El asombroso Secreto de la Sangre de Cristo y de la Lanza que Perforó su Corazón

Cómo Dios planificó la misteriosa quinta herida del corazón de Jesús en la Cruz. 

Cada gota de Sangre del Cuerpo de Jesucristo fue derramada para mostrar que Él lo dio todo, movido por Su intenso deseo de salvarnos. 

Pudo haber logrado la Redención con una sola gota de Su Preciosísima Sangre, pero derramó toda la Sangre que tenía.

Las últimas gotas de Sangre derramada fueron mezcladas con agua, porque Él deseó que nada fuera escatimado para redimirnos.

Esa fue la función que cumplió la quinta herida de Jesús, la de la lanza que le atravesó el corazón por el costado.

El responsable de vaciar de sangre a Jesús con esta herida fue Longinos, un centurión romano llamado por Dios para esa tarea.

Aquí hablaremos sobre cómo Dios suscitó a Longinos para que perforara el costado de Jesús en la cruz – para que entregara Su Preciosísima Sangre, y le no quebrara sus piernas -, las gracias que recibió por esto, y cómo después comenzó a trabajar conscientemente para el Reino de Dios. 

Según la tradición, el centurión que produjo la misteriosa y más importante “quinta herida” en Jesús, se llamaba Cayo Casio Longinos.

Era un centurión de unos 25 años, que estaba al mando de los soldados romanos en la Crucifixión de Jesucristo en el Gólgota.

Cuando atravesó el costado de Jesús con su lanza, un torrente de sangre y agua bañó su cara.

Y se sanó una infección en los ojos. Luego se convirtió y fue martirizado.

Es el mismo que declaró “este hombre ciertamente era el hijo de Dios” cuándo Jesús expiró, y se produjeron los hechos sobrenaturales del oscurecimiento del cielo y el temblor de tierra.

La lanza que utilizó Longinos para atravesar el corazón de Jesús se convertiría luego en una reliquia muy famosa.

Rebautizada como la Lanza del Destino, fue decisiva en la conquista de Jerusalén en la Primera Cruzada.

Y luego fue afanosamente buscada y conseguida por el círculo esotérico de Hitler, porque creían que tenía un poder sobrenatural.

Cuando obtuvo la reliquia tras la invasión a Austria en 1938, el Tercer Reich se sintió seguro para invadir toda Europa.

Y horas antes de que el führer se suicidase, en 1945, los soldados estadounidenses habían logrado hacerse con la lanza de Longinos en Berlín.

Según una visión de Ana Catalina Emmerich, Longinos fue iluminado por la gracia de Dios, para sentir compasión de las santas mujeres que se encontraban presentes al pie de la Cruz, que sufrían pensando que Jesús todavía estaba vivo sufriendo dolores espantosos.

Y cuando perforó el costado de Nuestro Señor, la cantidad enorme de Agua y Sangre que salió de Él empapó la cara y cuerpo de Longinos y fue una gracia similar a la del bautismo.

La gracia y la salvación entraron en el alma de Longinos.

Y en este momento se arrodillo pidiendo perdón en público por sus pecados, proclamando que creía en la Divinidad de Jesús.

Mientras el agua y la sangre continuaron corriendo y tocando a otras personas, y cayendo en rocas cercanas.

Después Longinos jugaría un papel importante en ayudar a establecer la veracidad de la resurrección de Cristo.

Porque se negó a ser sobornado por los judíos, para difundir la falsa noticia de que los discípulos de Jesús habían robado su cuerpo del sepulcro.

E insistió en decirle al mundo la verdadera historia de cómo el cuerpo de Cristo había resucitado en la gloria de la Resurrección.

Fue cuando los Judíos decidieron matar a este centurión.

Informado del complot, se quitó el uniforme militar, se sometió al bautismo con varios compañeros de armas y luego se fue a Capadocia, donde pasó muchas horas en intensa oración y ayuno riguroso, y al verlo, muchos paganos de la región también se convirtieron.

Sabiendo esto los Judíos provocaron que Poncio Pilato emitiera una orden a sus tropas: ¡Encuentren a este centurión renegado y decapítenlo inmediatamente!, lo que luego sucedería.

Según las visiones de María Valtorta, después que Poncio Pilato se lava las manos vuelve a su pequeño trono y llama al centurión Longinos para que se encargue de la crucifixión de Jesús. 

Desde ese momento Longinos muestra una fuerte compasión por Jesús.

Desata a Jesús y le ofrece beber un refrigerio de agua con miel.

Y el Señor le dijo a María Valtorta que la compasión del romano fue mayor consuelo que el agua endulzada con miel.

Longinos ordena la marcha hacia el Gólgota, primero va el Nazareno y detrás los dos ladrones entre los que lo crucificarán.

Tanto la chusma judía como Longinos querían que Jesús llegara vivo al Gólgota para que fuera crucificado.

Los primeros por odio, y él porque era su deber de soldado.

Y por eso da la orden de tomar el camino más largo que serpentea la montaña y no es tan empinado.

Y cuando ve a Simón de Cirene, un hombre muy fuerte de unos cuarenta años, que estaba de pie junto al burrito mirando la procesión, le ordena que lleve la cruz de Cristo.

Él se niega, pero Pilato lo amenaza con hacerlo azotar, y entonces acepta.  

Mientras tanto los soldados deben cargar permanentemente contra los judíos, que insultan a Jesús y a las mujeres que le seguían, entre las que iba María recostada en el apóstol Juan.

El sol, que había tomado un tono amarillo-rojizo, comenzó a apagarse de repente, a causa de una enorme nube.

Y Longinos llama a uno de los soldados que están jugando a los dados y le dice, “Si la Madre quiere subir con el hijo a la montaña, que venga, escóltala y ayúdala”.

La cabeza de Jesús cae sobre su pecho, su cuerpo se inclina hacia adelante, el temblor cesa y ya no respira. Ha exhalado su último aliento. 

José de Arimatea y Nicodemo aparecen y le dicen a Longinos, “Queremos el Cadáver”.

“Sólo el Procónsul puede concederla.  Vayan rápido, porque escuché que los judíos quieren ir al Pretorio para obtener permiso para fracturarle las piernas. No quisiera que desfiguraran Su Cuerpo”, dice Longino, y le agrega que va a esperar.

Pero sin esperar Longinos se coloca frente al Crucificado, reflexiona cómo asestar el golpe con su lanza y lo asesta. 

La lanza penetra profundamente de abajo hacia arriba, de derecha a izquierda de su costado. 

Y según Valtorta Longinos dice “Ya está, amigo mío, y sin fracturar los huesos», y además dijo “¡Era realmente un hombre Justo!”.

Del costado de Jesús ya había salido mucha agua y ahora había apenas un hilo de sangre, que ya tendía a coagularse.

Entonces Nicodemo y José de Arimatea regresan corriendo y dicen que tienen el permiso de Pilato, y Longinos envía a un soldado para confirmar eso y para saber qué hace con los otros 2 crucificados.

José de Arimatea y Nicodemo suben a la cruz y bajan el cuerpo de Jesús, y en el Calvario quedan las tres cruces, una de ellas sin el crucificado.

Y Jesús le diría a María Valtorta que fue la misericordia de Longinos la que le permitió llegar a la Cruz.

Que Longinos fue un soldado íntegro que cumplió con su deber y que estaba predispuesto por la Gracia. 

Y que por eso obtuvo para Él el don de las gotas de sangre del costado, que  fueron su bautismo en gracia.

Y le revelará que Longinos fue el primer hijo que le nació de la Cruz.

Bueno, hasta aquí el relato sobre el misterio de cómo hizo Dios, para que Jesús entregara hasta la última gota de Su Preciosísima Sangre en la cruz, para nuestra redención, y la función que cumplió San Longinos en esto.

Y me gustaría preguntarte por qué crees que los judíos querían que los romanos le rompieran las piernas a Jesús en la cruz.

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