.»
Fuentes: Tempi, Signos de estos Tiempos