El humo de satanás actuando dentro de la Iglesia. 

En las apariciones de Fátima está la clave para entender la crisis por la que está pasando la Iglesia, y por lo tanto el mundo.

Sor Lucía de Fátima se lo reveló al Padre Fuentes en 1957, tres años antes de que el Papa debía hacer público el secreto de Fátima, que finalmente no fue publicado.

Y luego el padre Fuentes fue sancionado por revelar lo que le dijo Sor Lucía.

Aquí hablaremos de las revelaciones que le hizo Sor Lucía al padre Fuentes, sobre la razón central por la que la Iglesia y sus sacerdotes están en la crisis que hoy se ve nítidamente y afecta al mundo. 

El 26 de diciembre de 1957 el mexicano padre Agustín Fuentes tuvo una reunión con Sor Lucía en su convento Coimbra, para hablar sobre las causas de beatificación de sus primos Francisco y Jacinta Marto, porque lo estaban designando como postulador de esas causas.

Y el 22 de mayo de 1958 dio una conferencia en México sobre el contenido de esa conversación y se publicó con el imprimatur del Obispo de Fátima.

Pero luego el padre Fuentes fue objeto de una operación en su contra por el contenido de su charla y destituido como postulador.

Como se sabe en el Vaticano hay poderosas fuerzas actuando y hubo algo que él divulgó, que estas fuerzas no querían que se supiera.

¿Y qué dijo Fuentes sobre lo que Sor Lucía le contó, que provocó que lo quitaran de en medio?

Veamos lo que divulgó el Padre Fuentes.

Sor Lucía comenzó diciéndole que la Virgen estaba triste porque nadie le había prestado atención a su mensaje. 

Y que durante las apariciones nunca sonrió porque estaba angustiada por las ofensas contra Dios y los castigos que vendrían a los pecadores.

Le expresó en concreto,

«Padre, Dios castigará al mundo y esto será de una manera terrible, el castigo del cielo es inminente»

Esto sería refrendado por Juan Pablo II 20 años después cuando dijo,

«Debemos prepararnos a sufrir, dentro de no mucho tiempo, vendrán grandes pruebas..

Por vuestra oración y la mía es posible disminuir esta tribulación, pero ya no es posible evitarla, porque solamente así puede ser verdaderamente renovada la Iglesia».

Luego Sor Lucía diría que muchas naciones desaparecerán de la faz de la Tierra.

Le expresó en concreto,

«Rusia será el instrumento elegido por el cielo para castigar al mundo entero, si no conseguimos antes la conversión de esa pobre nación».

Y le admitió al padre Fuentes que en ese 1957 ella estaba preocupada además, porque faltaban sólo 3 años para 1960, cuando ella suponía que el Vaticano iba a revelar el contenido del tercer secreto, que al final nunca sucedió.

Dijo que sería un año muy triste para todos, porque nadie podrá sentir alegría si el mundo no reza y hace penitencia.  

Posteriormente le anunció que satanás había entrado en una batalla decisiva contra la Santísima Virgen.

Y que su estrategia es corromper a los laicos, a través de la corrupción de los sacerdotes y consagrados.

Porque sabe que las almas de los fieles, dejadas sin guía, caerán más fácilmente en sus manos.

Y este posiblemente haya sido el punto urticante para el Vaticano.

Le dijo concretamente,

«El diablo sabe que por cada religioso o sacerdote que reniega de su santa vocación, muchas almas son arrastradas al infierno»

Por eso intenta corromperlos para adormecer las almas de los fieles y llevarlos a la peor impenitencia.

Esa corrupción de los sacerdotes y consagrados les genera esterilidad en la vida interior. 

Y tiene como consecuencia la frialdad y falta de entusiasmo de los laicos para renunciar a los placeres terrenales y dedicarse a Dios.

Sor Lucía diría concretamente sobre los sacerdotes que han sido tomados por el mal,

«el diablo les ha logrado insinuar el mal bajo la apariencia del bien y ahora se comportan como el ciego guiando a otro ciego».

Pero la corrupción de parte del clero sería refrendada en 1972 por Pablo VI diciendo que «por alguna rendija entró el humo de satanás en la Iglesia».

Y las insinuaciones de corrupción de una parte del clero, sería una de las causas más importantes por las que un grupo de sacerdotes pidió al obispo la cancelación de las apariciones de Garabandal.   

Por eso expresó luego Sor Lucía que los laicos no deben esperar que la llamada a la penitencia provenga de nuestros obispos en nuestra diócesis, ni de las congregaciones religiosas.

Y tampoco se debe esperar obediencia a esa llamada de muchos laicos, en caso que la hubiera, porque los laicos no están dispuestos a seguir las indicaciones de sus pastores cuando no le gustan.

Y entonces llamó a que cada uno se preocupe por salvar su propia alma y ayudar a las otras almas.

Y finalmente Sor Lucía le habló al Padre Fuentes sobre los últimos tiempos y las armas que el cielo nos ha dado para estos momentos.

Le dijo,

«Padre, la Santísima Virgen no me ha dicho explícitamente que hemos llegado al final de los tiempos, pero hay tres razones que me llevan a creerlo».

Y entonces menciona cada razón.

La primera es que la batalla decisiva que ha comenzado el demonio contra la Virgen es el choque final, en el que un bando saldrá victorioso y el otro derrotado. 

Y por lo tanto ahora tenemos que elegir un bando, ya sea con Dios o con el diablo, no hay otra posibilidad.

La segunda razón es que la Virgen le dijo a los pastorcitos que el Señor había decidido dar al mundo los dos últimos remedios contra el mal, que son el Santo Rosario y la Devoción al Corazón Inmaculado de María. 

Y que son los dos últimos remedios posibles, lo que significa que no habrá otros.

Y la tercera razón es que cuando Dios se ve obligado a castigar al mundo, antes de hacerlo intenta corregirlo con todos los remedios posibles.

Hoy nos está dando la última oportunidad de salvación a través de la intervención de Su Madre.

Pero si ni siquiera este último recurso tiene éxito, ya no podremos esperar ningún tipo de perdón del Cielo.

Porque habremos sido culpables de lo que el Evangelio llama un pecado contra el Espíritu Santo; un rechazo abierto, plenamente consciente y voluntario, de la posibilidad de salvación que se nos ofrece. 

Y hoy la Virgen se está quejando que la humanidad no le hace caso y la Iglesia tampoco.

¿Y entonces qué nos queda?

Rezar el rosario y hacernos devotos del Inmaculado Corazón de María.

Respecto del rosario, Sor Lucía dice una cosa realmente trascendente y que quizás no hayamos notado.

Dice que la Santísima Virgen ha dado una nueva eficacia al rezo del rosario.

Lo que tal vez quiera decir que hoy es más eficaz rezar Rosario que hace varios siglos.

Concretamente sus palabras al padre Fuentes fueron las siguientes,

«Mire, Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en que vivimos, ha dado una nueva eficacia al rezo del Rosario.

De tal manera que no hay problema, no importa cuán difícil sea, ya sea temporal o sobre todo espiritual, en la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de las familias del mundo o de las comunidades religiosas, o incluso de la vida de pueblos y naciones, que no pueda ser resuelto por el Rosario»

Le recalcó que con el Santo Rosario nos consagraremos a Dios, nos santificaremos, nos salvaremos y obtendremos la salvación de muchas almas.

Y le dijo también al Padre Fuentes que la devoción al Inmaculado Corazón de María consiste en considerarla como la sede de la clemencia, de la bondad y del perdón, y como camino seguro para entrar en el cielo.

Finalmente le explicó al padre Fuentes la razón por la que ella había quedado en la Tierra mientras que Dios se había llevado rápidamente a sus primos.

Ella se quedó con una misión, que no es indicar al mundo los castigos materiales que vendrán si el mundo no reza y no hace penitencia.

Sino que su misión es indicar el peligro inminente en el que estamos, de perder nuestras almas por toda la eternidad, si permanecemos obstinados en el pecado.

En resumen, el padre Agustín Fuentes fue cancelado desde el Vaticano por publicar una entrevista que tuvo con Sor Lucía de Fátima en 1957.

Sor Lucía le contó que la Virgen estaba triste por el castigo que iba a llegar a la humanidad si no cambiaba.

Y que eso se vería más claramente cuando se publicara el tercer secreto tres años después, publicación que nunca sucedió.

Le dijo que el demonio había lanzado una ofensiva final contra la Santísima Virgen.

Su estrategia es corromper a los sacerdotes para adormecer a los fieles y así llevarlos a la impenitencia y este parece haber sido el tema urticante.

Y por lo tanto difícilmente haya un llamado masivo a la penitencia, y entonces cada alma que haya despertado deberá tratar de salvarse y salvar a los demás.

Le dijo que las últimas armas del cielo son el Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María

Y que el rosario tiene ahora más eficacia que antes, que cualquier problema se puede solucionar con él.

Y le explicó, que la misión que le había encomendado la Virgen a ella, era indicar el peligro de perder nuestra alma por la eternidad, si permanecemos obstinados en el pecado.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la revelación que hizo Sor Lucía sobre donde está la causa de la crisis de la Iglesia.   

Y me gustaría preguntarte si estás percibiendo la corrupción de una parte de los sacerdotes que reveló Sor Lucía o no.

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