Skip to main content

¿Judas estaba predestinado para traicionar a Jesús?

¿Estaré yo creado para el cielo o para el infierno de antemano?

Este tipo de preguntas no dejan indiferente a nadie.

En Romanos 8,30 dice “Y a los que predestinó, a esos también llamó, y a los que llamó a esos les justificó; y a los que justificó a esos también los glorificó”.

¿Cómo debemos comprender esto a la luz de la doctrina católica?
.
¿Somos esclavos del destino por la predestinación divina?

Bendición de Dios Padre por Luca Cambiaso

LA PREDESTINACIÓN

La palabra predestinación viene del griego “prooriso” y significa “pre-establecido”, y así aparece seis veces en el Nuevo Testamento:

Hechos 4,28 ; Romanos 8,29-30 ; 1 Corintios 2,7 ; Efesios 1,5  y 1,11.

En su más amplio sentido se entiende como un decreto divino por el que Dios, debido a su infalible presciencia del futuro, ha elegido y ordenado desde la eternidad todos los eventos que ocurrirán en el tiempo.

Incluye todos los hechos históricos, como por ejemplo, la aparición de Napoleón o la fundación de las Naciones Unidas.

Y particularmente momentos decisivos en la historia de la salvación sobrenatural, como la misión de Moisés y de los Profetas o la elección de María para ser madre de Dios.

Tomada en este sentido general, predestinación coincide claramente con Divina Providencia y con el gobierno del mundo.

Siendo cristianos no podemos rehuir de esta realidad, así es, los católicos creemos en la predestinación, pero ¿Cómo funciona?

UN POCO DE CIENCIA

Antes de adentrarnos al entendimiento desde la Fe, alguien podría preguntarse:

Si la ciencia se basa en fórmulas para predecir resultados exactos, ¿Acaso esto no tira por la borda la idea del libre albedrío?

Últimamente ciertos canales de ciencia como NatGeo han sacado el tema a discusión y con ciertos experimentos se ha propuesto que el hombre sería un esclavo de las leyes físicas.

El cerebro reacciona a las opciones, eligiendo, antes que seamos conscientes de haber decidido algo con nuestra voluntad.

Después de todo, es cierto, el mundo tiene normas concretas, patrones claros y predecibles:

El sol sale y se oculta siguiendo ciclos regulares, el agua hierve a determinada temperatura.

Hay reglas básicas que el universo sigue al pie de la letra, todo tiene una trayectoria concreta que se puede descifrar tanto proyectándola al pasado como al futuro.

Desde la perspectiva de las leyes clásicas de la física todas las historias del universo ya están contadas.

Una cadena de eventos de causa y efecto físicos que se remonta hasta el principio del universo.

El mismo sería una maquina enorme y sutil en la que todo funciona como se espera y el azar no existiría.

Incluida nuestra libertad que sería una ilusión, después de todo estamos formados de infinidad de partículas.

Nuestras decisiones serían el resultado de reacciones en nuestro cerebro que estarían destinadas a “fluir” de esa manera desde la gran expansión que originó el universo.

Y si bien las trayectorias de nuestras reacciones mentales son increíblemente sensibles, complejas y prácticamente imposibles de descifrar para el humano, aún continuarían existiendo.

(Ver con precaución, contiene una expresión con lenguaje altisonante.)

Muy bien, pero antes de que salgan corriendo de sus habitaciones para demostrar que no estaban predestinados a leer esto, quédense.

Hay un salvavidas de la libertad humana en la ciencia: la física cuántica.

Hace 100 años aproximadamente descubrimos que las leyes clásicas de la física eran sólo una excepción dentro de una realidad muchísimo más compleja.

Ante este conocimiento más profundo de la realidad surgen las llamadas: leyes cuánticas.

En resumen tratan del comportamiento de nuestro universo a un tamaño minúsculo, a escala subatómica.

Los movimientos de los átomos no son completamente predecibles, son diferentes – por ejemplo – al trayecto de nuestro planeta al orbitar el sol, no se mueven con patrones fijos.

Ciertamente hay probabilidades más favorables entre las infinitas trayectorias que podría tomar un átomo, pero no hay nada fijado en piedra.

Incluso ha llegado a medirse la presencia de un mismo átomo en dos lugares al mismo tiempo, algo inimaginable para la ciencia hace 200 años.

Esta complejidad sorprendente y espontánea sin duda nos tranquiliza.

Desde un enfoque científico, si el mundo diminuto de los átomos afecta el mundo de nuestro tamaño, el libre albedrío es completamente posible.

   

SAN AGUSTÍN Y LA PREDESTINACIÓN

Pero algo anda mal, la Sagrada Escritura habla de predestinación y la ciencia contempla la posibilidad de la libertad en nuestros actos.

¿Nos quedamos sólo con la ciencia?

Tranquilos, así como las leyes físicas son muy complejas, la Revelación de Dios no es simplona.

También los santos sabios conociendo las Escrituras meditaron sobre esto:

«Entendamos, pues, el llamado por el cual los elegidos son escogidos.

No son escogidos porque creyeron, sino que fueron elegidos para que creyeran.

Porque incluso el mismo Señor lo hizo suficientemente claro cuando dijo:

No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, (cf. Juan 15,16a)».

San Agustín – De la Predestinación de los Santos, párrafo 17

Como vemos, más puntos para la predestinación.

Y esto dio pie a malos entendidos durante la revuelta protestante del siglo XV.

Y aquí llegamos a la doble predestinación.

¿Es que «el alfarero» no tiene poder sobre el barro para hacer de una misma masa una vasija, bien sea para usos nobles, bien para usos viles? – Rm. 9,20

   LA DOBLE PREDESTINACIÓN (PROTESTANTE)

Se llama doble predestinación a la creencia que Dios predestinaría tanto la salvación para algunos como la condenación para otros
.
Y nadie podría cambiar su destino final porque ya estaría decidido.

Esta herejía encuentra su expresión más radical en lo que se conoce como “supralapsarianismo”.

Según este error, Dios antes (supra) de la caída (lapsa) del hombre decidió voluntariamente enviar a algunos al infierno sin considerar nuestra posibles buenas obras o respuesta a su Gracia.

El líder protestante Juan Calvino defendió esto escudándose en un mal entendimiento de las Escrituras y el pensamiento de san Agustín.

En esta visión, el Señor ni siquiera tomaría en cuenta la caída de Adán y Eva para su plan de salvación, ellos simplemente fueron los primeros en caer porque Él lo decidió.

Este razonamiento ha tenido consecuencias entre los grupos protestantes modernos que proclaman esta creencia: “una vez salvo, siempre salvo”.

Se escucha como algo esperanzador, pero guarda una terrible consecuencia, el humano ya no sería libre sino un robot con una tarea que jamás decidió.

Si un hombre cristiano durante toda su estadía en la Tierra lucha por hacer el bien, pero el último año de su vida cae en un vicio y muere en pecado mortal, ese sería su destino desde siempre.

Esta teología pone a Dios como un ser calculador y sin consideraciones, quedando así su obra redentora limitada.

Se entendería que Jesús murió sólo para los que ya estaban destinados a salvarse, sin importarle los demás, mismos que desde un principio quiso condenar.

   

LAS CONSECUENCIAS PRÁCTICAS DE LA DOBLE PREDESTINACIÓN

Una de las consecuencias prácticas de la doble predestinación calvinista es lo que sucedió en la conquista de América.

En los Estados Unidos están registrados como miembros de tribus indígenas no más de dos millones de personas.

Mientras que de México para abajo hay millones de descendientes de indígenas.

¿Que permite concluir esto? Que los indígenas fueron exterminados en el norte.

La conclusión es que mientras en el norte de América hubo una política de exterminio de los indígenas en el sur predominó una política de integración.

¿Y por qué?

La diferencia está en la teología de los protestantes y de los católicos.

Quienes conquistaron América del Norte fueron básicamente los protestantes ingleses y holandeses.

Mientras que la conquista en América del Sur y en México fue realizada por potencias católicas.

La teología de los protestantes en ese momento estaba muy influida por la doble predestinación calvinista.

Sostenían que los indígenas eran subdesarrollados porque estaban predestinados a la condenación.

Mientras que los europeos blancos estaban predestinados a la salvación, habían sido elegidos por Dios para ir al cielo.

Por lo tanto los indígenas no tenían un alma destinada a ser preservada.

Y entonces se justificaba el genocidio y el exterminio.

Esta política también la llevaron adelante los holandeses calvinistas en Sudáfrica con el apartheid, que quizá sea el ejemplo más claro e inobjetable.

Entonces, la teología de la predestinación llevó a que los ingleses tuvieran una política de exterminio de los pueblos indígenas en América del Norte y por eso hoy subsisten pocas poblaciones indígenas.

Y al contrario sucedió en México para abajo.

Un documento que explica porque no hubo un sustento teológico para el masivo exterminio de los indígenas sudamericanos se obtiene al leer la bula Sublimis Deus del Papa Pablo III en 1537, donde dice

“Los dichos indios y todas las demás personas que más tarde pueden ser descubiertas por los cristianos, no pueden ser de ningún modo privados de su libertad o de la posesión de su propiedad, aunque permanezcan fuera de la fe de Jesucristo”.

Los indígenas eran respetados como seres humanos con igual derecho que los blancos cristianos.

Dios Padre y ángel por Giovan Francesco Barbieri

   

LA DOCTRINA CATÓLICA AL RESCATE

La doble predestinación contempla que la voluntad de Dios, desde la eternidad, determinó la condenación de algunos, pero esto es contrario a la biblia leída en su conjunto.

Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. (cf. 1 Timoteo 2,3-4)

Entonces ¿Cómo se concilia un Dios que todo lo conoce y que predestina con el libre albedrío?

Es necesario que entendamos que el misterio de la divina predestinación, que es, como nos dice el Concilio de Trento, “un arcano misterio, indescifrable mientras vivamos en este mundo”. (cf. Denzinger 805)

Solamente a la luz de Dios, en medio de la Visión Beatífica, podremos ver claramente cómo Dios ha dispuesto y ordenado todo maravillosamente, con su Sabiduría y su Amor Infinitos.

La Iglesia con humildad y siendo fiel a toda la Revelación propone algunas alternativas.

Veamos algunas posiciones católicas.

   

PREDESTINACIÓN SIMPLE

Es la creencia en que Dios, antes de la creación, supo que Adán con su libertad lo traicionaría, y vio que todos los humanos nos condenaríamos por ello, pero no decidió volvernos robots a su servicio para evitarlo.

Respetó el libre albedrío de su creación porque nos amaba, y el amor debe ser libre.

Entonces en un acto paternal de rescate, Dios, sin que nadie lo mereciera, predestinó a algunos del cúmulo de condenados para la salvación.

Esta posición también se le conoce con el nombre de “infralapsarianismo”.

Dios a la luz del acto libre de Adán y teniendo en cuenta -desde la eternidad- su plan de acción para después (infra) de esta caída (lapsa) proveería la salvación de algunos, deseando la salvación para todos.

Dios no desearía ni decretaría la condenación del resto por adelantado.

Esta es la posición de santo Tomás de Aquino, que desarrolló sabiamente del pensamiento de san Agustín tres siglos antes que Calvino naciera:

En cuanto causa, la condenación no es lo mismo que la predestinación.

Pues la predestinación es causa de lo esperado en la vida futura por los predestinados, esto es, la gloria; y es causa, también, de lo que se recibe en la vida presente, esto es, la gracia.

En cambio, la condenación no es causa de lo que se da en la vida presente, esto es, la culpa, en la que Dios no tiene parte.

Y, sin embargo, es causa de lo que se le retribuirá en el futuro, esto es, la pena eterna.

Pero la culpa proviene del libre albedrío por el que se condena y se separa de la gracia.

(Suma Teológica I, pregunta 23, artículo 3, objeción 2)

Esto tiene sentido con las seis citas bíblicas que tienen la palabra predestinación, porque la mencionan siempre relacionada al plan de salvación y los salvados, no de los condenados.

La predestinación de Dios es positiva, para la salvación, no para la condenación.

La culpa del pecado es del humano, la sentencia de condenación es de Dios.

La predestinación simple es aceptada como propuesta en el catolicismo siempre y cuando se tenga claro la colaboración del hombre con la Gracia inmerecida de Dios, que es la fuente de toda buena obra (cf. Jn. 15, 5).

   

PREDESTINACIÓN CONDICIONADA

También llamada “Molinismo” por ser una propuesta teológica del sacerdote jesuita Luis de Molina (1534-1600 d.C.).

Se propone desde este punto de vista que Dios por ver nuestro futuro nos habría predestinado teniendo en cuenta a como responderíamos a Él.

Nuestra predestinación estaría condicionada por las acciones que Dios previó que tomaríamos con nuestra libertad, y el mérito o castigo de las mismas al aceptar o rechazar su Gracia respectivamente.

Pero este argumento tiene cierta carencia, si se desvirtúa se puede llegar a interpretaciones equivocadas, se puede creer que:

“Yo tengo más Gracia porque Dios vio en el futuro que yo sería mejor persona que otros pecadores.

En corto, (acá la posible herejía) yo tengo más gracia porque me la gané en el futuro con mi esfuerzo”.

Esto sería pelagianismo encubierto, yo “ganaría” mi salvación primero por mis obras hechas con libertad y no como respuesta a la previa Gracia que Dios me da por amor.

El molinismo es aceptado como propuesta en el catolicismo siempre y cuando se tenga claro que la Gracia va primero que las obras.

Las mismas son fruto de la cooperación humana con la intervención divina que va antes, Dios nos ha amado antes (1 Juan 4,19) y su salvación es un Don.

Santos de la talla del santo y doctor de la Iglesia, Roberto Belarmino, aprobó esta posibilidad.

De esta forma el molinismo es la tendencia dominante en la teología católica de salvación en nuestros días.

   

EL MAGISTERIO SOBRE LA PREDESTINACIÓN

Como católicos tenemos dos opciones:
.
La salvación predestinada sin condiciones previas de santo Tomás de Aquino.
.
La salvación predestinada con condiciones previas de Luis de Molina.
.
Ambas son permitidas como posibilidades, y esto ha enriquecido el debate al interior de la Iglesia.

Los dominicos señalan el peligro de caer en pelagianismo si se sobredimensiona el molinismo, y a su vez los jesuitas suelen prevenir de caer en calvinismo a los dominicos infralapsarianos.

En cuanto a Doctrina tenemos lo que han dicho los concilios:

Concilio III de Valence (año 855), “Y no creemos que los malos se perdieron, porque no pudieron ser buenos, sino porque no quisieron ser buenos” (Denz. 321).

Concilio de Quierzy (año 853), “Dios Omnipotente quiere que todos los hombres sin excepción se salven (1 Tim. 2, 4), aunque no todos se salvan.

Ahora bien, que algunos se salven es don del que salva; pero que algunos se pierdan es merecimiento de los que se pierden” (Denz. 318).

El concilio de Trento (del año 1545 al 1563) condenó claramente a aquéllos que sostienen que la gracia de la justificación no se da sino a los predestinados a la vida eterna.

Y que los demás, aunque son llamados, no reciben la gracia por estar predestinados al mal por el poder divino. (cf. Denz. 827)

Esto está expresado muy bien en nuestro Catecismo:

600. Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad.

Por tanto establece su designio eterno de «predestinación» incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia.

«Sí, verdaderamente, se han reunido en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, que tú has ungido, Herodes y Poncio Pilato con las naciones gentiles y los pueblos de Israel (concordancia: Sal 2, 1-2),

De tal suerte que ellos han cumplido todo lo que, en tu poder y tu sabiduría, habías predestinado» (Hch 4, 27-28).

Dios ha permitido los actos nacidos de la ceguera del hombre (cf. Mt 26, 54; Jn 18, 36; 19, 11) para realizar Su designio de salvación (cf. Hch 3, 17-18).

Vemos como Dios respeta la libertad del hombre, que tiende a pecar, y saca provecho de ella para llevar a cabo su plan de salvación.

Mano en Mano por Greg Olsen

   

CONFIAR EN DIOS

Ciertamente es difícil comprender esto.

Un grave error sería caer en la desconfianza hacia la bondad y amor de Dios.

Nuestras mentes pequeñas quieren entender a la perfección los misterios divinos, y esto así es imposible.

Este tipo de dudas casi insolubles las pone en nuestra mente el Enemigo de Dios, para tratar de que muchos se desvíen hacia esta aparente calle sin salida.

Es cierto: Dios conoce el mal que haremos los seres humanos. Pero… ¿podemos decir que hacemos algo malo porque Dios conoce que lo vamos hacer? No.

¿Cuál es esa confusión? El creer que “predestinación (en el sentido doble)” y “conocimiento previo” son la misma cosa. Y no lo son.

Un ejemplo publicado por “Círculos Teológicos” en BuenaNueva.net arroja luz sobre esto:

La Bolsa de Valores.

Si un estudioso del mercado financiero llegar a predecir que las acciones de una determinada empresa van a tener un alza de x% en un lapso de tiempo determinado, digamos unos 6 meses:

¿Podríamos decir que quien causó el alza en el mercado de valores fue la persona que predijo dicha alza? No.

Simplemente esa persona tiene un conocimiento superior y anticipado del comportamiento de esa determinada acción y del mercado de valores, y ese conocimiento le permitió predecir lo que iba a suceder.

El Evangelio es claro en el deseo de Dios por salvarnos con su predestinación:

Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo: (Mt. 25,34)

Y de no acortar el Señor esos días, no se salvaría nadie; sin embargo, ha acortado los días en atención a los elegidos, que él se eligió. (Mc. 13, 20)

No temáis, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino. (Lc. 12, 32).

No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. (Jn. 15, 16).

Dios ya hizo, hace y hará todo lo que pueda, sin violar nuestra libertad, para salvarnos porque nos ama.

Él da su Gracia a todos para que se salven, a todos, aun sabiendo que algunos no responderán a este Don.

Lo más importante es vivir las palabras de san Pedro:

Por tanto, hermanos, poned el mayor esmero en fortalecer vuestra vocación y elección. Porque si os comportáis de este modo, no tropezaréis jamás. (2 Pedro 1,10)

La vocación es a la predestinación lo que la elección es al libre albedrío.

Otro ejemplo muy práctico desde otro enfoque, esta vez por parte de un gran pensador católico:

“Según la mayoría de filósofos, Dios al hacer el mundo lo esclavizó. Según el cristianismo, en hacerlo lo liberó.

Dios no escribió tanto un poema sino, mejor entendido, una obra de teatro; una presentación que se ha planeado a la perfección.

Pero que necesariamente ha sido dejada a los actores humanos y directores de escena, quienes desde entonces han hecho un gran desastre con ella”.

Gilbert Keith Chesterton, Ortodoxia, capítulo V.

Finalmente, entendiendo más este misterio inagotable, valoremos la petición litúrgica que dice nuestro sacerdote durante la plegaria eucarística:

Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.
Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Fuentes:


Informe Redactado por Marvin Marroquín, Estudios en arquitectura, filosofía, teología y apologética

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis: