ORACIÓN
Morenita de Suyapa, Reina de Honduras: me postro delante de tí, y te venero. Con esta dulce advocación te invoco: Virgen de Suyapa. Tan chiquita, pero tan milagrosa. Eres la esencia femenina de Dios en frasco pequeño. Tan pequeña que cabes en la palma de mi mano, por que Dios escogió a lo pequeño para avergonzar a lo grande, y a lo humilde para avergonzar a lo soberbio.
Diminuta figura de madera, sin mucho arte tallada, pero de gloria coronada; que fuiste encontrada por un humilde labrador, que dormía bajo las estrellas. En su lecho de tierra apareciste, y sin saber quién eras te lanzó lejos. Pero tu corazón inmaculado cubre de amor a tus hijos que por ignorancia te rechazan, y el humilde labriego comprendió que tú eras una visitación de Dios, y postrado ante tí te veneró.
Sin mayores milagros, sin mucha pompa, sin la gloria de otras apariciones marianas, pero con auténtica piedad sincera, viniste a morar en una pequeña imagen, en la pequeña aldea de Suyapa, en el pequeño país de Honduras, ante gente pequeña ante el mundo, y en lo pequeño te hiciste grande.
Siendo Reina del Cielo decidiste vivir con nosotros, y te hiciste catracha y trigueña, formando parte de la cultura hondureña.
Madre de Dios, que del yugo de la esclavitud nos salvaste. Has escogido a nuestro país como barrera de contención contra la oscuridad política que quiere esclavizar al mundo, y estas Honduras se convirtieron en profundidades de gloria.
Capitana de las Fuerzas Armadas, que defendieron con honor la patria, siendo dignos hijos tuyos, Dulce Madre de Suyapa. Guíanos por el camino de la reconciliación, sana esta tierra. Bendice a los pobres que de corazón sincero te buscan, pero castiga a los soberbios que quieren destruir la patria. A los que del nombre de Dios blasfeman, pero que fingen piedad siendo hijos de iniquidad, y a tu Iglesia calumnian. Saca a la luz sus mentiras, hazlos morder el polvo. Aplasta sus cabezas, hasta que se arrepientan o mueran, cubriendo de ignominia sus nombres.
Condúcenos a Jesús, el santo fruto de tu vientre, y líbranos de las herejías protestantes, de las sectas idiotizantes que estafan con el diezmo; haz volver a las almas descarriadas a la Santa Madre Iglesia.
Danos el trabajo honrado que dignifica, que nunca falte el pan en la mesa. Líbranos del mal que acecha en las calles, ablanda los corazones perversos; y sana nuestras enfermedades y nuestras ansiedades. Cúbrenos con tu manto de amor.
Te lo pedímos en el nombre del Padre que te escogió, del Hijo que de tí nació, y del Espíritu Santo que te cubrió. Amén.
CANTOS
VIRGEN DE SUYAPA
Francisco Amengual, C.M.
A la Virgen Patrona de Honduras,
hondureños un himno entonad,
y con ansias, con fe y dulzura,
vuestros salmos de amor tributad.
Salve, ¡oh Virgen divina de amores!
aquí estamos ¡oh Madre a tus pies!
a rendirte homenajes y honores
y a ofrecerte con fe nuestra prez.
Salve ¡Oh Virgen caudal de ternuras!
aquí estamos con nuestra oración,
tributándote ¡oh Reina de Honduras!
nuestro amor, nuestra fe y devoción.
Al morir ¡Oh Virgen de amores!
de nuestra alma sed brújula ideal,
que la guíe entre celestes fulgores,
a un lugar de tu Hogar celestial.
Mientras tanto evitad que suframos
tentaciones, quebranto o dolor;
mas haced que, felices, le seamos
fieles hijos a tu Hijo el Señor.
Salve ¡oh Reina; guarda nuestras vidas
Y pedímoste ¡Oh Virgen trigueña!
que por siglos de siglos bendigas
a tu amada y fiel grey hondureña.
Recibid con magnífico agrado,
nuestro fiel homenaje de amor;
y en tu trono divino y sagrado
permitidnos cantar tu esplendor.
Y tu gloria con gloria honraremos;
Salve ¡oh Reina de nuestra nación!
Y por siempre a tu amor cantaremos
Virgen y Madre de mi corazón!
HIMNO
Santa María de Suyapa,
escucha
nuestras plegarias,
al celebrar tu fiesta;
Madre de Dios y
madre de los hombres,
Reina y Señora.
Tú la alegría
y el honor del pueblo,
eres dulzura
y esperanza nuestra;
desde tu trono,
miras, guardas, velas,
Madre de Honduras.
Árbol de vida
que nos diste a Cristo,
fruto bendito
de tu seno virgen;
ven con nosotros,
hasta que lleguemos
contigo al puerto.
Gloria a Dios Padre
creador del mundo
gloria a Dios Hijo
redentor de todos;
gloria al Espíritu
que nos santifica,
al Trino y Uno. Amén.
HONDUREÑOS VENID PRESUROSOS
Rafael Moreno Guillén
Hondureños venid presurosos, – con amante y febril corazón,
a cantar con acentos gloriosos – una cálida estrofa de amor.
Una estrofa que surja del alma – encendida en el fuego filial,
a la Reina gentil de Suyapa – que es de Honduras Patrona inmortal.
Es la Madre querida de Honduras – que latidos intensos nos da
con derroche de amor, las ternuras – de su gran corazón virginal.
El enfermo y el triste afligido – a sus plantas cayeron con fe,
rico y pobre, jamás han sentido – defraudada su queja a sus pies.
Quiso aquí, como en otros países – dar su nombre en seña de paz
y llevar hacia el cielo, felices – a los míseros hijos de Adán.
Son los nombres teñidos en gloria – Monserrat, Tepeyac y Luján,
y en el nimbo de luz de esa historia – fulgurando SUYAPA estará.
ES MARÍA LA BLANCA AZUCENA
— Es María la Blanca Azucena – (dos veces)
– que el suelo de Honduras (tres veces)
su flor perfumó.
— En Suyapa la Virgen bendita – (dos veces)
-su trono de amor sentaba (tres veces)
de amor y de fe.
— Y por eso los hijos de Honduras- (dos veces)
-te llamamos Madre (tres veces)
de nuestra Nación.
— Virgen pura protege a la Patria – (dos veces)
-que Tú escogiste (tres veces)
por santa mansión.
VIVA LA VIRGEN NUESTRA PATRONA
Que en nuestro pecho tiene su altar. – Y reine siempre triunfante Cristo,
-en nuestro pueblo pobre y leal (Bis)
Siempre seremos tus fieles hijos; – nuestra abogada siempre serás
y con tu ayuda perpetua siempre – derrotaremos a Satanás. (Bis)
Siempre seremos tus fieles hijos, – nuestro rey siempre será Jesús
-y te lo juran los hombres todos – arrodillados ante la Cruz. (Bis)
Siempre seremos tus fieles hijos, – siempre mi patria te ha de ser fiel
Brame el infierno con fiera saña – ¡Viva la Virgen, muera Luzbel! (Bis)
VIRGEN DE SUYAPA
Paco Medina
Virgen de Suyapa, ¡oh Reina de Honduras!
La nación entera te aclama de hinojos,
y devota implora las santas ternuras,
la dulce e infinita piedad de tus ojos;
y que apartes siempre los crueles abrojos;
que seas la dicha, y que canten todos su felicidad. (Bis)
A tu altar un día, Virgen de Suyapa,
llevaré las rosas más bellas de Honduras;
y estarás entonces risueña y más guapa,
y verás mi ofrenda con honda ternura.
Calmarás mis penas y mis amarguras,
y tú entre las reinas serás la más Reina de mi corazón. (Bis)
MORENITA DE SUYAPA
José Reyes Carranza
Morenita de Suyapa, tan chiquita y milagrosa, eres enviada de Dios.
Fuiste hallada en un camino, en las horas de la noche, por un hombre labrador.
Madre eres de nuestra Patria, y nos das tu bendición.
En nombre de los obreros y también de labradores te dedico mi canción. (Bis)
—Desde los cerros de plata, se divisa tu pueblito
como manto en un palmar. Y por los rayos del soll, se ilumina tu iglesia, que
parece de cristal. Si nosotros los hondureños, salimos de nuestra nación,
llevamos tu nombre grabado, muy dentro del corazón. (Bis)
—Por los cerros y montañas se oye un canto de alabados y un murmullo sin
cesar. Son tus hijos peregrinos, que de tierras muy lejanas,
te vienen a venerar. Virgencita de Suyapa, te pedimos de corazón:
que ruegues por nuestros hogares, y también por la Nación. (Bis)
PENSAMIENTOS DE J. PABLO II
J. Barceló
Un mismo nombre, María
proclamado diferente,
invocado igualmente
con idéntico amor.
—En Panamá y Guatemala
“Señora de Asunción”;
“De los Ángeles” Costa Rica
“De la Paz” en El Salvador.
Un mismo nombre María…
—En Nicaragua “La Inmaculada”
“Guadalupe” en Belice.
Invocación similar
culto y fervor por igual
Un mismo nombre María…
—Aquí tu gracia ¡oh Virgen! Madre
de SUYAPA es nuestro cantar.
Tú nos invitas a los cristianos
ir siempre a Cristo y fraternizar.
Un mismo nombre María…
—Así te muestras, abierta a todos,
en Centroamérica, en nuestro hogar.
Madre amable y bondadosa
ven con nosotros a caminar.
Un mismo nombre María…
Tomado del libro “La Inmaculada Concepción de María en Honduras: La Inmaculada Concepción de Suyapa de Honduras”, del P. José Barceló M. Editorial/Librería Coello.