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La pequeña talla de madera de la Patrona de Palencia es conocida popularmente como la Morenilla.

Porque, según la tradición, fue tomada por un panadero como un madero más con el que encender su horno.

Pero al resistirse a perecer en el fuego provocó la ira de éste, que la tiró a la calle.

Palencia es una ciudad española en la comunidad de Castilla y León, capital de la provincia del mismo nombre.

En una tierra insuficientemente e injustamente conocida.

En la llanura donde el Cid Campeador celebró sus esponsales con Doña Jimena.

En un paraje poblado de conventos donde se sostiene la cultura, el arte, la fe y la fortaleza que se hace piedra se venera a su Patrona, la Virgen de la Calle.

La iglesia de la Compañía de Jesús de Palencia (también llamada Iglesia de Nuestra Señora de la Calle) está situada en el centro de la capital palentina.

Su principal característica es que guarda la imagen de cuarenta centímetros llamada «Virgen de la Calle», patrona de Palencia.

 

EL ORIGEN DE LA ADVOCACIÓN

El origen de esta advocación se remonta a la primera mitad del siglo XV.

Pocas advocaciones están documentadas tan sólidamente desde época tan lejana como la palentina.

El nombre primitivo de la imagen, de la ermita, y de la Cofradía era el de Nuestra Señora de las Candelas.

En la pequeña ermita existían dos figuras: una, llamada la pequeña o de los milagros, situada en el altar mayor y propiedad del Cabildo; otra, propiedad de la Cofradía, situada sobre la puerta de entrada, en la calle.

Los lugareños se detenían a saludar a esta imagen cuando las puertas del santuario estaban cerradas o cuando pasaban por aquella calle.
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Esto contribuyó a que, con el tiempo, fuera sustituyéndose la primitiva denominación por la de Nuestra Señora de la Calle.

La pequeña talla de madera de Nuestra Señora es conocida popularmente como la Morenilla porque, según la tradición, fue tomada por un panadero como un madero más con el que encender su horno.

al resistirse a perecer en el fuego provocó la ira de éste, que la tiró a la calle.

ns de la calle altar

 

LA IMAGEN

La imagen de la Virgen (siglo XV) es de talla policromada en posición vertical, y mide sin la peana 41 cms. de altura.

Se trata de una Virgen morena que sostiene en brazos a su Hijo.

Con posterioridad al 13 de junio de 1635 se incorporan a la imagen los atributos del misterio concepcionista: los rayos en derredor del santo icono y la media luna a sus pies.

El conjunto barroco sobre el que descansa la imagen, cuatro ángeles sobre cuyos hombros se apoyan las andas y la peana, pertenece a los albores del siglo XVIII.

Hoy está enmarcada en el centro del retablo barroco de la iglesia – santuario de Nuestra Señora de la Calle (la antigua iglesia de la Compañía), en el casco de la vieja ciudad de Palencia.

Se construyó entre 1584 y 1599. Inicialmente sirvió de capilla para el contiguo colegio de San Lorenzo.

 

EL SURGIMIENTO DEL TEMPLO


De la primitiva ermita, emplazada en la actual calle de San Bernardo, y con probabilidad construida en la primera mitad del siglo XV, nada se conserva.

Solo en dos periodos el ornato y solemnidad del culto en la mencionada ermita fueron extraordinarios: el primero desde el año 1581 a 1590 en que las carmelitas ocupan la casa contigua y usan para sus cultos la iglesia de la Virgen, con motivo de la fundación de un Carmelo, que la misma Santa Teresa hizo en la ciudad.

El otro periodo de esplendor va de 1598 a 1613, en que fue cedida a las monjas bernardas de Santa María del Escobar.

En el año 1598 se construye la hermosa fachada plateresca y el 16 de mayo de 1613 se coloca la primera piedra de la actual iglesia, y que hoy se utiliza como capilla del Colegio La Salle.

Se inaugura este nuevo templo el 23 de septiembre de 1618, siendo Obispo de Palencia D. José González Díez.

La imagen continuó recibiendo culto es este templo hasta el 5 de noviembre de 1769, en que fue trasladada a la iglesia de la Compañía de Jesús, tras haber sido expulsados sus miembros.

La iglesia actual de Nuestra Señora de la Calle o de la Compañía fue levantado por los jesuitas a finales del siglo XVI.
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Este templo se caracteriza por la sobriedad de su geometría clasicista.
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Está construida en su interior en estilo renacentista y su exterior es sobrio y no sigue un estilo propiamente dicho.
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En su interior se guarda la imagen de la Virgen de la Calle, patrona de la ciudad.

Como tal, sigue el modelo de la iglesia de Jesús de Roma, con una planta de cruz latina de una sola nave a la que va adosada a ambos lados una serie de capillas conectadas entre sí, con altares de los siglos XVII y XVIII en los que destaca un Cristo Crucificado de la escuela de Valmaseda.

La disposición interior y la fachada exterior están definidas por una sobria geometría clasicista.

La cubierta, tanto en la bóveda de cañón de la nave como en la cúpula rebajada del crucero, está decorada con lunetos.

El retablo mayor fue realizado a mediados del siglo XVIII por Pedro Bahamonde para acoger las figuras de San Lorenzo y de varios santos jesuitas.

Desde 1769 es aquí donde se guarda la imagen de la Virgen de la Calle, patrona de la ciudad y objeto de su veneración, talla sobre una peana y andas sostenidas por cuatro ángeles, del siglo XVIII, colocada en el tabernáculo central.

ns de la calle fondo

 

RECONOCIMIENTOS Y FIESTA

La proclamación oficial como Patrona de Palencia, mediante un Breve pontificio de S.S. Pío XII y la erección canónica de la Cofradía del Patronato de Nuestra Señora de la Calle se realizó siendo obispo de Palencia el Dr. Lauzurica y Torralba, en 1947.

La solemne coronación canónica de la imagen tuvo lugar el 8 de junio de 1952, siendo obispo el Dr. Sauto Vizoso.

Su fiesta principal se celebra el 2 de febrero, día de la Purificación de Nuestra Señora de las Candelas.

Se llena de flores su altar en la iglesia de la Compañía. En esta jornada festiva la imagen es llevada hasta la catedral en una bonita procesión y en bellísima carroza; pero regresará más tarde, después de celebrar una misa, y rodeada de flores.

Diferentes pasacalles recorren la ciudad, sin que falten los cantos y danzas tradicionales.

 

ORACIÓN

«Calle de San Bernardo
vieja hornacina,
que obstenta de la Virgen
pobre estatuilla.

Calle de nuestras calles
Mayor Antigua.
En los oscuros cielos
el rayo brilla.

Sólo un trozo le mue
stra
su rebeldía porque no quiere hacerse
pronto ceniza
que de la curva boca
ya se salía.

El, en que arda ese trozo
terco se obstina
pero lograr su intento
no conseguía.

Cógelo de un extremo,
tanto le irrita
que a la calle lo saca
donde lo tira.

Mas de pronto un chasquido
le pavoriza,
mientras la voz dulce
así decía:

Pues a la calle me echas,
me echas con ira,
De la Calle la Virgen
seré algún día.

El incrédulo tiembla,
tiembla y medita;
a nadie en torno suyo
ve más que mira;

Y el resplandor le ciega
de aquella astilla
cuyo nimbo brillante
le confundía.

Ciérnese la tormenta
cae la llovizna
nada al rudo blasfemo
le aterroriza

Echa leña al horno
que pan cocía
y arde chisporroteando
que es maravilla

Llama a su fiel esposa,
llama a su hija
que la noche mediada
duermen tranquilas.

Cuéntales lo ocurrido
salen deprisa
y en la calle recogen
lo que él decía;

Un trocito de leña
de roja encina,
cuya punta abrasada
se percibía:

una imagen de ella
tosca y divina,
de la Virgen del Cielo
Virgen Santísima.

Desde entonces repiten
cuantos la miran:
La Virgen de la Calle
La Morenilla,
que a la boca de un horno
fue aparecida.»

 

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