La Semana Santa de Málaga viene celebrándose sin interrupción desde hace más de quinientos años. Es, desde el punto de vista religioso y cultural, uno de los acontecimientos más importantes que se celebra cada año en Málaga. Fue declarada de Interés Turístico Internacional en enero de 1965. De ella hay que destacar su colorismo y la majestuosidad del gusto barroco de muchas de sus cofradías.

Trono de la Virgen de la Esperanza, el mas pesado, 5 toneladas

Algo que llama mucho la atención al visitante que asiste por primera vez a Málaga para ver su Semana santa es que la ciudad no se llena de silencio y recogimiento durante esta Semana de Pasión, sino que por el contrario, son muy frecuentes las explosiones de alegría e incluso los aplausos al paso de las cofradías o las saetas espontáneas.

Durante la Semana Santa, Málaga hace honor a su apodo de “Cantaora” y  convierte la música en un elemento fundamental, creando un ambiente que invita a la vez al recogimiento y a la alegría.

Es muy interesante ver cómo el Lunes Santo los gitanos de toda Málaga viven su devoción acompañando a su Cristo y a su Virgen mientras bailan y cantan rumbas y bulerías. Es una viva muestra de ese mundo de contrastes en el que se halla inmersa la Semana Santa malagueña.

Otro de los rasgos característicos de la Semana Santa de Málaga es la fusión que hay en las procesiones entre la tradición militar y la cristiana. Algunas de las cofradías más populares son aquellas en las que los legionarios desfilan junto a las imágenes, como en la cofradía del Cristo de la Buena Muerte.

Las andas sobre las que son portadas las sagradas imágenes son denominadas en Málaga tronos, a diferencia de en las demás semanas santas de la geografía andaluza e incluso española. Los tronos poseen notables diferencias con los pasos de las demás ciudades: mientras que los últimos son llevados por costaleros sobre la espalda, los primeros son cargados por hombres de trono, que meten su hombro debajo de los varales (piezas de metal de varios metros de longitud que sobresalen del cajillo (estructura) del trono); además, los tronos suelen ser, en su gran mayoría de un tamaño mayor a los pasos.

Como en las demás ciudades, en Málaga cada cortejo procesional suele estar formado por dos tronos (Cristo y Virgen) y cada uno de ellos es acompañado por penitentes (nazarenos, que pueden llevan velas o enseres, como libros de reglas, faroles…) y promesas (personas que han prometido hacer penitencia a cambio de algún favor y van acompañando al trono detrás de la banda). Algo característico de la ciudad costasoleña es el desfile de cuerpos militares en las procesiones, como la Legión o la Marina españolas.

Además de la estación de penitencia, las hermandades y cofradías llevan a cargo otras actividades, dentro de los tres pilares sobre los que se basan: Formación, Culto y Caridad. Son múltiples las obras asistenciales que las hermandades y cofradías realizan en Málaga, como financiar comedores sociales, donar alimentos o atender a personas mayores y/o enfermas. Se realizan cultos internos a lo largo del año (novenas, quinarios, triduos…) en las cuales se suelen presentar a las imágenes a los bebés o niños pequeños y se entregan medallas con el sello heráldico de la corporación.

Existe una Agrupación de Cofradías, fundada en 1921, pionera en España, cuyos miembros son elegidos cada cuatro años por los Hermanos Mayores de las distintas hermandades y cofradías. El primer presidente fue el Hermano Mayor de la Archicofradía de la Sangre, la más antigua de la ciudad. Esta institución -independiente de cualquier gobierno-, se encarga de la organización de la Semana Santa y de agilizar trámites y acuerdos con las instituciones oficiales y de todo lo relativo a al recorrido oficial.

La Semana Santa malagueña comparte con las demás celebraciones andaluzas un gran fervor popular y formas artísticas como la saeta.

 

SU HISTORIA

Con la entrada de los Reyes Católicos a Málaga y la liberación de esta, se incorpora Málaga a la Corona de Castilla en 1487. Los Reyes fundan bajo su patronazgo, iglesias y conventos que dotan de imágenes que muy pronto los malagueños se congregan en su entorno por muy distintos motivos, unos por enterramientos y otros gremiales.

La falta de seguros o cooperativas en aquella época fue la razón por la que se fundaron hermandades y cofradías alrededor de las imágenes, Jesús, María y otros santos. Las hermandades, eran llamadas de penitencia, solían salir en Semana Santa en 2 grupos de hermanos, los flagelantes o llamadas también de sangre y los de luz. Los flagelantes fueron prohibidos a finales del siglo XVII. Las de luz son las que han llegado hasta nuestros días y viene su nombre de los cirios y luces que portaban sus hermanos. En aquel tiempo las imágenes salían de los templos en unas reducidas andas portadas por 8 o 10 hombres.

La conversión de los habitantes de la ciudad al catolicismo así como la llegada de nuevos pobladores procedentes de Castilla hace que, tras siglos de influencia musulmana, los malagueños adopten una nueva expresión religiosa. Pero serán la Reforma Protestante, el Concilio de Trento (en el siglo XVI) y la posterior Contrarreforma católica los hechos que marcarán el destino de las cofradías, tanto en Málaga como en el resto de España. Para combatir la herejía que para ellos suponía la doctrina protestante, la Iglesia fomentó el culto a las Sagradas Imágenes. 

Estas hermandades tuvieron a lo largo de los siglos altos y bajos. Entre las fechas más relevantes están la guerra de la independencia y la desamortización de Mendizábal en las que se perdieron enseres y datos de la época. Las cofradías de aquella época eran bastante anarquistas e intermitentes en sus desfiles procesionales. En el año 1927 se reúnen 12 hermandades para agruparse, tener un carácter civil de peso en la sociedad malagueña y unas normas para todas las corporaciones dotando a las cofradías de beneficios económicos y un recorrido oficial. Dato importante es que La Agrupación de Cofradías de Málaga, es la primera que se crea con este fin en España.

En el año 1931 estalla la república dejando en suspenso por este tiempo las actividades cofrades. Fue la época de la quema de conventos y en ella se destruyeron gran cantidad de enseres religiosos y patrimonio artístico. En el año 1935, ya gobernando la república, algunas cofradías reúnen algo del patrimonio y salen a la calle, denominándolas como «las valientes» al atreverse a salir a la calle con lo poco que habían podido reunir. En el año 1936 estalla la guerra civil durante la cual se vuelven a perder imágenes y patrimonio religioso.

Tras la liberación de Málaga por las tropas franquistas en 1937 y el fin de la guerra en 1939 se implanta el Nacional Catolicismo y aprovechando las cofradías el apoyo del régimen, estas resurgen con fuerza, incorporando en sus desfiles a estamentos militares, nombrando protector a imágenes de algunas hermandades a distintos cuerpos militares, reanudando así una antigua tradición en la historia de la Semana Santa de Málaga.

Dos hechos muy importantes dan lugar a que aumenten el tamaño de los tronos malagueños. Por un lado para dar magnificencia a las imágenes, en un claro mensaje del triunfo del catolicismo frente al ateísmo republicano. Pero también es consecuencia de esto, las malas relaciones que existían entre las cofradías y el clero, debido a las molestias que ocasionaban las cofradías en los ritos religiosos durante la Semana Santa, lo cual hizo que se comenzaran a montar los tronos en tinglaos. Los tinglaos son unas estructuras montadas en la calle y cubiertas con lonas en donde se cobijaban y armaban los tronos. Debido a que ya no se dependía de unas dimensiones para salir por las puertas de las iglesias, se comenzaron a construir enormes tronos, dando una suntuosidad a los desfiles procesionales que han supuesto la gran diferencia entre la Semana Santa de Málaga y otras ciudades.

La buena salud que han venido gozando las corporaciones en el transcurso de los años, han hecho que desde entonces y hasta nuestros días se creen nuevas cofradías y un nuevo elemento que es la «casa hermandad». Se trata de edificaciones estables que sirven para albergar a los tronos sustituyendo a los tinglaos y dando además un espacio para guardar y mantener los enseres procesionales, así como para la celebración de reuniones de cofrades. Algunas de estas casas hermandades poseen incluso un museo que puede ser visitado en cualquier época del año.

 

LAS COFRADÍAS

De las 41 cofradías que hacen su estación de penitencia por las calles de Málaga, destacan por su antigüedad la Hermandad del Cristo de La Veracruz y la Archicofradía del Cristo de la Sangre, que se remontan a los siglos XV y XVI respectivamente. El Domingo de Ramos destacan las cofradías de la Pollinita, a cargo de niños, o la espectacular Cofradía del Cristo de la Esperanza en su Gran Amor.

Todas las cofradías siguen un tramo común, un «recorrido oficial» que empieza en la Alameda Principal y sigue por la Rotonda del Marqués de Larios y una parte de la calle Granada.

Son muchos los malagueños que acompañan a las imágenes vistiendo el hábito de nazareno, portando cirios, cruces o detrás de los tronos a modo de promesa. Otros realizan la estación de penitencia llevando sobre uno de sus hombros las andas procesionales como hombre de trono. El trono es lo que en la mayoría de las ciudades españolas se llama «paso». Suelen ser de gran tamaño y pueden llegar a pesar más de cinco toneladas. Los tronos son portados por los hombres de trono, que meten el hombro bajo los varales, siendo necesarios en algunos tronos más de 250 hombres bajo los varales.

Algunas cofradías llevan el acompañamiento musical de bandas de música, bandas de cornetas y tambores, agrupaciones musicales o capillas musicales, aunque también hay hermandades, que suelen ser las del Viernes Santo, que no llevan  acompañamiento musical.

El  Rey Carlos III concedió a la cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico el privilegio de liberar a un preso de la cárcel de Málaga. Este acto protocolario se celebra en la Plaza de la Aduana, donde Jesús el Nazareno imparte la bendición con el movimiento de su brazo mecánico. El preso liberado realiza la procesión con la cofradía como símbolo de gratitud. También el miércoles Santo es tradicional la suelta de palomas cuando pasa el majestuoso trono de la Virgen de la Paloma.

Maria Santisima de la Amargura

 

LEYENDAS MALAGUEÑAS DE SEMANA SANTA

 

EL MILAGRO DEL NAZARENO DE VIÑEROS

En el siglo XVII, esta datada «La Leyenda del Arcabucero».

En los comienzos de dicha centuria recibieron las tropas del Tercio de Málaga la orden de partir a la guerra.

Un arcabucero (soldado en los ejercitos de Flandes) temeroso de perecer en combate, con grandes problemas de conciencia, fue a confesar sus pecados a un fraile Mercedario. 

Entre ellos había uno de tal gravedad que no pudo obtener la absolución instándole el religioso a acudir a Roma para que el papa lo absolviera, único que podía hacerlo.

El soldado español, ante la imposibilidad de ir a Roma a ver a Su Santidad, se postró ante la imagen de Jesús Nazareno de Viñeros y llorando, arrepentido, le imploró el perdón por aquel pecado que le turbaba el alma. Al alzar los ojos vio como el Señor, separando el brazo derecho de la Cruz, le daba la bendición absolutoria, manteniendo el brazo en esa actitud de bendecir. 

Los sollozos y explicaciones atrajeron a los Padres Merecedarios que, atónitos admiraron el singular prodigio.

El brazo nunca volvió a su posición original, corriendo como pólvora la noticia por la ciudad, los feligreses acudieron en masa para ver tan magno acontecimiento. 

Fue a raíz de este milagro cuando los Tercios que habitualmente habían en la guarnición de Málaga, comenzaron a acompañar a la hermandad de Viñeros, primero en la fiesta del uno de enero y posteriormente, en la Sagrada procesión de penitencia del Jueves Santo.

Este acompañamiento continuó hasta la invasión napoleónica en que se suspendío dicha costumbre.

Hasta el año 1.951 no vuelve hacer aparición en el cortejo procesional la figura del arcabucero rememorando el hecho milagroso, aunque en 1.959 se suprime su presencia por orden eclesiastica.

En el año 2.003, a propuesta del Cabildo de Hermanos y con la autorización eclesiástica, se recupera la referida tradición hasta nuestros días.

 

LA LEYENDA DEL CRISTO DEL RAYO

Hacia 1870, sobre la ciudad de Málaga se cernía una gran tormenta, que hizo cundir el pánico entre sus moradores.

Al fin, entre relámpagos y truenos, pocas veces conocidos por los habitantes, descargó con tal violencia, que una chispa eléctrica cayó en la iglesia de Santiago. 

Entró en el camarín de la venerada imagen de Ntro. Padre Jesús de Llagas y Columna, que estaba en la capilla del baptisterio, la primera a mano derecha del templo, y después de dejar señales evidentes de su fuerza expansiva en las paredes, salió sin tocar al Santo Cristo. 

A partir de entonces se le atribuyeron una gran cantidad de milagros, y fue muy venerada por los malagueños.

Aunque tiempo después acabó siendo destruida en los lamentables sucesos de 1931.

En 2008 un grupo de malagueños quiso recuperar la devoción a la desaparecida imagen, y encargaron al escultor Juan Manuel García Palomo, que realizara una nueva imagen, a la que se le da culto desde entonces, y es sacada en procesión por el barrio de Miraflores de los Ángeles, el Jueves Santo.

 

LEYENDA DEL CRISTO DE LA SANGRE

Estando unos pescadores en la mar, efectuando su diaria tarea de pesca, saltó una borrasca que llevó a la jábega (embarcación típica malagueña) mar adentro desde donde no podía divisarse ni tan siquiera el contorno de las playas, ni monte alguno de los que circundan la ciudad.

El patrón, a pesar de ser hombre experto en estos trabajos, no podía dominar la embarcación a la cual cubrían las olas de forma tenebrosa, mientras en el cielo aparecían negros nubarrones que hacían temblar de miedo a los jabegotes (marineros de la jábega).

Los momentos eran dramáticos y viendo aquellos hombres que el naufragio se acercaba irremediablemente imploraron la misericordia de Dios y el perdón divino, resignándose a morir como buenos cristianos.

Muchas horas de pánico llevaban aquellos pescadores y ya las fuerzas les iban faltando cuando vieron abrirse entre las nubes un rayo de sol.

Esta claridad, bella y extraña a la vez, daba justo en un punto de las aguas revueltas y sobre éstas, la imagen de un Cristo crucificado flotaba entre las olas. 

El patrón, haciendo un gran esfuerzo, dirigió la embarcación hacia ese punto, y mientras la pequeña nave se iba acercando disminuía la borrasca por completo y el mar se quedaba completamente sereno.

La tripulación, dando gracias al cielo por el favor recibido, recogió la imagen, pero cual no sería la sorpresa de estos hombres cuando contemplaron cómo de la herida del costado de Jesús brotaba la sangre lentamente. 

Cuando la embarcación llegó al fin a la playa, se encontraban en ella los familiares de los pescadores que, asustados por la fuerte tormenta, se había acercado hasta allí con la angustía y el temor de que la embarcación hubiera zozobrado.

Al principio no comprendían lo que ocurría y pensaban que era un hombre herido lo que traían entre ellos (esa era la impresión que daba la imagen), pero al comprobar como brotaba la sangre del Divino costado, todos cayeron de rodillas ante el milagroso hecho que estaban presenciando.

En medio de un gran silencio, fue trasladada por todos a una ermita cercana que existía entre el cerro de San Cristóbal y el monte Gibralfaro, en donde estaba establecida por aquel entonces la Orden de la Merced.

 

LEYENDA DEL BANDOLERO ZAMARRILLA Y MARIA SATÍSIMA DE LA AMARGURA

Cristóbal Ruiz, era un bandolero nacido en Igualeja al que conocían con el apodo de Zamarilla.

Capitaneaba una cuadrilla de salteadores y se le atribuían delitos de sangre, robos y secuestros. Sus andanzas a mediados del siglo XIX se circunscribían a la Serranía de Ronda, aunque también se extendieron a otras provincias limítrofres, a la Costa malagueña y a la propia capital.

Precisamente, durante su huida de la justicia en Málaga y tras una escaramuza, Zamarilla encontró una capilla y en ella a una Dolorosa trinitaria, escondiéndose bajo su manto. 

Los guardias entraron en el oratorio, rebuscaron por todas partes y al rato salieron decepcionados sin comprender dónde se pudo meter el bandido.

Zamarrilla permaneció largo tiempo escondido hasta comprobar que sus perseguidores se había marchado sin descubrirlo.

Como hombre agradecido, a pesar de su tosquedad, quiso agradecer a la Virgen su ayuda y, como no llevaba nada de valor, cortó una rosa blanca y se la clavó con su puñal en el pecho de la imagen. 

La flor quedó prendida en María, pero es entonces cuando Zamarrilla contempló entre el asombro y el miedo, como la rosa se iba tiñendo lentamente de sangre. 

Sobrecogido por lo que vio, tocó a la Señora pensando que se había tornado humana, descubriendo que no era así, pero la flor, la rosa que instantes antes tenía el blancor de la nieve, continuaba sangrando hasta quedar convertida en una rosa roja y luminosa.

Zamarrilla arrepentido de su azarosa vida, ingresó para el resto de sus días en un convento muy cercano al lugar donde la Virgen de la Amargura recibía culto, y siempre en en el aniversario de su contrición, el antiguo bandolero, con el permiso del prior, bajaba por el antiguo camino de Antequera hasta el oratorio de la Señora para depositar a sus pies una rosa roja de las que él mismo cultivaba en su pequeño huerto.

Una tarde, ya casi anocheciendo, Zamarrilla iba caminando por la vereda del camino a cumplir su promesa cuando fue atacado por unos salteadores que, al no hallar en el fraile dinero ni objeto alguno de valor, le apuñalaron hasta darle muerte.

Alarmada al día siguiente la comunidad por la tardanza del fraile, salieron en su busca, hallando el cuerpo de Zamarrilla todo ensangrentado en medio del camino. Entre sus manos permanecía la rosa de su ofrenda que había cambiado su color rojo por un blanco resplandeciente.  

 

EL VOCABULARIO DE LA SEMANA SANTA DE MÁLAGA

La semana santa malagueña, al igual que otras, tiene sus elementos propios.

semana santa en malaga

 

AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS

La Agrupación de Cofradías de Málaga, fundada en 1921, es el organismo aglutinador y coordinador de las cofradías de pasión o penitencia de la Semana Santa malacitana. Nació con la finalidad de fomentar la piedad y caridad cristiana, encauzar dentro del mayor fervor y suntuosidad las procesiones de la Semana Mayor malagueña y que las cofradías y hermandades pasionistas a ella acogidas se estimasen mutuamente y auxiliasen en las necesidades y manifestaciones de culto. Del mismo modo, se intentaba prestigiar la labor que desarrollaban las cofradías al tiempo que se trataba de conseguir de las instancias municipales y del comercio en general el apoyo y la ayuda económica necesaria para realzar la Semana Santa.

 

RECORRIDO OFICIAL

Durante los días de Semana Santa, las cofradías malagueñas salen de su templo, tinglao callejero o de su casa de hermandad, para dirigirse al recorrido oficial que comienza en la Alameda Principal y sigue por la Rotonda del Marqués de Larios, calle Marqués de Larios y calle Granada. Una vez abandonado este recorrido obligado, las hermandades siguen el suyo propio para retornar a sus puntos de partida.

Las hermandades no agrupadas en el seno de la Agrupación de Cofradías no transitan por el recorrido oficial, sino que escogen su propio recorrido fuera de él y generalmente no lo realizan entre el Domingo de Ramos y el Viernes Santo.

El recorrido medio de un cortejo procesional es de ocho horas, según itinerarios, habiendo algunas de muy corto recorrido, como es el caso de la Pollinica, y otras de un largo recorrido como la Nueva Esperanza.

 

NAZARENO

Los nazarenos son los hermanos que acompañan a los tronos durante el transcurso de la estación de penitencia (portando velas, cruces, estandartes, el libro de reglas u otro enser). Suelen ir ataviados con túnica, capirote, guantes y capa aunque cada hermandad tiene establecido en sus reglas fundacionales las características de su vestuario, en cuanto a color, insignias y complementos; y cada hermano que desee vestir de nazareno debe recoger la túnica o realizársela él mismo, pagando una cantidad establecida (alrededor de unos 20€).

 

TRONO

Mientras en la mayor parte de la geografía española son llamados pasos, en Málaga se denomina trono a las andas donde va colocada la Sagrada Imagen en Semana Santa. La mayoría de las cofradías poseen 2 tronos, uno de Cristo que suele ser representado por un Nazareno, un Crucificado o un Misterio (representa una escena de la pasión). Tras cada Cristo acompaña en un segundo trono una imagen de una Virgen, suele ir bajo palio y engalanada con corona, manto, candelería, flores… Existen varias hermandades que sólo poseen un trono como: Lagrimas y Favores, Salutación, Salesianos, Santa Cruz, Piedad y Servitas. Hay 2 casos en que la Virgen va acompañada también por San Juan Evangelista: la Virgen de la Merced (Humildad) y la Virgen del Mayor Dolor (Fusionadas).

Suelen ser de gran tamaño (3 metros de ancho y 5 metros de largo) si bien varían de una cofradía a otra. Los tronos de cristos suelen ser más pequeños en volumen -excepto los de grupo escultórico- mientras que los de las vírgenes malagueñas suelen ser bastante grandes y llegan a pesar varias toneladas.

 

HOMBRES DE TRONO

Los tronos son llevados por hombres de trono, que meten el hombro bajo los varales (cuatro, seis u ocho varales dependiendo del trono en cuestión), llegando algunos tronos a necesitar la cifra de más de 250 hombres bajo los varales.

 

 MAYORDOMOS DE TRONO 

Los hombres de trono levantan o bajan el trono según las órdenes acústicas que les indica la campana del trono. Esta campana es tocada por los mayordomos de trono. Dos toques seguidos (de atención) y uno más pausado indican la subida o bajada del trono. Dos toques seguidos y dos pausados señalan la subida a pulso.

 

CAPATAZ

Los capataces son quienes colocan a los hombres de trono según su medida (del suelo al hombro). También dar órdenes junto a los mayordomos en el avance del trono. Suele haber cuatro capataces por trono (uno en cada esquina) si bien esta cifra varía según la cofradía.

 

MANTILLA

La mantilla es el traje que visten algunas mujeres que acompañan a los tronos, normalmente delante. Es un traje de luto por la muerte de Cristo.

Las ropas que forman la mantilla no solamente consiste en la mantilla en sí, que siempre es de encaje de blonda o chantillí, sino que lleva peineta de carey (concha) u otro material de imitación que se cubre con dicha mantilla. A esto se añaden los complementos que la sujetan, peinecillos, horquillas, broches etc. y la mantienen derecha. El vestido complementario es de color negro (siempre de un largo por debajo de la rodilla), al igual que las medias, los zapatos y los guantes.

 

TRIBUNA DE LOS POBRES

Si bien es desconocido el origen de esta denominación popular, no es difícil imaginar el porqué de tan rotunda calificación. Mientras en la plaza de la Constitución se encuentra la tribuna oficial de la Agrupación de Cofradías, donde conseguir un abono es prácticamente imposible, al final de la calle Carretería de Málaga, en confluencia con el Pasillo de Santa Isabel, existe una escalinata (16 escalones que llevan al Puente de la Aurora) que en Semana Santa se convierte en tribuna natural para presenciar las procesiones de Málaga. El público es tan fiel o más a la tribuna como los son los de la oficial y algunas cofradías son esperadas allí con gran entusiasmo y fervor popular.

 

CATEDRAL

Es el mayor templo malagueño. Es conocido popularmente como «La Manquita», porque una de sus torres está sin terminar. Las cofradías entran en su interior para hacer una estación de penitencia.

Las cofradías que entran en la Catedal son el Dulce Nombre, la Salutación, la Salud, la Humildad, la Cucifixión, los Dolores del Puente, la Pasión, las Penas, los Salesianos, la Santa Cruz, los Viñeros, los Dolores de San Juan, el Descendimiento y el Monte Calvario. Las corporaciones restantes no hacen estación en la Catedral debido a que el tamaño de sus tronos sobrepasan el ancho de la verja de la puerta.

 

CASAS DE HERMANDAD

Sede propia de las cofradías y hermandades. Es el lugar desde el que salen los tronos en la inmensa mayoría de corporaciones ya que la dimensiones de estos no les permiten realizar las salidadas procesionales desde los diferentes templos. Además es donde guardan durante todo el año el patrimonio.

 

TRASLADOS

La Semana Santa malacitana comienza alrededor de un mes antes del Domingo de Ramos con los primeros traslados, que son pequeñas procesiones, en las cuales va, generalmente un sólo trono de reducidas dimensiones (a veces dos o más) en el que van los dos (o más) titulares de la hermandad, y casi siempre una banda de música o similar. Tienen como objetivo llevar las imágenes de su templo a la Casa Hermandad, desde donde realizarán la verdadera salida procesional.

Se llegan a imprimir itinerarios con todos los traslados que se realizarán y las salidas procesionales de las corporaciones no agrupadas.

 

SAETA

La saeta es un canto religioso, generalmente improvisado y sin acompañamiento, realizado en las procesiones de Semana Santa y que tiene su origen en el folclore andaluz. Se trata de una melodía de ejecución libre, llena de lirismo y de influencia árabe. Exigen conocer el estilo del cante jondo propio de la tradición musical del flamenco.

Suele realizarse desde cualquier rincón por donde esté pasando la cofradía, en el momento más imprevisto, pero cuando más se cantan es en el tramo final al llegar a las cercanías de su casa hermandad o templo, desde los balcones, los ventanales cercanos a la misma o a pie de suelo.

 

ACOMPAÑAMIENTO MUSICAL

En Málaga, como en el resto de Andalucía, muchos de los tronos suelen ir acompañados de bandas de música. Los tronos de Cristo normalmente son acompañados por bandas de Cornetas y Tambores o agrupaciones musicales y los de Virgenes acompañados por bandas de música. Muchas cofradías también llevan bandas abriendo el cortejo procesional justo detrás de la Cruz de Guía.

Un estilo que nació en Málaga es el de Cornetas y Tambores, ya que en 1911 se crea la primera banda de este estilo, la Banda de cornetas y tambores de Real Cuerpo de Bomberos. Posteriormente este estilo se difundió a toda la geografía española hasta llegar a ser lo que es hoy día.

 

LAS IMAGENES

Durante los siglos XVII, XVIII y en menor medida en el XIX, existe en Málaga, lo que podríamos denominar como una «escuela imaginera» (como la sevillana o la granadina), pero más reducida que éstas, posiblemente a partir de que Pedro de Mena se afincase en la ciudad, llegándose a poder considerar heredera de la escuela granadina.

Los rasgos característicos de las dolorosas de la escuela malagueña son: el rostro ovalado, ligeramente puntiagudo en la barbilla, ligeramente inclinado hacia la izquierda, ojos y boca entreabiertos y manos entrelazadas.También es característica la mirada al cielo, presente en algunas imágenes. 

Algunos escultores célebres pertenecientes a esta escuela son, Pedro de Zayas (s. XVII), Fernando Ortiz (s.XVIII), quizá Salvador Gutiérrez de León (s. XVIII y XIX) y Antonio Gutiérrez de León y Martínez (s. XIX) y algunos otros autores sin identidad conocida.

Cabe señalar que a muchas de las dolorosas malagueñas que han perdurado hasta nuestros días, se les ha sustituido las manos entrelazadas por unas abiertas, por estar más de moda y ser más «estético».

 

SUCESOS DE 1931 Y 1936 

En mayo de 1931, durante el primer mas de vida de la Segunda República Española y como reacción a las declaraciones del cardenal Segura y a la fundación en Madrid del Círculo Monárquico, tuvieron lugar actos vandálicos contra los templos y conventos de un gran número de ciudades, siendo especialmente virulentos en Málaga. Por dos noches, bandas de desalmados (al margen de sus ideas políticas) asaltaron la mayoría de edificios religiosos de la ciudad, incendiándolos junto a las obras de arte que albergaban, entre ellas las imágenes propiedad de las corporaciones nazarenas.

Algunas imágenes fueron salvadas, al ser escondidas o rescatadas durante los asaltos tanto por católicos republicanos como opuestos al nuevo régimen. De otras sólo se pudo rescatar parte, siendo reconstruidas posteriormente; otras muchas se perdieron para siempre. Dos de las iglesias que salieron peor paradas fueron: la iglesia de Santo Domingo y la iglesia de la Merced (ésta última no se reconstruyó y sirvió de cine hasta su definitivo derribo en la década de 1960).

Tras estos horrendos sucesos jugaron un gran papel en la reconstrucción del patrimonio perdido, los escultores Francisco Palma Burgos, Pedro Pérez Hidalgo, José Gabriel Martín Simón, José Navas Parejo y Antonio Castillo Lastrucci y el valenciano Pío Mollar Franch, que tallaron nuevas imágenes para las agrupaciones.

Cuando las corporaciones empezaron a recomponer su patrimonio, en 1936, recibieron otra réplica durante la Guerra Civil Española.

 

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