LUCES DE ADVIENTO

LA LUZ DE LA PALABRA. Acércate al pensamiento de Dios. La lectura de su Palabra te hará comprender y entender qué es lo que Dios quiere de ti y para ti. O, tal vez, lo sentirás más cerca, más vivo, más comprometido con tu existencia.

el poder de la oración

adviento

EN EL DESIERTO DEL MUNDO

Donde la locura vuela más deprisa que la sensatez,
allá donde la pobreza ya no llama la atención
y se convierte en estandarte de un mundo infeliz
quiero, Señor, preparar tu camino.
En la soledad del que busca y no encuentra compañía
en la desesperanza de familias
que han perdido el horizonte de la alegría
en los egoísmos y soberbias
que me impiden verte cara a cara…

Quiero, Señor, preparar tu camino.
Luchando, por rebajar todas esas colinas de autosuficiencia
Avanzando, para llenar lo que la sociedad
caprichosa e insolidaria, mezquina y sin sentido
pretende dejar, lo más sagrado, vacío y sin contenido

Quiero, de verdad Señor, preparar tu camino
Despejar nuestras mentes embarulladas por lo efímero
y colmarlas con tu presencia, con tu Nacimiento
Denunciar falsedades o verdades a medias
y, con la trompeta de tu nuevo día,
pregonar a este mundo que todavía es posible la esperanza.
que Tú, Señor, estás por llegar
pero que, los caminos por donde avanzamos,
no son los auténticos para poderte alcanzar.
Tú Señor, puedes cambiar el ritmo de la historia
si somos capaces de dejar aquello que nos atenaza,
duerme, amordaza, esclaviza y nos impide caminar
Contigo, Señor. Para Ti, Señor. Por Ti, Señor.

Quiero preparar mis caminos: que sean los tuyos
Quiero andar por tus caminos: sal a mi encuentro
Quiero dejar los viejos: renuévame con tu gracia
¡Ven, Señor! ¡Apresura tu llegada!
¡¡Contigo, para siempre, por tus caminos!!

velas

LUCES DE ADVIENTO

LA LUZ DE LA PALABRA. Acércate al pensamiento de Dios. La lectura de su Palabra te hará comprender y entender qué es lo que Dios quiere de ti y para ti. O, tal vez, lo sentirás más cerca, más vivo, más comprometido con tu existencia.

LA LUZ DE LA VERDAD. El Señor aparecerá desnudo en Belén. Esa es una gran realidad: DIOS se despoja de su grandeza para llegarse hasta nosotros con un objetivo: que sea la VERDAD frente a tantos dioses que invaden nuestra conciencia y nos convierten en esclavos del relativismo.

LA LUZ DEL AMOR. Las personas, además de medios económicos, necesitamos del cariño de aquellos que nos rodean. Sólo los corazones obstinados y duros son incapaces de reconocer la enfermedad que nos atenaza: somos calculadores y fríos. Jesús, con su nacimiento, remueve el cemento de nuestras entrañas para convertirlo en algodón que acoge y disfruta dándose a los demás.

LA LUZ DE LA ESPERANZA. Las noticias negras nos sacuden y condicionan nuestra felicidad. Los sucesos negativos nos llevan a una conclusión: el mundo va a la deriva. La esperanza cristiana no nace de los grandes regidores del mundo sino, por el contrario, de Jesús Salvador que nos trae otra óptica sobre nuestra humanidad.

LA LUZ DE LA FE. Si dejamos de mirar al cielo sólo nos quedará el suelo y, ese suelo, se agrieta frecuentemente. La fe es una lente por la que, aun sin ver, creemos que DIOS vive y se manifiesta de una forma extraordinaria y vertiginosa en Cristo. Lo podremos tocar, adorar y cantar. La fe nos hace tremendamente invencibles.

LA LUZ DE LA IGLESIA. Algunos quisieran una Iglesia recluida y sin luz interna. Es más; algunos sólo pretenden unos templos artísticamente bellos por fuera pero sin vida divina por dentro. El Adviento nutre a la Iglesia de aquello que la hace única, imperecedera y soñadora: Jesús es su energía y su razón de ser.

LA LUZ DEL OPTIMISMO. Un Niño nos va a nacer y, la casa de nuestro corazón, es traspasada por la alegría. Nadie nos puede robar el sentido más genuino de la Navidad. Tendremos que ser respetuosos con los que se quedan sólo con el celofán navideño pero, nosotros, tendremos que ser como Juan Bautista: anunciar que Alguien está por llegar. Eso produce una sensación de optimismo real y contagioso.

LA LUZ DE LA ORACIÓN. ¿Cómo será ese Niño? ¿Cómo vendrá? ¿Por qué Dios se presenta pequeño y silencioso? La oración es una luz que nos ayuda a prepararnos al acontecimiento de la Navidad. Un cristiano que no reza en adviento es un cristiano que puede ser seducido e inmovilizado por lo secundario o por lo artificial. Quien reza en adviento se convierte en un pesebre donde Dios nacerá con especial vigor.

LA LUZ DE LA SOBRIEDAD. Las circunstancias dolorosas de muchas personas reclaman de nosotros no sólo solidaridad sino caridad. El adviento, como Juan proclama, nos invita a despojarnos de aquello que puede estorbar a un Niño que merece la mejor habitación de la casa de nuestra persona. Si nos volcamos con los demás…Dios nacerá en toda su magnitud en nosotros.

LA LUZ DE LA EUCARISTÍA. La Iglesia es una gran familia que, cuando se reúne, pide perdón, escucha, reza, canta y hace presente el Memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. La Eucaristía, en adviento, nos hace mejores centinelas, nos mantiene despiertos, nos llena del Espíritu de María y, sobre todo, nos centra en lo esencial: DIOS VIENE A NUESTRO ENCUENTRO.

Marioneta

COMPARTIENDO VIDA… LOS HILOS QUE ME MUEVEN

Las marionetas danzan en función del movimiento que realiza alguien desde arriba.

Quisiera que los hilos que me muevan fueran los mismos que los de aquellas personas que me dan ejemplo de amor, entrega, cariño, perdón, altruismo, solidaridad…

Hay hilos que pueden romperse y dar lugar a comportamientos erróneos por mi parte.

Cuando los hilos levantan mis brazos que sea para abrazar a los que tengo cerca y acoger su debilidad y su grandeza.

Cuando muevan mis piernas que sea siempre para caminar hacia el bien y haciendo el bien.

Cuando muevan mi boca que sirva para decir palabras de agradecimiento y esperanza.

Cuando muevan mi cabeza ladeándola horizontalmente que sea para decir NO a todo aquello que no hace bien a mi pequeño mundo y, cuando sea un movimiento vertical, que sirva para decir SI a la vida y al amor.

Cuando agache mi costado que sirva para venerar y adorar a Cristo vivo y presente en los hermanos más pequeños.

Y cuando adelante mis manos hacia lo alto que sirva mi vida como ofrenda por todo lo recibido del Artista que mueve mis hilos.

Que nadie más que Él maneje esos hilos.

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BUENOS DÍAS

Como bien sabes, hermano mío, yo pedí muy pocas cosas en mi vida.

Pedí una posada antes de nacer, pensando sobre todo en mi madre. Pedí a Zaqueo que me recibiera en su casa, y a un buen amigo una habitación para celebrar la cena de Pascua. Pedí un par de veces agua para beber.

¿Me dejas que hoy sea yo quien te pida?

Una vez ya pedí también un sí a una joven, y juntos hicimos grandes cosas. Sólo por esta vez.

Te pido que me prestes tus manos para que con ellas yo pueda seguir curando, bendiciendo y acariciando.

Te pido que me prestes tus pies para que pueda seguir acudiendo a las llamadas de tantos necesitados, y para correr detrás de los que pierden el camino.

Te pido tus labios para besar a tantos niños y a tantos mayores con hambre de amor.

Te pido tu lengua para seguir dando buenas noticias a los pobres y denunciar tanto hipócrita y opresor que andan sueltos.

Te pido tus ojos, para mirar con ternura y cariño a toda la gente.

Te pido tu rostro para sonreír a cada uno; para sonreír siempre y a pesar de todo; para poner una mirada de paz y alegría en todas las cosas… Estáis tan nerviosos y ocupados, que lo llenáis todo de angustia.

Te pido, por último, tu corazón, para que yo pueda seguir amando a mi manera

Fotografías de las más hermosas olas 08

COMPARTIENDO VIDA… DÉJATE LLEVAR

Déjate llevar por la grandeza de la vida,
Agradece las oportunidades que cada día tienes a tu alcance para ser feliz.
Enfrenta los riesgos, puedes sacar de ellos grandes lecciones.
Ten elegancia para sobrellevar los inconvenientes y rechazos que te surjan, es seguro que aceptándolos te sentirás mucho mejor.
Valora lo que tienes delante, lo que ven tus ojos y lo que no ven, en cada una de las cosas que vives Dios está dando una pincelada de amor a la belleza de su obra.
Ponte de pie sobre las olas, aunque estas te zarandeen de vez en cuando, si danzas sobre ellas serás más tú mismo que si te hundes en el fondo del mar.
Da gracias por las personas con las que vives y trabajas, en cada una de ellas Dios te ofrece lecciones que te harán crecer.

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Jesucristo

SOY VIGILANTE, SEÑOR

Si miro al cielo y no sólo a la tierra
Si procuro ser mejor cristiano
Si pido perdón al ofender

SOY VIGILANTE, SEÑOR
Si no pierdo la esperanza
Si no pierdo la ilusión de verte
Si no pierdo la alegría de la fe

SOY VIGILANTE, SEÑOR
Si te amo y te rezo
Si te conozco y leo tu Palabra
Si te acojo en mi corazón

SOY VIGILANTE, SEÑOR
Si no me despisto y creo en Ti
Si no me despisto y espero en TI
Si no me alejo y me agarro a Ti

SOY VIGILANTE, SEÑOR
Gracias, Jesús,
no tardes en llegar.
¡TE ESPERAMOS

descendimiento de la cruz

ME LO DIJERON, SEÑOR

Que en el bienestar y en el tener,
encontraría el futuro y mi seguridad.
Pero, cada día que pasa,
veo que soy menos que ayer
y que, en muchos momentos,
siento que no soy ni dueño de mí mismo.
Que los acontecimientos caminan muy deprisa
Que la apariencia y la superficialidad es pan que sacia
pero un algo que siempre me falta

SI; ME LO DIJERON, SEÑOR

Que el horizonte era marcado exclusivamente
por la brújula del ingenio humano,
y que, en ese paisaje, poco o nada
Tú, Señor, tenías que ver.
Pero, cada día que pasa,
compruebo que el hombre es un barco a la deriva
y que, empeñado en ser “súper-dios”
corre el riesgo de dejar de ser lo que es: hombre

ME LO DIJERON, SEÑOR

Que no hay fuerza que venga de lo alto
que todo lo que somos y tenemos
es fruto del azar o de la pura casualidad.
Pero, cada día que pasa,
siento que algo va a ocurrir;
que Alguien tiene que echar una mano
que Alguien tiene que intervenir
para que, la tierra, no sea un brasero de cenizas.

ME LO DIJERON, SEÑOR

Por ello mismo, porque espero en Ti, Señor
¡Ven! ¡Ven y sálvanos!
Y, a este mundo –roto, gélido y vehemente-
regálanos un poco de esperanza y de ilusión
con tu llegada en Belén.
Amén.

Imagen-del-abrazo-en-la-catedral-compostelana

 

SEÑOR SANTIAGO

Dame ilusión en el caminar
para pregonar el nombre de Cristo
Dame fortaleza en mis palabras
para que no me confundan las dificultades
Dame hondura en el espíritu
y no me quede en la superficialidad

Dame amor a la Palabra
y sienta la claridad de Dios
Dame afecto a la Virgen
y me acompañe en mis proyectos
Dame valentía en mis pasos
y no mire lo que he dejado
Dame persuasión en mis esfuerzos
y no quede nunca defraudado

SEÑOR SANTIAGO
Haz de mi vida, lo que el Señor hizo contigo,
un camino para encontrar a Cristo.
Amén.

 

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