Una buena parte de las oraciones a Dios son de petición del algún beneficio.

Dios quiere que le pidamos gracias, no es una falta ser pedigüeños al Señor.

Pero siendo una parte importante de las oraciones, normalmente no prestamos atención al modo en que pedimos.

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Nuestra petición debe ser desde lo más profundo del corazón.
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Por eso hay que usar un método rico y profundo.
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Que nos vaya conduciendo para terminar en la petición.
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Y recién luego hacer la oración vocal.

Muchos de nosotros sabemos que debemos orar, y muchos de nosotros rezamos.

Pero no todos entendemos completamente por qué rezamos, si la oración tiene buenos efectos y como es que podemos lograr que tenga buenos efectos.

Para mí, la oración es un impulso del corazón.

Se trata de una simple mirada vuelta hacia el cielo, es un grito de reconocimiento y de amor tanto desde la prueba como la alegría” Santa Teresa de Lisieux.

Hablemos primero de la oración antes de llegar a los 10 pasos para una buena oración de Petición a Dios.

   

QUE ES LA ORACIÓN SEGÚN EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, la oración se puede ver

1) como un regalo de Dios,
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2) como un pacto con Dios, y
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3) como la comunión con Dios.

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1) LA ORACIÓN COMO UN REGALO

 «La oración es la elevación de la mente y el corazón a Dios o la petición de las cosas buenas de Dios» (CIC 2259).

«Nos demos cuenta o no, la oración es el encuentro de la sed de Dios con la nuestra. Dios tiene sed de que tengas sed de él» (CIC 2260).

«La oración es la respuesta de fe a la promesa de salvación y también una respuesta de amor a la sed del Hijo único de Dios» (CIC 2260).

   

2) LA ORACIÓN COMO PACTO CON DIOS

Se entiende que

«la oración cristiana es una relación de pacto entre Dios y el hombre en Cristo

Es la acción de Dios y del hombre, que brota tanto del Espíritu Santo como de nosotros mismos, totalmente dirigida al Padre, en unión con la voluntad humana del Hijo de Dios hecho hombre» (CIC 2264).

Al orar a Dios, nos ofrecemos como parte de la alianza, y la relación personal que formamos con Él.

   

3) LA ORACIÓN COMO COMUNIÓN CON DIOS

«… la vida de oración es el hábito de estar en la presencia del tres veces santo Dios y en comunión con él

La oración es cristiana en tanto que es la comunión con Cristo y se extiende por toda la Iglesia, que es su Cuerpo.

Sus dimensiones son las del amor de Cristo» (CIC 2265).

silencio y oracion

   

CINCO TIPOS PRINCIPALES DE LA ORACIÓN SEGÚN EL CATECISMO

   

BENDICIÓN Y ADORACIÓN 

«La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, y el corazón humano puede a cambio bendecir a Aquel que es la fuente de toda bendición» (CIC 2626).

«La adoración es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su Creador

Exalta la grandeza del Señor, que nos hizo a nosotros y el poder omnipotente del Salvador que nos libera del mal» (CIC 2628).

   

PETICIÓN

«En Cristo resucitado la petición de la Iglesia es impulsada por la esperanza.
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Aunque todavía esperamos en un estado de expectativa y debemos convertirnos de nuevo cada día.
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Con gemidos del ‘Espíritu Santo’ que nos ayuda en nuestra debilidad.
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Pues nosotros no sabemos pedir convenientemente, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos profundos»
(CIC 2630).

   

INTERCESIÓN

«El que ora mira no sólo a sus propios intereses, sino también a los intereses de los demás, incluso hasta el punto de orar por los que le hacen daño» (CIC 2635).

   

ACCIÓN DE GRACIAS

«Al igual que en la oración de petición, cada evento y necesidad puede convertirse en una ofrenda de acción de gracias. L

as cartas de San Pablo a menudo comienzan y terminan con acción de gracias, y el Señor Jesús está siempre presente en ella:

‘Dar gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para vosotros’.

‘Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias’» (CIC 2638).

   

ALABANZA

Esta forma de oración

«… reconoce inmediatamente que Dios es Dios. Se alaba a Dios por su propio bien y le da gloria no por lo que hace, sino simplemente porque ÉL ES

Comparte la felicidad bendita de los puros de corazón que aman a Dios en la fe antes de verle en la gloria» (CIC 2639).

   

LA EUCARISTÍA

«La Eucaristía contiene y expresa todas las formas de oración.

Es ‘la ofrenda pura» de todo el Cuerpo de Cristo para la gloria del nombre de Dios y, de acuerdo a las tradiciones de Oriente y Occidente, es el ‘sacrificio de alabanza’» (CIC 2640).

mujer orando con rozario en la mano

   

LOS EFECTOS DE LA ORACIÓN

El «orar sin cesar» une la oración a las obras y las buenas obras a la oración.
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Sólo de esta manera podemos considerar el principio de orar sin cesar. 

De acuerdo con lo que se encuentra en la Enciclopedia Católica NewAdvent, Dios no cambia su voluntad o acción al escuchar nuestra oración,

«… sino que simplemente pone en práctica lo que había decretado eternamente en vista de nuestra oración«.

Él puede hacerlo  directamente  impartiendo

«… algún don sobrenatural, como la gracia actual, o indirectamente, cuando Él otorga algún don natural«.

Dios puede y también a veces interviene milagrosamente,

«…y sin emplear ninguna de estas causas, Él puede producir el efecto de hacer orar«.

Ver los efectos de la oración requiere orientación correcta.

Como dice Enciclopedia Católica, en la oración

«… no debemos pedir nada a menos que sea estrictamente de acuerdo con la Divina Providencia en nuestra relación.
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Hemos de pedir también por las cosas temporales, nuestro pan de cada día, y todo lo que implica, la salud, la fortaleza y otros bienes materiales o temporales.
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No solamente materiales o corporales, sino mentales y morales, cada logro que puede ser un medio para servir a Dios y a nuestros semejantes.

Por último, están los males por los que debemos orar para escapar, la pena de nuestros pecados, los peligros de la tentación, y toda clase de aflicción física o espiritual, porque estos nos pueden impedir al servicio de Dios».

Cuando pedimos cosas en la oración que caen fuera de la Divina Providencia, entonces no estamos bien dispuestos a observar los efectos de la oración, porque estamos buscando los efectos equivocados.

Independientemente de si Dios contesta una oración al ofrecer el don particular que le solicitamos, la oración tiene ventajas de muchas maneras. Orar:

«… eleva nuestra mente y corazón al conocimiento y el amor de las cosas divinas, una mayor confianza en Dios, y otros sentimientos preciosos».

A menudo lo que realmente recibimos es

«… de mucho mayor beneficio de lo que pedimos

Nada de lo que podríamos obtener en respuesta a nuestra oración podría superar en valor la conversación familiar con Dios en que consiste la oración«.

De acuerdo con la Enciclopedia Católica, la oración es necesaria para la salvación, porque

«Sin la oración no podemos resistir la tentación, no podríamos obtener la gracia de Dios, ni crecer ni perseverar en ella».

pasion de cristo oracion

   

10 COSAS NECESARIAS PARA LA ORACIÓN DE PETICIÓN MEDITADA

Más allá de la oración vocal, que eso es repetir un texto o decir espontáneamente lo que sale de nuestro corazón, hay una serie de 10 etapas que debemos cumplir para realizar una buena oración de petición, la mayoría de ellas mentales.

Estos 10 pasos que detallamos son previos a la oración vocal, por ejemplo el Santo Rosario, y los hemos ordenado para desembocar en la Petición.

   

1 – PREPARACIÓN 

En primer lugar, antes de que nos apliquemos a la meditación, es necesario que nuestra mente y alma sean preparadas con diligencia para este santo ejercicio.

Como las cuerdas de un instrumento, si no estuvieren bien afinado de antemano, nunca hará una melodía agradable.

Esto implica lograr la paz en el corazón y un entorno de silencio.

   

2 – LECTURA

Después de la preparación debe seguir la lectura de algún misterio santo, de acuerdo a la distribución funcional de los días de la semana se pueden usar los del Santo Rosario.

Más adelante puedes abrir la biblia, y leer con lentitud un párrafo como saboreandolo.

   

3 – MEDITACIÓN

Después de la lectura sigue la meditación, que es a veces la clase de cosas que se pueden representar en nuestra imaginación.

Como la vida y pasión de nuestro Santísimo Salvador; el juicio final; el infierno; y el reino de los cielos.

Tratar de ponerse con la imaginación en el contexto, dentro del escenario que relata el texto.

el poder de la oración

   

4 – DAR GRACIAS 

Después de la meditación sigue la acción de gracias, por el motivo de haber llegado a nosotros esa materia de meditación.

   

5 – OBLACIÓN 

Para la meditación debemos unir un devoto y sincero agradecimiento a Dios por todos sus beneficios.

Luego una ofrenda general de toda de vida de Cristo y nuestras propias obras para la honra y gloria de Dios.

   

6 – PETICIÓN: SE DICE POR QUIÉN HEMOS DE PEDIR

La petición es donde deseamos todo lo necesario para nuestra propia salvación, la de nuestros vecinos y el bien de toda la Iglesia.

La primera condición de la oración, dice el Doctor Angélico, es que pidamos por nosotros mismos porque nadie puede alcanzar para otro hombre la vida eterna.

Pero está fuera de duda que las oraciones que hacemos por los pecadores, a ellos les son muy útiles y agradan mucho al Señor.

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7 – PEDIMOS COSAS NECESARIAS PARA LA SALVACIÓN

Pues la promesa que nos hizo el Señor no es de cosas exclusivamente materiales, por eso debemos pedir cosas convenientes para la vida eterna, aquellas gracias que necesitamos para ir al cielo.

No queremos decir con esto que sea falta pedir cosas convenientes para la vida presente.

Tampoco es defecto tener por esos bienes materiales una ordenada solicitud.

Defecto sería, si miráramos esas cosas terrenales como la suprema felicidad de la vida y pusiéramos en su adquisición desordenado empeño, como si en tales bienes consistiera toda nuestra felicidad.

Por eso, cuando pedimos a Dios gracias temporales, debemos pedirlas con resignación y a condición de que sean útiles para nuestra salvación eterna.

Si por ventura el Señor no nos las concediera estemos seguros que nos las niega por el amor que nos tiene, pues sabe que serían perjudiciales para nuestro progreso espiritual que es lo único que merece consideración.

   

8 – PEDIMOS CON HUMILDAD

Dios resiste a los soberbios y da sus gracias a los humildes.

No escucha el Señor las oraciones de los soberbios que sólo confían en sus fuerzas.

Si alguno dijere que no tiene temor, señal será que confía en sus fuerzas y buenos propósitos.

Pero los que tal cosas piensan, andan muy engañados con esta vana confianza de sí mismos, y fiados en sus solas fuerzas dejarán a Dios y por este camino su ruina es inevitable y segura.

   

9 – PEDIMOS CON CONFIANZA

Si queremos alcanzar con la oración las divinas gracias debemos rezar con la más firme confianza de que seremos oídos.

Pide con confianza, sin dudar nada.

La causa de que nuestra confianza en la misericordia divina sea tan grata al Señor es porque de esta manera honramos y ensalzamos su infinita bondad que Él quiso manifestar al mundo cuando nos dio la vida.

Como sea nuestra confianza, así serán las gracias que recibiremos de Dios. Si es grande, grandes serán las gracias divinas.

   

10 – PEDIMOS CON PERSEVERANCIA

Dios quiere por este camino de la perseverancia probar la confianza que tenemos en Él, quiere que suspiremos por las cosas que pedimos con grandes deseos.

También Dios quiere que en el perseverar nos acordemos más de Él y que con la oración diaria y continua nos unamos con Dios con lazos más estrechos de caridad.

Y LUEGO LO CENTRAL:
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Si Dios nos concede lo que pedimos lo debemos agradecer con la misma constancia, calidad y cantidad con lo que lo pedimos.

Sin embargo a veces Dios está en silencio mientras pedimos.

   

EL SILENCIO DE DIOS ANTE NUESTRA ORACIONES

Muchas veces experimentamos el silencio de Dios y su retraso para contestarnos.

Lo que contrasta duramente con el mundo acelerado en el que vivimos, en que todo debe ser instantáneo y no hay tiempo para perder.

Es duro comprender qué Dios a veces no tiene mucha prisa para contestarnos.

Y esto nos desconcierta y desalienta.

Nos preguntamos por qué Dios permite a los malvados causar tanto daño durante tanto tiempo o porque permite actuar libremente a las herejías.

Pero debemos pensar la lógica de Dios considerando que el pueblo judío estuvo 400 años en la esclavitud y pasó 40 años luego en el desierto. Y Jesús pasó 30 de sus 33 años en silencio.

El tiempo es usado por Dios de otra manera en que lo usamos nosotros.

Y el silencio es una herramienta que aparentemente utiliza Dios para darnos lecciones.

El cardenal Robert Sarah, en su libro La Fuerza del Silencio, ha hablado sobre el silencio y lo deberíamos incorporar en nuestras expectativas sobre las respuestas a las oraciones.

“El silencio es de capital importancia porque permite a la Iglesia seguir los pasos de Jesús, imitando sus treinta años silenciosos de Nazaret… y su diálogo íntimo con el Padre en la soledad y el silencio del desierto…

La luz no hace ruido. Si queremos acercarnos a esta fuente luminosa, debemos asumir una actitud de contemplación y silencio…

La verdadera naturaleza de la Iglesia no se encuentra en lo que ella hace, sino en lo que ella testifica.

Cristo nos pidió que fuéramos luz. Nos ordenó no conquistar el mundo, sino mostrar a los hombres el camino, la verdad y la vida.

Sé bien que el silencio de Dios se topa constantemente con la impaciencia del hombre…

Pero hoy en día el hombre fomenta una especie de relación compulsiva con el tiempo.

Un día lo entenderemos todo. Hasta entonces es necesario buscar sin hacer ruido.

¿Quién puede entender a Dios?… Al igual que con todas las preguntas relacionadas con Dios, hay una etapa en la que la búsqueda no puede ir más lejos.

Lo único que hay que hacer es levantar los ojos, extender nuestras manos hacia Dios y orar en silencio mientras aguardamos el amanecer…”

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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