Con la perspectiva de la apertura de nuevos caminos para la procreación.
Los científicos con sus investigaciones, están creando un divorcio entre la procreación y la paternidad. La fecundación in vitro, la donación de esperma y huevos, la maternidad subrogada, la participación de más de un ADN en la procreación, y finalmente la posibilidad de que de una persona se generen tanto gametos masculinos y femeninos, está complicando el tema de la paternidad. Porejemplo, ya ahora, ¿se le puede decir a una mujer que alquiló su vientre a una pareja y llevó el niño por 9 meses que ella no es la madre del niño?
Esto pone al concepto de paternidad, tal como lo conocemos ahora, en entredicho, y sobre todo complica las instancias legales.
Esto es algo que se ha disparado a partir de la búsqueda de solucionar la infertilidad, que luego se fue sofisticando con las demandas de las parejas homosexuales y de personas que quieren ser padres o madres solteras.
El de la infertilidad no es tu tema nuevo, ya se trataba en la Biblia:
«Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero», Génesis 30:1.
Esta conversación desde el libro del Génesis acerca de la infertilidad tuvo lugar hace unos 4.000 años, pero el dolor no ha disminuido con los siglos.
LOS BIOÉTICOS LISTOS PARA SEPARAR LA PATERNIDAD GENÉTICA DE LA PATERNIDAD EN GENERAL
Dos artículos recientes en la revista Journal of Medical Ethics abordan este tema desde diferentes ángulos. Pero están de acuerdo en un principio importante:
«es importante no reforzar el dogma de que la paternidad genética es la mejor clase de paternidad».
Las personas deben saber que los conceptos tradicionales de la maternidad y la paternidad son obsoletos.
Heidi Mertes, de la Universidad de Gante, examina si los gametos artificiales serán una herramienta adecuada para las parejas infértiles para crear un niño. La investigación sobre esto está avanzando a buen ritmo y puede ser posible para un hombre crear óvulos y para una mujer crear esperma.
Pero Mertes es escéptica; es poco probable que sea seguro o rentable durante muchos años. Peor aún, refuerza la visión genética tradicional de la paternidad «real»:
«Algunas personas que actualmente se encuentran satisfechas con la solución (segura y relativamente barata) de la utilización de semen de donante (por ejemplo, las parejas de lesbianas) recibirán el mensaje de que esto es inferior a tener sus propios gametos creados en laboratorio».
«Este no sólo es un mensaje equivocado para enviar sino también crea una situación en la que esta nueva innovación no sólo satisface la demanda, sino que crea la demanda».
En otro artículo de Anna Smajdor y Daniela Cutas discuten la posibilidad de crear gametos artificiales a partir de material genético robado.
Por el momento esto es materia de ciencia ficción, pero algunos casos de bebés concebidos con esperma robado han llegado a los tribunales. Aunque la concepción tuvo lugar sin el conocimiento o el consentimiento del hombre, los tribunales han llegado a la conclusión de que él sigue siendo el padre del niño y por lo tanto tiene que pagar la manutención. Comentan sobre esta situación absurda:
«Nuestras marcos legislativos existentes privilegian las relaciones genéticas más que otras consideraciones, de manera que pueden tener consecuencias a largo plazo para aquellos que son encontrados culpables de la paternidad genética. Esto hace a la perspectiva de la paternidad genética involuntaria un problema».
En este sentido, las discusiones sobre los gametos artificiales
«podría ser un catalizador de bienvenida para un nuevo análisis de los genes, la paternidad y obligaciones legales, lo que conduce en última instancia a un divorcio largamente esperado entre la paternidad genética y la legal».
Como se puede ver, el alejamiento de la paternidad genética de la parternidad social y legal es un hecho que será plasmado legalmente en los próximos años.
Fuentes: Bioedge, Signos de estos Tiempos