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Rosario a la Preciosa Sangre de Jesucristo

Este es el Rosario Dictado Por Jesús a Bernabé Nwoye, cuya historia puede verse en Apariciones a Bernabé Nwoye y la devoción a la Preciosa Sangre

 

Doce promesas de Nuestro Señor Jesucristo a quien devotamente rece el Rosario de la Preciosa Sangre

1. Yo prometo proteger de los ataques del maligno a quien devotamente rece este rosario.
2. Yo preservaré sus cinco sentidos.
3. Yo lo protegeré de una muerte súbita.
4. Doce horas antes de su muerte, beberá Mi Sangre Preciosa y comerá Mi Cuerpo.
5. Veinticuatro horas antes de su muerte, le mostraré Mis cinco Llagas, para que sienta un profundo arrepentimiento de todos sus pecados, y tenga perfecto conocimiento de ellos.
6. Quien rece este Rosario como novena, conseguirá lo que pide. Su oración será contestada.
7. Yo realizaré muchos milagros maravillosos a través del rezo de este Rosario.
8. A través de esta oración, destruiré muchas sociedades secretas, y liberaré muchas almas atadas, por medio de Mi Misericordia.
9. A través de este Rosario, salvaré muchas almas del Purgatorio.
10. Yo le mostraré Mi camino a quien honre Mi Preciosa Sangre con este Rosario.
11. Yo tendré misericordia de aquellos que tengan misericordia de Mis Preciosas Llagas y Sangre.
12. Quienquiera que enseñe esta oración a otra persona, ganará una indulgencia de cuatro años.

 

ROSARIO A LA PRECIOSA SANGRE

En la Cruz – En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 

Oración al Espíritu Santo.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de Tus fieles, y enciende en ellos el fuego de Tu amor. Envía Tu Espíritu y todo será creado. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos: Oh Dios, que instruiste los corazones de Tus fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos que animados y guiados por este mismo Espíritu, aprendamos a obrar rectamente siempre, y gocemos de la dulzura del Bien y de Sus divinos consuelos.

Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.

CREDO: Creo en Dios Padre…

 (inclinando la cabeza)

¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre!

Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! 

En la cuenta blanca: Padre Nuestro…

En las tres cuentas rojas: Ave María… (3 veces), Gloria al Padre… 

En la cuenta blanca: (inclinando la cabeza)

¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

 

PRIMER MISTERIO: La Mano derecha de Nuestro Señor Jesús, es clavada.

 (pausa para breve meditación)

Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de Tu Mano derecha, y por el dolor causado por el clavo que la atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, salve a los pecadores del mundo entero y convierta muchas almas! Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! 

Padre Nuestro… Ave María.

En las 12 cuentas rojas:

L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!

R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!

Gloria al Padre…

En la cuenta blanca: (inclinando la cabeza)

 ¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre. Amén.

 

SEGUNDO MISTERIO: La Mano izquierda de Nuestro Señor Jesús es clavada.

(pausa para breve meditación)

Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de Tu Mano izquierda, y por el dolor causado por el clavo que la atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, salve almas del purgatorio y proteja a los moribundos de los ataques de los espíritus infernales! Amén

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!

Padre Nuestro -Ave María

En las 12 cuentas rojas:

L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!

R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero! 

Gloria al Padre…

En la cuenta blanca: (inclinando la cabeza)

¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

 

TERCER MISTERIO: El pie derecho de Nuestro Señor Jesús es clavado.

(pausa para breve meditación)

Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de Tu Pie derecho y por el dolor causado por el clavo que lo atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, cubra los cimientos de la Iglesia Católica contra los planes del reino oculto y los hombres malignos!. Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! 

Padre Nuestro -Ave María

En las 12 cuentas rojas:

L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!

R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero! Gloria al Padre…

En la cuenta blanca: (inclinando la cabeza)

¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

 

CUARTO MISTERIO: El Pie izquierdo de Nuestro Señor Jesús es clavado.

(pausa para breve meditación)

Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de Tu Pie izquierdo, y por el dolor causado por el clavo que lo atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella nos proteja en todos nuestros caminos de los planes y ataques de los espíritus malignos y sus agentes! Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! 

Padre Nuestro -Ave María

En las 12 cuentas rojas:

L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!

R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!

Gloria al Padre…

En la cuenta blanca: (inclinando la cabeza)

¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

 

QUINTO MISTERIO: El Sagrado Costado de Nuestro Señor Jesús es traspasado. *(ver nota)

(pausa para breve meditación)

Oración: ¡Por la Preciosa Llaga de Tu Sagrado Costado, y por el dolor causado por la lanza que lo traspasó, la Preciosa Sangre y Agua que brotan de ella, sane a los enfermos, resucite a los muertos, solucione nuestros problemas presentes, y nos enseñe el camino hacia Nuestro Dios para la Gloria eterna! Amén

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!

Padre Nuestro -Ave María

En las 12 cuentas rojas:

L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!

R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero! 

Gloria al Padre…

En la cuenta blanca: (inclinando la cabeza)

¡Que la Preciosa Sangre que brota de la ‘Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! ( 3 veces ) 

La Salve: Dios te salve Reina y Madre…

Oremos

Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, te honramos, te alabamos y te adoramos por Tu obra de eterna alianza que trae paz a la humanidad. Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Consuela al Padre Todopoderoso en Su trono, y lava los pecados del mundo entero. Que todos te reverencien, oh Preciosa Sangre, ten misericordia. Amén.

Sacratísimo Corazón de Jesús, Ten misericordia de nosotros

Inmaculado Corazón de María, Ruega por nosotros

San José, esposo de María, Ruega por nosotros

Santos Pedro y Pablo, Rueguen por nosotros

San Juan al pie de la Cruz Ruega por nosotros

Santa María Magdalena, Ruega por nosotros

Todos los guerreros de oración e intercesores del Cielo, Rueguen por  nosotros

Todos los grandes Santos de Nuestro Señor, Rueguen por nosotros  

Todas las huestes celestiales Legión Angélica de María, Rueguen por  nosotros

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DEVOCIONES Y ORACIONES Oraciones de Sor Josefa Menéndez

Oraciones dictadas por Jesús a Sor Josefa Menéndez

¡Padre eterno! ¡Padre misericordioso! ¡Recibid la Sangre de vuestro Hijo! ¡Tomad sus Llagas, recibid su Corazón por estas almas! Mirad su cabeza traspasada de espinas. No permitáis que una vez más esta Sangre sea inútil. Mirad la sed que tengo de daros almas… Padre mío, no permitáis que estas almas se pierdan… Salvadlas para que os glorifiquen eternamente.

 
* * *

¡Padre eterno! Mirad estas almas bañadas con la Sangre de vuestro Hijo, víctima que se ofrece sin cesar; esta Sangre que purifica, consume y abrasa, ¿no tendrá eficacia bastante para ablandar estas almas?

* * *
Dios santo, Dios justo… Padre de infinita bondad y clemencia, que por amor habéis creado al hombre y por amor le habéis constituido heredero de bienes eternos, si por debilidad os ha ofendido y merece castigo, recibid los méritos de vuestro Hijo, que se ofrece a Vos como Víctima de expiación. Por esos méritos  infinitos perdonadle y ponedle de nuevo en estado de recibir la herencia celestial. ¡Oh Padre mío! ¡Piedad y misericordia para las almas!

* * *

Oh Dios infinitamente Santo… Padre infinitamente misericordioso. Os adoro. Quisiera reparar los ultrajes que recibís de los pecadores en todos los lugares de la tierra y en todos los instantes del día y de la noche. Quisiera especialmente, Padre mío, reparar los pecados que se cometen durante esta hora, y para ello, los ofrezco todos los actos de adoración y reparación que os tributan las almas que os aman. Os ofrezco, sobre todo, el holocausto que continuamente os presenta vuestro Divino Hijo, inmolándose en el altar en todos los puntos de la tierra y en todos los momentos de esta hora.  ¡Oh Padre infinitamente bueno y compasivo! Recibid esta Sangre purísima en reparación de los ultrajes de los hombres.
Perdonadles sus pecados y tened misericordia de ellos.

* * *

¡Oh Padre mío!, ¡oh Padre celestial! Mirad las llagas de vuestro Hijo y dignaos recibirlas para que las almas se abran a los toques de la gracia. Que los clavos que taladraron sus manos y sus pies traspasen los corazones endurecidos…, que su Sangre los ablande y los mueva a hacer penitencia. Que el peso de la Cruz sobre los hombros de vuestro Divino Hijo mueva a las almas a descargar el peso de sus delitos en el tribunal de la penitencia.

Os ofrezco. ¡Oh Padre celestial!, la Corona de espinas de vuestro amado Hijo. Por este dolor os pido que las almas se dejen traspasar por una sincera contrición.

Os ofrezco el desamparo que vuestro Hijo padeció en la Cruz. Su ardiente sed y todos los demás tormentos de su agonía a fin de que los pecadores encuentren paz y consuelo en el dolor de sus culpas. En fin, ¡oh Dios compasivo y lleno de misericordia!, por aquella perseverancia con que Jesús vuestro Hijo, rogó por los mismos que lo crucificaban, os ruego y os suplico concedáis a las almas un ardiente amor a Dios y al prójimo y la perseverancia en el bien.

Y así como los tormentos de vuestro Hijo terminaron con la eterna bienaventuranza, así los sufrimientos de los arrepentidos y penitentes sean también coronados eternamente con el premio de vuestra gloria.

* * *

¡Oh Padre amadísimo, Dios infinitamente bueno! Ved aquí a vuestro Hijo Jesucristo que, poniéndose entre vuestra justicia divina y los pecados de las almas, implora perdón.

¡Oh Dios de misericordia!, apiadaos de la debilidad humana, iluminad los espíritus oscurecidos para que no sé dejen engañar y caigan en los más terribles pecados… Dad fuerza a las almas para rechazar los peligros que les presenta el enemigo de su salvación y para que vuelvan a emprender con nuevo vigor el camino de la virtud.

¡Oh Padre eterno! Mirad los padecimientos que Jesucristo, vuestro Divino Hijo, sufrió durante la Pasión. Vedle delante de Vos presentándose como Víctima para obtener luz, fuerza, perdón y misericordia en favor de las almas.

¡Dios santísimo!, en cuya presencia ni los ángeles ni los santos son dignos de permanecer, perdonad todos los pecados que se cometen por pensamiento y por deseo. ¡Recibid como expiación de estas ofensas la cabeza traspasada de espinas de vuestro Divino Hijo! ¡Recibid la Sangre purísima que de ella sale con tanta abundancia!… Purificad los espíritus manchados…, iluminad los entendimientos oscurecidos, y que esta Sangre divina sea su fuerza, su luz y su vida.

Recibid, ¡oh Padre Santísimo!, los sufrimientos y los méritos de todas las almas que, unidas a los méritos y sufrimientos de Jesucristo, se ofrecen a Vos con El y por El para que perdonéis al mundo.

¡Oh Dios de misericordia y amor!, sed la fortaleza de los débiles, la luz de los ciegos y el amor de todas las almas.

* * *

Padre eterno, que por amor a las almas habéis entregado a la muerte a vuestro Hijo único, por su Sangre, por sus méritos y por su Corazón, tened piedad del mundo y perdonad los pecados de los hombres.

Recibid la humilde reparación que os tributan vuestras almas consagradas. ¡Unidlas a los méritos de vuestro Divino Hijo, para que sus actos sean todos de gran eficacia! ¡Oh Padre eterno!  Tened piedad de las almas y no olvidéis que aun no ha llegado el tiempo de la justicia, sino el de la misericordia.

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A la Sangre de Cristo DEVOCIONES Y ORACIONES Galería

Letanías a la Preciosa Sangre de Cristo

Presentamos dos Letanía a la Sangre de Cristo, una aprobada por el papa Juan XXIII y otra de las apariciones a Bernabé Nwoye.

 

 

 

 

 

LETANÍAS DE LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO DE BERNABÉ NWOYE 

Señor ten piedad de nosotros – Señor ten piedad de nosotros!

Cristo ten piedad de nosotros – Cristo ten piedad de nosotros! 

Señor ten piedad de nosotros – Señor ten piedad de nosotros! 

Cristo, escúchanos! – Cristo escúchanos benignamente!

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros!

Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros! 

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros!

Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros!

L: ¡OH PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESUCRISTO, SANGRE DE SALVACIÓN!

R: SÁLVANOS A NOSOTROS Y AL MUNDO ENTERO!

Océano de la Sangre de Jesucristo, ¡libéranos!

Sangre de Jesucristo llena de santidad y compasión, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, nuestra fortaleza y poder, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, alianza eterna, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, fundamento de la fe cristiana, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, armadura de Dios, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina caridad, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, flagelo de los demonios, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, auxilio de los que están atados, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Sagrado Vino, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Poder de los cristianos, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, defensora de la fortaleza católica, ¡libéranos! 

Sangre Preciosa de Jesucristo, verdadera fe cristiana, ¡libéranos!

SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO, SANGRE SANADORA,               ¡SÁLVANOS!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre ungidora, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, fortaleza de los hijos de Dios, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, comandante de los guerreros cristianos, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre de Resurrección, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, bebida de los Ángeles del Cielo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, consuelo de Dios Padre, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, poder del Espíritu Santo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, circuncisión de los gentiles, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, paz del mundo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, luz del Cielo y de la tierra, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, arcoiris en el Cielo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, esperanza de los niños inocentes, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Palabra de Dios en nuestros corazones, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, arma celestial, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina Sabiduría, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, cimiento del mundo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Misericordia del Padre, ¡sálvanos!

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! 

R: ¡Lava los pecados del mundo!

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! 

R: ¡Purifica el mundo!

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! 

R: ¡Enséñanos como consolar a Jesús!

ORACIÓN

Oh Sangre Preciosa, salvación nuestra, creemos, esperamos y confiamos en Ti. Libera a todos los que están en las manos de los espíritus infernales, te suplicamos.

Protege a los moribundos de las obras de los espíritus malignos y acógelos en la gloria eterna. Ten misericordia del mundo entero, y fortalécenos para adorar y consolar al Sagrado Corazón de Jesús. Te adoramos, oh Preciosa Sangre de misericordia. Amén

¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (tres veces)

*Nota: En el Diario de Santa Faustina, leemos la explicación que le dio Jesús Misericordioso sobre los rayos de Su Imagen Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi Misericordia, cuando Mi Corazón Agonizante fue abierto por la lanza estando Yo en la Cruz». (Diario 299)

APROBADAS POR EL PAPA JUAN XXIII EL 24 DE FEBRERO DE 1960

Señor Jesucristo, que con tu Sangre limpias el pecado del mundo y nos mereces la salvación. ¡Sálvanos ahora y siempre!

-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, ten Misericordia.
-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.

-Dios, Padre Celestial, ten Misericordia.
-Dios, Hijo Redentor del mundo, ten Misericordia.
-Dios, Espíritu Santo, ten Misericordia.
-Trinidad Santa, que eres un sólo Dios, ten Misericordia.

Luego de cada invocación se dice: RESCÁTANOS
-Sangre de Cristo, Hijo Unigénito del Eterno Padre.
-Sangre de Cristo, del Verbo de Dios hecho Hombre.
-Sangre de Cristo, de la Nueva y Eterna Alianza.
-Sangre de Cristo, caída en la tierra durante la Agonía del Huerto.
-Sangre de Cristo, que corrió abundante durante la flagelación.
-Sangre de Cristo, vertida de la Cabeza en la coronación de espinas.
-Sangre de Cristo, derramada en la Cruz.
-Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación.
-Sangre de Cristo, con la cual hay redención de los pecados.
-Sangre de Cristo, bebida nuestra en la Eucaristía y baño de las almas.

-Manantial de Misericordia
-Río de Misericordia
-Lago de Misericordia
-Catarata de Misericordia
-Mar de Misericordia
-Océano de Misericordia

-Sangre de Cristo, victoria sobre el demonio.
-Sangre de Cristo, fuerza de los mártires.
-Sangre de Cristo, vigor de los confesores de la fe.
-Sangre de Cristo, que engendra vírgenes.
-Sangre de Cristo, fortaleza de los que peligran.
-Sangre de Cristo, alivio de los que sufren.
-Sangre de Cristo, consuelo en la aflicción.
-Sangre de Cristo, esperanza del pecador.
-Sangre de Cristo, seguridad de los moribundos.
-Sangre de Cristo, paz y delicia de los corazones.
-Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna.
-Sangre de Cristo, liberación de las almas del purgatorio.
-Sangre de Cristo, digna de toda gloria y honor.
Nos has redimido, Señor, con tu Sangre.
Y has hecho de nosotros un Reino para nuestro Dios

Omnipotente y Sempiterno Dios, que constituiste a Tu Unigénito Hijo Redentor del mundo y quisiste perdonarnos a través de Su Sangre; te suplicamos nos concedas que de tal modo veneremos el precio de nuestra Redención, que por su virtud seamos preservados en la tierra de los males de la vida presente, para que gocemos en el Cielo de su fruto eterno. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

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A la Sangre de Cristo DEVOCIONES Y ORACIONES

Consagración a la Sangre Preciosa de Jesucristo

Es una de las oraciones de la Devoción a la Preciosa sangre que recibió el vidente Bernabé Nwoye, cuya historia puede leerse aquí Apariciones a Bernabé Nwoye y la devoción a la Preciosa Sangre.

Se reza diariamente.

Consciente de mi nada y de Tu Sublimidad, Misericordioso Salvador, me postro a Tus pies, y Te agradezco por la Gracia que has mostrado hacia mí, ingrata creatura.

Te agradezco especialmente por liberarme, mediante Tu Sangre Preciosa, del poder destructor de satanás.

En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel Custodio, mi Santo patrono, y de toda la corte celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero, oh queridísimo Jesús, a Tu Preciosa Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.

Te prometo, con la ayuda de Tu gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin de que Tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos.

De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia Tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del Precioso Precio de su salvación.

¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti, oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados!

He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te ofenden.

¡Oh Divino Salvador! rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, ¡oh Amor Crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación! Amén

Bajo Tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡oh Virgen siempre gloriosa y bendita!

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Oraciones de Consolación y Adoración a la Preciosa Sangre

Estas oraciones pertenecen a los dictados al vidente Bernabé Nwoye apóstol de la Preciosa Sangre, cuya historia puede leerse aquí, Apariciones a Bernabé Nwoye y la devoción a la Preciosa Sangre

 

PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR A QUIENES DEVOTAMENTE RECEN LAS ORACIONES DE CONSOLACIÓN Y ADORACIÓN

1. Hijos Míos, Yo prometo proteger contra los ataques del mal, a quien devotamente Me consuele y adore con estas oraciones. No morirá de muerte súbita. No será quemado por el fuego.

2. Hijos Míos, Yo prometo proteger contra los ataques de los espíritus malignos a quien devotamente Me consuele y adore.

3. Cualquier soldado que rece esta oración antes de entrar al campo de batalla, no será derrotado. Ninguna bala tendrá efecto sobre él.

4. Si se reza esta oración por una mujer en labores de parto, sus dolores serán disminuidos. La mujer que devotamente rece esta oración, tendrá un parto seguro.

5. Pongan esta oración sobre la cabeza de cualquier niño perturbado por los malos espíritus. Mis Querubines lo protegerán.

6. Yo prometo proteger a las familias de los efectos de los rayos y truenos, y la casa donde esté esta oración, será protegida de las tormentas.

7. Si esta oración se reza ante un moribundo, Yo prometo que su alma no se perderá.

8. Cualquier pecador que Me consuele y adore a través de esta oración, obtendrá la conversión.

9. Yo prometo proteger con Mi Preciosa Sangre y esconder dentro de Mis Llagas, a todos los que Me consuelen y adoren. El veneno no tendrá efecto sobre ellos. Yo guardaré sus cinco sentidos.

10. Yo prometo bautizar a los niños abortados que son asesinados diariamente en el mundo, y conceder un profundo arrepentimiento y contrición en los corazones de sus padres, a través del poder de Mi Preciosa Sangre.

 11. Todos los que devotamente Me consuelen y adoren con esta oración hasta su muerte, se unirán a los Ejércitos y Coros Celestiales. Les concederé la Estrella de la Mañana.

 

 

PLEGARIAS DE CONSOLACIÓN A JESUCRISTO AGONIZANTE

 

ORACIÓN (1)

Padre Eterno, cuando ibas a enviar al mundo a Tu Hijo Unigénito, Nuestro Señor Jesucristo, con el propósito de salvarnos y establecer un nuevo paraíso a través de la Preciosísima Sangre, movido por el amor, dijiste: «¿A quién enviaré, quién irá a redimir a Mi pueblo? La Corte Celestial permaneció en silencio hasta que Tu Hijo respondió: «Aquí estoy, envíame a Mí, Padre». Honor y adoración sean dadas a Ti, oh Amor Divino; alabanza y reverencia a Tu nombre, oh adorable Jesucristo. Recibe consuelo, oh agonizante Jesucristo.

La recompensa que recibiste de Tu pueblo por tu benevolencia, fue el pecado.

Ellos pecaron y blasfemaron día y noche contra Tu Santo Nombre. Se enfrentaron a Ti, y desobedecieron Tus mandamientos.

Padre, recibe consuelo a través de las voces de Tus coros celestiales. Que la voz de Tus Dominaciones te consuele. Amén

Padrenuestro… Avemaría… Gloría al Padre…

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos, Señor 

Agonizante Jesucristo, te amamos

Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.

Himno

Seas consolado, oh Jesucristo, Nuestro Señor oramos para que Tu Preciosa Sangre no haya sido vertida en vano por nosotros.

 

ORACIÓN (2)

Padre Eterno, Tú preparaste un Tabernáculo Santo para Tu Hijo Unigénito, Jesucristo, el vientre de la Santísima Virgen María. Bendito sea el vientre que albergó al único Hijo de Dios. Padre, Tu Hijo Unigénito nació en Belén, y fue recostado en un pesebre, porque no había sitio ni para El, ni para sus padres en la posada. Esto fue así, para que el mundo buscara primero el Reino de Dios, y no el bienestar y las cosas perecederas de este mundo.

Padre, esto indicó que Tu propio pueblo no estaba preparado para recibir a su Rey, Redentor y Creador. No había sitio para el Rey de los Cielos y tierra en su propia tierra. Señor, Tú viniste a los tuyos, y ellos no te reconocieron como Rey. Viniste a tu tierra, y ellos no te conocieron. Cuando supieron de Ti, planearon Tu muerte. Por medio de ese plan, mataron a muchos inocentes. Un grito desgarrador y lamentos, se escucharon en Tu propia tierra, como bienvenida al Rey. Las mujeres rehusaron ser consoladas por la muerte de sus hijos.

Jesús, Tú soportaste todas estas cosas por el amor que tienes a Tu pueblo. Pero Tu pueblo continuó pecando y haciendo toda clase de mal contra Ti y Tu Padre Celestial. En vez de tenerte como Rey, te tuvieron como enemigo. En vez de Redentor, eras un depredador para el pueblo a quien salvaste.

¿Quién, recordando Tu misericordia y bondad hacia Tu pueblo, te podrá consolar? Que seas por siempre consolado y confortado, amado Jesucristo. Que los coros celestiales de Ángeles y Arcángeles te alaben y consuelen. Amén

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos, Señor.

Agonizante Jesucristo, te amamos.

Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.

Himno

Calma el ardor de Tu ira, oh Señor nos arrepentimos de haber pecado contra ti no volveremos a pecar.

 

ORACIÓN (3)

¡Oh Amado Jesucristo, que viniste al mundo para redimir a tu pueblo del pecado! ¡Oh Pastor Bueno que fuiste tratado con tanto desprecio y maldad por Tu rebañó! Al venir, viste como Tu pueblo profanaba el Santuario de Tu Padre. Tu furor los echó fuera del Santo Templo. Pero hoy, los hombres se han vuelto más carnales, y descuidan Tu Presencia en el Tabernáculo.

Te consolamos por los pecados que los hombres cometen contra Ti, presente en el Santo Tabernáculo; por la frialdad y negligencia que muestran en Tu Presencia… por aquellos que Te reciben indignamente, y por todos los actos irrespetuosos que cometen contra Ti. Perdón, perdón, Amado Jesucristo. Aunque los hombres Te siguen crucificando una y otra vez, por Tu misericordia, soporta todos estos insultos de las criaturas que tanto amas.

¡Oh Misericordioso Jesucristo! ¡Que seas por siempre consolado, y tengas misericordia de Tu pueblo, te pedimos! ¡Que la voz de las Virtudes Celestiales te consuele! Amén

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos.

Agonizante Jesucristo, te amamos.

Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.

Himno

Agonizante Corazón de Jesucristo que has sufrido y expiado por nosotros hágase Tu voluntad en la tierra.

 

ORACIÓN (4)

¡Oh Misericordioso y Amante Jesucristo, sufriste tan dolorosamente en el Huerto de Getsemaní, que te llevó a exclamar: «Mi alma está triste hasta la muerte»! Consolamos Tu Sagrado Corazón que soporta tanto dolor. Tú sufriste la flagelación en la columna, y la coronación de espinas, con el fin de que fuéramos reconciliados con Dios. No obstante, muchas almas inocentes están siendo abortadas diariamente, y su llanto hiere Tu Sagrado Corazón. Te rogamos perdones todas las ofensas que recibes de los hombres.

Que la voz de los Querubines y Serafines celestiales te consuele. Y que la obra de evangelización de este mundo te conforte. Amén

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos, Señor.

Agonizante Jesucristo, te amamos

Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.

Himno

Jesús, presente en la Santa Eucaristía te pedimos perdón por todos los pecados cometidos contra Ti.

 

ORACIÓN (5)

¡Oh Jesús, Bondadoso y Misericordioso, que te ofreciste a Ti mismo como Cordero del Sacrificio, para la salvación de la humanidad, te consolamos!

Oh Buen Dios, te entregaste humildemente a las autoridades judías, que te arrastraron sin misericordia, como si fueras un criminal, para ser juzgado por los hombres. Te consolamos, oh Agonizante Jesucristo, por todos los insultos que recibiste en los tribunales del mundo. Te consolamos por todos los crueles tormentos que sufriste de parte de Tu pueblo. Que por siempre seas adorado. Amén

L: Adoramos las Llagas de Tu Sagrado Cuerpo:

R: Seas por siempre consolado, oh Sacratísimo Corazón, que soportas todos estos sufrimientos.

L: Adoramos Tu Sagrada Cabeza que soporta la vergonzosa corona de espinas:

R: Te consolamos, oh Sacratísimo Corazón, que soportas todos estos sufrimientos.

L: Adoramos los dos Corazones de Amor que se encontraron en el camino al Calvario:

R: Sean por siempre consolados, oh Corazones de la Madre y del Hijo.

Sean por siempre consolados por toda la angustia y dolor sufridos en el camino al Calvario.

L: Adoramos Tu Preciosísima Sangre vertida en las calles de Jerusalén:

R: Recibe consuelo, Señor, porque Tu Sangre sirvió como reparación. En el Calvario, el Creador de Cielos y tierra, quedó desnudo a la vista de todos.

L: Te adoramos, Agonizante Jesucristo, que soportas esta vergüenza para la remisión de los pecados del mundo:

R: Gloria, honor y adoración a Ti, que humildemente aceptaste la Cruz de mi salvación. Cuando yacías en la Cruz, los soldados cruelmente estiraron Tus miembros, y clavaron Tus manos y pies. Honor y adoración a Tus Sagradas Llagas y a Tu Preciosísima Sangre.

Te rogamos, soporta todos los grandes sufrimientos y dolores que padeciste en la Cruz.

L: Adoramos Tu Santa Muerte, Inmaculado Cordero de Dios:

R: Reina por siempre, oh Preciosísima Sangre y Agua de Tu Sagrado Costado. Agonizante Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino. Amén

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Agonizante Jesucristo, soporta todos estos sufrimientos, Señor. Agonizante Jesucristo, te amamos. Agonizante Corazón de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino.

Himno

Jesús Crucificado, las gotas de Sangre que vertiste fueron todas contadas.

L: Agonizante Jesucristo, Hijo único de Dios, Redentor y Creador del mundo, Perdona y ten misericordia del mundo:

R: Agonizante Corazón de Jesucristo, recibe consuelo. Amén

 

 

ORACIONES DE ADORACIÓN A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESUCRISTO

 

ORACIÓN INICIAL

Todopoderoso y Eterno Padre, la magnitud de Tu amor por nosotros, se refleja por entero en el hecho de haber entregado Tu Hijo Unigénito a la humanidad. El no sólo es igual a Ti, sino que es Uno Contigo. Estamos en deuda Contigo.

Obviamente no podemos pagarte, pero te pedimos Tu gracia, y deseamos mostrarte nuestro amor en esta adoración. Te damos gracias por Tu benevolencia, y te pedimos nos ayudes a mostrarte nuestro amor y gratitud, cambiando nuestra vida.

Que San Miguel Arcángel, con todas las huestes de Ángeles y Santos se unan a nosotros, y nos acerquen más a Ti durante esta adoración. Te lo pedimos por medio de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Himno

Adoración a la Preciosa Sangre de Jesús te adoramos, Preciosa Sangre de Jesucristo.

 

ORACIÓN (1)

Amado Jesucristo, cuya misericordia es infinita, adoramos Tu Corazón Agonizante que soporta grandes sufrimientos por la salvación de los hombres.

¡Divino Cordero de Dios, Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María, Dios y Hombre!

Tú sufriste terriblemente por amor a la humanidad, y con gran temor y angustia sudaste sangre en el Huerto de Getsemaní.,. adoramos Tu Preciosísima Sangre y el dolor de Tu Agonizante Corazón. Te pedimos para Tu Santa Iglesia, el Papa, los Cardenales, Obispos, Sacerdotes y laicos, que están bajo la sombra de Tu Preciosísima Sangre, protección, paz y amor. Que a través de la intercesión de San Miguel Arcángel y de todos los Arcángeles del Cielo, podamos vencer al Dragón Rojo. Amén.

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Himno

Jesús, presente en la Eucaristía que venga el tiempo por el cual has orado cuando seamos uno en Ti.

TODOS

¡Que la Preciosísima Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Adoración y alabanza a Ti por siempre! Amén.

 

ORACIÓN (2)

Amado Jesucristo, cuya misericordia es infinita, adoramos Tu Corazón Agonizante que soporta grandes sufrimientos por la salvación de los hombres. ¡Manso Cordero de Dios, Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María, Dios y Hombre! Tú permitiste que Tu Sagrado Cuerpo fuera atado a la columna y flagelado, para liberarnos del pecado, y traer la salvación a la humanidad. Adoramos Tu Preciosísima Sangre que brotó de las numerosas heridas de Tu Sagrado Cuerpo. Oramos por la conversión de los pecadores del mundo entero. Permite que una gota de Tu Sangre caiga sobre sus corazones para que a través de la intercesión de los Querubines y Serafines y todos los Ángeles del Cielo, todos los hombres se vuelvan a Ti. Amén

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Himno

Agonizante Corazón de Jesús te adoramos, te alabamos a Ti todo honor y gloria.

TODOS

¡Que la Preciosísima Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Adoración y alabanza a Ti por siempre! Amén.

 

ORACIÓN (3)

Amado Jesucristo, cuya misericordia es infinita, adoramos Tu Corazón Agonizante que soporta grandes sufrimientos por la salvación de los hombres. ¡Humilde Cordero de Dios Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María. Dios y Hombre!

Tu Sagrada Cabeza fue coronada de espinas. El Templo de la Divina Sabiduría fue golpeado con varillas de hierro por temerarios pecadores, y lo permitiste para traer paz al mundo y hacer posible un nuevo Jardín del Edén.

Adoramos la Preciosísima Sangre que brota de Tu Sagrada Cabeza. Te imploramos por la liberación de las almas del Purgatorio, y la protección de las almas de los moribundos. Derrama Tu Preciosa Sangre para ahuyentar a todos Tus enemigos, a través de la intercesión de !os Tronos y Potestades del Cielo y todas sus huestes. Amén.

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre… 

Himno

Jesús, presente en la Santa Eucaristía te adoramos y alabamos Tu Nombre y confiamos que nos darás la paz.

TODOS

¡Que la Preciosísima Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento y Luz del Cielo y de la tierra nos cubra ahora y siempre. Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Adoración y alabanza a Ti por siempre! Amén.

 

ORACIÓN (4)

Amado Jesucristo, cuya misericordia es infinita, adoramos Tu Corazón Agonizante que soporta grandes sufrimientos por la salvación de los hombres. ¡Inmaculado Cordero de Dios, Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María, Dios y Hombre!

Humildemente recibiste la Cruz de Salvación, y caminaste hacia el Calvario. Vertiste Tu Preciosa Sangre por las calles de Jerusalén. Adoramos Tu Preciosísima Sangre vertida, Te pedimos por la liberación de los cautivos, y por el regreso de los no católicos a la Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia fundada por Ti. Rocía Tu Preciosísima Sangre para que por la intercesión de las Dominaciones y todos los Ángeles del Cielo, los cautivos sean liberados, y las ovejas perdidas regresen a un solo rebaño. Amén.

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Himno

Agonizante Corazón de Jesucristo a Ti el honor y la alabanza haz que todos los corazones se vuelvan a Tí

TODOS

¡Que la Preciosísima Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento y Luz de Cielo y de la Tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Adoración y alabanza a Ti por siempre! Amén

 

ORACIÓN (5)

Amado Jesucristo, cuya misericordia es infinita, adoramos Tu Corazón Agonizante que soporta grandes sufrimientos por la salvación de los hombres.

¡Misericordioso Cordero de Dios, Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María, Dios y Hombre!

Humildemente aceptaste la Cruz de la Salvación del mundo. Humildemente extendiste Tu Cuerpo sobre la Cruz, mientras Tu pueblo te sujetaba y te clavaba en la Cruz. Adoramos Tu Preciosísima Sangre que brota de Tus Manos y Pies traspasados. Te suplicamos protejas a todos los santos que viven en el mundo entero, de las acciones del Anticristo. Derrama Tu Preciosa Sangre sobre ellos, para que por la intercesión de las Virtudes y todos los Ángeles, alcancen el Cielo después de su lucha. Amén

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Himno

Cantemos contigo, Virgen Madre y amemos contigo a Tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo que murió por nosotros.

TODOS

¡Que la Preciosísima Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Adoración y alabanza a Ti por siempre! Amén.

 

ORACIÓN (6)

Amado Jesucristo, cuya misericordia es infinita, adoramos Tu Corazón Agonizante que soporta grandes sufrimientos por la salvación de los hombres. ¡Cordero del Sacrificio, Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María, Dios y Hombre! Los malvados del mundo atravesaron Tu Sagrado Costado, Sangre y Agua brotaron, salvando al mundo del pecado. Te adoramos, oh Preciosa Sangre y Agua, te imploramos que salves las vidas de cada inocente niño nonacido, y bautices los bebés abortados con el Agua de Tu Sagrado Costado, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Que todos ellos, a través de la intercesión de los Principados y de todos los Ángeles del Cielo, alcancen la mansión eterna. Amén.

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

Himno

Agonizante Corazón de Jesucristo te adoramos, te damos gracias y te alabamos por siempre.

TODOS

¡Que la Preciosísima Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!

R: ¡Adoración y alabanza a Ti por siempre! Amén.

 

ORACIÓN (7)

Amado Jesucristo, cuya misericordia es infinita, ¿cómo podremos expresar nuestro amor por Ti? Hiciste de Tu Preciosísima Sangre la bebida de los Ángeles del Cielo; te alabamos, oh Preciosísima Sangre. Te adoramos, oh Preciosísima Sangre. Que toda creatura adore Tu Preciosísima Sangre. Amén.

Himno

Gloria y gratitud al Padre honor y alabanzas a Su Hijo Cristo y al Espíritu Santo.

L: ¡Te adoramos, oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! R: ¡Sangre de Salvación!

L: ¡Te adoramos, oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! R: ¡Alianza Eterna!

L: ¡Te adoramos, oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! R: ¡Arma Celestial!

L: ¡Te adoramos, oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! R: ¡Esperanza de los niños inocentes!

L: ¡Te adoramos, oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! R: ¡Consuelo de Dios Padre! Amén.

Nota: Al final de cada década del Rosario a la Sangre Preciosa, se reza: «Que la Preciosa Sangre que brota…» sin embargo, en las plegarias de adoración se dice: «Que la Preciosísima Sangre que brota». Esto es lo que el vidente vio y grabó. En el Rosario, una inclinación de cabeza es suficiente, pero en la Adoración, la frente toca el suelo, si el devoto puede convenientemente hacerlo.

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Categories
A la Sangre de Cristo DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones de Reparación a Jesucristo Agonizante

Estas oraciones y sus promesas fueron dadas a Bernabé Nwoye, vidente de la Preciosa Sangre. Su historia puede leerse aquí Apariciones a Bernabé Nwoye y la devoción a la Preciosa Sangre
 

  

 

PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR A LOS QUE RECEN O ESCUCHEN LAS ORACIONES DE REPARACIÓN (LLAMADOS ANGUSTIOSOS)

1. Hijos, cada vez que las Oraciones de Reparación se recen con amor. Yo prometo convertir a 12 de los más empedernidos pecadores en el mundo.

2. Yo permitiré que Mi Sangre Preciosa se derrame sobre cada alma que escuche decir estas Oraciones. Su amor por Mí crecerá.

3. Yo perdonaré los pecados de la nación que se vuelva a Mí a través de estas Oraciones.

4. Ellos no sufrirán el peso de la condena debida por sus pecados.

  

 

ORACIONES DE REPARACIÓN A JESUCRISTO AGONIZANTE

LLAMADOS ANGUSTIOSOS

 

ORACIÓN INICIAL

Señor Jesucristo, a través de la historia. Tú nos conduces de regreso al Padre Todopoderoso. Te damos gracias y apreciamos Tu amor. Recordamos, con dolor en el corazón, nuestra debilidad, nuestros pecados, y todo Tu sufrimiento en esta noble tarea.

¿Cómo aminorar Tu sufrimiento? Ayúdanos a hacerlo, te lo pedimos. Haremos lo que sea necesario, si Tú así lo quieres. Muéstranos Tu amor si esa es Tu voluntad.

Hacemos esta oración, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina con el Padre, en unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén

Padre Eterno, te ofrezco todas las Heridas de Tu amadísimo Hijo Jesucristo, los dolores y agonías de Su Sacratísmo Corazón, y Su Preciosísima Sangre que brotó de todas Sus Heridas, en reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero. Amén (3 veces)

Credo…

 

PRIMER LLAMADO ANGUSTIOSO

«¿Dónde estás hijo Mío? Tu Señor te busca… ¡Ven a Mí!… ¡Ven, acércate más, y escucha Mi angustioso llamado!

Hijo Mío… había una vez un Hombre que tenía muchas ovejas, las cuidaba y pastoreaba bien. Cuando tenían sed, las conducía a un manantial de agua fresca, para que pudieran satisfacer su sed. No permitía que pasaran hambre. Las llevaba a verdes praderas. Ellas comían y engordaban y se fortalecían. El Hombre fortificó la tierra donde pastaban, para que ningún lobo entrara y dañara el rebaño.

Un día, las ovejas planearon una rebelión, y a la fuerza escaparon del campo y se adentraron en el bosque. Allí, fueron capturadas por animales salvajes. Eran como esclavas sin esperanza. Sus cuerpos y sangre eran utilizados para festivales y sacrificios de animales a sus dioses.

A pesar de todo esto, el Hombre no se olvidó de su rebaño. Envió a sus sirvientes, y a todos los mataron. Por último, envió a Su Hijo, quien al fin ganó la batalla.

El Hijo del Hombre, condujo al rebaño, día y noche a través del desierto. En este caminar, surgieron muchas dificultades, que no podían soportar. Se quejaron al Hijo del Hombre, profirieron toda clase de palabras crueles contra Él, y finalmente lo mataron.

Hijo… ¿qué piensas que hará el Padre del Hijo del Hombre cuando se entere de la muerte de Su Hijo?

Hijo… ustedes son el rebaño. Mi Padre es el dueño del rebaño, quien envió muchos profetas a Su pueblo, que vivió en un desierto terrible.

Yo soy el Hijo, a quien ustedes persiguieron y mataron. ¿Qué les he hecho? A pesar de todos vuestros pecados. Mi Padre aún los está llamando para que regresen a Él. Pero ustedes no prestan atención a Su llamado.

¡REGRESEN! ¡OH ISRAEL, PUEBLO MÍO!

Hagan reparación por sus pecados y los pecados que el mundo entero comete contra Mí Padre y contra Mi Preciosa Sangre. ¡YO SOY EL AGONIZANTE JESUCRISTO!

(Silencio)  

ORACIÓN (1)

Dios mío. Dios mío… yo creo firmemente con todo mi corazón… espero y confío sinceramente en Tí. Solamente a Ti adoraré por siempre. Con verdadero arrepentimiento y amor, me postro a Tus Pies; te pido perdón por aquellos que no creen y no quieren creer, por aquellos que no Te adoran y no quieren adorarte y por aquellos que Te crucificaron y Te están crucificando diariamente.

Querido Jesús, yo te consolaré durante toda mi vida. Amén. 

 ACTO DE CONTRICIÓN

Oh mi Dios, yo me arrepiento de todo corazón por haber pecado contra Tí, por ser Tú tan bueno. Con la ayuda de Tu gracia, no pecaré nuevamente. Amén

Padrenuestro (1) -Avemaría (1) – Gloria (tres veces)

Señor nuestro Jesucristo agonizante. Tú sufriste y pagaste por nosotros… Que se haga Tu voluntad en la tierra.

Aplaca el fuego de Tu cólera, oh Señor… perdón porque hemos pecado… No pecaremos nunca más.

Jesús Sacramentado perdónanos, te rogamos, oh Señor.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Te ofrezco la Palabra hecha carne, Jesucristo, su carne cubierta de Heridas y Sangre, su agonía en el huerto, su flagelación, su coronación de espinas, el repudio que sufrió, su condena, su crucifixión y muerte, en unión con todos los sufrimientos de Tu Santa Iglesia y la sangre de los mártires, en reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero. Amén

ORACIÓN AGONIZANTE

Jesús Agonizante, yo te ofrezco mi corazón para unirlo a Tu Corazón Agonizante y compartir Tu agonía. Jesús, yo deseo permanecer en agonía Contigo, a fin de apresurar Tu glorioso Reino de Paz. Amén

 

SEGUNDO LLAMADO ANGUSTIOSO

«Hijo Mío, acércate a Mí, escucha Mi angustioso llamado. Por amor a ti, ofrezco Mi Cuerpo como sacrificio vivo, pan de vida para todos los hombres. Mi Sangre, preciosa bebida, bebida de los Ángeles del cielo, entregada con amor a los hombres.

Hijo Mío… permanezco por ti en el Sacramento del Amor… esperando pacientemente por tí en el Tabernáculo, donde estoy prisionero por tí.

Tú, raras veces te acercas a Mí, porque no te acuerdas de Mí, que estoy prisionero por ti.

Hijo mío… Mi agonía es grande cuando veo la frialdad, la indiferencia y la negligencia con que te acercas a la Santa Trinidad, cuya Presencia llena el Santuario Santo. Yo estoy aquí, hijo mío… Yo estoy aquí en plenitud. Teme la Presencia de tu Dios. Acércate con respeto y reverencia.

Hijo mío… ¿sabes tú lo que sufro cuando entro en el santuario de tu corazón a través de la Sagrada Comunión? Tus pecados me amarran y me flagelan sin misericordia. En tu corazón no hay nadie que Me consuele. Luego de haberme flagelado insensiblemente, Me arrastras fuera, y cierras con llave la puerta de tu corazón con iniquidad. Esto es lo que Me haces con tu vida de pecado.

Yo soy el Pan de Vida para todos los hombres que me reciben en estado de santidad. Vengo a darles vida, no muerte. Limpia las iniquidades de tu corazón. Ábreme la puerta de tu corazón. Haz de tu corazón un tabernáculo de consuelo para Mí.

Hijo… que Yo viva en tu santuario de una Comunión a la otra. ¡Acógeme, hazme sentir bienvenido!

Hijo mío… todos los que Me acogen, acogen a Mi Padre y al Espíritu Santo que viven en Mi. Todos los que Me rechazan, rechazan a la Santísima Trinidad. Hijo… aún cuando otros Me rechacen, haz de tu corazón un tabernáculo de consuelo para Mí.

Yo soy Jesucristo Agonizante, llamándote para que REGRESES.»

(Silencio)  

ORACIÓN (1)

ACTO DE CONTRICIÓN

Padrenuestro (1) -Avemaría (1) – Gloria (3)

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD 

ORACIÓN AGONIZANTE

  

TERCER LLAMADO ANGUSTIOSO

«Hijo Mío… Yo estoy en tu corazón, un Getsemaní solitario, donde estoy velando, y nadie viene a velar Conmigo ni siquiera por una hora. Tu prefieres ir tras la posesión de bienes terrenos, aún a riesgo de tu perdición, dejándome sufrir solo.

El enemigo se aproxima rápidamente… está ganando terreno a fin de ganar muchas almas, mientras tú duermes. Hijo, ¿no puedes levantarle y velar Conmigo siquiera una hora? Yo estoy en el santuario de tu alma, un Getsemaní solitario, esperando que vengas.

Muchas almas, muchas almas van al infierno a causa de los pecados de la carne. Hijo, mira como tú conduces muchas almas a la perdición a través de tu forma de vestir. Yo soy aquel a quien tú expones desnudo públicamente. Hijo… consuélame. Hijo, ten misericordia de Mí.

¡Nunca debe un hombre imitar a una mujer! ¡Nunca debe una mujer imitar a un hombre! Sé tal como Yo te hice, hijo; sé tal como Yo te hice. Te digo, aléjate de esta moda mundana. Ese es el plan del enemigo: destruir el templo del Espíritu Santo que es tu cuerpo. Vive una vida modesta.

Mi hijo amado, porque te amo y deseo que me muestres amor, te suplico me ofrezcas todo tu ser, que lo guardes para Mí y solamente para Mí. Que él me glorifique siempre, que me consuele siempre. No hago este llamado al mundo, sino a tí a quien amo. Ofrécemelo… ofrécelo para salvación. Yo soy Jesucristo Agonizante, llamándote para que REGRESES!»

(Silencio)

ORACIÓN (1)

ACTO DE CONTRICIÓN

Padrenuestro (1) – Avemaría (1) – Gloria (3) 

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD 

ORACIÓN AGONIZANTE

 

CUARTO LLAMADO ANGUSTIOSO

«Hijo Mío… ¿es así como traicionas a tu Señor y Salvador? Solamente por el dinero mundano y perecedero, escogiste traicionar a tu Señor, y entregarme a esos hombres crueles para que Me crucificaran. Hijo, te estás convirtiendo en el Judas de este último tiempo. ¡Cuán terrible será todo para aquellos que traicionan al Hijo del Hombre, y lo entregan a hombres pecadores para ser crucificado! Mira cuan lamentablemente van a la eternidad a sufrir por siempre.

Aún entre los sacerdotes de Mi Corazón, hay muchos Judas que prefieren los bienes terrenales a cambio de su Señor, quien está en agonía.

Esto me causa mucho dolor, hijo Mío, porque están haciendo de la casa de Mi Padre un mercado. Mi Padre está grandemente molesto. Miren bien, cómo ustedes me están sacando de Mi Santo templo. Hijo, ¿deseas la presencia de tu Dios? Ofréceme tu vida.

Yo soy Aquel a quien ustedes están traicionando solamente por cosas terrenales. Hijo… ya que todas esas cosas por las que estás trabajando serán destruidas por el fuego… ¿por qué estás trabajando en vano?

Regresa a Mí, hijo Mío… ten misericordia de Quien vino a salvarte. Que Mis sacerdotes regresen a Mí. Yo soy Jesucristo Agonizante quien los ama, llamándoles para que REGRESEN!»

(Silencio)

ORACIÓN (1)

ACTO DE CONTRICIÓN

Padrenuestro (1) -Avemaría (1) – Gloria (3) 

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD 

ORACIÓN AGONIZANTE

 

QUINTO LLAMADO ANGUSTIOSO

«Hijo Mío… ¿cuándo terminaran los tormentos de Mi flagelación, causados por tus pecados y los del mundo? ¿Por qué Me están flagelando, y al mismo tiempo coronándome de espinas? Y diciendo: «DÉJENME PECAR… YA IRÉ DESPUÉS A CONFESARME». Yo soy el Agonizante Jesús, a Quien tú constantemente torturas.

Hijo… ¿ACASO TE DI EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA, PARA QUE TE CONVIRTIERAS EN UN POZO DE INIQUIDAD?

Ese es el Sacramento de Mi Amor. El abre el océano de la misericordia divina. Mi Sangre y Agua Preciosas, que brotaron para salvar y lavar tu iniquidad, para que vayas y no peques más.

Hijo… retira la corona de espinas… ten misericordia de Mí, no Me flageles más. Ama a tu Dios, tu Creador. No te hagas falsos dioses de ninguna creatura. Sólo a tu Dios temerás y adorarás. No pronuncies el nombre de tu Dios en vano.

Hijo… recuerda guardar el día obligatorio, santo. Haz respetar Mi Nombre en este mundo corrupto. Haz todas estas cosas, para aminorar los dolores de Mi agonía. Ofrece todos tus desengaños, pruebas y persecuciones en reparación por tus pecados, y los del mundo entero.

Yo soy el Agonizante Jesucristo, llamándote para que REGRESES».

(Silencio)

ORACIÓN (1)

ACTO DE CONTRICIÓN

Padrenuestro (1) -Avemaría (1) – Gloria (3) 

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD 

ORACIÓN AGONIZANTE

 

SEXTO LLAMADO ANGUSTIOSO

«Hijo Mío… acércate a Mí, y escucha Mi angustioso llamado. Diariamente ando buscando quien Me consuele, y no encuentro a nadie. Mira Mi rostro agonizante. ¿Dónde está la Verónica de estos tiempos? ¿Dónde esta para que Me limpie el rostro y Me consuele? ¿Acaso se ha unido a la multitud gritando: crucifícalo, crucifícalo?

Se han olvidado que Yo soy su Mesías, que los sacó de Egipto, que los alimentó con el maná celestial, y los acogió bajo Sus alas en seco y ardiente desierto.

Me has rechazado y ya no hay nadie que me ayude. Hijo… así es como tú abandonas tu cruz, y te alejas del camino del Calvario, dejándome sufrir solo.

En verdad te digo, hijo Mío… NO HAY OTRO CAMINO QUE TE CONDUZCA A LA TIERRA PROMETIDA, QUE EL CAMINO DE LA SANTA CRUZ. CARGA CON TU CRUZ Y SÍGUEME TODOS LOS DÍAS DE TU VIDA.

Ayúdame a cargar todas estas cruces que han sido rechazadas, que Mi pueblo ha abandonado para que Yo las lleve. HIJO… VIVE TU VIDA DE CONSAGRACIÓN. Carga tu cruz, y sígueme. Yo soy Jesucristo Agonizante, que te llamo para que REGRESES.»

(Silencio)  

ORACIÓN (I)  

ACTO DE CONTRICIÓN  

Padrenuestro (1) -Avemaría (1) – Gloria (3)   

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD   

ORACIÓN AGONIZANTE  

 

 SÉPTIMO LLAMADO ANGUSTIOSO

«Hijo Mío, mira cómo tus pecados me han clavado en la Cruz. Estoy sangrando por amor a tí. Estoy sudando por amor a tí. Estoy sediento de amor por este mundo necesitado. Ninguno de ustedes desea consolarme… más bien me ofrecen vinagre para calmar Mi sed.

Todos ustedes se mantienen alejados, se burlan y Me critican. Hijo Mío, mira como hablas falsedades de tu prójimo. En vez de orar por Mi Santa Iglesia, continúan criticándola. Yo soy Jesucristo Agonizante, a quien ustedes critican. La Iglesia es Mi Cuerpo, al que están crucificando.

HIJO MÍO. PÁRATE AL PIE DE MI SANTA CRUZ, Y OFRÉCEME JUNTO CON MI MADRE, EL MUNDO ENTERO. Yo lo aceptaré, y lo ofreceré a Mi Padre. Ellos serán Sus hijos, y obedecerán Sus mandatos. La ira del Padre Eterno se aplacará. Mis Santas Llagas serán sanadas. Entonces Mi reino vendrá sobre la tierra.

Hijo… has de crucificarte por Mí y Conmigo, en la Santa Cruz de la Salvación. Esto es lo que más necesito de ti, en reparación por tus pecados, y los pecados del mundo entero. Hijo, Yo no he pedido esto al mundo, sino a ti, porque Te amo, y deseo que me demuestres tu amor. Yo te prometo que atraeré a tí y a todos los hombres hacia Mí, a través de tí. Acepta Mi llamado angustioso, oh amado hijo! Yo ofreceré todos tus sacrificios a Dios para que sean aceptables, en reparación por tus pecados y los del mundo entero.

Al final, el mundo entero vivirá en Mí, Conmigo, y para Mí. Mi Sagrado

Costado se abrirá para ser el refugio de todos los hombres. Sacarán Agua Viva, de la Fuente de la Vida que brota de Mi Sagrado Costado. Hijo, que se haga Mi voluntad en la tierra. Que se haga Mi voluntad en ti. Sufre por Mí, y Conmigo. Muere por Mí, y vive en Mí. Yo soy Jesucristo Agonizante, te amo. Yo los bendigo a todos».

(Silencio)

ORACIÓN (1)

ACTO DE CONTRICIÓN

Padrenuestro (1)-Avemaría (1) – Gloria (3)

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

ORACIÓN AGONIZANTE

 

(Inclinando la cabeza)

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo… (Siete veces)

(Por favor, envíe testimonios de favores recibidos a través de esta Devoción al apostolado en Nigeria)

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A la Sangre de Cristo DEVOCIONES Y ORACIONES

Oración de Reparación por la Corona de Espinas

Esta oración fue dada a Bernabé Nwoye por Santa Cecilia el 14 de julio del 2000. Y las Promesas a quienes recen estas oraciones fueron dadas por Jesucristo. La historia de estas apariciones puede leer en Apariciones a Bernabé Nwoye y la devoción a la Preciosa Sangre
 

 

 

PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR A QUIENES RECEN DEVOTAMENTE LAS ORACIONES DE REPARACIÓN POR LA CORONA DE ESPINAS

1. Yo sanaré las heridas de los corazones de aquellos que adoren Mi Sagrada Cabeza a través de esta Corona.

2. Yo consolaré a los que Me consuelen con estas oraciones.

3. Yo derramaré el océano de la Divina Misericordia sobre aquellos que adoren las Heridas de Mi Sagrada Cabeza a través del rezo de estas oraciones.

4. Todos los que adoren la Preciosísima Sangre de Mi Sagrada Cabeza a través de esta Corona, recibirán la gracia de la Divina Sabiduría.

5. Yo protegeré sus cinco sentidos.

6. Cuando toquen esta Corona con amor. Yo permitiré que una gota de Mi Sangre caiga sobre sus cabezas.

7. Yo renovaré el amor de cualquier pecador arrepentido que adore misericordiosamente Mi Sagrada Cabeza con esta Corona.

8. Siempre hay un rocío de Mi Preciosísima Sangre dondequiera que estén estas espinas. No estoy lejos, estoy cerca.

9. Yo coronaré las cabezas de los que adoren las Sagradas Heridas y la Sangre de Mi Sagrada Cabeza, a través de esta Corona, con una corona de victoria.

10. Yo prometo mostrar Mi Sagrada Cabeza un día antes de su muerte, a todos los que amen su Corona y adoren Mi Sagrada Cabeza por medio de ella, de manera que tengan perfecto conocimiento de sus pecados y se arrepientan.

11. El 15 de Septiembre de 2001, Nuestra Madre dijo que Ella le había pedido a Su Hijo Jesús, bendecir la Corona de Espinas con poder sanador.

 

ORACIÓN DE REPARACIÓN 

HIMNO

Estoy solo, estoy abandonado Me han dejado con la corona de espinas Que penetran Mi cabeza Y Mi pueblo me ha abandonado.

Amados Míos, ¿Dónde estáis? Esta corona de espinas ha penetrado Mi alma Retiren las espinas, tengan misericordia de Mí.

Por amor a vosotros Morí en la Cruz con la corona de espinas Estoy nuevamente viviendo con las espinas Yo soy el Agonizante Jesucristo.

ORACIÓN

¡Mi amado Jesucristo Agonizante, Hijo del Altísimo! Me postro a Tus pies en medio de mi nada. Recuerdo todas mis ofensas hacia Ti. Te ruego, Señor, ten misericordia de mí. Mis pecados te han mantenido en agonía por estos miles de años. Te contemplo aun vivo, colgado en la Cruz, con esa terrible corona de espinas, la sangre bañando Tu rostro, y las espinas punzando Tu Santa Faz. Me arrepiento por ese regalo que te di: la corona de espinas. Deseo quitarte la corona de espinas, y ofrecerte con amor una corona de oro.

(Besando la corona y apretándola contra su corazón S. Cecilia oró así:) Mi Jesús, yo laceré Tu Sagrada Cabeza con una corona de espinas, Ten misericordia de mí, y perdona al mundo.

Mi Jesús, que sufres místicamente el dolor y la agonía de mi terrible corona de espinas en Tu Sagrado Corazón, Ten misericordia de mí, y perdona al mundo.

Mi Jesús, que sufres la ignominia de mi terrible corona de espinas, ten misericordia de mí, y perdona al mundo. (Apretando la corona de espinas contra su cabeza, Santa Cecilia besó los pies de Jesucristo Agonizante en la Cruz, y oró)

Mi Agonizante Jesús, recuerdo como yo golpeé Tu Sagrada Cabeza con una varilla de hierro, para que te penetraran aún más las espinas en Tu cerebro. Sentiste un dolor como si fuera un rayo que estremeciera todo Tu Cuerpo virginal. ¡Oh cuanto te ha hecho sufrir mi maldad!

Cuando medito en Tu terrible caminar hacia el Calvario, lloro amargamente porque mi maldad colocó esa corona de espinas en Tu Sagrada Cabeza, sede de la Divina Sabiduría. Te veo cayéndote bajo el peso de la Cruz, que hacía que las espinas penetraran más profundamente en Tu Cabeza.

Me veo arrastrándote y golpeándote la Cabeza con una vara. ¡No hubiera querido ser yo quien hizo todo esto a mi amado Salvador! Mi Jesús, te he tratado cruelmente, perdóname, perdóname, perdona a Tu pueblo. Haré todo lo que pueda para retirar esas espinas, cambiando de vida de ahora en adelante.

Mi maldad mantuvo la corona de espinas en Tu Cabeza hasta Tu muerte, para que así no pudieras tener ni un poco de alivio en Tu Pasión. ¡Señor, ten misericordia de mí. Cristo, ten misericordia de mi maldad!

Contemplo Tu Sagrada Cabeza recostada sobre el regazo de Tu Madre dolorosa estando ya muerto. Puedo ver las manos de Juan el amado, de María Magdalena y de Tu Madre dolorosa desprendiendo, con lágrimas de amor, la corona de espinas de Tu Sagrada Cabeza. Desearía ser uno de ellos, para retirar la corona y ofrecerte a cambio una corona de oro, como muestra de mi amor hacia Ti.

(Sosteniendo la corona de espinas y meditando en silencio. Santa Cecilia oró así:)

«Te ofrezco todo mi ser, y te prometo cargar mi cruz tras de Ti, con alegría y amor, todos los días de mi vida. Recibe los méritos de mis sufrimientos y persecuciones, los cuales te prometo aceptar con amor, en reparación por mis pecados, y los pecados del mundo entero.  Queridísimo Jesús Agonizante, con este humilde ofrecimiento, deseo retirar la corona de espinas que te coloqué, y ofrecerte una corona de oro. Recibe con amor, esta corona de oro que te ofrezco. Amén.

Padre eterno, te he ofendido gravemente al lacerar la Sagrada Cabeza de Tu Hijo Unigénito, a quien tanto amas. Ten misericordia de mí. Perdóname y perdona al mundo. Amén (tres veces).

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A la Sangre de Cristo DEVOCIONES Y ORACIONES Galería

Oraciones Místicas de Nuestro Señor Jesucristo

Estas oraciones, reveladas por Nuestro Señor, como sus peticiones a Su Padre Celestial durante su Pasión, fueron dictadas por El a Bernabé Nwoye, para que las recemos diariamente.

La historia de estas apariciones puede leerse en  Apariciones a Bernabé Nwoye y la devoción a la Preciosa Sangre

 

ORACIÓN PARA VENCER A SATANÁS Y SUS AGENTES

(5 Julio, 1998)

«No deben temer por los numerosos agentes del enemigo. Hijos, simplemente ofrezcan las Llagas, Dolores, y la Sangre de Mi mano izquierda por su caída; los verán desaparecer como cenizas»

¡Todos ustedes, gran número de enemigos de la Santa Muerte de mi Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario, príncipe de las tinieblas y la iniquidad, padre de los mentirosos! Yo me apoyo en la muerte de mi Señor Jesucristo, y ofrezco Sus dolores, Llagas, y la Preciosa Sangre de Su mano izquierda al Padre Eterno, por vuestra caída, destrucción y castigo.

¡Sangre Preciosa de mi Señor Jesucristo – reina en mí y en las vidas de todos los hombres! Amén

 

ORACIÓN PARA LA PROTECCIÓN Y UNIDAD DEL REBAÑO

(6 Julio, 1998)

Padre Eterno, yo te ofrezco todas las Llagas, Dolores, y la Preciosa Sangre de los Sagrados Pies de Tu Hijo, Nuestro Señor y Maestro, por todos Tus hijos que están vagando como ovejas sin pastor por este bosque tenebroso. Protégelos de los depredadores salvajes y dales la paz para que sean uno, y unidos lo mismo que el clavo unió los Pies de mi Señor y Salvador Jesucristo.

¡Preciosa Sangre de Jesucristo, reina por siempre! Amén

 

ORACIÓN PARA REFUGIARSE EN EL SAGRADO COSTADO DE JESUCRISTO

(7 Julio, 1998)

¡Oh Padre Amado, Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que protegiste a los antiguos israelitas bajo Tus santas alas, en la aridez del frío y en el cálido desierto; te ofrezco la santa muerte de mi Maestro y Salvador Jesucristo por la protección de Tu pueblo, que está disperso por todo el mundo. Que la Sangre y el Agua nos laven y fortalezcan, nos guarden y purifiquen para que encontremos refugio en el Sagrado Costado de Tu Hijo, que está abierto para todos los hombres.

¡Sagrado Costado de Jesucristo, sé mi refugio seguro! Amén. 

 

ORACIÓN PARA LIBERACIÓN DE MALDICIONES ANCESTRALES

(8 Julio, 1998)

¡Padre Eterno, Tu eres el único Dios inmortal, Dios que es Amor, Misericordia y Bondad! Mira a Tu Unigénito Hijo, Jesucristo, y ten misericordia. Yo te ofrezco el dolor de Su flagelación en la columna, Sus Llagas y Sangre, por todo Tu pueblo que está bajo el peso de la maldición, debido a los pecados de sus ancestros, y su desobediencia rompiendo la alianza que habían hecho Contigo.

Libéranos a través de la flagelación de Tu Hijo, sánanos a través de Sus Llagas, y sálvanos a través de Su Sangre Preciosa.

¡Sangre Preciosa de Jesucristo, libéranos de la maldición! ¡Santas Llagas de Jesucristo, sanen nuestras heridas! ¡Por Tu flagelación, séllanos! Amén.

 

ORACIÓN PARA CONSERVAR LA FE

(9 Julio, 1998)

¡Omnipotente y Omnisciente Dios, Dios de Elías y los profetas, mira la Sagrada Cabeza de Tu Unigénito Hijo y ten misericordia! Levántate y salva a Tu pueblo. Te ofrezco toda la vergüenza, el dolor, las Llagas y la Preciosa Sangre de la Sagrada Cabeza de Tu Hijo, por todos Tus hijos que están viviendo estos tiempos peligrosos. Fortalece nuestra fe por la burla que

hicieron a Tu Hijo Jesucristo, y sálvanos a través de la Preciosa Sangre de Su Sagrada Cabeza. Que a través del sufrimiento de Tu Hijo Jesucristo, aprendamos a sufrir en Ti, y a morir en Ti. Amén.

¡Santas torturas de Jesucristo, aumenten nuestra fe! Amén.

 

ORACIÓN PARA LA MANIFESTACIÓN DE LA DIVINA VOLUNTAD

(10 Julio, 1998)

Padre Eterno, Tu eres el Creador y Autor de la vida. Tú amas el mundo que creaste. Es por esto que enviaste a Tu Hijo único, a redimir el mundo, a fin de que viniera a nosotros Tu Reino. Mira a Tu Hijo y levántate de Tu Trono. Levanta Tu Mano derecha y salva a Tu pueblo. Yo te ofrezco todos los sufrimientos, los dolores y la muerte de Tu Hijo Unigénito a quién Tu amas, por Tu triunfo y reinado sobre la tierra. Que a través de la Preciosa Sangre de Tu Hijo, hagas una nueva alianza, y traigas a todos Tus hijos a Tu Santa Voluntad. Amén.

¡Preciosa Sangre de Jesucristo, reina por siempre! ¡Agonizante Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino!

 

ORACIÓN PARA SOBRELLEVAR EL CASTIGO VENIDERO

(13 Julio, 1998)

Padre Amado y Misericordioso, Tu deseo es que todos los hombres se salven. Mira bondadosamente a Tu Hijo escarnecido y condenado por los hombres, que sufrió tantas torturas, y sigue sufriendo por los pecados de Tu pueblo.

Mira lo que el pecado ha hecho a Tu Hijo Unigénito. Te ofrezco todas las torturas, dolores, repudio y vergüenza que sufrió Tu Hijo Jesucristo, para que todos los que estamos viviendo en estos días de maldad, tengamos la fe necesaria para sobrellevar las pruebas, y paciencia para soportar las torturas.

Que a través de los sufrimientos de Tu Hijo único, podamos luchar hasta el fin. Amén.

¡Que las torturas de Nuestro Señor aumenten nuestra fe! ¡Preciosa Sangre de Jesucristo, sálvanos!

 

ORACIÓN POR LOS QUE HAN ABANDONADO LA FE

(22 Julio, 1998)

Eterno y Amado Padre mira bondadosamente a Tu Hijo Unigénito. Mira la pesada cruz que prepararon para Tu Hijo, y ten misericordia de Tu pueblo.

Yo te ofrezco todos los dolores, sufrimientos y la Sangre Preciosa de Tu Hijo Jesucristo, Emmanuel, por toda la gente que ha abandonado su fe, y por los que la abandonarán en las colinas y valles de este mundo. Que por las caídas que sufrió Tu Hijo bajo la Cruz, tengan la fortaleza de levantarse nuevamente, y permanecer firmes en la verdadera fe. A través del océano de Su Sangre Preciosa derramada bajo la Cruz por las calles de Jerusalén, fortalece a todos los que desean hacer Tu Voluntad. Amén.

¡Sangre Preciosa de Jesucristo, fortalece nuestras almas débiles! 

 

ORACIÓN PARA PEDIR EL REINO DE GLORIA SOBRE LA TIERRA

(27 Julio, 1998)

¡Oh Amado y Misericordioso Padre, que todo lo sabes y eres Todopoderoso, el Alfa y Omega, el Padre Eterno que creó todas las cosas! Tu naturaleza te impide desamparar a Tus hijos. Mira bondadosamente a Tu Hijo Unigénito Jesucristo, que Vino a salvar a los hombres y a traer Tu Reino a la tierra.

Te ofrecemos todas las agonías, torturas, dolores y la Sangre Preciosa de Tu Hijo Jesucristo, con el fin de vencer a todos los enemigos de la Santa Cruz de Salvación, el Anticristo y el Dragón Rojo que están luchando contra la verdad ahora y al final de este tiempo. Que a través de la Preciosa Sangre de Nuestro Redentor, y por Su último aliento sobre la tierra, desaparezcan como espuma expuesta al sol, para que Tu Reino venga pronto sobre la tierra. Amén.

¡Preciosa Sangre de Jesucristo, venga a nosotros Tu Reino! 

 

ORACIÓN CONTRA LOS PECADOS DE LA CARNE

(28 Julio, 1998)

Padre Santo y Misericordioso, Tu Hijo Unigénito está desnudo a la vista de todos los hombres, para que Tu pueblo conozca y tema Tu Santa Ley. Acepta mi humilde oración por todo Tu pueblo que vive en iniquidad, fornicación y adulterio, para que a través de la vergüenza y la desgracia que soportó Tu

Hijo único, toques sus vidas, para que se conviertan y se salven. Que ellos, a través de la Sangre Preciosa de Tu Hijo Jesucristo, la cual te suplico caiga sobre sus cabezas, se conviertan y salven, y a través de Su vergüenza se arrepientan. Amén

 

ORACIÓN PARA BAUTIZAR A LOS BEBES ABORTADOS

(29 Julio, 1998)

Padre Celestial, Tu amor es eterno. Por Tu amor infinito, salvaste al mundo a través de Tu Hijo Unigénito Jesucristo. Mira a Tu único Hijo sobre la Cruz, sangrando sin cesar, por el amor a Su pueblo, y perdónanos. Purifica y bautiza a los niños abortados con la Preciosa Sangre y Agua que brotó del Sagrado Costado de Tu Hijo, que colgaba muerto en la Cruz para salvarlos, en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.

Que a través de la santa muerte de Jesucristo, ellos reciban la vida eterna, por Sus Llagas sean sanados, y por Su Sangre Preciosa sean liberados. Que se regocijen junto a los Santos en el Cielo. Amén

 

ORACIÓN DE REPARACIÓN

(2 de Julio, 1999)

Padre Eterno, te ofrezco todas las Heridas de Tu amadísimo Hijo Jesucristo, los dolores y agonías de Su Sacratísimo Corazón, y Su Preciosísima Sangre que brotó de todas Sus Heridas, en reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero. Amén (3 veces).

 

PODEROSA INVOCACIÓN PARA PEDIR PROTECCIÓN

(7 de Julio, 1997)

¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Ti oh arma poderosa!

¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Tu Sangre Preciosa! Misericordioso Jesucristo Agonizante, derrama Tu Sangre Preciosa sobre las almas. Satisface nuestra sed, y vence al enemigo. Amén.

Poderosa Sangre de Salvación, combate al enemigo. (3 veces).

(Esta invocación también ha sido recomendada por Nuestro Señor, para decirla al final del exorcismo del Papa León XIII, el cual Nuestro Señor ha ordenado sea dicho diariamente en nuestros hogares en estos tiempos del mal).

 

JACULATORIAS

(28 de Abril, 1997)

¡Preciosa Sangre y Agua del Sagrado Corazón de Jesucristo! Te adoramos, ¡Sálvanos y purifícanos! Amén

(28 de Julio, 1997) ¡Preciosa Sangre y Agua del Sagrado Costado de Jesucristo! ¡Purifica la Iglesia, lávanos, límpianos!

  

PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR A LOS QUE VENEREN EL CRUCIFIJO AGONIZANTE

1. Para prepararlos para la batalla, les entrego Mi Crucifijo Agonizante. Yo prometo proteger contra las fuerzas del mal, a cualquiera que tenga este Crucifijo Agonizante.

2. A través de este Crucifijo, Yo salvaré a muchos del cautiverio.

3. Cuando se levante este Crucifijo en contra del poder del maligno, Yo abriré el Cielo y dejaré fluir Mi Preciosa Sangre para vencer así, el poder del maligno.

4. Yo dejaré fluir Mi Preciosa Sangre de todas Mis Sagradas Llagas, y cubriré a todos los que veneren Mis Llagas y Sangre a través de este Crucifijo.

5. Yo prometo proteger las casas donde esté el Crucifijo Agonizante, de todo poder destructivo en la hora de la oscuridad.

6. Yo prometo realizar numerosos milagros a través de este Crucifijo.

7. Yo quebrantaré los corazones de piedra y derramaré Mi amor en los que veneren Mi Crucifijo Agonizante.

8. Yo prometo también, atraer a las almas descarriadas hacia Mí, a través de este Crucifijo.

9. Hijos, en los días del maligno, ustedes podrán andar libremente sin peligro, debido a este Crucifijo.

Finalmente, Nuestro Señor enfatizó: «Hijos, por medio de esta Cruz, Yo venceré. Esta Cruz pronto será una Cruz victoriosa».

 

ORACIÓN PARA QUE EL NUEVO ISRAEL RECONOZCA EL VALOR DEL PRECIO DE SU REDENCIÓN

(20 de Julio, 2001) (Eclesiástico 36, 1-17) Por favor, rezar diariamente.

Ten piedad de nosotros, Señor, Dios del mundo, y mira: derrama Tu temor por todas las naciones. Levanta Tu mano contra las naciones paganas, para que vean Tu poder. Así como a sus ojos Te has mostrado Santo castigándonos, así también ante nosotros, muéstrate poderoso en contra de ellos. Que te reconozcan como nosotros lo hemos hecho, y sepan que no hay otro Dios más que Tú, Señor.

Renueva los prodigios y haz otros milagros, manifiesta el poder de Tu mano y de Tu brazo. Despierta Tu furor y derrama Tu cólera, destruye al adversario y aplasta al enemigo. Apresura el tiempo de Tu visita, recuerda Tu juramento, para que podamos celebrar Tus grandes hechos.

Que los opresores de Tu pueblo vayan a la ruina, y que Tu fuego vengador devore a sus sobrevivientes. Quebranta la cabeza de los jefes extranjeros que dicen: ¡no hay más que nosotros! Reúne a todas las tribus de Jacob, devuélveles su herencia como al principio. Señor, ten piedad de Tu pueblo que lleva Tu nombre, de Israel, del que hiciste Tu primogénito. Ten compasión de la ciudad santa de Jerusalén, lugar de Tu reposo. Llena a Sión de la fama de Tus milagros, y a Tu pueblo de Tu gloria. Confirma Tus promesas a Tus primeros hijos, cumple las profecías hechas en Tu nombre. Premia a los que en Ti esperan, que Tus profetas sean hallados verídicos. Escucha Señor, la oración de Tus servidores, confirmando la bendición de Aarón a Tu pueblo, y que todos en la tierra reconozcan que Tú eres el Señor, el Dios Eterno.

Preciosa Sangre de Jesucristo, purifica la Iglesia, lávanos, límpianos! (3 veces)

Padrenuestro (1) Avemaría (3) Gloria (3)

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A la Sangre de Cristo DEVOCIONES Y ORACIONES

Devoción a las gotas de Sangre que Cristo perdió en su camino al Calvario

Bendecida por su Santidad el Papa León XIII, en Roma, 5 Abril, 1890.

Las Santas Elizabeth (Reina de Hungría), Matilda y Bridget, deseando saber algo de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, ofrecieron fervientes y especiales oraciones, después de que Nuestro Señor les reveló lo siguiente:

A todo creyente que recite durante 3 años, cada día, dos Padrenuestros, dos Avemarías y dos Glorias, en honor de las gotas de sangre que perdí, le concederé las cinco gracias siguientes:

1 La indulgencia plenaria y remisión de sus pecados.

2 Estará libre de las penas del Purgatorio.

3 Si debiera morir antes de completar los 3 años señalados, para él será igual que si los hubiera completado.

4 A la hora de su muerte, será como si hubiese derramado toda su sangre por la Santa Fé.

5 Yo mismo, descenderé del cielo a llevar su alma y la de sus familiares, hasta la cuarta generación.


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De la Virgen maría de Sievernich DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones y enseñanzas de Santa Teresa de Ávila reveladas en Sievernich

Del 17.07.2004 al 1.10.2005

El Cardenal Joachim Meissner, Arzobispo de Colonia, escribió el 9 de marzo del 2005 al Oasis Azul de Oración:

“Muy agradecido confirmo haber recibido su carta del 19 de febrero del 2005 y el material informativo adjunto. Como Ud. sabe, no he tenido ningún inconveniente en aceptar las oraciones que Ud. me ha presentado; así y todo doy por hecho sus buenas intenciones. Sus explicaciones me han ayudado a comprender aún mejor el contexto.

Que los acontecimientos en Sievernich contribuyan a que las personas de nuestro tiempo puedan vivir más plenamente las revelaciones definitivas de Cristo, de acuerdo al articulo N°67 del Catecismo de la Iglesia Católica, como criterio en lo que se refiere a las auténticas revelaciones privadas.”

 

Fiesta de la Humildad de la Virgen María, 17 de julio del 2004
Jesús oculto en el Tabernáculo
Mi Señor y mi Dios, oh mi Jesús,
seas alabado y reconocido por todos los tiempos,
Jesús, todopoderoso en el Padre,
Tú uno, eterno,
para mí oculto en el tabernáculo.
Señor, cuánto valor se necesita,
cuanta humildad.
Para que Tú, en el Santísimo Sacramento,
y que por nosotros los hombres te hagas tan pequeño,
te entregas a través de las manos del sacerdote,
convirtiéndote en un regalo para todos nosotros.
Jesús, oculto en el tabernáculo, Tú allanas
todo los que nos hace falta, para poder estar cerca de ti.
En todas las necesidades, en todas las alegrías quiero permanecer en Ti,
Y permanecer en silencio,
Para así poder regalarme a Ti.
Que tu Corazón lata en mi corazón
Deseo sentir tu amor
Y, todo lo que sea mío
Sea totalmente quemado en Ti.
El ardor de Tu Amor me da fuerza,
Para poder ver Tu camino todos los días.
Con todo, pon a mi lado a Tu Santísima Madre,
Jesús, para así poder encontrar la fuerza,
E ir por tu camino,
Sin mirar ni a la izquierda ni a la derecha,
Escuchando otras opiniones.
Jesús, yo tan solo deseo verte a Ti.
A mí me falta todo lo que está en Ti.
Perdóname, Señor, por ser tan imperfecta
Enséñame, lo que a mí me falta,
Sé Tú un maestro misericordioso
Y condúceme fuera del pécado.
Yo soy nada,
A pesar de ello, Contigo y protegida en Tú Amor,
Todo lo puedo lograr.
Tócame,
Enséñame Jesús lo que puedo hacer para Ti.
Oh Jesús, yo te invito.
Ven, ¡Oh, ven a mí!
Dentro de mi corazón indigno.
Encuentra allí Tu lugar
Y haz que yo te pueda servir por completo, sin reservas.
Tú puedes transformarme
con tu Amor y en tu Amor.
¡Hazlo!
Jesús, oculto en el tabernáculo,
Tú, valioso tesoro.
Regalo del Padre a nosotros, los hombres,
Santifica a aquellos, mediante cuyas manos Tú te regalas a nosotros,
¡Tus sacerdotes!
Regálales valor y humildad,
Para que te vean.
Muéstrales el inmenso poder divino de la transubstanciación,
El Amor, que Tú los quieres hacer partícipes de él.
Tócalos y toca a los jóvenes,
Para que vayan por el camino de tus sucesores.
Llámalos, Señor Jesús, oculto en el tabernáculo,
Llámalos a Ti y a nosotros,
Para que no estemos solos.
Amén

02.08.2004
¿Qué es lo que caracteriza a un cristiano?
Santa Teresa de Ávila me hizo la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que caracteriza a un cristiano?
Yo reflexioné y estuve indecisa, pero ninguna de mis respuestas la satisfizo. Tras un momento de silencio, me contestó alegremente: “Un cristiano es misericordioso. Él entrega la justicia al Padre Celestial.”

Viernes, 20.08.2004
¿Dónde se encuentra Dios?

Escuché la voz de santa Teresa de Ávila. Ella me propuso la siguiente tarea:
“¡Busca a Dios y díme dónde lo encuentras!
Le respondí: “Yo lo encuentro en la Eucaristía, en el Tabernáculo, en los Sacramentos que la iglesia nos administra y lo encuentro en los sacerdotes.”
Tras un momento de silencio me contestó: “Hija mía, Dios te sale al encuentro muchas veces al día en tu prójimo. El Padre Celestial creó al hombre a imagen y semejanza Suya. Por esta razón, es importante, que te santifiques en tu vida diaria. Esta es la voluntad de nuestro Señor.”

23.08.2004
Meditación sobre el Padre Nuestro

Padre Nuestro que estás en el Cielo…
Reflexiona, tú tienes un Padre que está en el Cielo, que Él es todopoderoso y que cuida de ti. Él, quién es todo, cuida de ti, porque tú eres su hija. Llama al Padre y habla con el Eterno. Dios, nuestro Padre, te ama, tú eres criatura Suya. Toda la creación está en sus manos.”
Santificado sea tu Nombre…
Bendecid, alabad y santificad el santo Nombre de nuestro Padre Celestial. Sus ojos reposarán sobre ti y el Espíritu Santo te fortificará y te guiará. Dios te ha creado a imagen Suya, para que tú encuentres tu realización en Él. Cuanto más le hable el hijo en amor y con respeto a su Padre, tanto más Él le regalará su amor.”
Venga a nosotros tu Reino…
Anhela el Reino del Padre Celestial. Deja de lado lo pasajero y pon en su lugar lo que es necesario. No obstante, abre tu corazón al Reino del Padre y estima el Reino eterno.
Hágase tu voluntad…
“¡No se haga mi voluntad, Padre, hágase tu voluntad.! Me entrego en tus manos. En ellas estoy protegida, cuando me regalo completamente a Ti. Lo que Tú quieres, es el amor solo, y solamente cuando yo me entrego y dejo todo, puedes llevar a cabo por completo tu voluntad en mí. De esta manera te puedo servir. Mi voluntad es débil, y yo soy miserable. Sin Ti, ¿no estoy total y completamente atrapada en el pecado? Por esto digo con alegría: Hágase tu voluntad, no la mía.!”
Así en la tierra como en el cielo…
“¿Cielo y tierra? No son dos mundos completamente diferentes, el eterno y el pasajero? Reflexiona, Dios, nuestro Padre, reina en el cielo así como en la tierra. Todo tiene su origen en Él, todo está en Él, todo retornará a Él. Búscalo con tu corazón. En tu corazón están en contacto el cielo y la tierra.”
Nuestro pan de cada día dánosle hoy…
El Padre cuida de sus hijos. Ora y trabaja, al mismo tiempo ¡No te olvides de tu prójimo!
Perdónanos nuestras deudas …
“Dios, nuestro Padre, es misericordioso cuando, llenos de dolor de nuestros pecados, le pedimos perdón. El perdón es nuestra liberación, nuestra salvación. Búscala con frecuencia, y no te atraerás el juicio sobre ti.”
Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores…
Así como el Padre te demuestra misericordia, no se la rehuses a tu prójimo. No lo ates a través de la culpa. Perdona, libérate a ti y a los demás. Mediante el amor vivido, te entregas a ti y a los demás en las manos de Dios.
No nos dejes caer en la tentación…
“Dios, el Amor, no nos tienta jamás. Dios, nuestro Padre, permite que seamos tentados. Si Dios las permite, es para que tú madures y puedas reconocer, cuán grande es Él y cuán pequeña eres tú. Estas purificaciones sirven para tu salvación. ¡Acéptalas con paciencia!”
Más líbranos del mal…
“Evita el mal, y no dejes que las tinieblan penetren dentro de ti. Si has hecho algo mal, busca el perdón en Dios. De esta manera quedarás libre del mal.”
Tuyo es el Reino…
“Existe tan solo un Reino real y eterno, que es el Reino del Padre Celestial.”
Tuyo el poder…
“¿Qué puedo hacer con el poder de Dios? Todo. El Padre, el hijo y el Espíritu Santo son mi fuerza.”
Y la gloria…
“Dios, ¿Quién puede medir tu gloria, quien de nosotros la puede soportar? No hay nadie, quien pueda formular el concepto correcto en palabras e imágenes.
Por siempre. Amén.
“Sólo Tú eres eterno, ¡Mi Señor y mi Dios!”

11.09.2004
Sobre el trato con la Cruz

Di a todas las personas, que sufren, que acepten tomar sobre sí la cruz por amor al Señor, el Altísimo. Ofrézcansela, entonces se transformará en gracia. El Amor solo del Señor transforma la cruz y el sufrimiento en alegría. Aquellos, a quienes el Señor ama, llevan una cruz, pero díles, que no la llevan solos, la llevan con Él y Él con ellos, tanto cuanto ellos abran su corazón a Él, el Amor. Él, el Amor mismo, transforma la cruz. Él lo puede hacer. ¿Cómo? Ahora bien, desde el principio está en Él mismo, así como el Padre era, es y será por toda la eternidad. A los que ama mucho, el Señor les coloca una cruz sobre los hombros, tal como la llevó Él mismo, el Altísimo. Piensa que, vuestra cruz es liviana y, cuando la llevéis por amor al Señor, se puede convertir en un goce para la eternidad. ¿Quién de vosotros está dispuesto a llevar su cruz sobre sí?
Me quedé privada del habla, luego pensé así, que no existe ninguna persona conocida que esté dispuesta hacerlo libremente, y también se lo dije.
Tras unos minutos de silencio, ella me respondió:
“Hija mía, los amados del Padre, Hijo y Espíritu Santo, están dispuestos a cargar su cruz.
¿Estáis agobiados y llenos de sufrimientos? Entonces contemplad al Crucificado y pensad, ¡Cuánto os ama el Señor!. Tomaos el tiempo, pues sólo de esta manera podréis cargar vuestra cruz con Jesús. El secreto consiste en entregarse por completo al Señor, confiar en Él y dejar que Él actúe. El amor y la cruz están unidos. La cruz es la gloria para la eternidad.

17.09.2004
Sobre la autojustificación

La autojustificación es una gran trampa del enemigo. No tengas más miedo, que de ti misma y del pensamiento de ser un buen cristiano. Cuando creas ser buena, entonces puedes estar segura que no lo eres. Dios no tiene más alegría contigo cuando te ve de esta manera. No te veas con tus propios ojos, mírate con los ojos del Señor. Sus ojos te ven con misericordia y sanan tus heridas. Así como Él te ve en su amor y misericordia, tú te sorprenderías, ¡de ver todo lo que te falta! El hombre sólo es bueno, cuando se valora poco a sí mismo, porque es cuando se ve con los ojos del Señor. Por eso, estad atentos, agradad al Señor y miraos con sus ojos.
Amiga mía, ¿Cómo lo lograrás? Te lo diré: Ora y pídele a Dios para poder ver con sus ojos. Que esta petición venga desde lo más profundo de tu ser. No tengas miedo de ver con los ojos del Señor. Así te conocerás a ti misma y serás más misericordiosa con tu prójimo y sus errores. De esta manera aprenderás, cuán falta más grande de caridad y de autojustificación se esconden tras ellos, y cuánto tu enemigo se alegra por esto. ¿No es nuestro deseo agradar al Señor, nuestro Salvador? Empieza a ir ahora por tu camino, todos los días de nuevo y comienza cada día amando al Señor, salirle al encuentro con agradecimiento y alabanzas.

23.09.2004
Sobre el debido trato con los pecadores

Mira, amiga mía, Dios no deja que el pecador permanezca como un prisionero en sus pecados. Es la libre voluntad del pecador el encontrar a Dios, nuestro Señor, buscarlo y salirle al encuentro, aún cuando esté lleno de culpas. El camino es pedregoso y empinado y lo conduce dentro de su alma, la que ha sido creada a manera de una fortaleza.
No pidas, lo que Dios no te pide. El Señor es misericordioso, bondadoso, paciente. Morada tras morada, el agobiado las indagará y, de acuerdo a su capacidad de comprensión, se encontrará nuevamente en el Señor. Muchas personas entran en una morada, la indagan y con facilidad encuentran el camino que les conduce hacia la siguiente morada, hasta haber explorado toda la fortaleza. Por otro lado, hay muchas personas que están agobiadas, indagan una morada y permanecen mucho tiempo dentro de ésta, hasta que su conocimiento les siga conduciendo. Otras, encuentran la entrada de la primera morada, entran en la siguiente, y regresan nuevamente a la primera morada, encontrando allí de acuerdo a su conocimiento, lo que no encontraron en su primera visita.
El conocimiento al que me refiero, consiste en reconocerse constantemente en el Eterno, el Altísimo, el encontrarse nuevamente en el Señor, de acuerdo a la voluntad de Dios, que Él se pueda encontrar nuevamente en nosotros. Tú no conducirás al agobiado por el camino hacia Él a la fuerza, con amenazas o ataques. Tan sólo cuando tú vivas en Él y Él en ti y tú vivas ese amor, conducirás al agobiado a lo largo del camino del amor del Todopoderoso. Él, el Señor, ama a los pecadores, sin embargo, detesta el pecado.
No le arrojes piedras al pecador que ya tiene suficiente con su carga. Ábrele el camino hacia el Altísimo. Cuidadosamente cubre los hombros del agobiado con el manto ligero de la verdad y el amor. Este manto será su vestimenta a lo largo del camino que lo conduce a Dios. Medita esto, amiga mía.

29.09.2004
Sobre el trato con el prójimo

Procura no ser la cruz de tu prójimo en la tierra. ¡Ayúdale a cargar su cruz!

4 de octubre del 2004
La Madre de Dios sobre la Santa Teresa de Ávila

La Madre de Dios apareció como la Inmaculada, vestida totalmente de banco. En sus manos tenía un rosario hecho de rosas blancas, La Santísima Virgen estaba sobre una nube. Santa Teresa de Ávila estaba arrodillada a su izquierda. La Inmaculada nos habló:
“Queridos hijos, buscad el silencio. Mi divino Hijo Hesús desea, que os convirtáis en oyentes, que vosotros escuchéis Su Palabra. Cuánto os ama Él, por esta razón, es su deseo más ardiente, que vosotros seáis obedientes a la iglesia.
(santa) Teresa es una perla en sus manos. Lo que ella os regale, solamente proviene de sus manos. Sed obedientes, así, vosotros también seréis perlas en sus manos. ¡Buscad el silencio! Yo os deseo cobijar bajo mi manto protector.”
Ella se elevó a gran altura en el aire, se acercó a mí y abrió su manto sobre nosotros, el que llegó hasta los muros de la iglesia. Todos estuvimos cobijados dentro de éste.

15.10.2004, Fiesta de santa Teresa de Ávila
Sobre la búsqueda de Dios

Sal al camino y busca a Dios, el Señor, su majestad. Admira sus grandes milagros, alábalo por sus gracias, porque Él regala con tanta abundancia a los hombres, hasta entregarse a sí mismo todos los días en el sacrificio de la Santa Misa. Encuéntralo en ti, porque Él quiere vivir en ti y quiere transformarte en un tabernáculo vivo. Tú puedes ser su tabernáculo vivo.
Así, tal como Él te quiere transformar, mira también a tu prójimo. Tu prójimo, a través de ti, su tabernáculo, deberá encontrar al Señor. Que la luz del Señor resplandezca en ti, para que tu prójimo le reconozca y que de la misma manera se encienda para el Señor. El Señor desea, que tú lo acojas dentro de ti; que lo encuentres en tu prójimo y que lo veas en toda Su cración. No coloques sobre el Señor a la creación, al prójimo y a ti, porque Él es el Señor y todo procede de Él en el Padre.

20.10.2004
Lo que el Señor desea de ti

En la noche, escuché la voz de santa Teresa de Ávila. Ella me hizo la siguiente pregunta:
“Amiga mía, Nuestra Reina, la Medianera de las Gracias, se te ha aparecido tantas veces. Ahora, en su nombre te pregunto ¿Qué han producido éstas en ti?
Le respondí: Santa Teresa, yo no te puedo contestar tan bien como tú lo haces, a pesar de ello, trataré de hacer lo mejor que pueda: Las apariciones de la Virgen María, la Inmaculada, desataron en mí un gran amor a su Hijo Jesús. Y no solamente esto….me di cuenta de cómo Jesús vive en su iglesia, y cómo el amor a Jesús es al mismo tiempo el amor a Su iglesia.
La Madre de Dios me mostró, cómo Jesús regala a su iglesia a través de los sacramentos, porque Él mismo está en los sacramentos. La Inmaculada me dijo, que Su Hijo Jesús y Ella aman a los sacerdotes, a pesar de los muchos escándalos. El sacerdote es el sucesor de Jesús.
Las apariciones de la Madre de Dios han producido lo siguiente en mí: El amor a Jesús y a toda Su Iglesia y la consiguiente obediencia a su iglesia.
Santa Teresa me respondió: “Esto es lo que el Señor desea de ti.”
A continuación le dije: querida Teresa, tú has sostenido un espejo delante de mi alma y me has instruido. ¡Te lo agradezco! Yo voy a tratar de ver a mi prójimo con los ojos del Señor.
A lo que santa Teresa me dijo. “Por esta razón estoy contigo, porque el Señor lo desea y es necesario. Amiga mía, ¡tú, tan solo te tienes que esmerar!.”

21.10.2004
El que busca sin descanso

Aquel, que sin cesar busca al Señor, dice: Señor, yo quería encontrarte y admirarte en tus grandes milagros, me di prisa yendo de lugar en lugar sobre la tierra, allí donde moras, allí donde tu Madre Celestial ha dejado una señal. Yo he admirado todo y hasta mi alma se emocionó. Al abandonar aquellos lugares, estaba inquieta, pues era como que si Tú ya no estuvieras cerca de mí. En mi necesidad, te llamé Señor, a pesar de todo yo quería estar cerca de Ti. Entonces, muchas veces me di prisa yendo de lugar en lugar, sin embargo, yo no tenía paz y no te encontré más dentro de mí.
Al orar ante el tabernáculo, Señor, Tú viniste a mí, Tú maestro Misericordioso. En tus manos llevabas una llave de oro. Tú me dijiste:
“Yo quiero que te abras a mí…” y así, Tú me abriste a ti. Tocada por tu amor, Señor, te sentí dentro de mí. Luego me dijiste: “Te quiero entregar mis llaves en tus manos. Así como Yo te he abierto a Mí y te has convertido en Mi tabernáculo vivo, de la misma manera, con esta llave también tú abrirás a tu prójimo a Mí. Porque si tú pudieras ver con Mis ojos, te darías cuenta que Yo también quiero morar en tú projimo, porque Yo le amo sin condiciones.”

08.12.2004, Fiesta de la Inmaculada Concepción
¡Oh Jesús, Niño Divino!

Oh Jesús,
eres al mismo tiempo divino Niño y sublime majestad,
¿qué hombre podrá darse cuenta de Ti?
quién podrá comprender Tu amor hacia nosotros, miserables?
Necedad llaman los sabios a tu amor,
empero, Tú tan solo los miras y los amas.
Los pequeños aceptan agradecidos Tu amor.
Sin molestarles los ojos del mundo,
cuando Tú tan solo estás con ellos y los amas.
¡Muéstrate a nosotros, Señor Jesús,
Tú, Hijo de Dios!
¡No nos olvides, ten piedad de nosotros!
Tu amor es necedad para los sabios,
porque Tú te entregas por completo a través de los sacerdotes.
Señor, ¿Quién ha merecido tu amor?
¿Quién lo podrá decir de sí mismo?
Oh divino Niño,
Tú vienes a nosotros con todas tus delicias.
Tú nos regalas,
tanto a sabios como a pequeños.
Por nosotros Tú te vuelves pequeño,
para que así nosotros te podamos tomar.
Tu cetro es el amor,
la misericordia es el mundo en Tus manos,
tu vestimenta majestuosa es la fidelidad
y Tu corona de Rey, Oh Niño celestial,
es todo el poder del Padre
El Uno, que en sí a los Tres abarca.
Tu saludo es la paz,
Tus palabras infantiles nuestra bendición.
Oh Niño divino,
Quién a Ti te ve,
Reconocerá que Tú eres, oh Jesús,
Quien gobierna la iglesia y la conduce a través de todos los tiempos.
Pues, lo que es necedad, es lo justo para su Majestad,
la que regala abundantemente a los pequeños
y gobernará a los poderosos.
¡Oh Emperador celestial, míranos!
¡Oh Niño divino, gobiérnanos!
Amen.

Nochebuena, 24.12.2004
Contemplación del Amor Divino

Valora la bendición de Nochebuena. Consúmete toda en el amor del Señor. Es incomprensible cuantas gracias se nos concede y siempre nos serán concedidas. Su Majestad suprema abandonó su trono divino y, por amor a nosotros, elegió la pobreza y pequeñez, lejos de toda sublimidad. ¿Por qué razón hizo esto Él por nosotros?
Porque Él nos ama, a cada persona… y así Él quizo estar cerca de nosotros. Su divina Majestad, nacido como Hombre, un testimonio de su amor infinito. Contempla al Niño en el pesebre, ¿comprendes tú también lo que Él te quiere decir?”
‘Ama de la misma manera como Yo también te he amado y siempre te amaré. Mírame, estréchame en tus brazos. Así, Yo quiero encontrar una entrada en tu corazón; regálame tu amor. Que tu fe sea una copia de mi amor vivo. Yo no quiero que tú Me mires, que te enamores de Mí y me llames: ¡Señor, Señor! Yo quiero que tú me ames por completo, sin reservas. ¡Ámame! Que tu amor sea vivo y apasionado. Que tus palabras y tus actos sean una única expresión de Mi amor. Que tu fe sea Mi amor que mora en ti. En los sufrimientos, Mi amor arde como el fuego. Consúmete por Mí, ¡Yo deseo ser uno contigo!’
“Así me habló el excelso y divnio Niño Jesús en la Nochebuena, así Te habla a ti y a cada persona. De este modo, el divno Rey hace una llamada muy especial a sus sacerdotes y a todos los consagrados, a ser testigos vivientes de su amor. Amiga mía, si Él te ha llamado de una manera tan ardiente, ¿de qué modo hablará entonces a sus sacerdotes?

Nochebuena, 24.12.2004
Oración al Espíritu Santo

Espíritu Santo, Fuerza Divina y Sublime,
abre las puertas de mi corazón a mi Señor.
Espíritu Santo, tu viva Fuerza de Dios,
ven a mí y vivifícame.
Espíritu Santo, amante Sabiduría,
Condúceme por el camino hacia el Señor.
Espíritu Santo, Amor ardiente de Dios,
Regálame un corazón que dé más de lo que recibe.
Espíritu Santo, Verdad Divina,
Permanece conmigo, para que yo pueda seguir a mi Señor Jesús.

06.01.2005, Solemnidad de la Epifanía del Señor
Adoración

Jesús, el divino Niño en su encanto y sublime majestad, oculto a los ojos de los hombres, llama a todos los pueblos hacia Si. Él desea regalarse a cada pueblo.
Adoradle, vosotros pueblos, adoradle, al Rey de los Reyes. Los Magos* le regalaron dones de oro, incienso y mirra. Pero vosotros, ¡regaladle vuestro corazón y adoradle!
*Magos=astrólogos
Mi Señor Jesús,
mirando a la humanidad perdida
Tú mismo Te hiciste Hombre,
a pesar de esto, Tu divina Majestad permaneció al mismo tiempo.
Sublime Salvador,
De la misma manera que los Magos Te encontraron y Te adoraron
también yo deseo adorarte.
Divinidad oculta,
Señor Jesús,
te adoro con todo mi corazón.
Oh Señor, Yo te confío todo mi ser.
Mi vida entera, te la regalo, Rey de Reyes.
Suplicante me acerco a Ti,
en la esperanza,
que, benévolo Tú aceptes mi regalo.
Si cuando Tú solo gobiernas en mí,
todo lo que haga será en Tu honor.
Yo no tengo nada más que te pueda regalar.
Te pido, transforma mi miseria en Ti.
Cuando yo te miro, Señor
Cuando yo te adoro, entonces seré rica.
No deseo adornarme con valores mundanales,
Yo deseo embellecer mi alma por medio de Tu amor y Tu amistad.
Te adoro,
Tú me regalarás el oro de Tu reino eterno.
Te adoro,
Tú me adornarás con piedras preciosas,
las virtudes celestiales.
Te adoro, Señor Jesús,
Tú me mirarás,
y pondrás dentro de mí tus divinas joyas.
la eterna fidelidad.
Te adoro,
pobre como soy, pero a pesar de ello, y por Ti adornada,
Tú me regalas los Dones del Espíritu Santo.
Te adoro, mi Jesús,
por eso doblo mis rodillas ante Ti,
pobre e indigna de Ti,
y a pesar de todo, valiosa ante Tus ojos,
y Tú quieres,
Que yo esté completamente en Ti y Tú completamente en mí.
Te adoro,
Tú, amor Amor infinito
Que se entrega por completo y sin reservas.

17.01.05
Oración en silencio

Contempla al Señor en silencio, así estarás completamente protegida dento de sus manos. Él mismo quiere que tu alma esté a salvo en Él. Quiere transformar tu corazón. Él, el amor mismo, desea preparar tu corazón en Su trono. Permítele que entre, ora y busca el silencio, para que tú cumplas Su voluntad.
En el silencio estoy completamente segura en Ti,
Oh Señor Jesús, Tú, Salvador mío.
El silencio sosiega mis anhelos de Ti,
Allí estás protegida.
El silencio apaga la sed de mi alma,
Tú eres mi Agua Viva.
El silencio sacia el hambre de mi corazón,
Tú eres mi Pan vivo.
El silencio detiene mis pensamientos,
Me abandono a Ti.
El silencio tranquiliza mis actos,
Tú actúas en mí.
El silencio calma mis oídos
sólo deseo percibir Tu Palabra.
El silencio apacigua mis ojos
Deseo verte y permanecer Contigo.
El silencio me satisface en Ti.

28.01.05
Por un corazón amplio

Mi Señor Jesús,
entre Tus manos toma mi corazón por completo y sin reservas.
Siembra Tu amor dentro de éste.
Regálame la seguridad y la confianza de,
que Tu amor crecerá dentro de mí.
Para Tu amor necesito un amplio corazón
que permita su crecimiento.
Señor, yo deseo ser Tu terreno fértil.
Tú siembras, Tú eres mi agua viva,
y mi sol Eucarístico
Regálame un amplio corazón,
entonces se apartará de mí la estrechez del viejo Adán
Liberada de la estrechez y caminando por tu amplitud amante
llena de confianza podré amarte a Ti, Oh Señor,
y a mi prójimo.

02.02.05, Presentación del Señor
Sobre la renuncia

Contempla conmigo al Señor, al Cordero Inmaculado, al Rey de los Reyes, Todopoderoso y sacrificado por nuestros pecados. ¿Cómo puede suceder esto? ¿No es incensato de Él, la sabiduría infinita? Por Su inmenso amor a nosotros, Él nace como el Cordero de Dios para que no nos perdamos.
Renuncia – Una palabra, ésta, que a nadie le gusta, a menos que esté firme en el Señor. La Santísima Virgen María renunció a su vida propia, y se abrió por completo a la actuación de la omnipotencia divina en la Anunciación del Angel.
San José renunció a un orden de la sociedad en su tiempo. Como hombre, estuvo expuesto a las consecuencias del pecado original y fue tentado. Venciendo la tentación, el amor lo conduce hacia María y Dios. Este amor permite que Dios le dé una señal. José fue un hombre bien educado, mayor que María, sensato, y no sólo renunció a sus derechos, sino que él renunció a la vida mundanal.
San José y la Santísima Virgen María, admirables en la contemplación – su fortaleza yace en la renuncia al mundo.
Con cuanta frecuencia he recomendado a mis hermanas en todas sus dificultades, especialmente en las tentaciones, recurrir en oración a san José. Si el Padre Celestial le confió en la tierra a su único Hijo, asimismo la vida de la Santísima Virgen María, cuánto más nosotros podemos esperar en su ayuda y recurrir a él llenos de confianza. Yo me he encomendado todos los días a San José, porque yo tenía conocimiento de su grandeza. Así como el Señor se entregó lleno de confianza bajo la tutela de san José, de la misma manera Él se entrega todos los días en las manos de los sacerdotes. Yo os los quisiera encomendar en vuestras oraciones diarias a san José. Él los fortalecerá en todas sus tribulaciones y los sacará de sus apuros, porque él mismo vivió la renuncia al mundo.
Padres espirituales, no pidáis consejo a aquellos que aman la vida mundana; aquellos no conocen la renuncia y piensan que es una necedad. Más bien, buscad consuelo con aquellos, que la han vivido en el pasado y la viven en la actualidad. La renuncia al mundo abre vuestra alma a Su Majestad. El hombre que no renuncia, no reconoce al mundo ni las obras de Su Majestad.

11.02.2005
Sobre el trato con nuestros perseguidores

Amiga mía, no te preocupes por aquellos que procuran tenderte trampas. Ámalos, perdónalos, ora por ellos. Tú sólo mira a Nuestro Señor, Su divina Majestad y a Su Madre celestial. Todo lo demás, no tiene cabida dentro de tu corazón, porque Él mismo, nuestro Señor, desea ardientemente vivir en tu corazón. No es de extrañar, que inclusive las almas devotas sean víctimas del orgullo y de los celos, te miren a ti, pequeña, y todo lo declaren nulo. Tú no eres digna, pero se olvidan, que es el Señor, Su Majestad, quien todo lo ha querido de esta manera. Tú vives en su escuela. Aquellos no se miran a sí mismos y se olvidan de sí por completo. ¡Deja que Dios obre! No te preocupes. Que se haga la voluntad de Dios. Sólo ten cuidado de servir fielmante a la iglesia. Escucha las palabras de Su Sublime Majestad y de nuestra Madre celestial, sirve a la iglesia.

Lunes de la Octava de Pascua, 28.03.2005
Meditación sobre la Cruz y la Resurrección

Contempla conmigo a nuestro Sañor Jesús, el Crucificado, Sus sufrimientos, la Cruz, cuan fuerte y pesada… No obstante, cuan corto es este tiempo comparado con el gran gozo, que el Señor continuamente nos regala.
Aleluya, verdaderamente ha resucitado el Señor, venció al mundo con sus sufrimientos, con sus dolores. Mediante la cruz con nuestro Señor Jesús los hombres obtendrán la salvación (Nota aclaratoria: Sólo cuando nuestros actos, sacrificios y sufrimientos los unimos a los méritos de Jesús y se los ofrecemos al Padre Celestial, éstos traen la salvación de nuestra alma. Sin Cristo no hay salvación. Juan 15, 4-6 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.)
Contempla conmigo al Resucitado. ¡Qué gozo tan grande Él deposita en nuestro corazón a través del Evangelio! Nosotros podemos seguirle y resucitar en Él. Jesús no nos abandona, Él permanece con nosotros con el Espíritu Santo, porque Él ha resucitado.
Querido lector, ¡Todo esto Él lo ha hecho por ti, no lo olvides! Él te ama desde el principio, eres una parte de Él, y desea que tú Le encuentres, tal como es su designio. Alegraos, porque Su Resurreción ¡Es la nuestra! No os canséis de amarle a Él, en el gozo, ¡Seguidle!

Lunes de la Octava de Pascua, 28.03.2005
Por la Cruz hacia la Resurrección

Camino entre oscuridad y sufrimientos,
Tú fuiste delante mío
Yo conozco el Tuyo, Tú mi camino.
Señor, Tú no me dejarás ir en la incertidumbre
y me saldrás al encuentro.
Contemplo la Cruz,
pero no sin Ti, mi Señor.
Tú has resucitado gloriosamente.
Con tu luz vencedora,
nos has traido el gozo.
Mi corazón arde por Ti, ¡el Resucitado!
Permíteme, ¡oh Señor!,
resucitar cada día en Ti,
muéstrame tu vencedora Luz Pascual.

17.04.2005, Jornada Mundial de Oración por las vocaciones sacerdotales
Manos que oran

Dios le dio al hombre su herramienta más importante: Sus manos juntas en oración por amor dirigidas hacia Él. Manos que oran son manos que aman. Manos que aman son manos que ayudan. Manos que por amor a Él rezan, son los puentes del Señor. Un puente que no tiene principio ni fin, que sobrepasa todas las fronteras, que permanece fiel y constante al Señor, porque lo conduce a Él, y es Él, quien nos ha enseñado a construirlos. ¡Deo gratias!

16 de mayo del 2005, Lunes de Pentecostés
Sobre las revelaciones privadas

Amiga mía, si muchas personas acuden a ti pidiéntote consejo, debido a que ellas dicen de sí, haber tenido experiencias sobrenaturales con Dios, escúchalas y no pierdas la calma. El verdadero Espíritu de Dios se agita, y donde Él se agita, llena al alma de una vida nueva en humildad y verdadero servicio.
El correcto modo de proceder del que recibe los verdaderos dones de Dios será: recurrir a la iglesia, a su director espiritual y a su confesor. Si todo esto no tiene lugar, recomienda al receptor (de los dones de Dios), recurrir a la iglesia. Sin auxilio espiritual, el alma caerá en confusión, pues los dones de Dios se deberán someter al juicio de la iglesia; y es necesario tener cierta experiencia para poder discernir, lo que proviene de Dios, y lo de la otra parte.
Si el que recibe las gracias no se somete al juicio de la iglesia, no se le podrá dar crédito en su totalidad. ¿Cómo llevará en sí mismo la humildad y el temor de Dios? ¿No se lo debió comunicar a ella el Espíritu de Dios?
Entonces, si aquella persona te habla de sus dones, recomiéndale que, de inmediato se confíe a un director espiritual. De la misma manera que tú te sometes al juicio de la iglesia, así es como Dios desea que lo haga la otra persona y, sólo después del juicio de la iglesia, podrá dar a conocer sus dones recibidos. Si aquella persona no lo hace, es porque está llena de orgullo y éste es quien se lo impide. Entonces deberá callar.
Esta ley es la voluntad de Dios, porque es buena. La Teología y las experiencias divinas van juntas.

Viernes, 17 de Junio 2005, 15: 00 h.
Reflexión sobre el sufrimiento

Los que están cerca del Señor y se regocijan en su Amor, recibirán sufrimientos de Él – y no solamente sufrimientos en sí. El sufrimiento como tal no tendría ningún sentido. El ser humano no lo desea.
Ellos se unen al Crucificado y por sus sufrimientos padecerán con Él. Ellos sufren por aquellos que están lejos de Él y viven en pecado. Ellos sufren para redimir a los tibios y a los que están lejos de Dios y por aquellos que en su vida espiritual ofenden constantemente al Señor. El Resucitado regalará la redención a los que sufren por Su Amor y a los pecadores debido a Su Misericordia.

Viernes, 17 de Junio 2005, 15: 00 h.
Tú eres mi Pastor

Tú eres mi Pastor, Señor Jesús,
en un tiempo,
En el que con frecuencia tus ovejas están abandonadas.
Tú nos dices: Sujetaos a Mí,
¡pues yo vengo a vosotros como vuestro Salvador en la Eucaristía!
¡Vivid este tiempo conmigo!
Vosotros, ovejas mías, sed un solo rebaño,
para que las falsas doctrinas no os dispersen.
Yo quiero cuidaros y ver por cada uno de vosotros.
Venid a Mí,
Yo os espero en los Sacramentos de mi Iglesia.
Allí estoy enteramente presente para vosotros.
¡Sentid y experimentad Mi Amor!
Esto, Señor Jesús, divina Majestad,
yo quiero seguirte a Ti y estar contigo.
Cada vez que te visito en tu iglesia,
Tú me das fuerza en mi vida.
Tú iluminas mi vida cotidiana.
Tú dices que,
mediante la adoración nos regalas frutos espirituales,
a nuestros pastores, los sarmientos de Tu de tu viñedo.
¡Envíanoslos Señor!
Gustosamenre queremos corresponderte por este favor
y rezar por ellos,
para que Tu rebaño sea conducido por pastores,
Que vivan en Tu Amor.

16.07.2005
Sobre la debilidad

Si tú crees que eres el vencedor sobre el pecado, de esta manera caerás por el camino directo dentro de éste. No juegues con las tentaciones, evítalas; muy pronto ellas te encadenarán. Si en tu debilidad reconoces la grandeza del Señor, Él te fortalecerá con firmeza. Él, el Sublime, sabe que tú sufres bajo las consecuencias del pecado original y que cada día recaes de nuevo. Así, Él te levantará siempre, una y otra vez, …… Él… ¡el mismo Amor infinito!
Quien verdaderamente reconoce sus debilidades, vive en el Señor, porque se ha entregado por completo a Él. Considérate débil y tómate a ti mismo con ligereza, vive en Él, entonces Él te regalará sin medidas y te fortalecerá.

16.07.2005
Señor, soy débil

(Esta oración fue revelada por sta. Teresa
quien la recomendó como oración interior)
Señor,
soy débil.
Fortaléceme,
porque sin Ti,
yo caería.
En la necesidad
caigo,
y sin escapatoria,
me encuentro.
Te llamo
sin cesar,
esperando
y confiando.
Orando
yo caigo
en Tus manos,
estoy protegida.
Tú escuchas
mi llamada,
Tú amas a Tu hija.

27.08.2005
El Amor vence el pecado del mundo

Dios es el orden eterno. Todo en Él está bien calculado. Su orden perdura por siempre y yo te lo denominaré con una palabra: ¡Amor! El Señor mismo es el Amor perfecto. Todo lo que está fuera de este orden, es desorden, es pecado. De esta manera, el pecado consiste en alejarse del Señor, el Amor mismo. La creación entera se somete a Su orden…y de ese modo el mundo, que vive alejado de Él y no le reconoce, será sanado y santificado sólo a través de su Amor.
¿Cómo logrará esto Su Sublime Majestad? Él envía su luz al mundo, a los suyos, a los que proclaman Su Palabra y ardiendo de Amor por Él hacen lo que el Señor les dice. No basta sólo arder en el corazón. Vencer el temor a los demás y hacer, lo que el Señor nos diga, es el cumplimiento de Su Palabra. Hombre de poca fe te preguntarás, ¿no se consumirá ésta en el mundo…?
El amor de Dios arde, pero no se consume. La luz del Señor quiere que la lleves protegida en tu corazón. Que esta llama se desarrolle en el silencio y en la oración. Considera: esta es la preciosísima luz del Señor, la llama de Su Amor, que Él quiere encender en ti y en tu prójimo.

27.08.2005
Señor, en la oscuridad de mi corazón

(Esta oración fue revelada por sta. Teresa
quien la recomendó como oración interior)
Señor,
en la oscuridad
de mi corazón,
enciende Tu luz.
Tu luz:
extendiéndose en el silencio, flameando en la oración,
ardiendo en mi prójimo,
proporciona calor y refugio.
Dios mío:
todo en todo
y todo en uno,
todo uno,
sólo Amor.

17.09.2005
Sobre la higuera estéril y la higuera joven

En el jardín de Dios hay una higuera deforme. El jardinero la cuida y, puesto que la tierra en la cual está enraizada es fértil, espera hasta el tiempo de la cosecha. Al llegar ésta, él ve que el árbol sólo ha dado frutos secos. Debido a que el árbol no dará más frutos buenos y casi no tiene vida en sí, el jardinero lo corta y le arranca las raices del suelo. Él cultiva la tierra buena y planta una higuera joven, le echa la bendición y la deja crecer. Ésta crece y se desarrolla bajo su cuidado y, llegado el tiempo de la cosecha, da frutos en abundancia.
Reflexiona, amiga mía, el árbol joven no puede crecer junto al árbol viejo y deforme. El árbol viejo e infructuoso con sus frutos secos le quitaría la fuerza de la tierra y la luz del cielo. Por lo tanto, ambos no pueden permanecer el uno junto al otro. Ni el árbol viejo se regeneraría, ni el joven se plantaría a sí mismo, tampoco la tierra se labra a sí misma … Muchos se olvidan que, ésta es la tarea del jardinero, que cultiva el jardín de Dios.
El Señor te ha dado su bendición y ha enviado a su Madre a la humanidad. ¡Tú sólo ora y llama! Contempla a nuestro Señor, no a los frutos secos de aquel árbol deforme. Considera que el Señor también labró aquel árbol hasta el tiempo de la cosecha. Sin embargo, lo que no da frutos, lo arroja, para que el árbol joven y bendito pueda dar frutos en abundancia.

17.09.2005
Señor, sé mi bendición

Señor, sé mi bendición,
Déjame crecer en Ti.
Sé mi suelo, mi agua,
mi luz.
Yo quiero ser tu árbol,
regalarte frutos en abundancia.
Señor, sé mi bendición,
Mi protector contra todas las tempestades
y de todo peligro.
Tú, Señor, eres el jardinero,
que planta, me protege y me cuida.
Te regalo mi vida.
Tómala para Ti,
para que yo pueda crecer en Ti.

30.09.2005
Bienaventurados, los que creen sin haber visto

Un hombre preguntó a través del Oasis Azul de la Oración: “¿Qué puedo hacer para seguir verdaderamente el camino que el Señor me ha designado y pueda complacer al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo? Además tengo un anhelo muy grande de poder ver alguna vez también a la Madre de Dios.”
Mientras yo oraba por este hombre, sta. Teresa de Ávila se dirigió a él diciendo: “¡Abre tu corazón más de lo que tus ojos puedan ver!

01.10.2005
Poner todo en las manos de Dios

Suelta tus manos,
pon todo en las manos de Dios.
No temas, confía en Él
pues te lleva protegida en Sus manos
y te mantiene en Su Amor.
Confía sólo en Él,
y deja que los hombres hablen,
que su propio juicio caiga sobre ellos mismos.
Ten valor, humildad y reconócete a ti mismo
y deja que todo lo pasado produzca frutos maduros.
Ve lo bueno, de este modo tú crecerás.
Ten malas experiencias, para así madurar.
La vida como la escuela de Dios,
la que en si lleva amor y sufrimiento;
Ten el valor de ir por el camino del Señor.
Atrévete, no tengas miedo.
Que torpeza sería,
no ir por este camino
Es pasajera la luz del mundo
y sólo un débil reflejo
comparada con la luz eterna, Dios mismo.
Abre tus ojos, tus oídos, tu corazón
y observa tu vida cotidiana.
Tú ves correctamente
cuando allí nuestro Señor te espera
para ir junto a ti por el camino hacia el Padre.
Eternamente protegida en Sus manos,
las que fueron, son y serán.
Nadie te consolará de esa manera,
Ni te levantará y mantendrá como el Señor.

 

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A La Señora de Todos los Pueblos DEVOCIONES Y ORACIONES

La oración de la Señora de Todos los Pueblos

Esta oración se originó en Amsterdam en 1951. La oración de la Señora de todos los Pueblos constituye, junto con la imagen, el punto central de los mensajes de Amsterdam.

La Señora de todos los Pueblos nos invita a que recemos esta breve, aunque potente oración por lo menos una vez cada día.

“Vosotros pasaréis todavía muchas cosas en este siglo. Vosotros, pueblos de este tiempo, sabed que estáis bajo la protección de la Señora de todos los Pueblos. Invocadla como vuestra Abogada, pedidle que aleje todas las calamidades. Pedidle que elimine de este mundo la corrupción. De la corrupción vienen las calamidades, de la corrupción vienen las guerras. Tenéis que pedir por medio de mi oración que todo eso sea eliminado de este mundo. Vosotros no sabéis lo grande e importante que es esta oración ante Dios. Él escuchará a su Madre, ya que Ella quiere ser vuestra Abogada” (31 de Mayo de 1955).

Ida escribe en sus apuntes: “Mientras estoy todavía con la Señora de pie ante la Cruz, Ella dice: Repite lo que digo. Eso me pareció extraño; pensé: ¡pero si ya repito todo lo Ella dice! Y de repente veo que la Señora se vuelve aún más hermosa de lo que ya era. La luz que siempre la rodeaba se vuelve más clara y brillante, tanto que ya casi no puedo mirarla. Las manos, que tenía siempre hacia abajo, ahora las levanta, juntándolas. Su rostro se vuelve tan celestial, tan sublime, que no hay palabras para describirlo. Su figura se vuelve aún más traslúcida y tan bella, que me quedo embelesada contemplándola. Entonces dice la Señora: Reza pues ante la Cruz: Señor Jesucristo, Hijo del Padre…’ . La Señora dice esta oración de una manera tan hermosa e impresionante, que nadie en el mundo la podría decir como Ella. Ella recalca la palabra “ahora”, al decir “manda ahora tu Espíritu”, y la palabra “todos”, cuando dice “haz que el Espíritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos”. También la palabra “Amén” la pronuncia de manera hermosa y solemne. Estoy todavía ante la Cruz y he rezado y repetido la oración, esas palabras que la Señora dijo. Es como si se hubieran quedado grabadas en mi mente. Ahora las veo escritas con letras muy grandes:

SEÑOR JESUCRISTO,
HIJO DEL PADRE,
MANDA AHORA TU ESPÍRITU SOBRE LA TIERRA.
HAZ QUE EL ESPÍRITU SANTO HABITE
EN EL CORAZÓN DE TODOS LOS PUEBLOS,
PARA QUE SEAN PRESERVADOS
DE LA CORRUPCIÓN, DE LAS CALAMIDADES
Y DE LA GUERRA.
QUE LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS,
QUE UN DÍA ERA MARÍA,
SEA NUESTRA ABOGADA.
AMÉN.

Sólo entonces me di cruenta de que se trataba de una oración. Me llama la atención que, una vez terminado el mensaje, ya no tuve que volver a leer nunca más la oración. Se me quedó grabada en la mente, la conocía y la he rezado siempre. Volvía a oír continuamente la voz de la Señora. Naturalmente, yo no puedo pronunciarla con ese mismo tono. Ningún ser humano puede rezar como Ella, tan bien y de una forma tan expresiva.”

La Señora continua: “Hija, esta oración es tan breve y sencilla que cada uno puede decirla en su propia lengua, ante su propia cruz. Y los que no tengan una cruz, pueden rezarla a solas. Éste es el mensaje que hoy precisamente quiero dar, porque ahora vengo a decir que quiero salvar las almas” (11.02.1951).

El 2 de julio de 1951 la Stma. Virgen explica de forma breve, clara y sencilla: “Que un día era María significa que muchos han conocido a María como María, pero ahora, en este nuevo período que llega, quiero ser la Señora de todos los Pueblos. Esto lo entienden todos.”

“Di lo siguiente a los teólogos: La Señora llegó hasta el Sacrificio de la Cruz. El Hijo dijo a su Madre: “Mujer, he ahí a tu hijo”. De modo que el cambio tuvo lugar en el Sacrificio de la Cruz. El Señor y Creador eligió entre todas las mujeres a Miriam, o María, para ser la Madre de su Divino Hijo. A partir del Sacrificio de la Cruz Ella se convirtió en “la Señora”, Corredentora y Abogada. Ésto fue anunciado por el Hijo en el momento de su regreso al Padre. Por éso yo traigo estas nuevas palabras en este tiempo y digo: Yo soy la Señora de todos los Pueblos, que un día era María. Di ésto a vuestros teólogos. Estas palabras tienen para los teólogos este significado” (6.04.1952)

En julio de 2005, la Congregación para la Doctrina de la Fe solicitó que las palabras “que un día era María” fuesen retiradas de la oración de la Señora de todos los Pueblos, en consideración a aquellas personas que no entienden esta frase, y ha presentado la versión siguiente al obispo responsable de Haarlem-Amsterdam, Monseñor Jozef Marianus Punt:

“QUE LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS,
LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA,
SEA NUESTRA ABOGADA”.

Como una misionera que quiere salvar a todas las almas, ya desde su primera aparición la Stma. Virgen manifiesta su ardiente deseo: “La oración tiene que ser difundida” (25.03.1945). Ella conoce el plan divino de salvación para la humanidad: “Esta oración es dada para la salvación del mundo. Esta oración es dada para la conversión del mundo” (31.12.1951). Por eso nos pide: “¡Divulgad por lo tanto mi oración, la oración del Señor!” (31.05.1957).

Invita a todos los colaboradores a que intensifiquen la difusión en el mundo de la imagen y de la oración: “¡Yo les ayudaré!” (15.11.1951). La primera encargada es Ida: “¡Haz tu trabajo y encárgate de la difusión!” (31.12.1951). “¡Trabaja sólo en eso y ayuda espiritual y físicamente rezando la oración de la Señora de todos los Pueblos!” (17.02.1952).

“Quiero que la difusión se haga en muchos idiomas” (4.03.1951) y que la oración sea llevada “a los países en que la fe ha disminuido” (15.04.1951), ya que “la Señora de todos los Pueblos no está destinada a un solo país, a un solo lugar, sino que está destinada al mundo, a los pueblos” (11.10.1953). “Todos tienen derecho a Ella” (29.04.1951). Así se entiende el deseo de la Señora de todos los Pueblos, de que su oración “tiene que ser rezada en todas las iglesias” (8.12.1952). “Esta oración deberá ser divulgada en las Iglesias y a través de vuestros medios modernos” (31.12.1951). Sí, los cristianos “tienen que rezar mi oración contra la corrupción, las calamidades y la guerra y llevarla a todos los pueblos” (11.10.1953). En una palabra, la Señora de todos los Pueblos espera que los que colaboran en la difusión actúen rápidamente, con gran empeño y fervor, ya que en definitiva “trabajan para esa causa, que el Hijo quiere ver realizada…” (29.04.1951).

 

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DEVOCIONES Y ORACIONES Oraciones para tiempo de angustia

Oración en el momento de Angustia (dada en San Nicolás)

Madre mía Celestial que me tienes reservado no sé si es dolor o alegría, pero se que en este día en que me siento agotado solo pienso en tu Hijo que llevo su Cruz a cuestas, que cargo todo el dolor sin expresar una queja.

Cuanto sufrió Jesús por el mundo y sus pecados, y también pienso por Ti tu dolor no se compara, nada ni nadie en la tierra sufrió lo que Tú sufriste.

Y siento que yo, Virgen mía, tendría que estar llorando no de pena sino de alegría por la carga que me das.

Madre: perdón por tener estos malos pensamientos, ahora me siento aliviado, sé que estoy iluminado y me siento resguardado con tu protección. Amén.

(Tomado de las apariciones de la Virgen María en San Nicolás, Argentina)



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