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Las Visiones más Sorprendentes de la Ascensión según los Místicos Católicos.

La Ascensión de Jesucristo es un evento más importante en la tradición cristiana, de lo que se dice. 

Jesús había resucitado de entre los muertos al tercer día después de su crucifixión.

Y durante los siguientes cuarenta días, se había aparecido a sus discípulos varias veces.

Les enseñó sobre el Reino de Dios, y les prometió que recibirían el Espíritu Santo, que les daría poder para ser sus testigos «hasta el último rincón de la Tierra».

Y finalmente, en el monte de los Olivos fue elevado al cielo. 

Aquí hablaremos sobre las visiones que tuvieron varias místicas de la Ascensión del Señor, que cuentan detalles que no aparecen en los evangelios.

La Ascensión de Jesucristo es especialmente importante para nuestra fe.

Marcó el final del ministerio terrenal de Jesús. 

Dios Padre había enviado a Su Hijo al mundo en Belén, y ahora el Hijo volvía al Padre, marcando el éxito en su obra terrenal. 

Había logrado todo lo que había venido a hacer.

Y el plazo de proscripción humana había llegado a su fin.

La Ascensión marcó Su regreso a la gloria celestial, que había sido velada durante Su estancia en la Tierra, con una breve excepción en la Transfiguración.

Simbolizó su exaltación por el Padre, porque fue recibido arriba en honor y se le dio un nombre sobre todo nombre.

Indicó el comienzo de Su nuevo trabajo como Sumo Sacerdote y Mediador del nuevo pacto.

Se le permitió preparar un lugar para todos nosotros.

Estableció el patrón para su regreso, porque dice que cuando Jesús venga a establecer el Reino, volverá en cuerpo físico y visible entre las nubes

Y en definitiva nos informa que en la actualidad, Jesús está en el cielo a la diestra del Padre, en una posición de honor y autoridad.

Los evangelios incluyen dos breves descripciones de la Ascensión de Jesús en Lucas 24 y Marcos 16. 

Y también se narra en Hechos de los Apóstoles 1, donde se especifica la ubicación de la Ascensión, en el llamado Monte de los Olivos, cerca de Jerusalén.

La Capilla de la Ascensión hoy está en una pequeña iglesia redonda, donde existe una piedra grabada con las huellas de Jesús. 

Varios místicos han tenido visiones sobrenaturales de la Ascensión.

María Valtorta cuenta que Jesús primero se encontró con la Virgen María para avisarle de su Ascensión.

María besó Sus heridas y Él le prometió que estará a su lado sin ningún obstáculo terrenal. 

También relata que Jesús llamó a sus apóstoles para reunirse con ellos y tener una comida postrera en el Cenáculo, el lugar de la Última Cena.

Luego que la comida terminó, Jesús les dice que ha llegado la hora de dejarlos y volver al Padre.

Les pide que no se alejen de Jerusalén y que estén dentro de la casa, o sea del cenáculo, a la espera de la venida del Espíritu Santo que completará la misión.

Les indica que Jerusalén debe ser el inicio de la Iglesia, porque lo ha repudiado.

Pero luego la iglesia se extenderá por todo el mundo.

Les pide que se dediquen a la contemplación, practiquen el amor y que sean santos en forma perfecta.

Los discípulos le preguntan si va a reconstruir el reino de Israel y Él les contesta que ya no existirá el reino de Israel sino Su reino.

Pide que la iglesia de Jerusalén sea presidida por Santiago y que el jefe de toda la iglesia sea Pedro.

Les pide que no se turben, porque él va a preparar un lugar para ellos junto a su trono.

Y les promete que siempre va a estar junto a ellos en su ministerio y en las persecuciones.

Luego se ponen de pie y los abraza uno a uno.

Entonces los apóstoles le piden «danos al menos tu pan para que nos fortalezcamos».

Y Jesús toma el pan, lo parte después de haberlo ofrecido y bendecido, y repite las palabras rituales, esto es mi cuerpo y añade haced esto en memoria mía.

Los bendice y luego les dice «ahora vamos» y salen de la habitación del cenáculo.

Otros discípulos le avisan que el camino de Betania está lleno de discípulos que lo esperan.

Y entonces Jesús bendice a la humanidad, a la tierra, al sol, al mar y a todas las criaturas.

Llega hasta una piedra arriba del monte, abre los brazos en ademán de abrazar y les da la última orden, «id en mi nombre a evangelizar a las gentes hasta los confines de la Tierra, Dios esté con vosotros».

Entonces se transfigura, como lo había hecho en el Monte Tabor y sube hacia el cielo desapareciendo de la vista de los presentes.

Luego bajan dos figuras que son ángeles y dicen lo que está escrito en las escrituras, «varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo».

Según María de Agreda, Nuestra Señora no solo presenció la Ascensión, sino que se unió a Su Hijo en Su glorioso Ascenso al Cielo, por un corto tiempo.

Según María de Agreda, la Santísima Madre recibió el don de la bilocación. 

Esto fue para que Ella pudiera consolar a los Apóstoles y seguidores de Cristo después de la partida.

Y que, a su vez, pudiera participar en Su posición legítima como Madre del Rey, al lado de Cristo en el Cielo.

Ana Catalina Emmerich, al igual que María Valtorta, habla de una reunión previa de Jesús con sus apóstoles en el cenáculo, mientras María, las mujeres y los otros discípulos estaban en otras salas de la casa.

También cuenta que Jesús consagró el pan y el vino, y se lo dio a los apóstoles, pero también a Magdalena, Marta y María Cleofás.

Jesús volvió a ordenar a Pedro con poder sobre los demás.

Y presentó a Su Madre María como Reina.

También dio instrucciones sobre el bautismo y la bendición del agua.

Al amanecer Jesús salió de la casa de la Última Cena con los apóstoles.

La Santísima Virgen los siguió de cerca, y los discípulos a cierta distancia.

Y en el camino Jesús se detuvo en todos aquellos lugares donde se había producido un hecho importante durante su ministerio.

La multitud que lo rodeaba era tan grande que ya no podía contarlos y Jesús les habló largo rato, por una hora.

El sol ya estaba alto.

Jerusalén estaba alerta, asombrada por la multitud de personas que veían alrededor del Monte de los Olivos.

Cuando Jesús llegó a la cima de la montaña, resplandecía como un rayo de luz blanca.

Puso la mano izquierda sobre su pecho y, levantando la derecha dio la vuelta lentamente, bendiciendo al mundo entero.

Y se lo vio desaparecer disolviéndose como en la luz del cielo.

Y luego, como cuenta Valtorta, dos ángeles con largas túnicas blancas y un bastón en su mano se dirigieron a la multitud, con voz como de trompetas, diciéndole lo que está escrito en los evangelios.

Y por su parte Santa Hildegarda de Bingen describe cómo vio a Jesús ascendiendo a los cielos rodeado de ángeles.

Las huestes de los ángeles vinieron a su encuentro y lo escoltaron hacia la entrada de la ciudad celestial. 

Ella lo describe resplandeciente como un relámpago y revestido de una nube de esplendor, que ascendió a los cielos lentamente, como si flotara, y que sus discípulos lo miraron asombrados.

Y luego vio a Jesús sentado en un trono rodeado de ángeles, postrados ante Él y ofreciéndole alabanzas.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre las visiones de místicas de la Ascención del Señor.

Y me gustaría preguntarte qué te ha llamado más la atención de las cosas que cuentan estas místicas.

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