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Análisis de la capacidad de operativa de los islamistas fuera de sus áreas ocupadas.
Las operaciones del Estado islámico, Boko Haram y otros jihadistas parecen estar en aumento, y sus decapitaciones, violaciones y otros actos criminales tienen el diseño de crear pavor. ¿Pero qué tan letales podrían ser las amenazas que hacen sobre occidente?

 

jihadistas del isil

 

Sin duda son efectivos en el terreno que ocupan, pero por ahora, las amenazas sobre occidente, en especial sobre Londres, Washington y el Vaticano no han visto ninguna acción: ¿son sólo amenazas para amedrentar o hay algo de cierto?

El terror es más que simplemente una táctica, es más grande incluso que la estrategia. A nivel personal, el terror – o destrucción – es una expresión primordial de la ira y el resentimiento. El terrorista puede actuar en concierto con otros, pero como una persona que actúa por motivos psicológicos profundamente personales. Sus actos pueden ser objetivamente irracionales – atentado suicida, por ejemplo – pero subjetivamente equivaldría a una elección racional e incluso moral.

Por otro lado, el terrorismo es una estrategia altamente adaptable. Independiente de todas las nociones convencionales de la moral, el terrorista es libre de innovar y experimentar. La naturaleza descentralizada de las organizaciones terroristas permite a los individuos o células individuales la libertad de elegir los objetivos, las armas y el calendario sin la aprobación de una estructura de mando tradicional. Y cuando una organización terrorista captura activos financieros, militares y equivalentes de un Estado-nación – como ocurrió en Afganistán antes del 11 de septiembre de 2001, y como parece estar ocurriendo ahora en el este de Siria y el norte de Irak – su capacidad de adaptación aumenta significativamente.

La dificultad de predecir las futuras formas y medios de las organizaciones terroristas se ilustra en el ejemplo desafortunado de un informe titulado «55 tendencias que ahora modelan el futuro del terrorismo«, elaborado por Proteus EE.UU., un think tank gubernamental patrocinado por la Universidad Nacional de Inteligencia, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos.

La primera «tendencia» destacada por el informe, publicado en febrero de 2008, fue «La economía de los países desarrollados está en camino de crecer por lo menos durante los próximos cinco años». Por supuesto, la economía del mundo desarrollado fue una ruina humeante para finales del 2008 y así continúa. Tendencias similares están en todo el resto del documento.

Tal vez la mejor herramienta de predicción a disposición de los responsables políticos es una comprensión racional de las capacidades de las organizaciones terroristas y nuestras propias vulnerabilidades.

La sed de sangre de una organización como ISIL debe ser considerada un hecho, teniendo en cuenta la naturaleza misma del terrorismo. Pero mientras el ritual de la decapitación, la violación, la esclavitud, la tortura y el asesinato indiscriminado es impactante, tiene poco valor predictivo. Lo que cuenta es si el grupo terrorista tiene la capacidad de golpear, y cómo esa capacidad coincide con nuestras propias debilidades. La amenaza de destruir un grupo de portaaviones de batalla de la marina, por ejemplo, probablemente no es creíble. Pero la amenaza de infiltrar a cientos de jihadistas aguerridos de origen occidental de vuelta a sus países, con el fin de llevar a cabo ataques de «lobo solitario», podría ser.

De muchas maneras, el éxito asombroso del ISIL en el terreno ha enviado a los responsables políticos y expertos de vuelta a la mesa de dibujo. En una conferencia de prensa la semana pasada, el secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, ha llamado al ISIL una «amenaza inminente» para los intereses estadounidenses y advirtió que

«representa una amenaza mayor que 11.9 (atentado a las torres gemelas). El ISIL es tan sofisticado y bien financiado como ningún grupo que hemos visto. Están más allá de un grupo terrorista. Ellos casan su ideología con una sofisticada destreza militar estratégica y táctica, y están tremendamente bien financiados. Esto es mucho más allá de cualquier cosa que hayamos visto. Debemos prepararnos para todo. Estar listos.»

Del mismo modo, un oficial militar de alta calificación de Estados Unidos dice que el grupo Estado Islámico tiene una «visión estratégica apocalíptica del fin de los tiempos» en el Medio Oriente y no puede ser derrotado a menos que Estados Unidos y una coalición de socios lo enfrenten frontalmente en Siria.

«Ellos pueden ser contenidos, pero no a perpetuidad», dijo en una conferencia de prensa el general del ejército Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto.

Por otra parte, Norman McCulloch, Jr., ex embajador en misión especial y Coordinador para la Lucha contra el Terrorismo del Departamento de Estado de los Estados Unidos, dijo que las afirmaciones de que el ISIL es una amenaza directa a los Estados Unidos no han sido probadas.

«Es una preocupación a largo plazo», dijo McCulloch, «pero por el momento, no existe un registro probado de actividades fuera de la zona, no demostraron capacidad para llevar a cabo ataques. Y si tuviera que decir quien haría el próximo ataque en occidente, no sería el ISIL».

Entonces, ¿qué vulnerabilidades occidentales es probable que los terroristas exploten en el futuro?

La infraestructura pública sigue siendo una preocupación importante, sobre todo la red eléctrica y las plantas de energía, especialmente la nuclear.

Según Stephen Flynn, del Centro para la Seguridad y Cooperación Internacional, los puertos y aduanas siguen siendo una preocupación importante.

«A pesar de los esfuerzos que se han puesto en marcha en lo que respecta a la carga en contenedores», dice Flynn, «el contrabando todavía está fluyendo a través de este sistema, así se trate de movimientos de grandes sumas de dinero en efectivo; a narcóticos; a toda forma de arma y nucleares».

El terrorismo cibernético también ocupa un lugar preponderante, sobre todo en lo relacionado con la aviación, la banca, la energía, el gobierno y otros sectores críticos. Hasta la fecha, los ataques se han dirigido a Occidente por estados o grupos patrocinados por estados, en particular los chinos y los rusos, pero el reclutamiento islamista en las naciones occidentales podría eventualmente producir jihadistas con las habilidades para mover a grupos como el ISIL al terrorismo cibernético de una manera importante.

Los sistemas de agua, los cuales están ampliamente distribuidos, son especialmente vulnerables a los ataques terroristas con armas químicas o biológicas. Pero incluso incapacitando la distribución del agua simplemente en ciudades como Los Angeles, Phoenix y Las Vegas se podría lograr efectos devastadores en la economía nacional de EE.UU. y podría amenazar directamente a miles de vidas. Estos mismo vale para cualquier nación occidental.

El ISIL predice que su bandera negra algún día se enarbolará sobre el puente de Londres, la Casa Blanca y el Vaticano. Esas son afirmaciones tontas, incluso teniendo en cuenta los patrones recientes de la inmigración musulmana en los países occidentales.

Tales victorias tendrían que ser ganadas en campos de batalla convencionales, donde Occidente – y especialmente los Estados Unidos – tienen una ventaja abrumadora.

Mucho más grave es la posibilidad de que terroristas incrustados pudieran lanzar ataques relativamente aislados para hacer grandes daños a la vida o la propiedad. En ese sentido, el 11 de septiembre probablemente seguirá siendo el modelo para futuros ataques terroristas en Occidente en el futuro previsible.

Fuentes: Aleteia, Signos de estos Tiempos

 

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