Oraciones a Nuestra Señora de la Paz del El Salvador

ORACION I

Oh María, puerta del cielo y señora de nuestras almas,
no permitas que nos apartemos del camino
que nos lleva hacia Dios; acompáñanos en el día
de nuestra muerte para que podamos contemplar
belleza y contigo gozar en el cielo de la posesión eterna
de tu Hijo, en compañía de todos los santos.

V. Virgen Santa y Señora de la Paz,
R. ruega por nosotros.

V. María, camino de salvación,
R, ruega por nosotros.

V. María, Madre de los que sufren,
R. Ruega por nosotros.

V. Te consagramos, Madre, a los hombres,
R. haz que sobre ellos no prevalezcan las tinieblas, sino la luz.

V. Te consagramos, madre, a la Iglesia,
R. hazla en el mundo sacramento eficaz de redención.

V. Te consagramos, Madre, nuestras vidas,
R. llénalas de Cristo, luz del mundo y Salvador.

V. Que vivirá con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos,
R. Amén.

 

ORACION DE INTERCESIÓN A LA VIRGEN DE LA PAZ

Señor Jesucristo que dijiste a tus Apóstoles mi paz os dejo,
mi paz os doy, no atiendas a nuestros pecados,
sino a la fe de tu Iglesia y a la poderosa intercesión
de nuestra Madre la Santísima Virgen de la Paz.

Por ella te pedimos, Señor, la paz de nuestras almas
perdonando nuestras culpas y dándonos la gracia
de no volver a cometerlas. Para que, puestas en paz con Dios
nuestras conciencias merezcamos obtener los favores que pedimos
en este triduo por la valiosa intercesión de tu Santísima Madre de la Paz.
Amén.

 

ORACIÓN POR LA PAZ EN EL SALVADOR I

María, Reina y Señora de la Paz , que al cumplirse los tiempos,
nos diste a Cristo, nuestra Paz,
ayúdanos a realizar la urgente tarea de la reconciliación,
para construir cada día una comunidad más justa y fraterna,
que la podamos extender más allá de nuestras fronteras.
sí sea.

 

ORACIÓN POR LA PAZ EN EL SALVADOR II

Divino Salvador del Mundo, tú que guías sabiamente
la historia de todas las naciones y la de nuestro país, escucha ahora
nuestra súplica: Somos hijos de un mismo Padre que tú nos revelaste
y no sabemos ser hermanos y el odio siembra más miedo
y más muerte en nuestra, tan sufrida sociedad salvadoreña.

Danos la paz que promete tu Evangelio, aquella que el mundo
no puede dar. Enséñanos a construirla como fruto de la Verdad
y de la Justicia. Escucha la imploración de nuestra Madre,
María Reina de la Paz y envíanos tu Espíritu Santo,
para reconciliar en una gran familia a toda nuestra nación.

Venga a nosotros el Reino del Amor, y confírmanos en la certeza
de que tú estás con nosotros y la paz que nos has dejado,
nos acompañe hasta el fin de los tiempos.

Padre Ignacio Larrañaga, adaptada.

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