Profecías de la Monja de Dresde sobre el Futuro del Mundo y su Transformación.
Piensa en el mundo de hoy, donde la fe se tambalea y el mal parece reinar. Donde todo parece ir patas para arriba.
Varios videntes de siglos pasados profetizaron esto.
Pero hay una joven que, a pesar de su corta vida, dejó un legado de predicciones sorprendentes.
¿Has oído hablar de la Monja de Dresde?
Sus manuscritos fueron descubiertos en 1808, un siglo después de su muerte.
Y predicen con escalofriante precisión el estado actual del mundo.
Profetizan no sólo el estado de confusión y degradación que sucederían en el mundo.
Sino que además da fechas sobre cuándo el maligno y sus secuaces se harán cargo de la Tierra.
Cuando se producirá una tribulación profunda, cómo será, y luego la recomposición del mundo.
Aquí te llevaremos a un viaje fascinante a través de las profecías de la Monja de Dresde.
Descubrirás cómo predijo el estado actual del mundo, las fechas clave en la lucha contra el mal, y la eventual restauración de la paz.
Esta Monja que profetizó una serie de hechos para la humanidad nació en 1680, en Dresde, y vivió y murió muy joven «en un convento a orillas del Elba, no lejos del palacio real», a la edad de veintiséis años, en 1706.
El manuscrito de sus profecías fue descubierto en 1808.
Escribió varias cartas a los grandes personajes de su tiempo (Clemente XI, Vittorio Amadeo II, etc.) que contienen mensajes proféticos.
Y también profecías que conciernen a nuestro tiempo.
Se sabe muy poco de ella, sólo que era de Dresde y que había sido elegida como «mensajera» entre las entidades divinas y nuestro mundo.
Era semianalfabeta, por lo que se dedujo que las cartas que escribió, cartas proféticas dirigidas a los poderosos de la Tierra, debieron ser «escritas» en estado místico.
Algunos testimonios revelan que hablaba correctamente la lengua de Nuestro Señor, y griego y latín en estado místico.
Probablemente era un personaje carismático, que era capaz de ver la dimensión eterna, donde no hay secretos de lugar, idioma y persona.
La monja de Dresde especifica el período en el que se asentará en la Tierra la era de «gran confusión e incomunicabilidad».
La vidente dice: “Entre 1850 y 2000 se construirán en la tierra una enorme cantidad de Torres de Babel.
Todos hablarán, pero nadie podrá entender lo que dicen los demás y las máquinas aumentarán la confusión, porque llegará el momento en que la voz del hombre ya no contará, sino que la máquina hablará. Y nadie entenderá esa palabra».
¿Está prediciendo la Inteligencia Artificial con esto?
También profetiza cuando será el establecimiento de la corte de Lucifer en la Tierra.
La vidente afirma que esto sucederá entre 1940 y 2010, cuando «la jerarquía satánica dominará la Tierra, encabezada por un demonio que hablará la lengua de Atila, pero vestirá las ropas de César».
Por tanto, se espera un engaño, ya que Atila se vestirá de César.
Y será mediante el engaño que el mundo entero será «guiado» en los últimos tiempos.
Según sus escritos, el fin del mundo tendrá lugar en el año 3033 d.C., tras un largo período de degradación de la humanidad y horrores.
En ese período, estaremos en la era del Espíritu Santo, las anteriores son las eras del Padre y del Hijo.
Uno de los mensajes más significativos de esta vidente se refiere a las tres plagas de la purificación, referidas al «fin de la era del hijo», o los años 2000.
«En aquel tiempo será necesaria una limpieza general, porque el hombre habrá hecho estragos en todo.
Y la limpieza requerirá sufrimiento y dolor para toda la humanidad, porque tres plagas vendrán a limpiar el fin de este tiempo.
Una plaga mortal caerá como lluvia y golpeará especialmente a los corruptos de carne, a los viciosos, a los hijos de Sodoma y Gomorra.
Y entonces habrá fuego, pero nadie verá las llamas y nadie verá el humo de la ceniza; y esa ceniza contendrá la muerte.
Habrá gran sequía y gran hambre, y se abrirán profundas heridas en la tierra y ya no crecerá trigo, sino que sólo crecerán hierbas envenenadas.
El sol cambiará su calor.
Los tiempos de la cosecha del trigo serán cambiados y nada de lo que el hombre consideraba «inmutable» quedará como antes.
Los colores de la naturaleza también cambiarán.
Muchos frutos de los campos serán venenosos y matarán a hombres y animales.
Y todo esto sucederá en un tiempo en que el hombre habrá desperdiciado el grano y habrá desperdiciado el agua».
Habrá tres señales que anunciarán las grandes cosas: la tierra trepidante, la locura del hombre y las señales del cielo.
La corteza terrestre se modificará en muchos lugares, especialmente en el «mar de la historia», el Mediterráneo.
El hombre y la naturaleza cambiarán en muchas cosas.
El Adriático se convertirá en un lago, y ciudades situadas «en la montaña, de repente se encontrarán en el mar».
Muchas estrellas desaparecerán de la vista de los hombres y muchas otras se harán visibles.
Éste es el tiempo en que los hombres ya no hablarán, sino que gritarán sin entenderse.
La Torre de Babel regresa a la tierra, y esta vez no será la torre la que se derrumba, sino el hombre.
Pero antes de llegar a «la resurrección del mundo», será necesario superar los «días del arcángel Miguel», que purificarán «los vientos».
Estos serán días de dolor porque la transición de un antiguo régimen a una nueva «forma de vida» no será indolora.
Cuando hayan pasado los días del Arcángel Miguel, un festivo repique de campanas se elevará al cielo desde toda Rusia, porque se ha convertido.
La vidente ve efectivamente «la Cruz de Cristo ardiendo y resucitando en la gran plaza de la Santa Rusia».
Otros mensajes nos dicen que el sucesor de Pedro irá a bendecir el corazón de la gran Rusia.
En otra profecía la vidente dice textualmente: «llegará un día en que el agua tendrá olor a carne muerta y en el que toda la tierra se convertirá en un enorme muladar».
«Al final todo será veneno porque será el hombre quien habrá decretado matar al hombre.
Pero muy pocos lucharán por la paz y entonces todo se pudrirá y todo será muerte.
En los albores de la era espiritual, el enorme vientre de la tierra se llenará de azufre y luego se purificará”.
Y predice los últimos pontífices que precederán la nueva era de las catacumbas.
Para cada pontífice hay un símbolo, y la secuencia de Papas es casi igual a la profecía de San Malaquías.
A Juan XXIII lo simboliza por un «Caballo Rojo, signo del precursor».
A Pablo VI como el «Caballo Negro, signo de Benjamín».
A Juan Pablo I como el «Caballo Blanco, signo de misericordia».
A Juan Pablo II «como el ángel Maestro de Josafat, con la señal de los doce».
Y dice que todavía habrá dos pontífices más antes del fin de la Iglesia Católica Romana.
En la carta a Federico I de Prusia la monja predice que «el último Pedro vendrá de tu tierra».
Prusia es el nombre de una región histórica hoy incluida entre las fronteras de Lituania, Rusia, Polonia y Alemania.
Bueeeno, lo que queríamos contar sobre las profecías de la Monja de Dresde que casi no se conocen, pero aportan material valioso.
Y me gustaría preguntarte qué es lo que te impactó más de estas profecías de la Monja de Dresde.
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