Qué sucedió en esa aparición que la catapultó como la tercer gran peregrinación de Francia.
Hay una única aparición de Santa Ana, la Madre de la Virgen María, que ha sido aprobada por la Iglesia.
Y hoy es un lugar de peregrinación muy importante en Francia, inclusive por encima de la Catedral de Apt, que se dice contiene el cuerpo de Santa Ana.
Y que fue descubierto por un gran prodigio, que hemos contado en otro video.
El santuario de Saint-Anne d’Auray, fue construido sobre el lugar de la aparición de Santa Ana, y es un lugar de grandes milagros como auguró la aparición.
Aquí hablaremos sobre qué sucedió en la aparición de Santa Ana en Bretaña, Francia, en el siglo XVII, y que maravillas sucedieron allí para consolidarlo como el tercer lugar más concurrido de peregrinaciones en Francia, sólo superado por Lourdes y Lisieux.
La tradición considera que Joaquín y Ana son los nombres de los padres de la Virgen María.
La misma tradición nos habla que Joaquín y Ana no produjeron descendencia hasta tarde en su vida, cuando eran ancianos.
Y que a ambos se les apareció un ángel para consolarlos y para informales que concebirían una hija que sería bendecida por todo el mundo.
Sobre el lugar de la casa de San Joaquín y Santa Ana en Jerusalén hay una iglesia que ha tenido distintos nombres desde el siglo IV.
También la tradición cuenta que Ana fue muy longeva.
Y 14 años después de la muerte de Nuestro Señor, Santa María Magdalena, Santa Marta y San Lázaro, huyeron de las persecuciones con un pequeño grupo de cristianos, llevando el cuerpo de Santa Ana para evitar su profanación.
Se dice que iban apilados en una barca, sin velas ni remos, empujada por el viento.
Y derivaron a las costas del sur de Francia, donde se enterró el cuerpo de Santa Ana en una cueva, en un lugar llamado Apt, Apta Julia para los romanos.
Allí se construyó una iglesia que fue muy popular pero cayó en decadencia a causa de guerras y persecuciones religiosas.
El primer obispo de Apt, San Auspicius, que murió antes del año 118, tomó precauciones para proteger el cuerpo de Ana de la profanación, lo enterró muy profundo en la capilla subterránea y el lugar cayó en el olvido.
Pero sucedió un hecho extraordinario cuando la consagración de la catedral que se construyó sobre esa iglesia en el año 792.
En presencia de Carlomagno, un niño ciego, sordo y mudo tuvo una visión que permitió ubicar el ataúd de ciprés con la inscripción «aquí yace el cuerpo de la Santísima Ana, la madre de la Virgen María».
Y se encontró un cuerpo dentro.
Hemos hecho un video detallando esta historia, cuyo link está en la descripción de este video. https://youtu.be/UufUyPDkeRE El Maravilloso Descubrimiento de la Tumba de Santa Ana, la Madre de la Virgen María.
De inmediato la Catedral de Apt se convirtió en un gran centro de peregrinación, porque allí estaba la tumba de la madre de la Virgen María.
Sin embargo la peregrinación más importante relacionada con Santa Ana terminó siendo el santuario de Saint-Anne d’Auray.
Que hoy incluso es el tercer santuario más importante de Francia, después de Lourdes y Lisieux.
Este santuario está construido en el lugar de la única aparición de Santa Ana reconocida por la Iglesia, ocurrida en el siglo XVII.
En el pueblo de Keranna, cerca de la ciudad de Auray, se había erigido una capilla dedicada a Santa Ana en el siglo VII, y se había colocado en su interior una preciosa estatua de ella en madera.
Sin embargo el santuario fue destruido por asaltantes y cayó en el olvido.
Y con el tiempo pasó a estar en un sector de tierras llamado Bocenno.
Este sector tenía la particularidad de que era el que producía cosechas más abundantes y mejores, pero tenía la dificultad de que no podía ser cultivado con bueyes, sino que debía ser trabajado a pala.
Y por el año 1623 era propiedad de Yves Nicolazic un hombre justo, honesto y trabajador.
Reconocido por su sabiduría para arreglar los conflictos que pudieran surgir entre los habitantes de Keranna.
Era lo que llamamos un buen cristiano, viviendo las bienaventuranzas con sencillez y confiando siempre en Dios.
Y conocido por su especial devoción a Santa Ana, la patrona de Bretaña.
Una tarde de verano de 1623, Yves estaba rezando a Santa Ana cuando de repente una antorcha iluminó la habitación, fenómeno que se repitió varias semanas después.
Y más adelante vio a una dama majestuosa, radiante de luz, que sonreía pero no le habló. Esto sucedió varias veces.
Animado por su confesor, entonces Yves le preguntó a la majestuosa dama su nombre.
Y ella se reveló la noche del 25 de julio de 1624 diciendo
«Yves Nicolazic, no temas: soy Ana, Madre de María, dile a tu rector que hubo una vez en el pedazo de tierra llamado el Bocenno, incluso antes que el pueblo, una capilla anterior dedicada a mí en el país de los bretones.
Hoy ha estado en ruinas por novecientos veinticuatro años y seis meses.
Quiero que se reconstruya lo antes posible, y quiero que tu personalmente lo atiendas.
Es el deseo de Dios que yo sea honrada aquí».
Y le agregó, «pronto verás milagros en abundancia y la afluencia de personas que vendrán a este lugar será el mayor de todos los milagros».
Santa Ana le indicó el lugar exacto donde fue enterrada su estatua de madera, para ayudar a Yves a convencer a las autoridades de la Iglesia, que al principio se mostraron cautelosas.
Fue desenterrada, los peregrinos comenzaron a acudir en masa para admirar la estatua que todavía era claramente reconocible a pesar del paso de nueve siglos, y los milagros comenzaron a suceder.
El obispo realizó una investigación que concluyó reconociendo la autenticidad de las apariciones, y se erigió una capilla en el lugar donde se descubrió la estatua.
En el momento de su muerte, el 13 de mayo de 1645 a la edad de 63 años, Yves Nicolazic vio cumplidas las promesas de Santa Ana.
Multitudes estaban viniendo a la nueva capilla y se estaban produciendo muchas conversiones y milagros.
Su humilde pueblo se había convertido en el centro del culto a Santa Ana y la Romería ya era una de las más frecuentadas de Francia.
Santa Ana no pronunció ningún llamado al arrepentimiento ni a la conversión durante sus apariciones.
Sin embargo logró la maravillosa conversión de Pierre de Keriolet, un bandido que se convirtió en el mayor benefactor de la iglesia y propulsor de Saint-Anne d’Auray.
Pierre de Keriolet era el menor de cuatro hermanos, el único varón, hijo de padres ricos.
A pesar de una educación cristiana, cuando era niño, resultó problemático por su maldad y violencia, por lo que decidieron inscribirlo en el colegio jesuita de Rennes.
Pero Pierre prefirió vivir una vida de libertino y alborotador.
Una noche tuvo una visión del infierno que lo inquietó profundamente, se confesó, comenzó a asistir a la iglesia e incluso entró en un monasterio, la Chartreuse d’Auray.
Pero después de una semana salió y se puso peor que antes, llevando una vida de rico, llena de impiedad y libertinaje.
Cuando entraba en cualquier iglesia era para burlarse de los fieles y del sacerdote.
Fue entonces cuando se enteró de extraños sucesos que ocurrían en la ciudad de Loudun, donde se rumoreaba que todas las monjas de un convento estaban poseídas por el demonio y que había exorcismos.
Durante cuatro días Pierre asistió a los exorcismos y quedó impresionado.
Y al quinto día, una hermana laica que estaba siendo exorcizada lo reprendió.
Le reveló hechos específicos de su vida y sobre su estancia en el monasterio de la Chartreuse, que nadie podía saber.
Intrigado, Keriolet preguntó: «¿Por qué dejé el monasterio de la Chartreuse?»
Y le contestó,
«Dios no podría soportar a un hombre tan impuro en una casa tan santa. ¡Blasfemo y ateo! ¿Es posible que un hombre así reciba misericordia?».
Abatido por la revelación, Pierre hizo una confesión pública con el exorcista de Loudun.
Era el 3 de enero de 1636, Pierre tenía 34 años y había sido tocado por la gracia.
En el camino de regreso a Bretaña viajó como mendigo y, una vez en su casa en el castillo de Kerlois, llevó una vida austera de oración, ayuno y limosna.
Once años después de las apariciones de Santa Ana a Nicolazic, la peregrinación estaba en pleno auge y Pierre de Keriolet ayudaría a su desarrollo con suma generosidad.
El 7 de marzo de 1637 fue ordenado diácono y el 28 de marzo del mismo año el obispo lo ordenó sacerdote.
Lo imposible se hizo realidad, el bandido se convirtió en sacerdote.
Su casa se convirtió en un verdadero hospital de mendigos, de enfermos y débiles.
En 1658 cayó enfermo, y todavía temía presentarse ante Dios a causa de su vida pasada que lo atormentaba sin cesar.
Se recuperó, pero murió en 1690, a la edad de 58 años y a su funeral concurrieron personas de todas partes.
Fue enterrado en la capilla de Santa Ana frente a la tumba de Yves Nicolazic.
Y el mensaje que fue grabado en su tumba dice «aquí yace Pierre de Keriolet, conquista de María. Fue un siervo fiel y celoso».
Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar los prodigios de la única aparición aprobada por la Iglesia de Santa Ana, la madre de la Virgen María y su desarrollo como lugar de peregrinación.
Y me gustaría preguntarte si tu conoces casos de conversiones profundas de algún gran pecador, que de la noche a la mañana dejó todo para dedicarse a trabajar para Dios como este Pierre de Keriolet que contamos o no.
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