Novena a la Virgen del Rosario de San Nicolás

El 8 de diciembre de 1984 la Virgen nos dijo:

«Comenzad una novena el día 17 (hasta el 25), haced peticiones, y con el correr de los días serán concedidas. Gloria al Señor.»

La celebración es el 25 de septiembre.

 

ORACIÓN PREPARATORIA

(REZAR TODOS LOS DÍAS AL COMENZAR)

Madre, una gracia te pido: que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo, y de todos mis pecados. Que lejos estaba de ti, que negro velo cubría mi alma. Hoy te descubro y quiero vivir, detiene tu mano, pósala en mi corazón y alegra mi alma. Amén.

ORACIÓN A LA VIRGEN DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS

(Se reza todos los días al final)

Santa María, Madre Nuestra, que en cada misterio del Santo Rosario nos brindas al Salvador. Acudimos a ti necesitados. Nos alegramos que desde la cruz el Señor Jesús, tu hijo, te haya encomendado la misión de acercarnos a Él y a su iglesia por la conversión y la penitencia. Alentados por la confianza que nos inspiras ponemos en tus manos maternales nuestras preocupaciones y temores. Pero deseamos imitar tu fidelidad a dios aceptando con humildad y con amor todas las pruebas. ¡Madre Nuestra del Rosario! Que tu presencia renueve nuestra vida, alivie nuestro ser agobiado por el sufrimiento y la enfermedad, fortalezca nuestro amor a los demás, convirtiéndonos en testigos del amor del padre que no vaciló, por tu intermedio, en darnos a Jesús. Amén.

DÍA PRIMERO

María, nos invita hoy a que escuchemos a Cristo Jesús. El anuncia su promesa, vistamos nuestra alma, de galas no de harapos, cumplamos con Jesús, y María se gloriará en nosotros. Recemos con la devoción y el amor que nos pide el señor. María ayúdanos a estar cerca de tu hijo.

DÍA SEGUNDO

María nos convoca a que seamos agradables a dios, que no destruyamos lo que hemos logrado, el amor al señor, conservemos la fe y permanezcamos fieles al Señor. María que seamos persistentes y constantes en nuestra fe, ayúdanos a no bajar los brazos.

DÍA TERCERO

María intercede por nosotros ante tu hijo, eleva nuestras súplicas, peticiones e intenciones. María ayúdanos a pedir y dar con amor verdadero, sabemos que si obramos con el corazón, nada será desoído por tu hijo Jesús.

DÍA CUARTO

María del Rosario, hoy venimos a pedirte:

*por la conversión de nuestros hermanos que están alejados de Dios.

*por las almas que sufren.

*por los que tantas veces caen en pecado.

*por los que niegan a María.

*por los que pueden remediar sus faltas acercándose a un sacerdote.

DÍA QUINTO

María hoy queremos pedirte, por nuestros hijos, por nuestros jóvenes, para que no queden atrapados en las calamidades que se presentan en esta sociedad, que podamos formar hombres y mujeres con ansias de paz y entregados a tu hijo Jesucristo.

DÍA SEXTO

María, queremos pedirte fuerza espiritual, acompáñanos a orar como nos enseñaste: fortaléceme señor con inagotable amor, mira mi pobre alma y ten piedad de mí. Llena de fe mi corazón, mi espíritu y mi ser. Recíbeme y condúceme. Bendito seas por siempre Señor. Amén.

DÍA SÉPTIMO

María hoy venimos a pedirte por las vocaciones sacerdotales, por tus hijos, para que sean verdaderos apóstoles de Cristo, que avancen con la palabra de tu hijo en los labios y en sus corazones. Amén.

DÍA OCTAVO

María ayúdanos a ser buenos padres, que nuestros hijos se nutran con nuestros ejemplos, y que podamos conducirlos hasta tu hijo. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

DÍA NOVENO

María del Rosario, centro y eje de nuestra vida, te entrego lo que soy y lo que tengo. Dirige mis acciones para que sean siempre alabanza tuya. Danos un corazón grande, generoso, puro, limpio y transparente como el tuyo para combatir la indiferencia en el mundo. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

«¡Oh Madre! Quiero consagrarme a ti.

Virgen María hoy Consagro mi vida a Ti.

Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida,

Para que me protejas, me guíes y me consueles.

Se que en ti mi alma encontrara reposo y la angustia en mi no entrara,

mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en Ti fortaleza es. Amen»

(del libro «Mensajes 1983-1990 Maria del Rosario de San Nicolás». 7 sept.’84/mnsj. 275)

Quiera Dios iluminar vuestros espíritus para que lleguen a comprender el valor de la Consagración.


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