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Una bendición es un gesto que se realiza para que Dios manifieste su gracia y protección hacia una cosa.

Esa cosa puede ser una persona, una relación, una casa, una empresa, un objeto.

Las bendiciones dadas por sacerdotes tienen el poder del favor de Dios sobre la Iglesia.

Pero los laicos han recibido el poder de bendecir por el bautismo.

El poder de las bendiciones debería ser más usado, sobre personas, relaciones y alimentos por ejemplo.

Seguramente todos hemos oído decir “he sido bendecido por Dios”.

Esto significa que la persona relaciona algún éxito en su vida con un favor otorgado por Dios.

Puede ser salud, riqueza o incluso favores emocionales y espirituales.

Todos queremos estar bajo la bendición de Dios para que nos de cosas buenas.

La humanidad antes no merecía bendiciones porque estaba maldecida por el pecado original.

Pero esto cambió cuando Jesús revirtió las maldiciones del pecado original muriendo en la cruz y redimiéndonos.

Por eso hoy puedo irme pedirle a Dios bendiciones con mayor libertad

Pero aun así no merecemos las bendiciones de Dios, a pesar de las buenas obras que hagamos, eso lo debemos pedir a Dios y Él nos las dará según su criterio.

Cuando invocamos la bendición de Dios imploramos su benevolencia divina, confiando que Él responderá a nuestras necesidades.

Una forma de pedir sus bendiciones es orando.

Ya sea cuando recitamos por ejemplo el rosario o cuando leemos la palabra en la Biblia o cuándo cumplimos sus mandamientos.

También somos bendecidos por Dios mediante los sacramentos, como por ejemplo la eucaristía.

Donde efectivamente se transfiere el poder bendicional de Dios a nuestra vida.

Pero también están las bendiciones que entran dentro de la categoría de los sacramentales.

Podemos definir un sacramental como una oración acción u objeto que prepara a una persona para recibir la gracia y cooperar mejor con ella a través de las oraciones de la Iglesia.

Un ejemplo típico es cuando nos hacemos la señal de la cruz usando agua bendita de la pila a la entrada de la iglesia.

Esta acción nos despierta la presencia de Dios y nos dispone a recibir las gracias de Dios.

No nos está confiriendo una gracia del Espíritu Santo, sino ayudándonos a pedirle con más eficiencia a Dios por sus bendiciones.

Y en el caso de sacramentales bendecidos por sacerdotes, como el agua bendita por ejemplo, esa bendición tiene detrás los méritos de la Iglesia.

La Iglesia ha promovido diversos sacramentales para trasladar su poder de intercesión a los fieles.

Pero a su vez los fieles también pueden bendecir, y su intercesión dependerá de la gracia con Dios y de cómo viva su fe quien bendice.

Cuando un padre bendice a su hijo cuando sale para el colegio o bendice la comida que va a comer, está pidiendo la bendición de Dios sobre ellos.

Por eso son tan importantes las bendiciones.

Ver también:

Oraciones de Bendición antes de Comer y para Bendecir la Comida

Oraciones para cada día de la semana en la mesa

Oraciones de Acción de Gracias por la comida

La oración de los Redentoristas para bendecir la mesa 

Oraciones en la mesa para cada tiempo litúrgico

Oraciones para después de comer 

Bendición de Agua, Aceite y Sal para Liberación y Exorcismo

   

DEFINICIÓN DE BENDICIONES

La bendición tiene varios significados tal cómo se encuentra en las escrituras y cómo lo define la Iglesia.

1 – Alabanza, cuando por ejemplo el salmista dice “Bendeciré al Señor en todo tiempo”, salmo 33.

2 – Expresión de deseo, de que las cosas vayan bien, como en el salmo 127 dice “bienaventurado eres y te irá bien”.

3 – Santificación de una persona o cosa, como cuando Cristo tomó pan, lo bendijo y lo partió, según Mateo 26.

4 – Un regalo, cuando Naamán le dice a Eliseo “te ruego que bendigas a tus siervos” en Reyes 6.

5 – Un Rito, que son las ceremonias y oraciones realizadas en el nombre de la Iglesia por un ministro debidamente calificado.

La Iglesia proporciona más de 200 bendiciones rituales en sus manuales.

   

EN QUE CONSISTEN LAS BENDICIONES

Un ejemplo típico de una bendición es cuando una persona entra a un templo, moja los dedos en agua bendita y se hace la señal de la cruz.

En el caso que mencionamos, la acción de la cruz y el agua bendita nos recuerda nuestro bautismo, nos despiertan a la presencia de Dios y no disponen a recibir su gracia,

Esto demuestra que es un sacramental que usa la intercesión de la Iglesia y prepara mejor a las personas para recibir la gracia.

A diferencia de un sacramento, no confiere la gracia del Espíritu Santo, pero ayuda a los fieles a vivir su fe y confiar en el poder de la Iglesia y de Dios.

En el Libro de las Bendiciones editado por la Congregación para el Culto Divino se puede leer lo siguiente,

«La celebración de las bendiciones ocupa un lugar privilegiado entre todos los sacramentales creados por la Iglesia para el beneficio pastoral de la gente de Dios.

Como acción litúrgica, la celebración lleva a los fieles a alabar a Dios y los prepara para el efecto principal de los sacramentos.

Al celebrar una bendición, los fieles también pueden santificar diversas situaciones y eventos en sus vidas«.

Las bendiciones hacen que Dios se manifieste en la vida personas y hogares e instituciones, pidiéndole una protección especial y una gracia particular.

Es la contracara de una maldición.

En el Génesis vemos que cuando Dios fue creando al mundo en cada día, vio que era bueno y lo bendijo.

Pero también vemos que Dios proclamó maldiciones, como por ejemplo al animal que tentó a Eva a comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.

La Iglesia, desde que Cristo le confío su ministerio de salvación, ha instituido varias bendiciones para personas y objetos, para pedir la asistencia y la misericordia de Dios.

De modo que no puede verse como una superstición porque depende de la mediación de la Iglesia.

Y son sacramentales que tienen el efecto de excitar las emociones del corazón y por lo tanto remitir el pecado venial y el castigo temporal debido a este.

También tienen el efecto de liberar o protegerse de los espíritus malignos.

El caso más claro es hacerse la señal de la Cruz.

También tienen el efecto de alimento para preservar y restaurar la salud física y mental de las personas.

Y varios otros beneficios en que se pide la asistencia de Dios.

   

LAS BENDICIONES Y LAS ESCRITURAS

Cuándo Dios creó las criaturas vivientes las bendijo y les pidió que se multiplicaran y reinaran en la Tierra.

Y cuando Noé salió del Arca recibió la bendición de Dios.

A partir de ahí las páginas del Antiguo y Nuevo Testamento muestran abundantes bendiciones.

Que en algunos casos eran realizadas por los patriarcas de las familias y en otro por los sacerdotes administrándolas a la gente.

El objetivo central era asegurarse la protección de Dios.

Por ejemplo cuando el patriarca Jacob bendice a sus hijos no les otorga su propia bendición sino que invoca el favor del cielo para ellos.

Y una bendición especialmente notoria, que luego hizo famosa San Francisco de Asís y que se usa como una de las bendiciones de los sacerdotes en misa, es la que está en números 6.

“El Señor te bendiga y te guarde, el Señor dejé que su rostro resplandezca sobre ti y te muestre su misericordia. El Señor te miré con bondad y te de La Paz”.

La bendición es una expresión de confianza en la bondad de Dios y el pedido de que Dios proteja a la persona a la que va dirigida la oración.

En el Nuevo Testamento vemos varias bendiciones de Jesús: bendijo a los niños pequeños en Marcos 10, a los apóstoles en la Ascensión en Lucas 24, bendijo los panes utilizados para alimentar a los 5000 en Marcos 6, y el pan de la última cena en Mateo 26, entre otras.

San Pablo también utiliza bendiciones en un sentido de alabanza cuando dice,

“Alabado sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo que nos otorgado en Cristo toda bendición espiritual”.

Una alabanza que también encontramos en el libro de Daniel 3, dónde dice un himno de alabanza a la creación de Dios.

De modo que una forma de bendecir a Dios es alabarlo y agradecerle por todos sus beneficios.

   

QUE ES LO QUE PUEDE SER BENDECIDO

Lo que puede ser bendecido es aquello que tenga un fin neutro o decididamente Santo.

Porque se pide para el objeto o la persona la protección y la gracia de Dios.

Y Dios no va a bendecir por ejemplo un cargamento de drogas, porque es negativa para la vida humana.

Sin embargo hay bendiciones sobre algunos objetos que pueden ser discutibles.

Por ejemplo las bendiciones sobre armas de fuego o tanques de guerra, que desde un punto de vista es la bendición de una máquina de matar, también puede verse como un instrumento de defensa ante agresiones.

Esto va en el sentido de que también la Iglesia diferencia entre guerras buenas y guerras malas.

La Iglesia habitualmente bendice objetos que tiene un propósito espiritual, como el agua bendita, los aceites consagrados, los rosarios.

Pero también bendice cosas que no tienen un destino religioso, como por ejemplo una casa, un automóvil, una empresa.

Su objetivo es añadirle la virtud de que se alejen de influencias o interferencias malignas. Y a su vez pedir el bienestar temporal.

Pero también la Iglesia bendice objetos para volverlos inofensivos.

Por ejemplo, si una persona compra una imagen religiosa en una santería que vende también objetos para hacer Macumba y Vudú, la imagen debería ser llevada ante un sacerdote para que la bendiga.

Y en este sentido vemos que la bendición hace dos cosas.

La primera es quitarle la influencia maligna.

Y por eso una bendición siempre comienza con el símbolo de la cruz, que es un signo claramente exorcista.

Que además le recuerda al maligno su derrota y su impotencia ante la crucifixión de Nuestro Señor.

Y luego de quitada la influencia maligna, el sacerdote le incorpora virtudes que apuntan a recibir la gracia de Dios.

   

LOS TIPOS DE BENDICIONES

Se considera que hay tres tipos de bendiciones.

Unas son las bendiciones invocativas, donde se implora que Dios otorgue algún bien espiritual o temporal, sin ningún cambio de condición en la cosa.

Esto por ejemplo es cuando se bendice la comida o lugares en los que uno vive o trabaja o a nuestra familia.

Otras bendiciones son las constitutivas, en las que el obispo o sacerdote dedica el objeto o la persona permanentemente para un propósito sagrado.

De ésta forma el objeto o la persona adquiere un carácter sagrado y su uso estará dedicado a eso y no al uso profano con permanencia.

Este es el caso por ejemplo cuando se imparte la bendición a los religiosos o consagrados por parte del Obispo.

O cuando se bendicen instrumentos o lugares utilizados para la liturgia católica.

Y un tercer tipo de bendiciones es el intermedio, en que objetos se vuelven instrumentos especiales de salvación sin volverse irrevocablemente sagrados, como por ejemplo la sal bendita, las velas bendecidas, etc.

   

QUIÉN PUEDE HACER BENDICIONES

El numeral 1669 del catecismo de la Iglesia católica dice que tanto laicos como sacerdotes pueden bendecir, aunque con diferencias.

«Los sacramentales proceden del sacerdocio bautismal: todo bautizado es llamado a ser una «bendición».

Por eso los laicos pueden presidir ciertas bendiciones.

La presidencia de una bendición se reserva al ministerio ordenado (obispos, presbíteros o diáconos), en la medida en que dicha bendición afecte más a la vida eclesial y sacramental.»

La diferencia es que la bendición del sacerdote se imparte con el peso de la Iglesia detrás y por lo tanto tiene más valor a los ojos de Dios.

En cambio en la bendición de un laico, por ejemplo de un padre bendiciendo a su hijo, que se hace implorando la ayuda de Dios, el valor a los ojos de Dios dependerá de la sinceridad y santidad de la persona que emite la bendición.

Las bendiciones hechas por los sacerdotes están establecidas litúrgica y eclesiásticamente.

Y a su vez el sacerdote tiene un poder especial para bendecir personas y cosas, que es inseparable de su cargo desde su ordenación.

Esto se produce cuando el Obispo unge al nuevo sacerdote con aceite que el mismo consagró y ora para que Dios consagre y santifique sus manos con las que bendecirá a personas y cosas, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.

La bendición de un sacerdote otorga en el alma ciertas ayudas especiales de gracia, aunque pasajeras.

Y en ese sentido su eficacia es similar a la de los sacramentos, aunque no incorporan el Espíritu Santo permanentemente.

No otorga la bendición sacerdotal la gracia santificante sino lo que se llama gracia real, que es la energía divina para el alma para salir triunfante de la lucha diaria contra el diablo y el pecado.

Cuando la Iglesia bendice algo le añade un carácter sobrenatural, que es la gracia celestial.

Es el caso típico del agua bendita, que recibe una virtud añadida, que se convierte en un medio de gracia cuando es usada por las personas con fe.

Pero no le quita el carácter natural y ordinario al agua.

Es como una carga de energía sobrenatural a elementos que el hombre usa habitualmente, ya sea con usos profanos o usos sagrados como por ejemplo un rosario.

Hay objetos que solo los puede bendecir un Obispo o el Papa.

Por ejemplo el Papa tiene derecho de bendecir el palio para los Arzobispos.

Y los obispos tienen el privilegio de bendecir a los sacerdotes y a los consagrados, bendecir Iglesias, cementerios, oratorios, artículos relacionados con la liturgia.

También hay una regla general por la cual una persona de jerarquía inferior no puede bendecir a una de jerarquía superior en la Iglesia.

Por ejemplo en una misa, la bendición final la debe dar el sacerdote de mayor jerarquía o uno de menor jerarquía con el permiso de éste.

   

LAS BENDICIONES DE LOS LAICOS

Ya vimos que los laicos pueden bendecir personas y objetos según el catecismo de la Iglesia Católica.

Y que la bendición en su propio nombre será proporcional a la aceptación de Dios de sus méritos individuales y santidad.

Esto deriva del sacerdocio bautismal, en que toda persona está llamada a ser una bendición y a bendecir.

Pero las bendiciones con el peso de la Iglesia están reservadas a los ministros ordenados.

En el libro de las bendiciones publicado por la congregación para el culto divino dice explícitamente en el numeral 18, que los laicos pueden celebrar ciertas bendiciones que se indican en el manual.

Por ejemplo pueden administrar bendiciones de una familia cuya fórmula está en el numeral 44, bendición de niños en el numeral 136, bendicion de hijos e hijas en el numeral 176, bendición de parejas comprometidas numeral 197, bendición de los padres antes del parto numeral 217, etc.

El libro de las bendiciones puede leerse en este link en español.

Esta por ejemplo es una bendición de un objeto que puede ser usada por un laico o sacerdote,

Esta fórmula de bendición puede ser usada por cualquier Sacerdote [o persona]

Para todas aquellas cosas que no tienen una bendición especial en el Ritual Romano.

Tome el objeto en su mano o coloque su mano sobre él o sobre él.

Nuestra ayuda es en el nombre del Señor.

¿Quién hizo el cielo y la tierra?

El Señor esté contigo

Y con tu espíritu.

Oremos.

Oh Dios, por cuya palabra todas las cosas son santificadas, derrama Tu bendición sobre este (nombre el objeto) y concede que cualquiera que lo use con acción de gracias, de acuerdo con tu ley y la voluntad, pueda recibir de Ti, a través de la invocación de Tu Santo Nombre, salud del cuerpo y paz del alma.

Por Cristo Nuestro Señor.

Amen.

Esta otra es una bendición sobre una persona,

Coloque su mano sobre la persona o extienda su mano sobre ellos y diga:

¡Que el Señor te bendiga y te guarde!

¡Que el Señor ilumine su rostro sobre ti y te sea propicio!

¡Que el Señor te muestre tu rostro y te conceda la paz!»

O se puede hacer signo de la cruz diciendo,

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Estas son otras fórmulas de bendiciones sobre personas que pueden realizar laicos,

Coloque su mano sobre la persona o extienda su mano sobre ellos y diga:

Señor Dios, por la abundancia de tu misericordia enriquece a tu sirviente y protégelo.

Fortalecido por tu bendición, que siempre te esté agradecida y te bendiga con alegría sin fin.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

o

Señor, deja caer el efecto de tu bendición, quedate con tus fieles para darles nueva vida y fortaleza de espíritu para que el poder de tu amor les permita lograr lo que es correcto y bueno.

Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor.

o

Señor, que la bendición que anhelan sea la fortaleza de Tu pueblo fiel, para que nunca entren en conflicto con Tu voluntad.

Que Tu bendición siempre los lleve a dar gracias por sus favores.

Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.

o

Que Dios te bendiga en todas las cosas a través de Cristo, para que todo lo que suceda en tu vida trabaje en conjunto para Tu bien. Amén.

o

Bendice a tu pueblo, Señor, que espera el don de tu compasión.

Concédeles que lo que desean por Tu inspiración puedan recibirlo a través de tu bondad.

Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.

o

Señor, nosotros, tu pueblo, oramos por el regalo de Tu santa bendición para evitar cualquier daño y para llevar a cabo todos los deseos correctos.

Que Dios Todopoderoso te bendiga, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Aquí hay un compendio de 198 fórmulas de bendiciones para laicos para diversos usos (en inglés).

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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