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Las historias sobre cambio de sexo se están acelerando en los medios.

No son mera información sino una cruzada para normalizar el sexo de los transgénero.

Y para crear la aceptación entre los padres para que acepten la confusión entre los niños pequeños.

Además con la presión habitual de que quien disienta es catalogado de homófobo y atacado de todas formas posibles.

Los grandes medios han sido pioneros.

El número de enero de 2017 de National Geographic se dedica a explorar lo que llama la “Revolución de Género”.

El enfoque es parcializado a favor de la lógica transgénero, pero tiene argumentos.

Pero en este año han aparecido historias en este año que rayan con lo ridículo. Veamos sólo tres de muchas más.

Hubo una historia de Alemania, que comienza con esta sentencia alucinante:

«El máximo tribunal de Alemania ha dictaminado que una mujer transgénero cuyo esperma congelado se usó para engendrar un hijo no puede ser la madre del niño».

¿Está claro o es algo loco?

Una mujer no tiene esperma, y una mujer no puede engendrar un hijo. Y si la persona tiene esperma entonces no puede ser la madre del niño.

En este caso, el hombre, que ahora se identifica como mujer, quería figurar como la madre de su hijo, que nació de su pareja femenina.

Entonces, este hombre padre de un niño con su pareja femenina (utilizando esperma previamente congelado).

Pero dado que ahora se identifica como una mujer (obviamente, una mujer lesbiana, ya que su pareja es mujer), quiere ser registrado/a como la madre del bebé.

Hay una historia de Arizona de una familia en que mamá, papá, hijo e hija de 11 años y 13 años, todos se identifican como transexuales.

A Daniel Harrott, de 41 años, la madre biológica de dos niños trans, se le asignó el sexo femenino al nacer y hoy es un hombre transgénero.

Su hijo y su hija también dicen que se les asignó el sexo equivocado al nacer.

Daniel  conoció a una mujer transgénero, Shirley Austin, de 62 años, a quien se le asignó el sexo masculino al nacer. Harrott y Austin son pareja.

El hombre ahora es una mujer, la mujer ahora es un hombre, el niño ahora es una niña y la niña ahora es un niño.

¡Que confusión en esta familia!

  

LO QUE DICE LA CIENCIA

A fines del 2018 una coalición de 30 mil médicos, bioeticistas, terapeutas, académicos y grupos apoyaron al Presidente de EE.UU. por querer adoptar un enfoque científico sobre el sexo.

La Presidente del Colegio Americano de Pediatras, la Dra. Michelle Cretella, afirma que la identidad de género es una amenaza muy real para la atención médica moderna.

Y sus argumentos son estos:

«Los transgénero están diciendo: ‘Pienso y me siento así, por lo tanto, lo soy’.

Y una cosa es que nosotros, como médicos, tratemos a la persona con respeto y honremos su cambio de nombre, pero sería una completa negligencia tratarla como al sexo opuesto«.

Porque hay casos como la enfermedad cardíaca, donde ciertos medicamentos pueden poner en peligro a las mujeres y no a los hombres.

Incluso los diagnósticos se presentan de manera diferente en hombres y mujeres.

“La medicina está en el punto en el que entendemos que los hombres y las mujeres tienen, como mínimo, 6,500 diferencias genéticas.

Y esto afecta a cada célula de nuestro cuerpo, a nuestros sistemas orgánicos».

Por eso que dice que resulta irónico que el movimiento transgénero sea anti ciencia,

«No hay absolutamente ninguna ciencia rigurosa que haya encontrado un rasgo llamado ‘identidad de género’ en el cerebro, el cuerpo o el ADN.

El sexo, puedo mostrarle eso, está en nuestros cromosomas. Está en el cuerpo. Está en el cuerpo reproductivo.

Más del 99,98 por ciento de las veces, nuestro desarrollo sexual es claro y sin ambigüedades, ya sea masculino o femenino».

El sexo es binario y no hay nada que se pueda hacer para cambiarlo,

«Un hombre que toma estrógeno no se convierte en una mujer.

Es un hombre con una fisiología masculina sobre el estrógeno, y así es como un médico debe acercarse a él».

  

¿POR QUÉ LA AUTOPERCEPCIÓN DE GÉNERO DEBE DETERMINAR EL SEXO? 

La Revolución de Género en un movimiento post-Revolución Sexual.

Que busca desconstruir los entendimientos tradicionales sobre la encarnación humana, el dimorfismo sexual masculino-femenino y el género.

El artículo de National Geographic no ofrece ningún argumento sustantivo de por qué la propia autopercepción interna de la «identidad de género» debe determinar el sexo de uno o tener una autoridad mayor que el sexo biológico.

Ofrece testimonios de personas que dicen que su identidad de género está en desacuerdo con su sexo biológico.

Pero el testimonio no es suficiente.

Porque la afirmación de una reclamación no demuestra la autenticidad de esa reclamación.

A los lectores no se les da ninguna explicación de por qué debemos considerar las reivindicaciones de identidad de género como realidad en vez de un sentimiento subjetivo o de autopercepción.

De hecho, éste es el terrible error que plaga al movimiento transgénero.

Se basa no en la evidencia, sino en la ideología del individualismo expresivo.

La idea es que la identidad de uno es autodeterminada, que se debe vivir esa identidad y que todos deben respetar y afirmar esa identidad, no importa lo que sea.

El individualismo expresivo no requiere argumento moral ni justificación empírica para sus afirmaciones, por absurdas o controvertidas que puedan ser.

El transgenderismo no es un descubrimiento científico sino un compromiso ideológico previo sobre la flexibilidad del género.

Piensa nomás si yo dijera que son un ‘oso’ y reclamara que todos me llamaran ‘oso’. ¿Absurdo no?

Pues bien, los transgénero dicen que son de otro sexo que su sexo biológico, reclaman que la sociedad los debe llamar por el sexo que dicen que son, y la corrección política lo hace cumplir.

  

¿POR QUÉ ES ACEPTABLE LA MUTILACIÓN FÍSICA DEL CAMBIO DE SEXO Y NO ACEPTABLE LA READECUACIÓN PSICOLÓGICA?

En la última página del artículo de National Geographic se celebra la mutilación de niños menores de edad con una foto de página completa de una niña de 17 años que recientemente se sometió a una doble mastectomía con el fin de hacer la «transición» a ser un niño.

¿Por qué los ideólogos transexuales consideran dañino intentar cambiar la mente de ese niño, pero consideran adecuado mostrar su pecho desnudo y mutilado para una historia de portada?

Los ideólogos transgénero nunca abordan esta contradicción ética en el corazón de su paradigma.

¿Por qué es aceptable alterar quirúrgicamente el cuerpo de un niño para que coincida con su sentido de sí mismo, pero no es tolerable tratar de cambiar su sentido de sí mismo para que coincida con su cuerpo?

Si es incorrecto intentar cambiar la identidad de género de un niño (porque según ellos es fijo y la intromisión es perjudicial), entonces ¿por qué es moralmente aceptable alterar algo tan fijo como la anatomía reproductiva de un menor?

La inconsistencia moral aquí es clara.

  

¿POR QUÉ LA IDENTIDAD DE GÉNERO Y LA IDENTIDAD SEXUAL NO PUEDEN SER CAMBIADAS?

En la sección del artículo “Ayudando a las familias a hablar sobre el género” se aconseja:

“Comprender que la identidad de género y la orientación sexual no pueden ser cambiadas, pero la forma en que las personas identifican su identidad de género y su orientación sexual puede cambiar con el tiempo”.

La primera mitad de esta oración afirma la inmutabilidad de la identidad de género, pero la segunda mitad de la oración afirma que la autoconciencia de estas cosas puede cambiar con el tiempo.

¿No se dan cuenta que hay una contradicción aquí?

La identidad de género no es una categoría objetiva sino subjetiva.

Es cómo uno percibe su propio sentido de masculinidad o feminidad (Yarhouse, pp. 16-17).

Si esa percepción es fija e inmutable (como afirma la primera mitad de la oración), entonces es incoherente decir que la autopercepción puede cambiar con el tiempo (como afirma la segunda mitad de la oración).

¿La percepción de uno mismo puede cambiar o no?

No puede ser ambos a la vez.

Esta es una contradicción desconcertante contenida dentro de una sola oración, que se maneja sin ningún pudor.

Además, la afirmación de que las identidades transgénero son igual de fijas e inmutables que la orientación sexual simplemente no está respaldada por ningún tipo de consenso científico.

Es más, lo contrario es lo que está demostrado.

De acuerdo con un importante informe publicado por Lawrence Mayer y Paul McHugh en The New Atlantis:

“hay poca evidencia de que las cuestiones de identidad de género tengan una alta tasa de persistencia en los niños”.

De hecho, alrededor del 80 por ciento de los niños que experimentan sentimientos transgénero resuelven completamente sus dificultades sin ninguna intervención después de llegar a la pubertad.

Decir que las identidades transgénero son fijas e inmutables es simplemente inexacto.

El artículo menciona testimonios. Por ejemplo de un niño de seis años que fue inscripto por sus padres en el Campo de Arco Iris del Área de la Bahía, donde él pudiera encontrar el vocabulario para explicar sus sentimientos.

 A los seis años, ya estaba muy seguro de quién era.

Este es un radicalismo desenfrenado.

Ningún niño de seis años está seguro de quién es.

La afirmación radical no crítica no es un enfoque saludable para los padres o una estrategia de gobierno viable para la sociedad.

¿Se supone que los padres deben suspender toda forma de juicio y someterse a los caprichos fugaces de los niños?

  

EL TESTIMONIO DE UN EX TRANSGÉNERO: WALT HEYER

Heyer dice que como un ex transgénero,

“Puedo decirles que el psiquiatra Dr. Corradi está en lo correcto al llamar Richard Corradi llamar al transgenderismo un contagio de engaño de masas.

Veamos su testimonio narrado en primera persona.

Viví la vida, como Avery (el chico transgénero del artículo de National Geographic).

Yo era un muchacho travesti a los nueve años, pero después de años de dolor y autoengaño, mi travestismo se detuvo décadas después, cuando me di cuenta de que la idea de cambiar de sexo es pura fantasía.

El travestismo inicialmente se sentía loco, divertido, emocionante y maravillosamente, afirmando mi creencia de que debía haber nacido una niña.

Pero después de muchas décadas de tratar de comprender la confusión de género que persistió incluso después de mi transición sexual, llegué a entender que mi abuela al travestirme hizo un abuso emocional infantil.

El daño psicológico creció a medida que pasaban los años.

  

EL DRAMA DEL SUICIDIO

La foto de portada promocional transgénero de Avery no aborda que el 41 por ciento de la población transgénero en algún momento intentará suicidarse.

Incluso cuando se les afirma, se les acepta y se les ama, los individuos transgénero intentan suicidarse, lo que indica que las cuestiones con las que luchan van más allá de lo que un cambio en la identidad de género puede rectificar.

La reasignación de sexo no ha demostrado ser eficaz en la resolución de la disforia de género para casi la mitad de esta diversa población de personas con problemas de género.

Una revisión de 100 hallazgos de investigación concluye que los cambios en el sexo no son efectivos y muchas personas transgénero después de la cirugía siguen traumatizadas hasta el punto de suicidarse.

El travestismo sólo modifica la apariencia exterior.

Lo que no se ven son las consecuencias psicológicas más profundas a largo plazo.

No hay un cambio de sexo; no se produce ninguna transformación biológica.

  

FANTASÍA E ILUSIÓN: LO QUE «SE SIENTE BIEN» NO SIEMPRE ES CORRECTO

El transgenderismo es interesante en teoría, pero cortar cuerpos y inyectar hormonas es puro Frankenstein 2.0.

Para tratar la disforia de género, un cirujano opera a un hombre y hace una «mujer».

Para mantener la fachada, se prescriben para toda la vida hormonas de género cruzadas.

¿Es la mujer transgénero del cirujano, equivalente a una hembra biológica?

Este argumento requiere algunos paralelos intelectuales.

Los cambios de sexo creados quirúrgicamente y los chicos del travestismo son tan falsos como una falsificación de un billete de veinte dólares.

Con el énfasis extremo en la corrección política y la salvaguardia de los sentimientos de la gente, estamos abandonando toda capacidad de llamar a lo que es falso “falso” y lo que es real “real”.

Sí, me gustó el travestismo. Sí, los sentimientos de travesti eran fuertes, deleitándome cuando me puse ese vestido de noche de gasa púrpura suave que la abuela hizo especialmente para mí.

Sí, los sentimientos fuertes de querer ser una niña crecieron al verme en el espejo.

Creía que debía haber nacido una niña y deseaba ser una.

Como una persona joven, no dudaba que debería haber sido una niña.

Mi búsqueda delirante progresó más de cuarenta años desde el travestismo a la terapia hormonal de género cruzado, a la cirugía.

Busqué un terapeuta de género que se especializara en el diagnóstico de la disforia de género y en la aprobación de las personas para la cirugía de reasignación de sexo.

Pero buscarlo fue un error, porque la visión del tratamiento de un terapeuta de género se centra estrechamente en un camino destructivo: el cambio de sexo.

  

EN RETROSPECTIVA, PUEDO VER MÁS CLARAMENTE HOY QUE NUNCA ANTES

Puedo ver por mi experiencia que el transgénero es una fantasía motivada por sentimientos fuertes.

Cuando se trata de género, la gente puede cambiar de ropa y otros aspectos de la persona pública, pero el sexo biológico siempre se mantendrá fijo.

No hay pruebas de laboratorio o hallazgos médicos que puedan incluso probar la existencia del transgénero.

La única manera de diagnosticarlo es cuando alguien se auto-identifica como transgénero.

Ninguna cantidad de hormonas o cirugía estética puede afectar un cambio biológico del sexo.

Los sentimientos, no importa lo fuerte que sean, no pueden cambiar de sexo. Pretender otra cosa es sólo una mascarada.

  

EXPLOTACIÓN INFANTIL

Incluso si el joven Avery está dispuesto a ser utilizado de esta manera, la foto de portada de National Geographic es explotación.

La salud y el bienestar de este niño se están sacrificando para promover en una cruzada política y cultural.

Avery puede no darse cuenta de que sus sentimientos y fotos son una fuente de ingresos para National Geographic y una herramienta estratégica para el lobby LGBTQ.

Las luces brillantes están directamente en Avery. Él es el niño del cartel de hoy, un héroe, al menos por ahora.

Pero el sexo masculino de Avery es inmutable, mientras que los sentimientos cambian.

¿Qué saldrá a la superficie ocho, diez o incluso treinta años a partir de ahora?

Cualquiera que piense que afirmar su transgénero puede deshacer el sexo masculino innato de Avery ha sido atrapado por el contagio de la ilusión de masas.

La madre de Avery seguramente piensa que está ayudando a su hijo, así como mi abuela pensó que estaba ayudándome.

Hoy en día, mi cuerpo lleva las cicatrices de todas las cirugías innecesarias que sufrió porque cuando niño me fue permitido, fui alentado, y se me proporcionó la oportunidad de actuar tal fantasía.

  

HAY UN CAMINO DE REGRESO

Avery y yo tenemos algo en común: la fuerte creencia que comienza en la niñez de ser una niña.

Lo que me hace diferente de Avery es setenta años de experiencia en la vida tratando con la fantasía transgénero.

La experiencia es un gran maestro. Aprendí que la cirugía de cambio de sexo y la vida de la mujer transgénero no dan la serenidad que me prometieron.
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En cambio, complicó las cosas. Todos los días tenía que enfrentar la realidad de que no era una mujer de verdad.

Me volví hacia Cristo y lejos del transgénero. Quería ser obediente al Señor.

La obediencia es renunciar a lo que quiero, para vivir la vida que Cristo quiere.

Tuve que dejar de vivir desafiando a Dios y dejar de exigir que la iglesia, Dios y todos los demás hicieran acomodaciones para mis delirios.

Exigir que la gente use mi pronombre femenino preferido era infantil.

Debo haber tenido razón acerca de la obediencia, porque una vez que dejé lo que quería, Él me atrajo a un nuevo nivel de cordura.

A través de la oración y la consejería, fui desarmado de mi vida femenina como transgénero y restaurado a la vida como varón.

Un pasaje que guió mis pasos y me dio esperanza viene del libro de Mateo, donde Jesús dice:

Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran” (Mateo 7: 13-14).

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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