El formidable poder sobrenatural que tiene el rezo del Avemaría en el mundo físico y espiritual.

El Avemaría es, junto al Padre Nuestro, la oración más recitada por los católicos.

Y no es sólo una oración piadosa o descriptiva de los dones de la Santísima Virgen.

Sino que es una oración muy poderosa para actuar sobre el mundo físico y el espiritual.

Es una oración que pocas veces tomamos conciencia de su valor en forma independiente, porque usualmente la recitamos dentro del Rosario.

Pero tampoco caemos en la cuenta de que el Ave María es el alma del Rosario, porque es la oración que se recita más veces en él.

Y su recitación repetitiva produce el clima de tranquilidad y elevación espiritual que se adjudica al Rosario.

Por lo tanto, el énfasis que queremos poner es en la historia de milagros sobrenaturales asociados a su recitación.

Aquí hablaremos sobre cómo se construyó sobrenaturalmente la oración del Avemaría, los efectos que se producen cuando se recita, y cómo pide Nuestra Señora que se rece para agradecer a Dios por haber enviado a Su Hijo a la Tierra.

El Avemaría es una oración plenamente bíblica y consta de tres partes.

Es la unión de dos pasajes bíblicos, los de la Anunciación y la Visitación de María a su prima Isabel.

Más una tercera parte, integrada por una definición teológica más una petición de intercesión a la Virgen. 

La primera parte es el saludo del Ángel Gabriel descrito en Lucas 1: 26-37. 

«Dios te salve María llena eres de Gracia».

El Ángel usó la palabra salve para el saludo, Ave en latín, que es un saludo real como «Salve César» o «Salve, Rey de los judíos», que no se usaba para los campesinos. 

Por eso la Biblia dice que María se turbó por este saludo.

Y luego no se dirigió a Ella por Su nombre de María, sino por Su nuevo título, «llena de gracia».

Estar «lleno de gracia» significa que no puede haber lugar para el pecado en ninguna parte del cuerpo o del alma. 

De modo que sabemos que mientras más gracia uno tiene, menos pecado tiene.

La segunda parte del Avemaría son las palabras de Su prima Isabel cuando la Visitación, descritas en Lucas 1:42.

“Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre”. 

Isabel ya estaba embarazada de Juan el Bautista, quien reconoció al Señor en el vientre de María, saltando de alegría.

Y por eso Su prima la bendice.

Y la tercera parte tiene dos ingredientes.

Por un lado «Santa María Madre de Dios», que es una Declaración del Concilio de Éfeso en el año 431.

Lo cual afirma la doctrina de la encarnación, o sea que la Segunda Persona de la Trinidad se hizo carne a través de María, y se unió completamente a la naturaleza humana, siendo por tanto Jesucristo verdaderamente Dios y verdaderamente humano.

Y por otro lado esta tercera parte del Avemaría contiene una petición a María, «ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte».

Esto fue agregado cuando la Peste Negra, en el siglo XIV, devastó Europa y acabó con un tercio de su población, llevando a los fieles a clamar a la Madre de Nuestro Señor, para que los protegiera en un momento en que la muerte era un peligro diario.

Este texto habría aparecido por vez primera en una publicación de la orden de los servitas.

Hasta que finalmente el Ave María fue redactado como lo conocemos hoy por San Pio V, el de la Batalla de Lepanto, con ocasión de la reforma litúrgica debida al Concilio de Trento.

La potencia sobrenatural del Avemaría fue revelada por ella en varias oportunidades.

Cuando al Beato Alano della Rupe, del siglo XV, le fue encargado, por la propia Virgen María, revitalizar la devoción del Santo Rosario, Ella le reveló el porqué de la potencia del Ave María, le dijo,

“Como Dios escogió el saludo angélico para realizar la Encarnación de Su Verbo y la Redención de los hombres, así también los que quieren reformar las costumbres y regenerar los pueblos en Cristo Jesús, Me deben honrar y dar homenaje con el mismo saludo”. 

Y el Beato Alano luego diría que cuando él rezaba el Ave María, el Cielo se llenaba de júbilo y la Tierra de admiración.

Sus temores se desvanecían, sus pasiones se extinguían, crecía en devoción, su esperanza se confirmaba, su consuelo aumentaba, su espíritu se alegraba y su tristeza desaparecía.

Mientras el mundo se horrorizaba por el amor de Dios que reina en su corazón.

De modo que la forma de actuar del Avemaría es sobrenatural y los resultados se pueden ver en el mundo físico.

Y recientemente el padre Joe Freedy, de la Diócesis de Pittsburgh, hizo público lo que el laico John Petrovich relató en un retiro.

Un sábado por la mañana, Petrovich corría cerca de su casa, en un suburbio al norte de Pittsburgh.

Y pasó frente a una casa donde había una ambulancia estacionada en el camino de entrada. 

Las puertas delanteras y las del garaje de la casa estaban abiertas.

Pensó en parar para ayudar, pero como no era médico siguió corriendo.

No sin antes decir un Avemaría, que fue la primera oración que le vino a la mente.

Y pensó que si esa ambulancia todavía estaba estacionada cuando regresara, se detendría para ver si podía ayudar.

Cuando regresó, la ambulancia no estaba allí y la casa estaba totalmente cerrada.

A la semana siguiente, luego de bajar del autobús de camino a casa desde el trabajo, pasó por frente a la casa nuevamente.

Y en la casa había una señora al borde del camino de entrada, que comenzó a saludarlo y le pidió que por favor se detuviera.

No conocía a la persona en absoluto, pero se acercó y ella le dijo,

«Necesito hablar con usted. Tengo que agradecerle porque me salvó la vida».

Petrovich asombrado le preguntó cómo le había salvado la vida, y ella le contó lo que sucedió ese día cuando pasó corriendo. 

Los sábados ella se quedaba sola y ese día se sintió extraña, como si hubiera sufrido un derrame cerebral, se desmayó y sintió que se estaba muriendo.

Lo siguiente que supo fue que estaba en una cama de hospital y recuperó el conocimiento. 

Pero tuvo una visión de Jesús que se le acercó y le dijo,

«Todo va a estar bien, porque esta persona oró por ti».

Entonces Jesús abrió la palma de su mano y allí estaba Petrovich, en la mano de Jesús.

Y por eso ella pensó que tenía que agradecer al desconocido por salvarle la vida.

Esto demuestra el poder sobrenatural, mayormente invisible, que despliega el rezo del Avemaría.

¿Y cómo es la mejor forma de orar el Avemaría en forma continua fuera del Rosario?

Nuestra Señora le dijo a Santa Matilde de Hackeborn, del siglo XIII, que nadie podría darle un saludo más dulce que el Avemaría, porque fue el saludo que Dios mismo le dirigió, a través de Su Ángel.

Y le sugirió rezar 3 Avemarías todos los días.

El primer Avemaría debía de ser en acción de gracias al Padre celestial, por el poder que le daba.

El segundo en honor del Hijo, por el don de la sabiduría.

Y el tercero en honor del Espíritu Santo, por la abundancia de amor con que la revistió.

Y a la mística maltesa Karmni Grima, del siglo XIX, le pidió también que rezara 3 Avemarías, en honor a los tres días que Su cuerpo permaneció en la tumba, antes de Su Asunción al Cielo.

Bueno hasta aquí, lo que queríamos hablar, sobre las pruebas del poder sobrenatural que tiene el rezo el Avemaría para modificar el mundo físico, y cómo la Santísima Virgen recomienda rezarlo, en forma independiente del Rosario. 

Y me gustaría preguntarte si tu rezas el Avemaría fuera del rosario en alguna oportunidad y cuando lo haces.

MIRA ESTOS VIDEOS

LEE ESTOS ARTÍCULOS

El Avemaría en el Catecismo de la Iglesia Católica https://forosdelavirgen.org/el-avemaria-en-el-catecismo-de-la-iglesia-catolica/

Novena Eficaz de las Tres Avemarías https://forosdelavirgen.org/novena-eficaz-de-las-tres-avemarias/

Conoce Ave María Florida, una Ciudad donde Todo es Católico https://forosdelavirgen.org/ave-maria-florida-una-ciudad-disenada-y-operada-para-catolicos-2013-10-06/

Historia de las 7 Oraciones más Populares de la Iglesia https://forosdelavirgen.org/breve-historia-del-avemaria/