Dios hizo su revelación, a través de la Biblia, de lo que tenemos que hacer para salvarnos.

Y esto ha ido formando el Magisterio de la Iglesia a través de los Papas, los Padres y Doctores de la Iglesia.

Todo lo que lo contradiga parcial o francamente debe tomarse con mucho cuidado y con un talante de descreimiento en principio.

Sin embargo el virus del Gnosticismo ha entrado una y otra vez en la Iglesia creando herejías que desvían a muchos católicos de la verdad.

Es común oír hablar a laicos y sacerdotes que ante un problema sugieren discernirlo ante el Espíritu Santo.

Pero lamentablemente no sugieren también que ese discernimiento debe de estar firmemente atado a la revelación bíblica y el magisterio de la iglesia.

Esta desviación es producto de un pensamiento gnóstico que hoy predomina en la espiritualidad del mundo.

Y está penetrando nuevamente en la Iglesia Católica como lo ha hecho en reiteradas oportunidades.

En este artículo tratamos sobre esta herejía.

   

QUÉ ES EL GNOSTICISMO

El gnosticismo tuvo su origen en el zoroastrismo persa.

Y maneja la idea de la oposición entre espíritu y materia.

Fue Platón quien le dio la base retórica, enseñando que el conocimiento verdadero era espiritual y que para alcanzarlo se necesita purificarse de la materia.

La mayoría de los sistemas religiosos, incluído el judaísmo y el cristianismo, sostienen que el alma se desarrolla obedeciendo al poder supremo, o sea por la fe.

Pero los gnósticos plantearon la existencia de un conocimiento de los misterios del universo que llevan al desarrollo del alma.

Los gnósticos más radicales pensaron que la materia era creada por un Dios malvado contra la voluntad de un Dios bueno, el que atrapaba a las almas y las ponía dentro de cuerpos físicos.

Y la única manera de escapar era adquirir el conocimiento que enseñaba el logos, o sea el Dios bueno.

Los gnósticos eran personas que «sabían» en contraposición a quienes «tenían fe».

Y ese conocimiento cuasi intuitivo de los misterios los constituía en una casta superior, respecto a quienes no alcanzaban ese conocimiento.

En ese conocimiento se incluyen muchos criterios de la magia, que implica nombres, sonidos, imágenes y gestos extraños, sólo entendidos por los iniciados.

En definitiva los gnósticos sostenían un dualismo en que la materia era la fuente del mal y el espíritu el origen divino.

Por lo tanto el espíritu es el que franquea el acceso a lo divino.

Y para ello es necesario tener el conocimiento verdadero, o sea la gnosis, que permite el pasaje desde el mundo material al reino espiritual.

Lo que lleva a la comunión con la suprema divinidad, que en definitiva es la salvación.

Esto se complementa con la idea que existen los redentores gnósticos que poseen el conocimiento de esta iluminación salvífica.

Se llegaron a desarrollar categoría de seres humanos.

Por un lado estaban los seres carnales, prisioneros del mundo material e incapaces de recibir el conocimiento.

Luego estaban los seres espirituales que vivían de la fe simple, pero que no poseían la iluminación del conocimiento divino.

Y finalmente estaban los gnósticos, que eran personas capaces de iluminación y conocimiento divino pleno para la salvación.

Esta filosofía y religión floreció antes del cristianismo, pero luego entró como una herejía en el cristianismo, enseñando que la materia era un oponente al espíritu.

El cristianismo ha condenado desde el principio al gnosticismo, lo que puede apreciarse en el Evangelio de San Juan que fue luego tomado por San Ireneo.

Pero una y otra vez ha surgido dentro del cristianismo con diferentes ropajes.

Uno de ellos fue el maniqueísmo del siglo V.

   

LA VERSIÓN CRISTIANA DEL GNOSTICISMO

La paradoja en el cristianismo era que Jesús de Nazaret, el adorado como hijo de Dios, fue un ser espiritual que tomó la carne humana.

Y esto es lo que diferencia al cristianismo de las demás religiones y por tanto es central en su doctrina.

La solución a que llegaron los cristianos gnósticos era que la humanidad de Cristo era simplemente para ocultar su divinidad.

Por eso los textos gnósticos muestran a Jesús a menudo sin cuerpo físico real.

Rechazaron el Antiguo Testamento y predicaron que en el Nuevo Testamento hay una clave secreta para la iluminación.

Este fue el tema tratado por el Código Da Vinci que es una obra claramente gnóstica.

Lleva a la creación de una casta que se siente superior, como bien ha expresado San Ireneo, que vivió por el siglo II y dijo,

«Tan pronto como un hombre ha sido conquistado por su camino de salvación, se vuelve tan hinchado de presunción y autoimportancia que se imagina a sí mismo que ya no está en el cielo o en la Tierra, sino que ya ha pasado a la plenitud de Los poderes de Dios».

El tema crucial es que la salvación para los gnósticos no es recibir el perdón de los pecados y sino aprender el conocimiento secreto.

En el siglo XII reapareció el gnosticismo en el cristianismo bajo la forma albigense, gracias a lo cual nació la Orden de los Predicadores fundada por Santo Domingo, para luchar contra la herejía.

Los albigenses creían que el cuerpo físico es malvado y curiosamente los llevó a una inmoralidad sexual masiva y a suicidio rituales.

   

EL NEOGNOSTICISMO

Hoy estamos ante un nuevo empuje del gnosticismo, tanto fuera como dentro del cristianismo y del catolicismo.

Que plantea un modelo de salvación cerrado en su propio subjetivismo.

Y que persigue mejorarse a sí mismo, buscando la divinidad por el mero conocimiento de algo oculto.

Busca liberar a la persona del cuerpo y las necesidades materiales.

Y en el caso de las vertientes cristianas excluyen la mano providente de Dios para todos los seres humanos, y soslayan las enseñanzas que Jesús vino a traer al mundo y que están plasmadas en la Biblia.

Hoy hay varias corrientes gnósticas tanto fuera como dentro del cristianismo.

   

LA NEW AGE

Es la más típica fuera del cristianismo.

Una mezcla de religiones orientales con la reivindicación de textos gnósticos antiguos, más terapias de autoayuda.

Es la versión más abiertamente gnóstica de la actualidad, porque separan lo espiritual de lo material, dándole clara preeminencia a lo espiritual.

Buscan el conocimiento especializado para ascender a estadios superiores de desarrollo cósmico, en los que progresivamente los seres humanos tienen más espiritualidad y menos materialidad.

Además se centran en la psicología individual, demostrado por el mantra «tu Dios está dentro de ti».

Su separación del cristianismo no es sólo por considerar a Cristo como un maestro ascendido, sino que viene también por la negación de la religión, cuando promueven ser espirituales pero no religiosos.

   

LOS PREDICADORES DE AUTOAYUDA

Otra vertiente de pensamiento gnóstico son los predicadores de autoayuda.

Que pueden encontrarse relacionados con la New Age, o relacionados con la Teología de la Prosperidad sostenida por algunas sectas evangélicas, o hallarse simplemente en predicadores independientes de técnicas de autoayuda.

Se trata de una mezcla de pensamiento positivo, optimismo y técnicas de autoayuda, todo lo cual se presenta como un conocimiento especializado.

Su objetivo no es ni la salvación cristiana a través del perdón de los pecados, ni el ascenso hacia estadios superiores de conciencia espirituales como en la New Age, sino lograr el mejor bienestar posible en la Tierra.

Los Mormones, los Testigos de Jehová, los Adventistas y Ciencia Cristiana son algunas de estas expresiones de persecución del conocimiento especializado, para lograr el bienestar y el éxito.

   

LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

Otra vertiente contemporánea y sorprendente es la ideología de género.

Los seres humanos somos un cuerpo físico y un espíritu.

Y dentro del cuerpo humano material está la asignación de sexo que viene dada al nacer.

Una asignación de sexo que se manifiesta en los órganos sexuales y en todas las ramificaciones físicas, incluído las conexiones cerebrales y otras particularidades anatómicas.

Pero se ha creado una nueva corriente que reconoce y promociona la incomodidad con el sexo que les fue asignado a las personas al nacer, o sea una incomodidad con su cuerpo.

Los sostenedores de la ideología de género piensan que el espíritu predomina sobre el cuerpo, de tal forma que el verdadero sexo físico, que debe tener la persona, está determinado por su espíritu y no por su materia.

Y el conocimiento de cuál es ese verdadero sexo que le corresponde es subjetivo y depende de cada persona.

Es un conocimiento especializado como el que predican los gnósticos típicos.

Este pensamiento gnóstico es el que justifica en este momento a los transexuales.

Sin embargo no han podido explicar cómo la mayoría de los niños que desean cambiar su género desisten cuando llegan a la adolescencia

   

EL NEOGNOSTICISMO EN LA IGLESIA CATÓLICA

Dentro de la Iglesia Católica también se está dando una arremetida del neo gnosticismo, relacionado con las nuevas espiritualidades.

Las cuales se enfocan en la vida interior y en las experiencias espirituales personales, sin una lectura atenta de lo que Jesús vino a enseñar y quedó plasmado en la Biblia, ni de la tradición de la Iglesia ni el magisterio de la Iglesia.

   

LOS MODERNISTAS

En los modernistas católicos se puede distinguir una influencia gnóstica a través de la nueva interpretación biblista.

Esta nueva interpretación descree de la historicidad de los evangelios y prefieren una interpretación más ligada a las interpretaciones espirituales y míticas.

Por esta razón los biblistas modernos aman los textos apócrifos gnósticos, para explicar lo que se dice en la Biblia.

También podemos encontrar una deformación gnóstica que viene por el lado de la especialización en algún conocimiento particular católico, que es manejado como un conocimiento de iniciados o secreto.

Tal es el caso de los que se especializan en la liturgia o el derecho canónico o algunas más.

Los manejan como si fuera la doctrina bíblica y Católica completa.

De tal forma que para unos la religión Católica se reduce a la liturgia y para otros lo que está escrito en la ley canónica.

Algo similar sucede con las personas que se especializan en una visión específica, como por ejemplo los que se enfocan sólo en la justicia social.

Para ellos la religión Católica se resume a una acción de reivindicación de los pobres y los perseguidos en la Tierra, desviación que le sucedió por ejemplo a la Teología de la Liberación.

También nos encontramos con la influencia gnóstica en el caso de quienes optan por una actitud individualista, ignorando la disciplina y el dogma de la Iglesia.

Sus verdades espirituales expresadas por la idea de «seguir la propia conciencia» les impide ver todo el entramado de las verdades de la Iglesia Católica y de la Biblia.

   

EL NUEVO PARADIGMA DEL ESPÍRITU SANTO

En los últimos años ha aparecido una corriente neo gnóstica en la vida de la Iglesia que sostiene que se conoce la verdad a través de las mociones del Espíritu Santo y del discernimiento, sin que haya conexión directa y absoluta con los mandamientos de la ley de Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento ni con la tradición o el Magisterio.

Estos critican a quienes adhieren a la doctrina bíblica, por ejemplo, de ser inflexibles y tener un código moral rígido y despiadado.

El culmen de la revelación es la Biblia por lo tanto quienes basan su espiritualidad en los mandamientos de la Biblia no cometen una desviación.

En cambio quienes basan su espiritualidad en lo que ellos llaman discernimiento o moción del Espíritu Santo, y que contradice parcial o totalmente los mandamientos de Dios de la Biblia, se están desviando de la práctica Católica por un subterfugio gnóstico.

Suplantan el magisterio de la Iglesia y las escrituras con una iluminación personal, a la que atribuyen más valor.

Porque en definitiva nadie puede asegurar que su discernimiento no sea una evaluación humana ajena al Espíritu Santo.

Esto se ve claramente en temas en que se desconoce el magisterio y la enseñanza bíblica, como por ejemplo la existencia del infierno o el castigo de Dios, en virtud de una iluminación e ideología personal.

   

EL CASO TÍPICO RECIENTE DEL SODALICIO DE LA VIDA CRISTIANA

El caso de la agrupación peruana Sodalicio de Vida Cristiana nos da un buen ejemplo de cómo una corriente de pensamiento gnóstica puede generar graves desviaciones dentro de la Iglesia.

En enero de 2018 el Vaticano intervino al Sodalicio por las acusaciones contra su fundador, Luis Fernando Figari, luego de 3 años de investigación.

En ella se recabaron decenas de testimonios de víctimas de abuso sexual físico y psicológico por Figari y tres integrantes más de la organización.

Personas que han participado de la organización informan que Figari actuaba como un gurú y una de sus frases favoritas es «tienes que ser fiel a mi pensamiento».

Y su pensamiento era un conocimiento especializado que él pensaba que iba a llevar a la salvación.

El llamaba a todos los desviados de su doctrina como desordenados.

Este es sólo un ejemplo que no vamos a profundizar, pero lo citamos como advertencia de adonde pueden conducir los errores gnósticos.

   

LA SALVACIÓN QUE NOS PROMETE JESÚS

Jesús nos promete la salvación mediante el perdón de los pecados, si nos mantenemos firmes en los mandamientos que nos ha dejado.

La salvación para los católicos tiene un nombre y ese nombre es Jesucristo.

Seguimos la doctrina de una persona, que es el Dios que se encarnó como ser humano y nos trajo las instrucciones de lo que debemos hacer para salvarnos.

Y la salvación traída por Jesús está operacionalizada dentro de la Iglesia a través de sus sacramentos y de la promoción del estilo de vida cristiana.

Lo que podemos leer en los textos bíblicos, en el magisterio de la Iglesia y en las enseñanzas de los padres y doctores de la Iglesia.

Con todo lo que está fuera de esto hay que ser muy cuidadoso y exigente.

   

EL CUIDADO QUE HAY QUE TENER CON EL DISCERNIMIENTO

El discernimiento es la búsqueda de la voluntad de Dios para nuestras vidas y para las situaciones en las que estamos inmersos.

Y para encontrar la voluntad de Dios hay ciertos criterios que debemos seguir para asegurarnos alejarlos de las desviaciones.

El mayor peligro es concluir eliminando una parte de la verdad.

Todas las herejías comienzan con un discernimiento entre dos partes de una verdad.

O sea enfatizar la mitad de una verdad a expensas de la otra mitad.

Por ejemplo, enfatizar la soberanía divina a expensas del libre albedrío o a la inversa.

Hay cinco principios rectores que nos pueden ayudar a verificar si el discernimiento que estamos haciendo es correcto o desviado.

  

Atenerse a los datos

Esto significa juzgar lo desconocido y lo incierto por lo conocido y lo seguro.

Lo conocido y lo seguro es la palabra de Dios en la Biblia y por lo tanto debemos comenzar en los juicios que hay ahí y los llamados que Dios nos hace en sus mandamientos y advertencias.

  

Que el amor a Dios eduque a la razón

Esto significa que la primera voluntad debería ser hacer la voluntad de Dios.

Por eso hay que leer la Biblia y los textos sagrados con el corazón y no sólo con la mente.

Esta es la dificultad que presentan algunos análisis de teólogos.

  

Corazón blando pero pensamiento leal a Dios

Esto significa tener un corazón misericordioso con los problemas humanos y los sufrimientos de la gente, incluso los nuestros, pero a su vez ser leal a la voluntad y a la acción del Señor.

Significa ser conservadores en la razón mientras ejercitamos la comprensión hacia los otros seres humanos, incluyendo nosotros mismos.

   

Deben alinearse todos los signos

Para que el discernimiento sea correcto deben alinearse los 7 signos: la escritura, la enseñanza de la Iglesia, la razón humana, las circunstancias, nuestro conocimiento de lo correcto y lo incorrecto, la inclinación personal o instintos, y la oración.

Si alguno de estos elementos contradice a los otros no es conveniente tomar la decisión a que lleva el discernimiento mayoritario.

   

Los frutos del espíritu

Estaremos seguros cuando sintamos amor gozo y paz al tomar una decisión.

En cambio deberíamos desecharlo cuando estamos ansiosos preocupados sin alegría sin paz enojados

Estos 5 principios rectores deben coincidir de lo contrario hay algo que no está funcionando bien.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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