¿Qué dice San Malaquías sobre los últimos tiempos? [2013-01-19] R

Benedicto XVI podría ser el papa 111, “De Gloria Olivae”, de la Profecía:
El próximo Papa, “Pedro Romano” no tiene número y estaría de lleno en la última persecución a la Iglesia. Apacentará el rebaño en medio de grandes tribulaciones.

 

Anteriormente nos hacíamos la pregunta sobre los “últimos tiempos” según las “apariciones de la Virgen” en Garabandal, tal y como lo cuenta el sacerdote José Ramón García de la Riva, -testigo cualificado de aquellos acontecimientos-, en su libro “Memorias de un cura de Aldea”.

Sobre este tema el autor hace una referencia a las famosas profecías de San Malaquías, tratando de demostrar las coincidencias que se dan entre ambos eventos. Exponemos la explicación tal y como se desarrolla en el libro citado:

San Malaquías (1094-1148) fue Arzobis­po de Armagh (Irlanda). Dios le había otorga­do el Don de Profecía. Se dice que en 1140, al final de una peregrinación a Roma, en la que descubre una gran corrupción, recibió del Cielo comunicación de una lista de 111 lemas en Latín, descriptivos en forma alegórica y correspondientes a los 111 Papas que gober­narían la Iglesia Católica, desde Celestino II (1143-1144), contemporáneo de San Mala­quías, hasta un supuesto Pedro Romano, que sería el 112°, incluyendo a los Antipapas.

Sin embargo, que sepamos, en el siglo XII esta profecía no se dio a conocer. Aparece por primera vez en la obra «Lignum Vitae» (Árbol de la Vida) publicada por un monje benedictino francés, Arnold de Wyon, en 1595. El libro es fundamentalmente una biografía colectiva de los monjes de su Orden que llegaron a la dignidad episcopal, entre ellos San Malaquías. El autor dedicó el libro al Rey de España Felipe II. De Wyon termina la referencia a San Malaquías incluyendo las Profecías a que nos referimos –continua diciendo el autor-. Dice:

«Escribió varios opúsculos. Hasta el día de hoy no he tenido ocasión de ver ninguno, exceptuando una profecía relacionada con los Sobera­nos Pontífices. Puesto que es muy breve, y que yo sepa no ha sido dada a imprimir todavía, y dado que a muchos les complacería conocerla, copio a continuación su contenido».

Parece ser que el texto original habría sido custodiado durante esos cuatro siglos en el Archivo Secreto del Vaticano. Asombra el acierto profético de esos lemas a lo largo de los 871 años de vigencia. Recordemos los últimos:

+El Papa número 106, «Pastor Angélicus» correspondió a Pío XII, que tenía en su escudo un Angel, y es considerado como el más angélico de todos los Papas.

+El número 107, «Pastor et Nauta» («Pastor y Navegante»), corres­pondió a Juan XXIII, cuyo tema preferido era el «Buen Pastor», y nació en Venecia, la ciudad entre las aguas.

+El número 108,´Tlos Florum» («Flor de las
Flores»), Pablo VI, que tiene en su escudo de armas el «lirio», la «flor de las flores».

+El número 109, «De Medíate Luna» («De la Media Luna»), Juan Pablo I, que fue elegido en una Media Luna y falleció en la siguiente Media Luna.

+El número 110, «De Labore Solis»(del trabajo del Sol), Juan Pablo II. Las obras de Juan Pablo II justifican este lema: Su Pontificado de 26 años fué el tercero más extenso (después de S. Pedro y Pío IX). Ha siso el Papa más viajero -visito 129 países- tratando de llevar –como el Sol de Justicia, Cristo- la Luz del Evangelio a los cinco continentes . Hablaba numerosos idiomas: Italiano, Francés, Alemán, Inglés, Español, Portugués, Ucraniano, Ruso, Croata, Esperanto, Griego antiguo y Latín, además del Polaco. Detuvo la expansión del Comunismo, … Beatificó a 1.340 personas y canonizó a 483 santos, lo que supone una cantidad ma­yor que la llevada a cabo por sus predecesores a lo largo de los últimos cinco siglos; …

Algunos relacionan el lema del Sol con Fátima (en donde se produjo el milagro del sol), ya que el tercer mensaje parece que tenía mucho que ver con el atentado que sufrió el 13 de Mayo en la Plaza de San Pedro.

García de la Riva dice: Juan Pablo II es el último Papa al que se refiere Conchita. A partir de él estaríamos de lleno en el «Fin de los Tiempos». En esta etapa San Malaquías sitúa a dos papas con los que cierra su lista:

+ El número 111, «De Gloria Olivae» (De la gloria del Olivo).

Este lema le cuadra de muchas formas al Papa actual. El mismo viene a explicarlo al dar razones de su nombre papal. Una de ellas es su vocación pacifista, que se ajusta al lema por cuanto el olivo ha sido desde antiguo símbolo de Paz (Gen 8,11): «He querido llamarme Bene­dicto XVI para relacionarme idealmente al venerado pontífice Benedicto XV, que ha guiado a la Iglesia en un periodo atormentado por el primer conflicto mundial. Fue valiente y auténtico profeta de paz, y actuó con extrema valentía desde el inicio para evitar el drama de la guerra y des­pués al limitar las nefastas consecuencias«.

Parece ser que Santa Hildegarda dejó una profecía para Últimos Tiem­pos. Vino a decir que los hijos de San Benito serían de gran ayuda a la Iglesia al llegar los Últimos Tiempos, o el Fin de los Tiempos que la Virgen dijo a Conchita. Esto parece estar cumpliéndose, en el sentido de que la Medalla de San Benito lleva ya años extendiéndose por todo el Mundo por su valor exorcístico y protector contra las acechanzas de los malignos espíritus.

Dentro de la referencia a los «hijos de San Be­nito», el Papa actual tiene un valor especial; no sólo por tratarse de un Papa sino por la devoción al San­to que existe en la tierra natal del Papa. El mismo lo explicó en su día: (…) La progresiva expansión de la Orden Benedictina fundada por él (S. Benito de Nursia) ha ejercido un influjo enorme en la difusión del Cristianismo en todo el Continente. San Benito es por ello muy venerado en Alemania y, en particular, en Baviera. mi tierra de origen. Constitu­ye un fundamental punto de referencia para la unidad de Europa y un fuerte reclamo a las irrenunciables raíces cristianas de su cultura y de su civilización «.

Por otra parte, el Cardenal Ratzinger fue durante muchos años Pre­fecto del Santo Oficio, organismo encargado de guardar la pureza de la Fe Católica, cuyo escudo tiene una rama de olivo entre sus símbolos. La espada significaría la actitud a tomar con los que atacan la Fe («extirpad el mal de entre vosotros mismos», lCor,5,9-13); la rama de olivo sería la reconciliación que se ofrece a los que vuelven.

San Pablo simboliza al Pueblo de Israel con un Olivo natural mien­tras que los gentiles serían el olivo silvestre. ¿Podemos suponer que du­rante el pontificado de Benedicto XVI se producirá la conversión de Is­rael que leemos en la Carta a los Romanos (Rom, 11, 24-28)? Entonces se cumpliría a la perfección el lema del Papa actual. La Gloria del Olivo llegaría a su esplendor.

Nació un Sábado de Gloria, sábado después de Semana Santa con el que se conmemora la resurrección de Jesucristo (se abre la «gloria´ : resurrec­ción del Señor). La Semana Santa inicia el Domingo de Ramos (de olivo). Adicionalmente, el olivo generalmente implica una referencia a la paz.

En cuanto al “último Papa”, se afirma en el libro:

+ «Pedro Romano» viene citado sin número, después del 111, pero dice que será el único llamado «Pedro», como el primero. Es profecía cumplida a lo largo de los 871 años transcurridos. Y añade: «En la última persecución de la Santa Iglesia Romana, ocupará su Sede Pedro Roma­no, que habrá de apacentar sus ovejas en medio de grandes tribulacio­nes. Acabadas éstas, la «Ciudad de las Siete Colinas » será arrasada, y el Juez tremendo tomará cuentas a su Pueblo.»

«El Juez tremendo tomará cuentas a su Pueblo» es una forma de referirse al gran Castigo que purifica la Tierra de los «Obradores de ini­quidad» (Is 13,9), cierra el Fin de los Tiempos y abre las puertas a la Segunda Venida de Cristo para instaurar su Reino de Amor, de Justicia y de Paz.

Así pues, la revelación de Garabandal nos advierte sobre el grave momento en que nos encontramos -Fin de los Tiempos- y se une a la Profecía de San Malaquías -quedan dos Papas- para decirnos con clari­dad que el Señor está a las puertas y nos llama (Ap 3,20) a ser apóstoles de la Conversión.

Hasta aquí todo lo expuesto por el sacerdote García de la Riva en el libro citado. Nada de lo expuesto es “dogma de fe”. Y Dios siempre puede cambiar el curso de la historia si, al menos, hay un “resto de Israel” –léase Pueblo de Dios-, que ora, hace penitencia y trata de ser fiel a la Voluntad de Dios. Por eso esa llamada a la oración y a la conversión que escuchamos en todos los mensajes que se atribuyen a la Virgen en distintos lugares.

Es oportuno escuchar lo que dice San Pablo: “Después llegará el fin cuando Cristo entregue el reino a Dios Padre, cuando haya aniquilado todo principado, toda potestad y poder. Pues es necesario que El reine, hasta que ponga a todos los enemigos bajo sus pies. Como último enemigo será destruida la muerte (…). Y cuando haya sido sometidas todas las cosas, entonces también el mismo Hijo se someterá a quien a El sometió todo, para que sea todo en todas las cosas” (1 Cor. 15, 24-28).

Yo no tengo nada más que añadir. Cada cual saque sus conclusiones y asuma su responsabilidad con toda paz. Como dicen los teólogos, estamos en los últimos tiempo, el tiempo de la Iglesia. El cristiano tiene que preparar activamente la segunda venida de Cristo, con una vida santa y difundiendo el Evangelio ( Cfr. con detalle Ernest Burkart-Javier López, “Vida cotidiana y santidad en las enseñanzas de San Josemaría”, Rilap, Cap. 2)

P. Juan García Inzapara Religion En Libertad

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