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La Coruña sufre el asedio inglés de 120 barcos y 23.000 hombres desde el 4 de mayo de 1589 hasta el día 19 del mismo mes. Ante tal amenaza, los coruñeses acuden a la Virgen del Rosario. Los cofrades se reúnen el 8 de mayo en el convento dominicano y hacen un VOTO con el que se comprometen, «si se ven libres de la invasión, a celebrar solemnes cultos en honor de la Virgen del Rosario, misa y vísperas…, y que los actos religiosos se harían en la Iglesia de Santo Domingo el día 2 de julio, fiesta de la Visitación de María a su prima Isabel… «

Diez días después el enemigo prendió fuego al edificio de Santo Domingo, que quedó totalmente destruido. Al día siguiente -19 de mayo-, Drake y sus huestes levantaron el cerco y se hicieron a la mar dejando tranquilos a los coruñeses…

Corría el siglo XIII y las herejías de los cátaros y albigenses se extendían por Europa. Es entonces, hacia el año 1213, cuando al que sería Santo Domingo de Guzmán se le apareció Nuestra Señora en Albi para hacerle entrega de un Rosario y recomendarle que hiciese oración.

Los Dominicos fueron el brazo de la Iglesia más activo en la lucha contra la herejía y en la defensa del cristianismo. Habiendo comprobado el auxilio que la Virgen les prestaba, comenzaron a extender el rezo del Rosario.

Con la Expansión de la Orden, proliferaron también las imágenes de la Virgen dedicadas a esta advocación en cuantas iglesias fundaban.

 

PEDIDO DE INTERCESIÓN DE NUESTRA SEÑORA ANTE ATAQUE INGLÉS

El primer convento y templo del establecimiento de los Dominicos en La Coruña estaba consagrado a la advocación de Santo Tomás Apóstol (finales del siglo XIII). El fin del antiguo convento de Santo Domingo tuvo lugar el 18 de mayo de 1589, fue completamente arrasado cuando tuvo lugar el asedio de la ciudad por el pirata inglés Francis Drake.

La ciudad sufre el asedio inglés de 120 barcos y 23.000 hombres desde el 4 de mayo de 1589 hasta el día 19 del mismo mes. Ante tal amenaza de destrucción y muerte, los componentes de la Cofradía del Rosario, cuya sede era el convento dominico, ocupado por el enemigo, se reúnen el 8 de mayo y hacen solemne voto por el que ofrecen sustituir los actos festivos y lúdicos de integración de los nuevos cofrades por la confesión y la comunión, se comprometen a celebrar misas solemnes en honor de Nuestra Señora: «si se ven libres de la invasión, a celebrar solemnes cultos en honor de la Virgen del Rosario, misa y vísperas…, y que los actos religiosos se harían en la Iglesia de Santo Domingo el día 2 de julio, fiesta de la Visitación de María a su prima Isabel… «, y también a pagar la dote de 15 doncellas casaderas.

El 18 de mayo, los ingleses, viendo que no podían concluir victoriosos el asedio, prenden fuego al convento, después destruyen las imágenes de la Virgen del Rosario y de los Santos que se albergaban en la capilla y al día siguiente se hacen a la mar.

Esta retirada fue el motivo de que el propio concejo de la ciudad formulase a su vez otro voto recogiendo el clamor popular e interpretando el general parecer de que La Coruña se libró de la destrucción por intercesión de la Virgen del Rosario, se comprometen a cumplir el VOTO y a celebrar anualmente una fiesta de acción de gracias, sufragando los gastos de dicha fiesta y asistiendo oficialmente a la procesión y a los cultos religiosos, anualmente. Voto que se cumplió durante el siglo siguiente, hasta que posteriormente cayó en el olvido.

 

OTRAS INVOCACIONES A NUESTRA SEÑORA

A lo largo del siglo XVII tuvo lugar la reconstrucción de la iglesia de Santo Domingo y en el XVIII se llevó a cabo la última reforma que dejó el edificio tal y como ha llegado a nuestros días.

La ciudad de La Coruña no volvió a invocar oficialmente a su Patrona hasta el año 1809, cuando una nueva amenaza se cierne sobre ella, esta vez la invasión de los franceses. El Ayuntamiento renueva el voto en las mismas condiciones que en el siglo XVI, pero se fija el día de la fiesta el 7 de octubre, día de la Virgen del Rosario, en la capilla aledaña al convento dominico. También en esta ocasión La Coruña se libró de ser arrasada.

Al ponerse en práctica las medidas de la desamortización de 1835, los Dominicos tuvieron que abandonar la iglesia y el convento, peligrando la conservación de la Virgen, que fue salvada al hacerse cargo el Municipio de La Coruña de Nuestra Señora del Rosario, en virtud del antiguo Voto por el que se había consagrado a Ella.

Una ultima vez realizó la ciudad un voto de súplica, con ocasión de la Guerra Civil.

 

CORONACIÓN DE LA IMAGEN

En 1960 tuvo lugar la coronación canónica de la Virgen. La Virgen del Rosario, patrona de la Ciudad de La Coruña, fue coronada canónicamente el 11 de septiembre de 1960 por el cardenal Quiroga Palacios, legado pontificio del Papa Juan XXIII.

La imagen de la Virgen del Rosario es de madera policromada, de un metro de altura aproximadamente, esbelta y vestida con túnica y pañoleta a modo de manto, en colores rojizo y azul respectivamente. Sostiene en su brazo izquierdo al Niño que ofrece, al igual que su madre, un rosario con su mano derecha. La imagen parece ser de la segunda mitad del siglo XVII y se desconoce su autoría.

Sus fiestas son el primer domingo de agosto y el 7 de octubre.

La Iglesia de Santo Domingo, donde reside la imagen de Nuestra Señora, es de estilo barroco del siglo XVII con reformas en el XVIII. Interior de una sola nave con capillas laterales y crucero. En el exterior destaca la torre del campanario del s. XVIII, oblicua al eje de la iglesia. En el interior interesante atlar mayor y la imagen de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad.

Destacan las capillas barrocas dedicadas a la Cofradía de los Remedios, que fue diseñada por Antonio Calvo y que data del siglo XVII y la capilla de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la ciudad que es posterior, con un conjunto escultórico obra de Mateo de Prado.

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