Informe de Último Momento
El Papa Francisco utilizó el Vía Crucis del viernes santo y el mensaje Urbi et Orbi para lanzar una fuerte denuncia de la violencia contra los cristianos.
En el mensaje «Urbi et Orbi» de Pascua el Papa Francisco ha denunciado el terrorismo y las guerras civiles, proponiendo el tema de la misericordia como antídoto contra la violencia.
Francisco comenzó precisamente con una llamada a la misericordia.
“Ante el abismo espiritual y moral de la humanidad, frente al vacío que se abren en los corazones generando el odio y la muerte, solamente una infinita misericordia nos puede dar la salvación. Sólo Dios puede llenar con su amor estos vacíos, estos abismos, y nos permitirá no hundirnos”.
La necesitamos:
“El mundo está lleno de personas que sufren en el cuerpo y el espíritu, mientras que las crónicas diarias están llenas de noticias de crímenes aberrantes, que a menudo se consuman en el hogar, y de conflictos armados a gran escala en que poblaciones enteras se someten a indecibles pruebas”.
En su mensaje de Pascua propuso utilizar las “armas de amor” para combatir el mal de la “violencia ciega y brutal”.
“Con las armas del amor, Dios ha vencido el egoísmo y la muerte”.
Mencionó los ataques recientes en Bélgica, donde al menos 31 personas murieron por militantes islamistas, así como los de Turquía, Nigeria, Chad, Camerún, Costa de Marfil, e Irak.
En otra parte de su discurso, Francisco expresó la esperanza de que las conversaciones recientes pudieran resolver el conflicto en Siria para
poner fin a la “triste estela de destrucción, muerte, desprecio por el derecho humanitario y ruptura de concordia civil”.
Instó también a Europa a
“no olvidar a aquellos hombres y mujeres que buscan un futuro mejor, una cada vez más numerosa multitud de inmigrantes y refugiados – incluyendo muchos niños – que huyen de la guerra, el hambre, la pobreza y la injusticia social”
Ya el Viernes Santo en la ceremonia de las Estaciones de la Cruz, Francisco denunció sin tapujos la persecución mundial sobre los cristianos; Francisco oró:
“Oh Cruz de Cristo, hoy te vemos nuevamente erigida en nuestras hermanas y nuestros hermanos muertos, quemados vivos, degollados, y decapitados con barbarie en medio del silencio cobarde”
Y también en otro pasaje:
“Oh Cruz de Cristo, se te ve hoy en el fanatismo y el terrorismo de los seguidores de una religión que profanan el nombre de Dios y lo utilizan para justificar su violencia sin precedentes”, en referencia evidente a los terroristas islamistas detrás de mucha persecución cristiana de hoy.
Durante su oración, Francisco también apuntó a los agitadores seculares y ateos que tratan de eliminar el nombre de Dios del discurso público:
“Oh Cruz de Cristo, todavía se te ve hoy en los que quieren quitarte de los lugares públicos y que se excluya de la vida pública, en el nombre de algún paganismo secular o incluso en el nombre de la igualdad que tú mismo nos enseñaste”.
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