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Evangelii Gaudium en línea con premios Nobel de economía.

 

Hacia fines de noviembre de 2013 el Papa Francisco lanzó la exhortación Evangelii Gaudium, donde criticó que la teoría del ‘derrame’ en economía está justificando las desigualdades crecientes. Esto le trajo muchas críticas aún dentro de la iglesia, que hasta lo tacharon de comunista y de estar contra el capitalismo.

 

pobreza

 

Pero no fue hasta el Foro Económico Mundial de Davos, a fines de enero, donde apareció públicamente que varios economistas, incluso premios Nobel tienen una posición similar a la del Papa, y por lo tanto su opinión no puede tomarse como estrictamente religiosa, porque incluso estos economistas critican el ‘derrame’ y la racionalidad de los mercados desde el punto de vista de las ineficiencias que introducen.

LAS EXPLICACIONES DE DOS ECONOMISTAS DE FAMA MUNDIAL SOBRE LAS DESIGUALDADES

A raíz del Foro de Davos, prestigiosos economistas han legitimado indirectamente la visión del papa Francisco que cuestionó la doctrina económica del “derrame” en Evangelii Gaudium y generó fuertes ondas expansivas entre los empresarios cristianos.

Joe Stiglitz, que recibió el nobel de economía en el 2001, ha explicado que el estancamiento del salario medio en el mundo desarrollado, desde hace casi 40 años, hace que cada fase de crecimiento del consumo se financie mediante aumentos de la deuda que es una permanente fuente de burbujas crediticias. Es decir, menos participación en los beneficios, reclamo desmesurado del consumo, creciente endeudamiento, y la bolsa se rompe cíclicamente.

Por lo que el sesgo en la distribución de la renta a favor de los más ricos, dice Siglitz, “no es sólo un problema social, sino que está contribuyendo al pobre rendimiento de la economía”.

El también nobel en economía Bob Shiller, ha explicado, en esta misma línea, como una sociedad cada vez más desigual genera comportamientos más especulativos, porque cuando la brecha de la desigualdad crece, la gente teme que el Estado del bienestar desaparezca, y busca suplirlo con sus propias seguridades, inflando tanto la burbuja inmobiliaria como la de las inversiones bursátiles, endeudándose más. Explicación que polemiza con la teoría de los “mercados eficientes” del otro premio nobel del año pasado, Eugene Fama.

Shiller en Davos ha denunciado que seis años después de la pesadilla de las subprime nos estamos olvidando de lo que ha supuesto la última burbuja. Y que la teoría de los mercados eficientes vuelve con implicaciones evidentes. Europa y Estados Unidos han gastado centenares de miles de millones del contribuyente en rescatar a grandes corporaciones financieras para evitar que las quiebras colapsaran la economía. Si crece la convicción de que los mercados se comportan por sí solos de un modo adecuado, los partidarios de la desregulación que tanto daño nos hizo desde finales de los 80 ganarán espacio.

La teoría de los mercados eficientes es una doctrina que se refiere exclusivamente a la bolsa y la compra y venta de activos. Pero puede ser también un lema para aquellos que, obstinadamente, siguen empeñados en defender que la mano invisible del mercado es capaz de hacer magia porque transforma los intereses individuales, que funcionan por patrones egoístas, en el bien de todos.

EL SISTEMA NO DERRAMA BIENESTAR SINO DESIGUALDAD

Desde que cayó el Muro de Berlín, hace ya casi 25 años, hemos aprendido con mucho sacrificio que cierto liberalismo economicista es muy ingenuo. Por eso sorprende tanto que algunos se hayan puesto tan nerviosos con algunas de las afirmaciones de la Evangelii Gaudium

El Papa Francisco denuncia en la exhortación Evangelli Gaudium el engaño de quienes quieren convencernos de que este sistema “derrama” bienestar, cuando lo que derrama es desigualdad. 

Para Francisco el sistema económico actual es “injusto en su raíz” porque en la economía predomina “la ley del más fuerte”, siendo una “nueva tiranía invisible, a veces virtual”, dominada por un “mercado divinizado”, en el que imperan la “especulación financiera, una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta”.

“No a una economía de la exclusión. Así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir ‘no a una economía de la exclusión y la inequidad’. Esa economía mata”, escribió.

Así el Papa critica a aquellos que

“todavía defienden las teorías del derrame, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando”, recalca.

El Santo Padre entonces destacó la generación de desigualdades en las economías diciendo:

Mientras que el ingreso de una minoría está creciendo exponencialmente, el de la mayoría se está derrumbando”.

Esto lo pone en línea con los economistas en Davos que critican no solo la teoría del ‘derrame’ y de los mercados eficientes, sino que ponen foco en las desigualdades económicas y sociales crecientes en el mundo, no sólo criticándolas en términos morales sino en términos de eficiencia capitalista.

Fuentes: Aleteia, Páginas Digitales, Signos de estos Tiempos 

 

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