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Tirano y la Valtellina celebraron con gran fiesta el 29 de setiembre de 2004.

El 500 aniversario del acontecimiento prodigioso (29 de septiembre de 1504).

Que dio a origen a la construcción del celebre el santuario.

Que se ha convertido en el lugar principal de culto del mariano del valle del Adda.

Y de la identificación colectiva de los Valtellinesi, donde se honra a la patrona celestial

Al norte de Milán, el valle de la Valtellina acoge en su seno al pueblo de Tirano.
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Una pequeña población en el corazón de los Alpes italianos.
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En ese lugar al pie de las montañas, el 29 de septiembre de 1504 la Virgen se apareció al beato Mario Omodei, saludándolo con las palabras: «Tendrás bien».

Con las primeras luces del 29 de setiembre de 1504 en la fiesta de San Miguel, la Virgen se aparece en una plantación a Mario Omodei.

Y le pide expresamente la construcción de una Iglesia en aquel lugar.

No se trata de una localidad apartada como el caso de otros eventos prodigiosos.

Era un lugar de tránsito, en la desembocadura del valle de Poschiavo, una senda importante de pasaje obligado hacia la piedra de Santa Perpetua, antiquísimo camino de la protohistoria.

nicho de madonna di tirano

 

LA APARICIÓN

Dice la historia de la Valtellina que la aparición de la Virgen al Beato Mario Omodei fue en la mañana del 29 de setiembre de 1504 en Tirano.

Al lado del puente de la Folla, sobre el torrente del Poschiavino, donde hoy surge el santuario.

Sobre el altar hoy una lápida reza la inscripción: HIC STETERVNT PEDES MARIAE (aquí se posaron los pies de María).

Don simone Cabassi, párroco de Tirano en 1601 describe la historia:

En la mañana de san Miguel, el 28 de setiembre de 1504, un vecino de vida santa y religiosa, de nombre Mario, de la noble familia de Omedei, sale de su casa al despuntar el sol para recoger los frutos de la viña.

Cuando improvisamente, en la cima de un monte aparece una luz luminosa y extraña.

Luego el se siente alzar de la tierra y transportar a una pequeña huerta cultivada en aquella zona solitaria.
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Puesto en tierra, se le presenta delante una joven que aparenta 14 años o menos, toda iluminada, de la cual Mario comprende que proviene la extraña luz que vio.
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La joven es circundada por una multitud de ángeles y lo llama por su nombre “Mario, Mario”, Mario responde “Bueno”, y la joven le dice “Bien tendrás”.

“Ve a Tirano y dile a aquella gente que construyan en este lugar una iglesia para el culto del Señor y en honor a mi santo Nombre”.

A Mario le preocupa el pedido recibido y teme no ser creido por los paisanos

Pero la joven le asegura que de no ser creido, la enfermedad que actualmente aflige a la región se extenderá en aquella población.

Como signo de autenticidad de su palabra, le anuncia la curación de su hermano Benedetto que estaba muy enfermo.

Terminado el coloquio, la visión desaparece dejando una intensa fragancia de suave perfume.

Mario entonces se precipita a la iglesia parroquial de San Martino, en la cual los fieles estaban asistiendo a la celebración de la primera misa y anuncia a gran voz todo lo que Nuestra Señora le ha comunicado.

Después de un momento de incredulidad, los fieles corren a la casa de Mario donde constatan la curación total de Benedeto que estaba al borde de la muerte.

Confirmada la palabra de Mario por la declaración del médico, que conocía bien la condición de su hermano, los fieles comienzan con entusiasmo a construir una pequeña capilla que luego será agrandada.”

Seis meses después se puso la primera piedra y desde 1513 se celebraban misas habitualmente, aunque el templo estaba incompleto.

La Virgen dispensó gracias y milagros: Cesó la peste entre el ganado, mientras que morían los animales de quienes no creyeron a los primeros signos.

El “Libro de los Milagros”, que narra la vida inicial del santuario, presenta 78 hechos prodigiosos de un solo año (1504-1505), cumpliéndose así la promesa de salud espiritual y corporal a quien invocase la protección de la Madonna.

La aparición de la Virgen se produjo en el curso de un período política y religiosamente agitado en la región.
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En el primero decenio luego de la aparición se extiende la reforma protestante que intentaba llevar su visión a la Vatellina.

Los habitantes de la Vatellina se resistieron con firmeza al clima Calvinista.

Tirano, por su posición geográfica, estaba particularmente expuesta al ataque de la herejía.

Se revela entonces la importancia de la aparición de la Virgen María y de su pedido que se erigiera el santuario, ya que acrecentó el fervor religioso y permitió la resistencia espiritual de la zona contra el protentantismo.

En este contexto, se registra la fugaz visita de san Carlo Borromeo el 27 de agosto de 1580 que pasó una noche entera orando al pie de la madonna de Tirano, muy preocupado por los hechos politicos y religiosos de la zona.

El 19 de julio de 1620 se produjo un hecho de sangre en la Vatellina e hizo precipitar en fuga a los exponentes mayores de la reforma.

La tradición atribuye la victoria del catolicismo en la decisiva batalla del Campone el 11 de setiembre de 1620 a la prodigiosa intervención del Arcangel San Miguel.

Particularmente venerado en el santuario de Tirano, cuya estatua está en la cúpula, quien se volvió hacia el campo de batalla y enfocó su espada visiblemente rodeada de fuego, dandole fuerza al bando católico.

A la distancia de tantos siglos, este hecho muestra la viva tradición de la gente de la Vatellina.

Y significa la protección de Nuestra Señora en aquellos años dramáticos de prueba de la espiritualidad.

Nuestra Señora de Tirano se demuestra como auxiliadora del pueblo cristiano en defensa de la verdaera fe.

santuario madonna di tirano

 

EL SANTUARIO

El 25 de marzo de 1505 fue puesta la primera piedra del santuario luego de la aparición, en el terreno donado por el caballero Luigi Quadrio.

El libro de los Milagros, iniciado ese año, recoge cantidad de milagros por la intecesión de Maria y convalidados por registro notarial.

Sobre el lugar se levantó la Capilla de la Aparición, corazón del santuario, situada en el transepto izquierdo, junto a la entrada principal.

Sobre el altar se encuentra una estatua en madera de la Virgen (1524), obra de Angelo Maino.

Su rostro contiene una dulcísima expresión. Detrás del altar se indica con precisión el «lugar donde María posó sus pies».

Numerosos artistas aportaron sus habilidades en honor a María y enriquecieron el santuario con verdaderas joyas.

El altar mayor, en mármol negro de Varenna, intarsiado con mármoles policromos, es obra de Giovanni Battista Galli.

Hay que detenerse a contemplar los diversos frescos históricos de las paredes, como el de la “La Aparición”, en la nave izquierda. Los de la nave central son de Valorsa.

Cinco bellas telas adornan las paredes del ábside. Entre las pinturas se aprecia la “Coronación de la Virgen” (1651), de Carlo Marni.

La fachada principal, con su elegante pórtico, es imponente, a la vez que sencilla y graciosa.

El alto y majestuoso campanario data de 1578. La cúpula, obra de Pompeo Bianchi fue levantada entre 1580 y 1584.

Mención especial merece el órgano de la iglesia, en perfecto funcionamiento, sus 2,200 tubos de estaño purísimo acompañan las acciones litúrgicas festivas.

Esta magnífica joya da fama al santuario suscita la admiración de los visitantes.

La gran caja en madera (1608-1617) finamente tallada por el maestro bresciano Giuseppe Bulgarini se apoya sobre ocho columnas de mármol rojo.

Fue terminada en 1638, cuando el milanés Giovanni Battista Salmoiraghi colocaba los delicados paneles del parapeto, representando La Natividad, Los Magos y La Circuncisión del Señor.

Frente al órgano se encuentra el coro o cantoria, rica en tallas y pinturas, iniciada en 1768 y terminada en 1770.

En los primeros años del 1600 la devoción a la Virgen de Tirano se propaga intensamente y el santuario luce su máximo esplendor.

En 1927 con decreto de Pio XI la iglesia fue declarada Basílica Menor.
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Y el 20 de junio de 1946, Pio XIII proclamó a Nuestra Señora de Tirano patrona de la Valtellina por la protección especial de la Virgen durante la 2ª guerra mundial.

Los peregrinos no cesan de acudir a María para encomendarle sus problemas, dolores y sufrimientos.

Por ello también es invocada como Virgen de la Salud.

Fuentes:

 

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