El teólogo Monseñor Nicola Bux, asesor litúrgico del Vaticano, critica la decisión de permitir lecturas del Corán y la participación de los imanes musulmanes en las liturgias celebradas en varias ciudades italianas, como emergente de cantidad de crsitianos.
Como los medios han difundido, musulmanes y judíos asistieron a las misas por el asesinato del padre Jacques Hamel, el sacerdote francés que murió apuñalado por un terrorista islamista en su iglesia de Normandía.
Se trató, en un espectáculo de solidaridad llevado a cabo como un servicio interconfesional en Francia, Italia y en algún otro país.
Pero con la particularidad de que fue un operativo mediático planificado, porque la presencia de musulmanes fue siempre precedida por cámaras de televisión en Francia e Italia.
DECLARACIÓN MEDIÁTICA DE LOS LÍDERES DE LA COMUNIDAD ISLÁMICA DE ITALIA
La presencia de delegaciones musulmanas en las misas del domingo en Italia fue principalmente el resultado de la Comunidad Religiosa Islámica de Italia (COREIS), prestando atención a la llamada del Instituto Francés de Estudios Islámicos Avanzados (IHEI), que trabaja en estrecha colaboración con el Ministerio del Interior francés.
Delegados de la COREIS estaban en la misa del domingo en las iglesias y parroquias en ciudades como Agrigento, Bari, Brescia, Brindisi, Fermo, Génova, Milán, Novara, Piacenza, Roma, Siena, Sondrio, Verona, Vicenza y Ventimiglia, «para dar testimonio de fraternidad espiritual».
«Creemos que es esencial en este momento» dijo un comunicado de COREIS, «este saludo de los musulmanes de Italia da una señal concreta del profundo respeto por lo sagrado de los ritos, los ministros y los lugares de culto de la Fe cristiana».
«Esta enorme gesto pone fuera de juego a aquellos que quieren una estrategia de terror«, dijo a la agencia ANSA el portavoz de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), el padre Iván Maffeis.
SEVERAS CRÍTICAS
Pero este gesto parece que causó las mismas divisiones que estaba destinado a evitar, porque una ola de críticas han llegado no sólo de barrios musulmanes, sino más notablemente de una gran parte de la Iglesia Católica.
Allí no se mostró aprecio a la idea de que el Corán pudiera ser cantado en el altar de la basílica de Santa María en Trastevere (en Roma) o que haya habido una oferta simbólica de hostias consagradas a los musulmanes como fue el caso en Ventimiglia.
A algunos miembros de alto rango de la jerarquía católica les ha tomado por sorpresa estas reacciones negativas, por ejemplo al cardenal Angelo Bagnasco, jefe del CEI.
El cardenal Bagnasco dijo que «estaba desconcertado por las críticas de algunos católicos acerca de los musulmanes que asistieron a misa en las iglesias en Francia e Italia el domingo tras el asesinato de la semana pasada de un cura francés por extremistas islamistas» según informó ANSA.
«Realmente no entiendo la razón (de la crítica)», dijo Bagnasco a la radio del Vaticano.
«La presencia (de los musulmanes en la misa) con el objetivo de hacer una condena, es una señal clara, absoluta, de la distancia, de todos aquellos que no aceptan ningún tipo de violencia, por cualquier motivo, no importa que sea religiosa».
Inmediatamente después de la muerte violenta del padre Hamel, los obispos italianos pidieron ayuda del mundo islámico moderado, «porque creemos que la mejor reacción es una condena unida sin vacilación. Esto es lo que ocurrió ayer en muchas partes de Italia y estamos muy felices por ello«.
SE TRATÓ DE UNA OPERACIÓN POLÍTICA Y MEDIÁTICA
Por el comunicado de la COREIS y las palabras del cardenal Bagnasco se trató de una operación básicamente política, apoyada por los medios de comunicación.
Es bueno aclarar que contrariamente a la cifra de 23.000 reportado en los principales medios convencionales tales como Corriere della Sera y La Repubblica, en realidad parece que se presentaron muy pocos de estos representantes musulmanes en las liturgias del domingo en las iglesias de todo el país.
Esta percepción ha sido reforzada por los comentarios publicados por los numerosos fieles presentes, que también observaron que estos representantes musulmanes fueron seguidos indefectiblemente por equipos de televisión y radio.
Por lo tanto se trató de una operación política usando a los medios de comunicación.
LA RESPUESTA DE MONSEÑOR BUX AL CARDENAL BAGNASCO
Hay varias razones para estas críticas, una de las cuales provino de Monseñor Nicola Bux en una respuesta abierta al cardenal Bagnasco del 4 de agosto de 2016, que apareció en la Scuola Ecclesia Mater.
Consultor Litúrgico del Vaticano, Mons. Bux es profesor de teología sacramental y autor de varios libros sobre la liturgia.
En referencia a las expresiones del cardenal Bagnasco sobre que se trató de un «inmenso gesto», «apoyo crucial» para aislar a los terroristas y sobre la crítica «incomprensible» de los católicos por la presencia de imanes en las iglesias católicas, Mons. Bux declaró:
«Con todo respeto, me gustaría señalar que se trata de una infracción de la communicatio in sacris».
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El hecho es que la communicatio in sacri, según lo dicho por Mons. Bux, se permite a los católicos, bajo ciertas condiciones y con grandes precauciones, sólo con los cristianos ortodoxos y evangélicos.
Esto es de acuerdo con las disposiciones del Directorio Ecuménico de 1993 (núms. 122-128 sobre la vida sacramental compartida con los miembros de las diversas Iglesias orientales; núms. 129-136 sobre la vida sacramental compartida con los cristianos de otras Iglesias y comunidades eclesiales).
Pero en ningún caso está permitido con los no cristianos.
Por otra parte, también recordó la Instrucción Redemptionis Sacramentum de 2004 y en especial los números 78 y 79, que no podrían haber sido más «proféticos» en las actuales circunstancias:
[78] No está permitido relacionar la celebración de la Misa con acontecimientos políticos o mundanos, o con otros elementos que no concuerden plenamente con el Magisterio de la Iglesia Católica. Además, se debe evitar totalmente la celebración de la Misa por el simple deseo de ostentación o celebrarla según el estilo de otras ceremonias, especialmente profanas, para que la Eucaristía no se vacíe de su significado auténtico.
[79] Por último, el abuso de introducir ritos tomados de otras religiones en la celebración de la santa Misa, en contra de lo que se prescribe en los libros litúrgicos, se debe juzgar con gran severidad.
DOCUMENTOS QUE ADVIERTEN SOBRE ESTE TIPO DE RELACIÓN CON LOS MUSULMANES
«Me gustaría recordar una vez más, siempre de una manera respetuosa, al Presidente del CEI [Conferencia Episcopal Italiana] lo que se indica en la nota ad-hoc para las Orientaciones Pastorales de la Comisión Episcopal de Migraciones y Turismo de la CEI 4 de octubre de 1993″, continuó Bux.
El artículo 34 de este documento sobre «el encuentro con el Islam» reglamenta:
«Para las comunidades cristianas, para evitar malentendidos innecesarios y peligrosa confusión, no se considera apropiado disponer de iglesias, capillas y locales reservados para el culto católico, así como salas utilizadas para las actividades parroquiales, para reuniones religiosas de religiones no cristianas«.
«Por lo que se sabe», Mons. Bux señaló, «estas directrices no han sido desechadas por la CEI».
En diciembre de 2004, términos casi idénticos fueron pronunciadas por el entonces Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, cardenal Stephen Fumio, en su introducción a la XVI Asamblea Plenaria del Dicasterio Vaticano:
«Para evitar malentendidos y confusión, dada la diversidad de reconocimiento mutuo de respeto a los propios lugares sagrados y también por la religión del otro, no consideramos apropiado que aquellos lugares cristianos – iglesias, capillas, lugares de culto, salas reservadas para actividades de evangelización y pastoral – se pongan a disposición de los miembros de religiones no cristianas, ni mucho menos que puedan ser utilizadas para obtener el reconocimiento de las demandas hechas por las autoridades públicas».
Mons. Bux también recordó lo que el ex Secretario CEI, Mons. Giuseppe Betori – ahora cardenal arzobispo de Florencia – dijo acerca de un evento que tuvo lugar en 2008:
«Cuando un sacerdote presta las instalaciones de su parroquia debe ser consciente de que en ese momento aleja dicho espacio de la religión católica y la confía por siempre al Islam… las mezquitas no son un lugar de culto, sino lugares para la oración y la formación…»
Hay que recordar que lo que una vez fue de los musulmanes nunca cambia de dueño para ellos.
SOBRE LA ACTUACIÓN QUE LOS MUSULMANES TUVIERON EN LAS MISAS
En cuanto a la proclamación de los versos de otros libros, considerados sagrado por los seguidores de otras religiones, pero no por la Iglesia Católica, Mons. Bux afirmó que:
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«esto significa ir en contra de la función del templo cristiano, que, como se sabe, está dedicado con un rito solemne. Esto constituye una profanación de verdad.
Para mostrar la solidaridad, no se debe usar la casa de Dios, sino una plaza u otros lugares no católicos, sin fines de culto».
Uno debe saber también que los musulmanes están convencidos de que su religión es la verdadera religión, según lo que Mons. explica con más detalle, y no pierden ninguna oportunidad de «corregir» a los que describen como «pertenecientes a las religiones del Libro» (es decir, judíos y cristianos)
Ellos están acusados de haberse desviado de la fe auténtica, es decir del Islam.
No es por casualidad que el imán Bari, Sharif Lorenzini, en la catedral de Bari, recitó la primera sura del Corán, conocida como Al-Fatiha, en la que se condena, de hecho, a judíos y cristianos, a la ojos de los musulmanes, por ser no creyentes.
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«Por cierto, por lo que yo sé, es la misma sura recitada cuando los cristianos son asesinados degollándolos: este fue el caso, si no me equivoco, en ocasión del degüello por el ISIS de 21 mártires coptos», afirmó Mons. Bux.
El imán Bari es el mismo imán que, en palabras de Monseñor, hace unos días, afirmó durante un programa de televisión en directo: «Italia es mi casa, estoy aquí para reeducar y purificar a los italianos».
UNA PARTICIPACIÓN AMBIGUA Y DUDOSA
En la opinión Mons. de Bux, por lo tanto, esta iniciativa de participación de los musulmanes en misas católicas el domingo 31 de julio lleva un significado ambiguo y dudoso, especialmente en Italia y en Francia.
En ambos casos, como se informó en Il Giornale (31 de julio de 2016), al parecer, menos del 2% de los musulmanes en estos países estuvieron presentes.
Además de esto, Mons. Bux continúa, también hay que considerar el nivel de hipocresía producido por este tipo de iniciativas.
Baste pensar en lo que sucedió en la Basílica de Santa María en Trastevere en Roma, donde después de proclamar versos del Corán desde el púlpito, los imanes dieron la espalda durante la lectura del Evangelio.
Por lo tanto opina Mons. Bux, «el imán de Lecce habló de un gesto sensacionalista, hipócrita y sincretista. El respeto no se gana por la pérdida de la propia identidad, y mucho menos por la de la fe propia».
Finalmente, Mons. Bux expresó su esperanza de que su eminencia Bagnasco aclarará de una vez por todas un punto crucial, a saber, que nos convertimos en hijos de Dios en el sacramento del bautismo, y no con el nacimiento biológico.
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«Por lo tanto, no podemos decir, proclamado desde algunos sectores, que todos los hombres, y por lo tanto también los musulmanes, somos hijos de Dios, porque equivaldría a declarar la inutilidad de bautismo«.
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