Hay miles de testimonios de su eficacia a través de la historia.
Millones de católicos han rezado esta oración a través de los siglos.
Hay miles de testimonios de los milagros recibidos. Testimonios de santos a quienes cambió la vida.
No es una de las tantas oraciones que se dicen milagrosas. Esta es verdaderamente milagrosa.
Aquí hablaremos de una oración fundamental que rezan los cristianos ante casos difíciles, cuando la situación no puede esperar más, y cuando el tema es importante.
Mostraremos milagros realizados a santos, que te impactarán, y te enseñaremos a recitarla correctamente.
Por 1587, el veinteañero estudiante de teología Francisco de Sales, había quedado atrapado en un extraño pensamiento asustado por la teoría de la predestinación de Juan Calvino «¿Y si Dios me ha juzgado indigno? ¿Y si Dios me abandona?».
Estos pensamientos se convirtieron en una obsesión.
Pérdida de apetito, pérdida de sueño, y del deseo por cualquier cosa. La vida le parecía insoportable.
Parecía no haber luz al final del túnel.
Era un ataque del maligno y un sufrimiento purificador permitido por Dios.
Esta agonía del alma duraría seis largas semanas.
Y tal era su condición interior que hasta le diría a Dios algo sin sentido, “¡Señor, aunque mi destino sea el infierno, al menos concédeme la gracia de amarte incluso allí!”.
Y cuando todo parecía oscuro, más muerto que vivo y roído por la angustia, el joven Francisco de Sales entró en la iglesia Notre Dame de la Victoire, Nuestra Señora de la Victoria, en una tarde de enero.
Y arrodillándose frente a la estatua de la Virgen María abrió su corazón y rezó con todo el fervor de su alma el Memorare. “Acordaos, oh piadosísima Virgen María…”
Después de recitar esta oración Francisco experimentó un gran milagro.
Aquella nube densa y oscura que lo envolvía en la desesperanza se disipó de golpe.
El sol se abrió paso entre las nubes, y su melancolía y depresión se transformaron en paz y alegría.
Ahora podía escuchar el canto de los pájaros y oler el fragante aroma de las flores.
Dios finalmente había sacado a Francisco de lo que parecía ser la arena movediza de desesperanza cuando rezó el Memorare.
Luego ofreció su virginidad a Dios y a la Virgen, en testimonio de lo cual se obligó a rezar el Rosario todos los días de su vida.
Con este suceso Dios estaba preparando al joven Francisco para un papel extremadamente importante en la Iglesia, y en el mundo en general. ?
Pero el Memorare no solo pudo sacar a un creyente de sus pensamientos oscuros y de ataques malignos, sino que también pudo convertir a un judío, ateo y millonario.
Esto sucedió el 20 de enero de 1842 en una pequeña iglesia de Roma.
Y no sólo Alfonso de Ratisbona se convirtió, sino que luego fue ordenado sacerdote en 1847.
¿Y cómo sucedió esto? Él mismo lo contó.
Venía de una familia de banqueros de Estrasburgo, pero su hermano Teodoro se declaró cristiano.
Y poco después, a pesar de la desolación familiar causada, fue más lejos y se ordenó sacerdote.
Esa conducta le disgustó terriblemente a Alfonso y comenzó a odiar su sotana.
Consideró que había sido atacado por una locura, producto del fanatismo de los católicos.
Es que Alfonso no pensaba más que en los placeres, fiestas, diversiones.
Era judío de nombre, no creía ni siquiera en Dios, lo mismo que su familia.
Y poco antes de su casamiento, programado con una sobrina 10 años menor, se dedicó a viajar por Europa.
El 8 de enero se encontró con el barón Teodoro de Bussiéres en Roma, mayor que él y cabeza de una distinguida familia.
Que había abandonado el protestantismo para convertirse al catolicismo.
El Barón le mostró Roma mientras le hablaba de las grandezas del catolicismo.
A lo que Alfonso respondía con ironía y con las acusaciones que había leído.
Y en determinado momento el señor de Bussiéres, le dijo “ya que Ud. detesta la superstición, profesa doctrinas muy liberales, y tiene un espíritu valiente y muy ilustrado ¿tendría el valor de someterse a una prueba inocente?”
Y entonces le propone llevar consigo la Medalla Milagrosa y rezar diariamente el Memorare.
Y Alfonso acepta, pensando que aunque no lo beneficiaría, tampoco le perjudicaría.
Pero misteriosamente comenzó a repetir sin parar las palabras del “Acordaos» a partir de ahí.
No podía desentenderse de ellas, le venían constantemente a la memoria, como ciertas melodías musicales que te persiguen sin quererlo.
Y en la noche del 19 de enero se despertó sobresaltado porque veía delante de él una gran cruz negra, pero sin el Cristo.
Se esforzó por alejar esta imagen pero no podía evitarla.
Y finalmente antes de tomar el tren para irse de Roma, se encontró con el barón de Bussiéres en la iglesia San Andrea delle Fratte, mientras éste hacía los arreglos para el funeral de un amigo.
Alfonso entonces recorrió la Iglesia para pasar el tiempo.
Pero de repente toda la iglesia desapareció de su vista.
Solo una capilla estaba iluminada y allí estaba la imagen que se ve en la Medalla Milagrosa, que cobró vida, y le hizo una señal con la mano para que se arrodillara.
Una fuerza irresistible le empujaba hacia Ella, la misma que lo llevó a rezar el Memorare sin cesar.
Cayó de rodillas y fijándose en sus manos, vio la expresión de perdón y misericordia, y comprendió todo.
Se confesó con un sacerdote que entró en el templo, y 10 días después fue bautizado y recibido en la Iglesia Católica por el Cardenal Patrizi.
El Memorare que sacó a San Francisco de Sales de la depresión, y contribuyó a la conversión de Alfonso de Ratisbona, es el arma secreta que instaló la Madre Teresa de Calcuta en las Misioneras de la Caridad, para resolver cualquier problema.
La Madre Teresa utilizaba esta oración constantemente para sus peticiones: para la cura de un niño enfermo, antes de discusiones importantes, para solicitar la ayuda celestial cuando los suministros se acababan, etc.
Y dada la gran cantidad de problemas que tenía que resolver y el ritmo en el que viajaba, a menudo simplemente no era posible permitirse hacer una novena para una respuesta celeste.
Entonces creó la Novena Rápida o Flying Novena, que es rezar 9 Memorares, uno detrás del otro.
Y daba la ayuda del cielo tan por sentada, que siempre añadía un décimo Memorare, en acción de gracias por el favor recibido.
Incluso cuando la Congregación de las Misioneras de la Caridad tuvo necesidad de un edificio para la casa matriz, la Madre Teresa ofreció a la Virgen María rezar 85 mil Memoreres y lo consiguió.
Hay gran cantidad de testimonio de las Hermanas de la Caridad sobre la eficacia del Memorare en su misión.
Esta es la oración del Memorare, la que ha sido atribuida a San Bernardo de Claraval.
“Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu Socorro, haya sido abandonado por ti.
Animado por esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
Oh madre de Dios, no deseches las súplicas que te presentamos ante la necesidad, antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén.”
Bueno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre tres impresionantes testimonios de la eficacia de rezar el Memorare para casos difíciles, importantes y urgentes.
Y me gustaría preguntarte qué oración sueles rezar para casos difíciles, importantes y urgentes, y si has rezado el Memorare.
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