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Quien es la mística alemana Justine Klotz a quien Jesús dictó esta oración, a la que el vaticano dio el imprimatur.

En 1984 murió una humilde mística alemana que durante su larga vida tuvo locuciones constantes de Jesús y María.

Ellos la entrenaron para cumplir muchas misiones, como aconsejar adecuadamente a la gente que le venía a pedir asistencia, ayudar a las almas del Purgatorio que la visitaban y divulgar una oración que le dictó Jesús para salvar 1000 almas de personas aún vivas.

Aquí hablaremos sobre cómo fue preparada Justine Klotz por Jesús y María para cumplir las misiones encomendadas, y revelaremos la oración para salvar 1000 almas dictada por Jesús.

La mística a quien Jesús dictó la oración para salvar mil almas, nació el 25 de febrero de 1888, en una familia de campesinos de Baviera, Alemania.

Justine Klotz fue educada como católica y a poner todo en manos Dios, agradeciendo por todas las cosas recibidas.

Murió el 6 de junio de 1984, y recibió mensajes hasta el final de sus días, los que habían comenzado en 1915.

Desde su juventud su deseo más vivo era estar ante la presencia del Señor. 

No podía pasar delante de una cruz, sin dirigir a Dios una plegaria. 

Decía “Te agradecemos, Señor Jesucristo, porque moriste por nosotros. No permitas que Tu Sangre y Tus Penas hayan sido derramadas por nosotros inútilmente”.

Cuando terminó la escuela entró en una orden religiosa, por ocho años, pero era débil de salud y no se le permitió tomar los votos.

Y a la edad de 27 años tuvo la primera experiencia mística a los pies de su crucifijo.

En los primeros años quiso mantener el secreto de las locuciones que recibía.

Incluso llegó a creer a veces que se trataba solamente de una burla del demonio. 

Porque se consideraba la persona más indigna del mundo.

Pero Jesús la tranquilizaba repitiéndole: “Hija, si hubiera encontrado una criatura menos digna de ti, la hubiera elegido a ella. Por medio de ti quiero coronar Mi Misericordia”.

Nunca se había animado a contarle a nadie

Pero cuando fue a vivir a Mónaco pudo encontrar un Padre confesor, un Jesuita muy conocido y verdaderamente iluminado, que la comprendió y le dio el encargo de escribir todo.

Ella podía distinguir claramente quién le hablaba: Jesús, María, un ángel, un santo o un beato.

El demonio la atacaba constantemente pero no le estaba permitido leer cuando ella escribía los mensajes.

Los temas fundamentales de todos los mensajes son el Amor y la Misericordia de Dios.

Jesús le habló sobre los Sacramentos, en particular de la Penitencia y la Eucaristía.

Y a través de ellos, sobre el Amor y la Gracia con que Dios transforma, cura y santifica al hombre.

Le habló sobre la grandiosidad de la Santa Misa y del Sacerdocio. 

De Sus sufrimientos y de los de su madre María, y de Su cooperación en la Redención.

Le explicó el valor del sacrificio, de la expiación y del sufrimiento humanos.

Jesús le decía “Debes ser muy pequeña y donarme siempre tu amor, y recibirás una fuerza tal que no se debilitará más”.

Algunas veces los mensajes se referían a problemas actuales de la vida religiosa y de la Iglesia.

Jesús le habló acerca de los cambios que ha habido en la Iglesia, y le dijo: “Me dejaron de lado y han dado vía libre al diablo”.

Y también: “No son los políticos que tienen el poder, sino aquellos que rezan”.

Se refirió en contra de la comunión en la mano y le dijo, “¡Quién comprende no lo hace!”.

Cuando el padre Joseph Ratzinger fue consagrado Obispo vio al Espíritu Santo descender sobre él y escuchó, “Será una gran ayuda para el Santo Padre”, que en ese momento era Pablo VI.

Y cuando Juan Pablo II fue elegido papa se le dijo “Será un gran misionero”. ?

Su encargo particular era ofrecer todo por las almas más olvidadas y perdidas, por las cuales nadie rezaba. 

Y Jesús le decía “A través de ti quiero coronar Mi Misericordia”.

Era visitada por las almas del Purgatorio. 

Algunas pedían agua bendita, una señal de la cruz, un Padre Nuestro u otro tipo de plegaria, otras pedían misas.

Muchas almas le pudieron narrar su propia vida y errores. 

Algunas de ellas habían tenido gran poder y honores, al punto de ser recordadas con monumentos. 

No faltaron las almas de sacerdotes y consagrados de mucho poder, que le confiaron haber cometido graves errores en sus vidas y que por eso estaban en el Purgatorio desde hacía muchos decenios.

Y ahora les estaba permitido pedir humildemente una oración, una Santa Misa.

Y también era visitada por numerosas almas liberadas que venían para agradecerle por la ayuda recibida y le prometían asistencia en la hora de su muerte.

Además muchas personas vivas venían para pedirle consejo, entre ellos sacerdotes.?

Una vez Justine encontró en una buhardilla un Niño Jesús de cera, envuelto en pañales, estaba sucio y desgarrado.

Con mucha paciencia lo limpió y reparó, a tal punto que parecía nuevo. 

La Virgen le habló sobre la importancia de esa imagen. 

Le dijo, “Yo te he conducido a este lugar para encontrar al Niño”.

Y deseó que el anillo de bodas de Justine fuera la corona para el niño, hoy llamado Niño Jesús de Glonn.

Le dijo que el Niño había sido consagrado por el Padre directamente. 

Y un sacerdote muy humilde había consagrado su vida al Niño. 

Ese Niño había venido una noche en pañales, estaba sobre la paja y lloraba. 

Entonces el sacerdote se despertó y pensó que estaba soñando.

Tuvo por un par de noches el mismo sueño y el Niño lloraba siempre.

Él había llevado la imagen secretamente en su alma, hasta que pudo construirlo solo. 

La Virgen le dijo a Justine que después de su muerte se lo debía dar a su confesor, porque pertenecía a los sacerdotes.

El Niño fue bendecido nuevamente y concedió numerosas gracias.?

Otra imagen de relevancia de Justine era su crucifijo, resplandecía muchas veces en las horas en que estaba en plegaria y anotaba cada cosa que le comunicaba el Cielo.

Y también la primera estatua de Nuestra Señora de Fátima que entró en Alemania perteneció a Justine. ?

La Santísima Virgen le había dicho “ora sin descanso el Rosario. El diablo teme el saludo del ángel, el Ave María, como me teme a Mí también».

Y Jesús le dictó la Oración del Acto de Amor, para que se rece diariamente para salvar las almas, especialmente de los sacerdotes, en estos «últimos tiempos». 

Esta oración tuvo luego el Imprimatur otorgado en el 2013 por el Vicariato de Roma.

Jesús le dijo a Justine, «será el aliento de cada alma. Reabriré de nuevo muchos corazones endurecidos. La humanidad ha caído muy lejos. Sólo Mi Misericordia puede salvarla. Por eso te he dado el Acto de Amor, y nunca te duermas sin él».

El Acto de Amor retoma en parte la oración ya revelada por Jesús a Sor Consolata Bertone, “Jesús, María, os amo, salvad almas”. 

A quien Jesús hizo la promesa de que “todo acto de amor significa la salvación de un alma”.

Y ahora Jesús pidió que recemos la misma oración añadiendo la palabra ‘mil’, prometiendo la salvación de mil almas, especialmente almas de sacerdotes.

No hay que confundirla con la dictada a Santa Gertrudis, que es para salvar 1000 almas del Purgatorio, esta es para salvar almas de seres vivos.

La oración es esta,

“¡Jesús, María, os amo! Salvad las almas de los sacerdotes, salvad almas. Os lo pedimos suplicantes, y concédenos poder repetir este acto de amor mil veces a cada respiro, a cada latido del corazón”.

Bueno, hasta aquí los dones y milagros en la vida de la mística alemana Justine Klotz, y en especial la oración para salvar mil almas, dictada por Jesús. 

Y me gustaría preguntarte qué te pareció la vida de esta mística y que opinas de la oración Acto de Amor para salvar mil almas.

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