La devoción del pueblo iqueño hacia la Virgen de Rosario de Yauca data de 1700, cuando la imagen fue encontrada en un matorral y que al no poderla levantar pese a todo esfuerzo, prefirieron hacerle una capilla.
La peregrinación se efectúa el primer domingo de octubre. Es impresionante el espectáculo de miles de devotos que alumbrándose con velas aprovechan la noche, evitando el fuerte calor del día, para recorrer a pie el largo camino hacia el Santuario en cumplimiento del voto hecho a la Virgen del Rosario…

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El hecho sucede en Ica ciudad a 300 km al sur de Lima, sobre la costa del Pacífico, es una zona de gran pasado histórico, cuyos primeros habitantes se remontan a 10,000 años de antigüedad, vio florecer culturas como Paracas, Wari, Nasca e Ica.

En pleno desierto iqueño se levanta el Santuario de Yauca, en cuyo altar mayor hay una pequeña imagen de la Virgen del Rosario.

Su altura apenas supera el medio metro, pero millares de gente testifican sus hechos portentosos. Es muy morena y no por culpa de los cirios como afirman algunos devotos, pues se conserva en una urna permanentemente cerrada y en alto sobre el altar. Es posible que en el pasado Yauca fuese alguna huaca prehispánica venerada por el pueblo y para conservar su culto se formó un sincretismo consciente o inconsciente con el catolicismo.

 

EL HALLAZGO

La devoción a la Virgen de Yauca se inició en el año 1700 cuando tres campesinos hallaron la imagen cerca de un matorral, según aparece en un documento que se guarda en la iglesia.

A comienzos del siglo XVIII, en la inmensa y desolada pampa de Yauca, que se extiende al sureste de la ciudad de Ica, fue encontrada escondida entre matorrales por los lugareños una pequeña escultura de Nuestra Señora del Rosario, con el Niño Jesús y un rosario nacarado en sus manos. Se presume que la imagen, de aproximadamente 60 cms. de altura, fue abandonada por arrieros que al bajar de la serranía ayacuchana se perdieron en medio del desierto iqueño.

Según los testigos presenciales, que suscribieron un acta con los hechos que hemos narrado, el acontecimiento ocurrió el 3 de octubre de 1701. Gracias al documento sus nombres no quedaron en el olvido; fueron ellos Nicolás Ortega, Diego Gutiérrez y Francisco Córdova.

Pensaron entonces en trasladarla a Ica, pero al intentar levantarla no lo consiguieron. Interpretaron el hecho como un deseo de la Madre de Dios de permanecer en aquellos descampados. Con la ayuda de Calixto Muñoz le edificaron una sencilla capilla en las inmediaciones; y fue sólo después de una plegaria suya que la imagen se dejó conducir suavemente a su nueva morada, ante el asombro de toda la concurrencia. La noticia corrió por valles y montañas, y desde entonces la Virgen de Yauca es venerada por sus hijos iqueños, que la hicieron su Patrona, y especialmente en el mes de octubre le tributan filial y cálida devoción.

 

UNA ADVOCACIÓN MARIANA DE TRES SIGLOS

A lo largo de tres siglos la Reina y Señora de Ica ha obrado maravillosas curaciones, tanto en el cuerpo como sobre todo en el alma de aquellos que con fe viva a Ella acuden. Gran propagador de su devoción fue el Siervo de Dios Fray José Ramón Rojas de Jesús María (1775-1839), más conocido como el Padre Guatemala, quien desde 1835 hasta su muerte fue asiduo peregrino a Yauca, cubriendo la distancia a pie dos o tres veces por semana.

A unos 30 Km de la ciudad de Ica, en el distrito de Yauca del Rosario, en una zona completamente desértica y de arenales, se encuentra situado un Santuario de estilo neocolonial, donde se rinde culto a la imagen de la Virgen del Rosario de Yauca que anualmente (1er. domingo de octubre) atrae miles de fieles.

El imponente Santuario que hoy cobija a Nuestra Señora de Yauca se debe al esfuerzo y piedad de Mons. Francisco Rubén Berroa y Bernedo, primer obispo de Ica, y al entusiasmo y la generosidad de miles de devotos que contribuyeron con las limosnas necesarias para su edificación. Iniciados los trabajos en diciembre de 1947, se terminó de construir en febrero de 1951. En su interior se guarda también una réplica de la imagen conocida como la peoncita, pues es la encargada de recoger las ofrendas de los fieles.

La Virgen del Rosario de Yauca fue coronada canónicamente en agosto de 1988 durante el Primer Congreso Eucarístico Mariano, recibiendo la Corona de Oro de manos del Cardenal Legado, Mons. Juan Landázuri Ricketts.

 

LA CELEBRACIÓN

Una semana antes de su fiesta, que se celebra el primer domingo de octubre, tiene lugar el tradicional barrido. Esta costumbre, que viene de antaño, surgió de la necesidad de mantener limpio el templo y sus alrededores para las celebraciones, y es realizado por voluntarios que retribuyen de esa manera a la Virgen del Rosario los favores recibidos.

A modo penitencial, aún hoy en día, muchos peregrinos recorren a pie, generalmente en grupos, los 30 Km. que separan a la ciudad de Ica del Santuario. Los más piadosos recitando los misterios del Santo Rosario, así como diversas letanías y entonando cánticos marianos.

En la víspera el desierto se llena de cientos de luces. Son los peregrinos que cumplen la promesa de llegar a pie y se alumbran con velas, faroles o linternas. Aprovechan la noche y la madrugada para librarse del calcinante sol.

Alrededor de la iglesia se levanta cientos de pequeñas carpas donde vivanderas de todo el departamento ofrecen comida y bebidas. Por la tarde sale la procesión de la virgen. Se calcula que asisten de 10 a 15 mil peregrinos.

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Virgen de Yauca

CONGRESO EUCARISTICO Y MARIANO DE ICA

Virgen de Yauca ICA PERU 2009


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