El impresionante milagro que hizo en el río Vístula y fue visto por miles.

La Santísima Virgen nos ha dicho en todas sus apariciones que Ella y su hijo siempre están con nosotros para ayudarnos.

Y eso nos llena de confianza y fe.

Y si bien la fe verdaderamente puede mover montañas, orar por la intercesión de María puede traer una intervención mucho más fuerte y directa de Ella.

Tanto en nuestras vidas particulares como en la vida de países enteros y hasta en todo el planeta.

Ella no es Dios, pero distribuye las gracias de Su hijo como madre bondadosa, por eso se la llama mediadora de todas las gracias.

Y a veces se muestra físicamente haciendo la intervención, para reforzar nuestra confianza.

Y este es el caso que tratamos en este video.

Aquí hablaremos sobre una de las mayores intervenciones de la Virgen María, en apoyo de un país contra sus invasores, donde miles la vieron intervenir directamente en la batalla, mostrándose en el cielo. 

Y no es un relato medieval, sucedió hace poco, en el siglo XX.

La historia está llena de intervenciones de Dios en momentos angustiantes, especialmente a través de manifestaciones de la Virgen María, para solucionar grandes problemas de sus hijos.

Podemos citar la Batalla de Lepanto en 1571 cuando los musulmanes estaban a punto de tomar Europa.

La cristiandad fue llamada a rezar el Rosario y una flota cristiana más pequeña obtuvo el triunfo, cuando los musulmanes huyeron porque vieron en el cielo a la Virgen María y a los ángeles combatir a favor de los cristianos.

También una cruzada de rezo masivo del rosario hizo desistir inexplicablemente a las tropas soviéticas de invadir Austria en 1955.

Y un llamado similar a rezar el rosario hizo que el dictador Ferdinando Marcos y su esposa huyeran de Filipinas sin oponer resistencia en 1986.

Hay muchos milagros de este tipo bien documentados.

Pero quizás la intervención más extraordinaria y visible de Nuestra Señora se produjo en agosto de 1920, en Polonia, que se llama el Milagro del Vístula.

En 1918 Polonia había recuperado la soberanía y parte de su territorio como país, como consecuencia de los acuerdos de la primera guerra mundial.

Pero algo terrible había sucedido en Rusia.

Los bolcheviques, bajo el liderazgo de Vladimir Lenin, masón grado 31, y con el apoyo de grandes banqueros, había tomado el poder en Rusia desplazando a la monarquía de los Romanov y convirtieron el país en el primer régimen comunista del mundo. 

Y poco después León Trotsky dio a conocer un plan para exportar la revolución bolchevique al occidente capitalista.

Contando con la fragilidad en que se encontraban los países luego de la primera guerra mundial. 

Fue precisamente sobre esto que la Santísima Virgen María advirtió al mundo en Fátima un año antes, en 1917.

Los bolcheviques carecían de la fuerza militar necesaria para invadir toda Europa. 

Sin embargo, creían que el proletariado oprimido recibiría al Ejército Rojo con júbilo y se uniría a la lucha contra su explotación. 

La propaganda soviética de la época confiaba en que una vez que el Ejército Rojo llegara a Polonia, sería bien recibido por la clase obrera y los campesinos, supuestamente oprimidos por los «señores polacos».

Pero cuando comenzó la invasión soviética a la frágil nueva nación de Polonia, los polacos no saludaron al Ejército Rojo como libertador. 

Y por el contrario, irrumpieron en iglesias y capillas, rezando para que Dios y María los librara del asalto rojo.

Los obispos polacos recurrieron al Papa Benedicto XV para orar por Polonia.

También hicieron un llamado a los obispos de todo el mundo por oraciones, contando con el inestimable apoyo del nuncio apostólico Achille Ratti, que luego sería investido como Pio IX.

Él visitaría las tropas en el frente y fue el único diplomático que se quedaría en Varsovia diciendo que quería ver al anticristo frente a frente.

Y el 19 de junio de 1920, la Iglesia polaca consagró públicamente la nueva patria polaca al Corazón de Jesús, con la asistencia de los más altos funcionarios gubernamentales.

Estaba claro que la fe católica iba a ser el gran escollo para la invasión soviética, porque la ayuda militar que enviaban otros países era retenida por los sindicatos de países vecinos.

Convalidado por la Liga de las Naciones, predecesora de las Naciones Unidas.

Mientras los gobiernos, en su mayoría compuesta por masones, no hicieron muchos esfuerzos para asistir a Polonia.

Los bolcheviques marcharon prácticamente sin obstáculos en su camino a Varsovia, dejando devastación a su paso.

El 6 de agosto el Mariscal Pilsudski ideó un endeble plan para resistir la invasión.

Y pidió a los cardenales polacos que enviaran más capellanes al ejército y se presentaron 96 sacerdotes voluntarios.

Ese día 6 se inició una novena nacional que culminaría el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen.

Que además era el mismo día que el rey Jan Sobieski, casi 240 años antes, había partido de Cracovia, con el estandarte de la Virgen María, para derrotar la invasión musulmana de Europa, en la Batalla de Viena.

Y donde Ella se había hecho presente en los cielos también desbandando a los musulmanes. 

Al mismo tiempo en todas las iglesias del país se instauró la adoración eucarística diaria. 

El día 14 uno de esos capellanes voluntarios, el padre Jan Skorupka dijo proféticamente en su última misa,

«Nos esperan grandes bajas, pero pronto, el día 15, en el día de Nuestra Señora, el destino se volverá a nuestro favor».  

Rompió filas y se dirigió al frente para encabezar a los jóvenes soldados, sujetando con fuerza una cruz.

Y apuntando hacia el enemigo gritó «¡Por Dios y la Patria!» y luego una bala bolchevique le dio en la frente y cayó en el campo de batalla.

Ese sería el punto de inflexión de la batalla y de la historia.

Apareció un extraño resplandor en el cielo y de repente los bolcheviques fueron golpeados por el terror, dejaron todo y corrieron.

Los soldados polacos no sabían por qué ese pánico.

Y el cardenal Aleksander Kakowski escribiría más tarde en su diario que los bolcheviques prisioneros manifestaron haber visto a un sacerdote con sotana y una cruz en la mano y sobre él a la Madre de Dios.

Y el propio 15 de agosto un oficial atacó de noche al batallón de élite de los bolcheviques, sin tener órdenes de hacerlo.

Pero en vez de repeler el ataque, los prisioneros bolcheviques capturados dijeron que inesperadamente vieron una figura femenina enorme y poderosa en el cielo oscuro, que brillaba como la luz. 

No era ni un fantasma ni una aparición, sino una persona viva que tenía vestiduras azul marino que ondeaban al viento y cubrían Varsovia.

Había un halo luminoso alrededor de su cabeza, en una mano sostenía algo como un escudo con el cual desviaba los proyectiles disparados contra los polacos, que luego volvían a explotar en las posiciones bolcheviques.

La acompañaba una fuerza de aterradores húsares alados, vestidos con una armadura de acero reluciente, del tipo que usaron en la Batalla de Viena en 1683.

Los soldados polacos no se dieron cuenta de que la Santísima Virgen apareció sobre sus cabezas. 

Sólo vieron la extraña eficacia de sus disparos y el pánico de los bolcheviques.

Esto generó la desbandada general de los bolcheviques mientras el mariscal Pilsudski no podía creer lo que estaba presenciando en todos lados.

Todo esto fue tapado por todos los actores: gobierno, militares, bolcheviques, Iglesia, porque el triunfo debía ser de los hombres.

Sin embargo el Mariscal Pilsudski diría luego que el dedo de Dios tocó la Tierra y agradeció a la Virgen de Cz?stochowa por la victoria.

Y Juan Pablo II dijo en su visita a Polonia de 1999 que, 

«hubo una conspiración de silencio durante décadas sobre el gran milagro en el río Vístula». 

Y le impuso a la diócesis la obligación de conservar la memoria de este gran acontecimiento.

Pero además esto había sido ya profetizado por la Virgen.

En 1872 la Sierva de Dios Wanda Malczewska tuvo una aparición de la Santísima Virgen María quien le dijo:

«Poco después de que Polonia obtenga la independencia, sus antiguos opresores se levantarán contra ella para aplastarla, pero mi joven ejército, luchando en mi nombre, los derrotará, los alejará y los obligará a hacer la paz. Los ayudaré»

Y un 15 de agosto le dijo «La celebración de hoy (fiesta de la Asunción) pronto se convertirá en una fiesta nacional para ustedes, los polacos, porque en este día obtendrán una gran victoria contra el enemigo que lucha por su exterminio».

En resumen, la intervención de la Virgen María en 1920 en el Vístula, repeliendo Ella misma a los invasores de una nación dedicada a Su hijo y fervientemente católica, es nuestra fuente de optimismo.

Ella viene a avisarnos de los peligros, nos alerta sobre lo que va a suceder.

A veces se la ve intervenir como en este caso y otras veces su presencia es invisible, pero siempre está.

Sabemos que podemos contar con Ella, aunque algunos no lo expresen para mantener un lenguaje políticamente correcto. 

Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre la intervención notable de la Virgen María en el milagro del Vístula.Y me gustaría preguntarte si has sentido intervenciones de la Virgen en tu vida y cómo han sido.

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