A principio de la Biblia está oculta una extraordinaria profecía sobre como Dios restauraría a la humanidad.

Un sólo versículo plantea el drama de la caída de la humanidad.

Y como Dios previó levantarla desde el principio de los tiempos.

Tenía previsto desde el principio que María y Jesús serían sus cartas para restaurar a la humanidad.

Y esto lo comunicó 1500 años antes que Jesús y María aparecieran en la historia.

A este pequeño versículo se le llama el Protoevangelio, queriendo significar que es el primer evangelio.

Pero antes haremos un repaso de cómo ha sido el sinuoso trayecto histórico de la salvación de la humanidad y como Dios lo siguió pasa o a paso de maneras sorprendentes.

  

UN BREVE RELATO DE NUESTRA HISTORIA DE SALVACIÓN

La historia de nuestra salvación está expresada en la Biblia.

En el primer libro de la Biblia, el Génesis, dice que Dios creó a la humanidad a su imagen y semejanza.

Y por tanto somos hijos e hijas de Dios, que debemos vivir en relación de amor con nuestro padre celestial.

Pero los primeros padres – Adán y Eva – desobedecieron a Dios creador cuándo comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal en el Jardín del Edén, que Dios les había prohibido.

Así dejaron de estar en relación de armonía y amor con Dios y fueron expulsados del Jardín del Edén, obligados a trabajar para comer, y en su cuerpo frágil conocieron el dolor, la enfermedad y la muerte.

Ante esto Dios creó un plan para rescatar a esos hijos rebeldes y traerlos de vuelta a una relación de amor con Él.

Fui así que llamó a Abraham y le prometió que bendeciría a quienes le bendigan y maldeciría a los que lo maldigan y por él se bendecirán todas las familias de la Tierra (Génesis 12:3).

En él está la promesa de salvar a toda la raza humana del pecado y de la muerte.

Esa misma promesa se la repitió a Isaac el hijo de Abraham, y luego a Jacob el hijo de Isaac.

Isaac tuvo 12 hijos y cada uno creo una de las 12 tribus de Israel.

Por lo tanto la salvación iba a venir por las tribus de Israel, porque ellas debían evangelizar el mundo.

Pero en vez de esto se corrompieron, adoraron falsos dioses, y pecaron como el resto de la humanidad.

De modo que ahora ellos mismos debían también ser salvados.

Y aquí es donde entra Jesús en la historia, porque cuando Él comenzó su ministerio Israel estaba en ruinas por su pecaminosidad y esperaban un mesías que restaurara la nación.

Entonces Jesús eligió 12 apóstoles para renovar a las 12 tribus de Israel.

Lo que significa que los primeros destinatarios de la salvación fueron los judíos y ellos debían salvar al resto; el mismo plan inicial seguía adelante.

Jesús antes de su crucifixión predicó básicamente a los judíos, con su inmolación nos ganó la salvación, y recién luego de su resurrección llamó a sus discípulos a evangelizar el mundo.

O sea que a pesar de la sinuosidad de la historia Dios siguió utilizando a Israel para salvar a la raza humana.

La historia hoy continúa a través de la Iglesia que predica en todas las naciones de la Tierra la salvación que Jesús vino a traer.

Este plan detallado lo podemos ver ahora con las cartas a la vista, pero desde el principio Dios avisó que la humanidad caería y cómo la restauraría a través de Jesús.

Veámoslo más en detalle.

   

LA PRIMERA Y GRAN PROFECÍA DE DIOS

Los medios que tenía la iglesia primitiva para ganar credibilidad eran los milagros y las profecías.

Los primeros cristianos convertían a la gente convenciéndola sobre la verdad de los milagros por intermedio de Cristo y señalando las profecías del Antiguo Testamento cumplidas por Cristo.

Y hay en la Biblia un versículo que resume toda la historia de la humanidad y de la salvación: es Génesis 3:15 al que se le llama el protoevangelio, o sea el primer Evangelio.

Él tiene la semilla de todo el evangelio. Es un resumen escondido en unas pocas palabras sobre toda la buena noticia.

Se estima que el Génesis fue escrito entre los siglos XIII a XV antes de Cristo, por Moisés.

Y la interpretación que salta a la vista, como veremos, da cuenta que Dios comunicó de antemano su plan para redimir a la humanidad más de 1000 años antes que sucediera.

El protoevangelio contiene las profecías de Cristo y de la Santísima Virgen María.

Este versículo de la Biblia aparece inmediatamente después de la tentación de la serpiente y la caída de Adán y Eva.

Dios se dirige a la Serpiente, a Eva y Adán, a la nueva Eva y el nuevo Adán.

En un contexto en que le hace un discurso a la serpiente.

Y establece la trayectoria de cómo se logrará la salvación de la humanidad constantemente pecadora, por intermedio de su hijo Jesucristo.

Este pasaje bíblico respalda la creencia de que la Ley o sea la Torá – de la que el Génesis es parte – la escribió un autor inspirado divinamente.

  

LA HISTORIA DEL GÉNESIS

El génesis es el primer libro del Antiguo Testamento, que sirve también como primer libro de la Torá o el Pentateuco, y que es mencionado por Jesús como la ley de Moisés.

El Pentateuco tiene 5 libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, y son los primeros libros del Antiguo Testamento en la Biblia cristiana.

Los primeros 11 capítulos del Génesis muestran la historia de la creación y su rumbo.

Y los siguientes capítulos relatan la historia patriarcal de Israel.

En los primeros 11 capítulos se muestra a Dios conservando el dominio y la relación con su creación, en un marco de pecado y desobediencia del hombre.

Dios había puesto al primer hombre y la primera mujer en el jardín del Edén, donde había árboles de todo tipo para su alimentación, los que además eran agradables a la vista.

En el medio del jardín estaba el Árbol de la Vida y del Conocimiento del Bien y del Mal.

En el Génesis 2: 16-17, Dios dijo al hombre que podría comer cualquier árbol de jardín, pero no del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, porque cuando lo comieran, morirían.

El capítulo 3 del Génesis comienza con la serpiente sugiriendo a la mujer que coma del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Le argumenta que si ella come el fruto prohibido será “como Dios”.

Eva no sólo lo come sino que se lo da de comer a Adán.

Entonces Dios maldice a la serpiente.

La condena arrastrarse sobre su vientre y a comer el polvo todos los días de su vida.

En la tradición de Israel de ese tiempo la serpiente era un símbolo del mal.

Luego de esta condena Dios castiga al hombre y la mujer, pero en el propio castigo a la serpiente sella su perdón a los hombres.

A pesar que los pecados de los hombres siguen permanentemente en la historia, y habrá uno que aplastara la cabeza de la serpiente, por lo cual hay esperanza para la raza humana.

A partir de que los primeros padres comen del Árbol del Bien y del Mal, rompen su relación con Dios debido a su pecado.

Dios los castiga y los expulsa del jardín del Edén.

Luego de esto vemos que Dios castigó a Caín luego que mató a Abel, pero mitigó su castigo otorgándole a Caín la protección de una marca.

Pero el pecado siguió extendiéndose y seres celestiales tomaron esposas terrenales violando nuevamente el orden natural.

Y cuando Dios lamenta haber hecho la raza humana pensando en borrar al hombre de la faz de la tierra aparece en escena Noé.

Noé tiene la misión de salvar a la humanidad en un Arca a través de un nuevo comienzo luego del castigo del diluvio.

Pero aun así los hombres descendientes del Arca siguieron pecando y crearon la Torre de Babel.

Toda esta historia muestra el continuo pecado y desobediencia de la raza humana y la permanencia de la fidelidad de Dios.

A pesar de sus momentos de ira Dios ha mostrado su amor y su misericordia a la humanidad permanentemente, y el símbolo es el Protoevangelio.

   

EL PROTOEVANGELIO EN EL GÉNESIS 3:15

En este versículo Dios dice que pondrá enemistad entre la serpiente y la mujer, entre ambas descendencias, y qué le aplastará la cabeza, mientras la serpiente le muerde el talón.

Surge del contexto en que a pesar que Dios castiga a los ofensores, proclama que la humanidad tendrá descendencia, lo que significa que la humanidad no ha sido eliminada y ahora la bendice con el nacimiento de un salvador para las futuras generaciones.

El pasaje por tanto tiene una fuerte naturaleza profética, debido a la promesa de un redentor en el futuro que aplastara la cabeza de la serpiente.

Esto es un modo indirecto de declarar su misericordia. E implica la victoria final a través de la descendencia de la mujer.

Veamos palabra por palabra esta profecía del Protoevangelio.

  

QUIÉN ES QUIÉN EN ESTA HISTORIA

Debemos identificar los personajes a los que se refiere Dios en este versículo.

Yo [Dios] pondré enemistad entre ti [la serpiente] y la mujer [María], y entre tu simiente [de la serpiente] y su simiente [de María]; él/ella [Jesús/María] te aplastará la cabeza [de la serpiente], y tú [la serpiente] herirás su talón [de Jesús].

Algo a tener en cuenta es que en la traducción de San Jerónimo en la Vulgata utilizó el pronombre femenino.

Pero otras traducciones más recientes, como por ejemplo la Biblia de Jerusalén, usa el pronombre masculino.

De todos modos hay consenso entre los teólogos de que en ese contexto son intercambiables los pronombres masculino y femenino: él o ella, Jesús o María; o sea que es correcto usar cualquiera de los dos.

¿Quién es la mujer?

En este texto Dios habla con la serpiente, Eva y Adán, pero la mujer no es Eva sino María.

Cuando dice que va a poner enemistad entre las descendencias habla de una mujer en el futuro, no de Eva.

Esta mención de “mujer” se repite en la Biblia en diferentes pasajes. Por ejemplo en las Bodas de Caná Jesús se refiere a su madre como mujer.

Esta no es una forma en que un hijo hebreo llama a su madre, por lo cual la palabra mujer tiene un simbolismo más profundo.

Cuándo el semita judío llama a su madre semita como mujer, Jesús está sugiriendo qué hay una promesa anterior de salvación que se está cumpliendo.

Es la conquista sobre satanás a través de la descendencia de la mujer, lo cual que está mencionado en Apocalipsis 12.

En el Evangelio de San Juan, éste también nombra a María siempre como mujer y nunca como María.

¿Quién es la serpiente? No es más que satanás.

Incluso la escritura misma lo confirma en el Apocalipsis 12, en una escena dónde la mujer es atacada por un dragón y el dragón es definido como la serpiente antigua (Apocalipsis 12:9).

Aquí nuevamente vemos a la mujer y a la serpiente juntos.

Por lo tanto el Apocalipsis 12 es un texto hermano del Génesis 3, al que da cumplimiento.

¿Quién es la simiente de la serpiente? El anticristo o aquellos que han pactado con satanás a través de la historia.

O sea Caín y sus descendientes o cualquier persona malvada o pecaminosa.

Podemos definir a simiente dela serpiente como todos aquellos que en la historia se han opuesto al Mesías.

  

LAS 2 PROFECÍAS

El Protoevangelio contiene más o menos ocultas las profecías de María Inmaculada y la derrota de satanás por el Mesías que nace de María.

  

LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Cuando Dios dice que pondré enemistad entre la serpiente y la mujer, claramente la mujer no puede ser Eva.

Porque Eva ya sucumbió a las tentaciones y a las artimañas de la serpiente, de modo que es su aliada.

Ella se entregó a la serpiente al comer el fruto del Árbol del Bien y del Mal.

Son aliadas en términos del pecado, por la apertura de Eva hacia el pecado y por no ponerse a satanás.

Pero vendrá la mujer que sí estará en conflicto con satanás y que se opondrá a satanás durante toda su existencia, es decir iniciándolo en su concepción.

Esto supone que ella será concebida sin pecado y que el pecado original de Eva y Adán no tendrá influencia sobre ella.

Se está evocando a María Inmaculada.

Y San Ireneo dice que “el nudo atado por la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de la nueva Eva, María”.

De modo que el Ave María revierte el pecado de Eva, que es ave deletreado al revés.

El sí de María es un acto de enemistad hacia la serpiente qué seguirá en su descendencia a través de su hijo Jesús.

Esto es largamente el entendimiento de la tradición y el magisterio de la iglesia católica.

En su Decreto sobre la Inmaculada Concepción, Ineffabilis Deus, publicado el 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX declaró:

“…al comienzo del mundo, Dios anunció sus misericordiosos remedios preparados para la regeneración de la humanidad – palabras mediante las cuales aplastó la audacia de la serpiente engañosa y maravillosamente levantó la esperanza de nuestra raza.

Enseñó que por esta divina profecía el misericordioso Redentor de la humanidad, Jesucristo, el único Hijo engendrado de Dios, fue claramente predicho: que la Santísima Virgen, la Virgen María, fue proféticamente indicada, y, al mismo tiempo, la misma enemistad de ambos contra el maligno se expresó significativamente”.

El protoevangelio predice el nacimiento del mesías cuando habla de su simiente, que decir la simiente de la nueva Eva que es María.

Porque la palabra simiente implica descendencia. Por ejemplo a Jesús se le llama simiente de David, porque uno de sus antecesores directos fue el rey David.

Pero también algunos ven en este concepto de simiente el nacimiento virginal.

Porque no hubo presencia física de un hombre en la concepción de Jesús.

  

LA PROFECÍA DE LA DERROTA DE SATANÁS POR EL MESÍAS

La descendencia de la mujer pisara la cabeza de la serpiente.

En ese proceso la simiente, o sea Jesús, será herido en el talón.

Esto significa dos cosas: que Jesús derrotara a satanás, pero que morirá al hacerlo.

El precio de la mordida de la serpiente es la pasión muerte y victoria final de Jesucristo.

Pero hay más qué podemos ver en el lugar exacto en que Jesús pisó a la serpiente, que fue en la cabeza o sea el cráneo.

Es llamativo que la colina llamada Gólgota signifique cráneo.

Porque fue el lugar en qué Jesús vence a satanás y donde debe dejar la vida humana para vencerlo.

También hay una leyenda que dice que el Gólgota es el lugar dónde enterraron a Adán.

Por esta razón se representa a María y a Jesús aplastando a la serpiente con su pie.

No hay diferencia en el momento actual entre Jesús y María, en la lucha contra satanás.

  

TODA LA GRAN PROFECÍA EN UN SOLO VERSÍCULO

La primera profecía en la historia humana, que se encuentra al principio de la Biblia y que transcurre miles de años antes de la concepción de María, establece el curso de la historia de la salvación.

Se centra en el cumplimiento de la redención por parte de Jesucristo.

Es una prueba de la enseñanza bíblica católica del poder de Dios y de la Inmaculada Concepción.

Desde Adán y Eva habido una lucha permanente entre el bien y el mal.

La serpiente logró una victoria al desviar a nuestros primeros padres estableciendo un rumbo de pecado para la humanidad.

Dios castigó a la humanidad por la desobediencia, pero prometió a la descendencia de la mujer vencería a satanás.

Con lo cual se restablece toda la creación al final de la historia.

Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Debajo del Gólgota está la Capilla de Adán.

  

EL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA ES TOTAL

San Pablo dice,

“…la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos que no habían pecado, cometiendo una transgresión semejante a la de Adán, que es figura del que debía venir.

…Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.” (Romanos 5: 12-14)

Por lo tanto el pecado entró al mundo porque Adán que pecó y eso fue lo que vino a revertir Jesucristo con su sacrificio.

No sólo simbólicamente sino en todos los hechos colaterales inclusive.

Veamos los hechos.

Una tradición judía dice el cráneo de Adán fue puesto a salvo en el Arca de Noé.

Y Noé se lo entregó a su hijo Sem (de ahí descienden los semitas).

Sem le entregó el cráneo de Adán a Melquisedec que era el sacerdote de Salem.

La palabra Melquisedec significa “Rey de la rectitud o “Rey de la justicia” o “Rey sacerdote”.

De modo que el sacerdocio de Melquisedec viene directamente de Adán.

Melquisedec era rey de Salem, que significa paz como Shalom.

De modo que Melquisedec era el Rey de la paz.

¿Y dónde quedaba Salem?

Salem era Jerusalén porque Jerusalén en hebreo quiere decir “ciudad de la paz”.

De modo que el Rey de Jerusalén, que era Melquisedec, tenía el cráneo de Adán en la ciudad.

Y lo conservó en un lugar que luego se hizo famoso por ese hecho, el “Gólgota”, que quiere decir lugar del cráneo.

Sangre del martirio de Jesús en el Gólgota o Calvario se derrama sobre el cráneo de Adán.

Por otro lado se habla de “calvario”, lo cual hace referencia a calavera y en griego calvario es kranion.

Por lo tanto el lugar del calvario de Jesús era el lugar donde estaba depositado el cráneo de Adán.

La Iglesia de Santo Sepulcro tiene 2 lugares especialmente Santos.

Uno es el calvario o Gólgota donde Jesús fue crucificado y otro es la tumba donde Jesús fue enterrado.

También hay un tercer lugar que para muchos pasa desapercibido, que es la Capilla de Adán.

La tradición dice que la sangre de Jesús luego de la crucifixión se derramó por las rocas del Gólgota llegando al cráneo de Adán.

Y en ese lugar también se dice que fue donde Abraham iba a sacrificar a Isaac.

Esto que dijimos se une con el protoevangelio del que venimos hablando,  que dice que el mesías aplastara la cabeza de la serpiente.

Notemos entonces que la sangre de Jesucristo llegó físicamente hasta el cráneo de Adán y lo restauró con su bendición.

De esta forma se produjo la reversión total del pecado incluso físicamente.

¿Una maravilla, no?

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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