Entre mayo y octubre de 1917 la Virgen María se apareció en Fátima a 3 niños pastores.     

Los 13 del mes se apareció haciendo una catequesis a los niños

También los llevó a visitar el infierno y les pidió que oraran diariamente el Rosario por la paz.

En la última aparición – el 13 de octubre – se produjo el Milagro del Sol, que fue testimoniado por más de 70.000 personas.

Pero hay una serie de temas importantes que se han comentado poco y queremos hacerlo aquí, tomando algunos hechos que han narrado Joseph Pronechen.

Puede leerse la historia general aquí.

 

1 – La Virgen le pide a Lucía que aprenda a leer porque su misión será difundir el mensaje de Fátima

Durante la segunda aparición, el 13 de junio de 1917, la Virgen le dijo a Lucía – quien posteriormente se convirtió en monja y llevó el peso de explicar constantemente el mensaje de Fátima a través de las décadas.

“Quiero que vengas el día 13 del mes que viene, reza el Rosario todos los días y aprende a leer. 

Más tarde, te diré lo que quiero”.

La petición no era inusual porque las chicas en su situación no aprendían a leer por esas épocas. 

En su libro Fatima for Today, el padre Andrew Apostoli, explicó la importancia de este pedido, ya que la misión de Lucia – entonces de 10 años – sería difundir el mensaje de Fátima a todo el mundo. 

«Fue muy importante, entonces, que Lucia aprendiera a leer y escribir.»

En años posteriores incluso usó el procesador de textos.

No era necesario que sus primos – Francisco Marto de 8 años, y Jacinta Marto de 7 años – aprendieran a leer porque durante la misma aparición del 13 de junio, Lucía le pidió a la Santísima Madre que los llevara al cielo.

«Sí, llevaré a Jacinta y a Francisco pronto, pero tu seguirás un poco más, ya que Jesús desea que me hagas conocer y amar en la tierra», le dijo María a Lucia

«El también desea que ustedes establezcan devoción en el mundo a mi Inmaculado Corazón«.

Francisco murió en 1919 a los 10 años como consecuencia de la epidemia de gripe de 1918.

Y el día justo antes de morir recibió la Primera Comunión en la Sagrada Eucaristía como era su deseo.

Luego le siguió al cielo su hermana Jacinta, dos años después.

Así que mientras sus primos murieron antes de cumplir 10 años, Nuestra Señora le dijo a Lucía que se quedaría para difundir el mensaje de Fátima. 

Primero se convirtió en hermana de Dorotea, y luego el 25 de marzo de 1948, entró en las Carmelitas.

No fue sólo fue la fecha de la Fiesta de la Anunciación, sino que ese año cayó Jueves Santo – el mismo día litúrgico en el que nació.

 A su entrada en el Carmelo, se le dio oficialmente el nombre de la Hermana María del Corazón Inmaculado, y la celda que recibió fue dedicada al Inmaculado Corazón de María como se indica en un marco por encima de la puerta.

Llevaba la frase adicional: «Mi Inmaculado Corazón será tu refugio».

En el Carmelo vivió los siguientes 57 años.

Otro hecho interesante es que en sus últimos años la Hermana Lucía tenía en su celda una estatua de Nuestra Señora de Fátima que ella apreciaba mucho y que fuera un regalo de Juan Pablo II en el 2003.

 

2 – Jacinta se sacrificó por la conversión de los pecadores

Jacinta – hoy Santa Jacinta Marto – también sufrió la misma devastadora gripe española que su hermano Francisco. 

A pesar de ser una niña de 9 años, aceptó gustosamente sufrir mucho.

Lucía cuenta en su «Primera Memoria» que mientras Jacinta sufría, la Virgen se le apareció.

Santa Jacinta Marto

Jacinta le contó que

«Ella me preguntó si todavía quería convertir más pecadores. 

Dije que sí. 

Me dijo que iría a un hospital donde sufriría mucho.

Y que debo sufrir por la conversión de los pecadores, en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María y por el amor de Jesús».

Mientras Jacinta estaba internada en el hospital de Ourem la Santísima Virgen la visitó de nuevo para contarle los sufrimientos que la aguardaban también en el hospital de Lisboa, donde pronto iría y allí moriría.

Jacinta recibió otras visitas de Nuestra Señora quien le mostró las cosas por venir.

Murió unas pocas semanas antes de cumplir 10 años el 20 de febrero de 1910.

Fue enterrada en una capilla privada en Ourem.

Su cuerpo había sido rociado con cal viva porque en el momento la ley era que el cuerpo de cualquier persona que muriera de la epidemia de gripe española tenía que ser tratado de esa manera.

Sin embargo, cuando su tumba fue abierta el 13 de septiembre de 1935, la gente se asombró al ver que sus rasgos estaban incorruptibles. 

Preservada de esta manera, fue enterrada junto a su hermano Francisco en el cementerio de Fátima.

En un diálogo con Lucía, Jacinta le dijo que iría al cielo en un corto tiempo y le explicó,

“Tu permanecerás aquí para dar a conocer lo que Dios quiere establecer en el mundo: la devoción al Inmaculado Corazón de María.

Diles a todos que Dios nos concede las gracias por medio del Inmaculado Corazón de María.

Y que el Corazón de Jesús quiere que el Inmaculado Corazón de María se venere a su lado.

Diles también que oren al Inmaculado Corazón de María por la paz, ya que Dios ha confiado a ella.

¡Si tan sólo pudiera poner en el corazón de todos, el fuego que arde dentro de mi propio corazón, y que me hace amar a los Corazones de Jesús y María mucho!”

Increíble instrucción de una niña de 9 años.

 

3 – Francisco tuvo la misión de consolar a Jesús por las ofensas que recibe

Francisco – San Francisco Marto – no vio a la Virgen en un primer momento durante la aparición inicial el 13 de mayo de 1917.

Él sabía que su prima Lucía y su hermana Jacinta estaban viendo algo extraordinario.

San Francisco Marto

¿Cómo podía ver lo que vieron?

“Nuestra Señora le dijo a Lucía que le contara Francisco, que recitara el Rosario y que iba a ver la hermosa Señora del cielo”, relató experto en Fátima el Padre Robert J. Fox en “La espiritualidad de Francisco Marto.”

Francisco escuchó. Rezó el rosario y después que dijo que cinco o seis avemarías, pudo ver

“A la divina Señora hermosa bañada en luz brillante, más brillante que el sol”.

Lucía preguntó a Nuestra Señora si Francisco iría al cielo prontamente también.

Nuestra Señora respondió:

«Sí, pero primero debe decir muchos rosarios.”

Debido a que sólo veía a la Virgen y no la oía, Lucía le dio la respuesta.

Y con emoción él dijo,

“Oh, Nuestra Señora, diré todos los rosarios que desee»

El Padre Fox preguntó al hermano de Francisco, Juan Marto, si pensaba que Francisco era un santo en ese momento.

Juan le dijo:

“No. No hasta que me di cuenta de que siempre estaba diciendo el Rosario.

Yo me escondía de él para que no tuviera que verlo siempre rezando el Rosario”.

Para alguien tan joven, Francisco se convirtió en todo un contemplativo.

Lucía dice que Francisco prefería rezar por él mismo para que pudiera “pensar y consolar a Nuestro Señor”.

Ella le preguntó lo que más le gustaba: consolar a Nuestro Señor o convertir a los pecadores para evitar que más almas vayan al infierno.

Francisco no tenía que dudar en responder a esta pregunta.

«Prefiero consolar a Nuestro Señor”, dijo.

“¿No te acuerdas el mes pasado cómo la Virgen estaba tan triste cuando nos pidió no ofender a Nuestro Señor porque ya estaba muy ofendido?

Quiero consolar a Nuestro Señor, y luego convertir a los pecadores para que no le ofendan más”.

 

4 – La Segunda Guerra Mundial fue un castigo porque los hombres no cesaron de ofender a Nuestro Señor

Durante la tercera aparición de la Virgen, el 13 de julio, Ella dio a los niños una visión del infierno.

Y luego Nuestra Señora les avisó

«La guerra va a terminar [la Primera Guerra Mundial].
.
Pero si la gente no cesa de ofender a Dios, empeorará durante el pontificado de Pío XI».

La profecía de que “la guerra va a terminar” se cumplió prontamente a pesar de los pronósticos. El 11 de noviembre de 1918.

El término «empeorará» debe leer con el término condicional «si».

El empeoramiento dependía de la respuesta de la gente a su solicitud e instrucción; y fue así que se produjo la Segunda Guerra Mundial.

En la misma frase dijo que la guerra comenzaría cuando Pío XI fuera papa. 

Esto lo dijo en 1917 cuando Benedicto XV era el Santo Padre. 

No apareció Pío XI hasta cinco años después; 6 de febrero de 1922.

Pío XI fue papa hasta que murió el 10 de febrero de 1939.

La Segunda Guerra Mundial oficialmente comenzó el 1 de septiembre de 1939, pero la mayoría de los historiadores dan como su inicio la firma del acuerdo de Munich (29 se septiembre de 1938), por el que Alemania se anexionó los Sudetes.

Pio XI habló sin temor en contra el fascismo y el Reich nazi en la encíclica Mit brennender Sorge.

Nuestra Señora dio detalles más específicos en la tercera aparición sobre la señal del comienzo de la guerra.

«Cuando veas una noche iluminada por una luz extraña desconocida, sabrás que es la señal que Dios te da que Él está a punto de castigar al mundo con la guerra, con hambre y con la persecución de la Iglesia y del Santo Padre»

Esto ocurrió con la aurora boreal el 25-26 de enero de 1938.

Menos de dos meses más tarde, la Segunda Guerra Mundial comenzó porque, como el experto internacional de Fátima, el Padre Apostoli, deja claro

“La Hermana Lucía insistió en que la Segunda Guerra Mundial comenzó realmente con la anexión alemana de Austria en 1938«. Eso fue el 12 de marzo.

Otro hecho interesante y relacionado es la consagración de Rusia.

En el libro del Padre Andrew Apostoli, Fátima para Hoy, dice que Sor Lucía escribió a su confesor en 1936 diciéndole que le preguntó al Señor por qué Él Sólo no convertía a Rusia sin que el Santo Padre hiciera la consagración.

Nuestro Señor respondió:

«Porque quiero que toda mi Iglesia reconozca esta Consagración como un Triunfo del Inmaculado Corazón de María, para luego se extienda su culto y crezca la devoción a Su Corazón Inmaculado junto con la devoción a mi Sagrado Corazón».

 

5 – Las apariciones de Fátima fueron también un lugar de curaciones

Las curaciones no fueron infrecuentes durante las apariciones.

Sor Lucía describe en sus memorias que comenzaron cuando una joven, de unos 20 años, se reunió con los videntes cuando se dirigían a rezar un Rosario con la gente.

“Se arrodilló y nos rogó entrar en su casa y nos pidió decir al menos un Ave María por la recuperación de su padre, que durante tres años había sido incapaz de tomar cualquier descanso a causa de hipo continuo.

En tales circunstancias, era imposible de resistir”.

Lucia recuerda:

“Como ya era tarde en la noche, y el camino sólo se podía encontrar o por la luz de las lámparas, le dije a Jacinta a permanecer allí, mientras que fui por delante a rezar el Rosario con el pueblo, con la promesa de ir por ella en mi regreso. Ella estuvo de acuerdo».

Cuando Lucía volvió a la casa, encontró a Jacinta en una silla frente al padre de la chica sentado frente a ella.

Aunque no es muy viejo, se veía demacrado y lloró de emoción. Los familiares se reunieron alrededor de él.

Al ver a Lucía, Jacinta se levantó, ofreció sus despedidas, y prometió que no olvidaría al hombre en sus oraciones.

A la mañana siguiente los niños se dirigieron a una visita que planearon la casa de un Senhora Emilia.

Poco después de llegar a la casa

“Encontramos la niña feliz en compañía de su padre”, contó Lucía.

Ahora se veía mucho mejor, y había perdido todo rastro de tensión nerviosa y debilidad extrema.

Llegaron a darnos las gracias por y dijeron que él ya no estaba preocupado por los hipos molestos“.

También muchas curaciones más después de esta.

Pero también Lucía salvó a dos niños de ahogarse, pero eso fue después. 

A principios de los años treinta, estaba en el convento.

Debido a que sufría de problemas de salud, el médico le ordenó que pasara un mes en los veranos en el mar para recuperar su salud.

Como otras hermanas también necesitaban el aire del mar para sus males, la Madre Provincial alquiló una casa para ellas.

Una mañana en la playa, algunas mujeres estaban recogiendo algas marinas que las olas estaban sacando mientras sus dos hijos jugaban en la arena.

Normalmente tranquilo, el mar era bastante fuerte ese día.

Lucía había trepado a algunas rocas y estaba cosechando mariscos cuando oyó gritos de angustia de las mujeres.

Una fuerte ola había tocado a los niños y los estaba sacando de la playa. 

Lucía saltó inmediatamente al agua.

«Me las arreglé para agarrar a uno de los niños y sacarlo«, escribía Lucía.

«Al principio no vi a la otra, pero pronto la descubrí apoyada en una roca donde, afortunadamente, estaba atrapada. 

La saqué con la ayuda de Nuestra Señora a quien llamé y logré salvar esas dos vidas. 

Después de unos momentos agonizantes durante los cuales los niños vomitaron el agua de mar que habían tragado, las pobres mujeres no sabían cómo agradecerme”. 

‘Tienes que dar gracias a la Virgen que estaba aquí y no a mí’, les dije, para inculcar en ellos la devoción a Nuestra Señora. 

De hecho, yo creía que era ella quien me había ayudado, porque aunque la natación era fácil para mí, la aflicción fue suficiente para detenerme».

 

6 – Los masones fueron formalmente los mayores atacantes de las apariciones

Incluso después de que el milagro del sol el 13 de octubre, los enemigos de la religión y anticlericales tenían posiciones de poder en Portugal, y no dejaron sus ataques.

En La verdadera historia de Fátima el Padre Juan de Marchi describe cómo había una fuerte Logia Masónica en la cercana ciudad de Santarem.

Y planearon burlarse de lo que había estado sucediendo en la Cova da Iria.

Un papel importante de Lisboa, Diario de Noticias, informó lo que estos hombres y sus seguidores hicieron en la noche del 23 de octubre de 1917, en la Cova da Iria.

Ellos cortaron el árbol que identificaron como en el que los niños experimentaron las apariciones de la Virgen el 13 del mes.

Para su sorpresa incluso los críticos de la Iglesia vieron sus acciones como una vergüenza.

Por la mañana, la noticia de lo que había pasado se extendió como un reguero de pólvora.

Entonces Sor Lucía narra en sus Memorias

“Corrí hacia el lugar para ver si era verdad. Pero para mi delicia encontré que los pobres habían cometido un error, y que en lugar cortar la encina verdadera habían cortado una de los otras que crecen cerca”.

Lucía entonces hizo algo más.

Entonces le pedí a la Virgen que perdonara estos pobres hombres y recé por su conversión.”

 

7 – La Virgen se apareció en Fátima una séptima vez, que pocos conocen

Nuestra Madre Bendita prometió volver una séptima vez cuando habló durante su primera aparición el 13 de mayo.

Ella dijo

«Quiero que regresen aquí el 13 de cada mes durante los próximos seis meses, y a la misma hora. 

Después les diré quién soy, y qué es lo que deseo. 

Y volveré aquí una séptima vez”.

No hubo consenso cuando esa séptima vez podría ser.

Algunos pensaron que podría ser con otro milagro.

Luego vino una biografía de Sor Lucia escrita por las monjas del Carmelo de Coimbra que vivieron con ella durante muchos años.

Era el 15 de junio de 1921, y Lucía estaba a punto de abandonar Fátima para siempre, a donde el obispo quería enviarla.

Sabiendo que probablemente nunca más volvería a ver el lugar o a su familia, se sintió muy triste.

Lucía describe cómo fue a la encina donde la Santísima Madre apareció en 1917, se arrodilló y oró con terrible angustia.

Como ella detalló en sus memorias,

«Otra vez has venido a la Tierra.

Y entonces sentí tu mano amiga y tu toque maternal en mi hombro, levanté la vista y te vi, fuiste tú, Santísima Madre, sosteniendo mi mano y mostrándome el sendero.

Y tus labios desvelaron el dulce timbre de tu voz y la luz y la paz fue restaurada a mi alma. 

‘Aquí estoy por séptima vez.
.
Ve, sigue el camino que el obispo quiere que tomes, esta es la voluntad de Dios’».

Fuentes:

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