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Inmerso en el Parque Nacional del Gargano en los márgenes de la Selva Umbra, Monte Sant’Angelo atrae desde lejos por sus pequeñas casas blancas colocadas en fila sobre la ladera.

Desde aquí se goza de un sugestivo panorama sobre el golfo de Manfredonia.

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Ciudad de Monte Sant Angelo

Ciudad de Monte Sant Angelo

Su nacimiento se relaciona con la aparición del arcángel San Miguel en la gruta el 8 de mayo del 490 y a las sucesivas apariciones (492 y 493) que hicieron de este lugar de devoción meta de peregrinaje.

Castillo de Monte sant Angelo

Castillo de Monte Sant Angelo

 

QUINCE SIGLOS DE HISTORIA

La Basílica consiste en un complejo de edificios de distintas épocas con una gruta natural que, muestra unos 15 siglos de historia.

Entrada desde la calle

Entrada desde la calle

Primitivo templo pagano: La inmensa caverna calcárea, que se ha convertido en uno de los más renombrados templos cristianos, teniendo en cuenta el lugar, la estructura y la amplitud, debió ser en la época grriega y romana un lugar de culto.

Epoca prelongobarda: En el siglo V, para extirpar el culto pagano que realizaban los habitantes del lugar, el obispo de Siponto (hoy Manfredonia), Lorenzo Maiorano pensó sustituir la figura del dios arquero con aquella, tan querida por los cristianos orientales, del Arcángel y Príncipe de la Milicia Celestial, hecho acompañado por legendarios episodios (las apariciones).

Epoca longobarda: La larga lucha entre bizantinos y longobardos, procuraron al Santuario saqueos y devastaciones, que concluyen con la victoria de los segundos, quienes encontraron en el Arcángel la figura del ideal del dios guerrero y protector. El Santuario se convirtió en su santuario nacional.

Epoca medieval: Los primeros normandos venidos a Italia, se dirigieron rápidamente hacia el Gargano y su célebre Santuario y, en ese lugar establecieron alianza con el terrateniente Melo de Bari para expulsar a los bizantinos de la Puglia.

Vista lateral de la fachada

Vista lateral de la fachada

Epoca Angevina: Carlos de Anjou, rey de las Dos Sicilias, fue un gran devoto del Arcángel y gran benefactor para la Basílica. A él se debe la actual organización del Santuario (con un arduo trabajo que dividió en dos la gruta, quedando sepultado el antiguo ingreso bizantino-longobardo) y el acceso en descenso del lado sur a través de una amplia escalinata marcada por grandes arcadas laterales, antiguamente sepulcros de las familias oriundas del Gargano, que hoy continúan en el llamado atrio interno.

Epoca moderna: A raíz de la “Cuarta Aparición” del Arcángel San Miguel al Arzobispo Alfonso Puccinelli, la ciudad se amplía y se convierte prácticamente en el más importante centro de Gargano, al cual llegaron numerosos y continuos peregrinos y visitantes ilustres. En 1872 la Basílica fue reconocida definitivamente como capilla palatina, esto es, dependiente directamente de la autoridad real. De 1970 a 1996 el Santuario fue custodiado por los Padres Benedictinos y actualmente lo hace la Congregación de San Miguel Arcángel.

 

PEREGRINACIONES

Fachada con dos puertas

Fachada con las dos puertas

La Via Francisca, denominada así en los documentos del siglo XI a XIV, en referencia a los peregrinos longobardos provenientes tanto de Pavia como de Benevento, nacida de la desviación de la arteria Litoral (una de las grandes arterias que, de Roma pasando por la costa adriática, culminaba después de haber atravesado la falda del Gargano y Siponto, en Brindisi), que a la altura de Branca, a 10 km de San Severo, se introducía en el valle de Jana en dirección de Stignano y, con un recorrido en gran parte coincidente con la moderna S.S. 272, alcanzaba Monte Sant’Angelo.

Tal itinerario es llamado también Via Sacra de los Longobardos, denominación hoy más corriente en homenaje a la probable iniciativa de los longobardos que, según algunos estudiosos, a lo largo de este trazado han hecho surgir las mansiones y hospedajes para aquellos que devotamente afluían al Santuario.

El segundo itinerario, unido al Aecae sobre la desviación de la Apia-Traiana (otra gran arteria romana directa a Brindisi), atravesando Lucera y Arpi, se empalmaba con la Litoral en las proximidades de Siponto, hacia la primera mitad del siglo XI (1024). Era denominada Via Francigena, sinónimo de Francisca, sin duda en referencia a los peregrinos provenientes de los principados longobardos y de las regiones trasalpinas.

San Miguel Arcangel en la fachada

San Miguel Arcangel en la fachada

Las crónicas lo señalan entre los cuatro más frecuentados lugares de peregrinación de la cristiandad según el itinerario de redención espiritual conocido como Homo, Angelus, Deus (Hombre, Angel, Dios) que comprendía la visita a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo en Roma y de Santiago de Compostela en España (Homo), al Angel de la Sagrada Gruta de Monte Sant’Angelo (Angelus) y a los lugares de Tierra Santa (Deus).

 

EL SANTUARIO

EL CAMPANARIO

Fue construido por Carlos I de Anjou como una acción de gracias a San Miguel por la conquista del sur de Italia. El trabajo comenzó 27 de marzo 1274 y se terminó en 1282 con la altura original de 40 metros. Más tarde, se redujo a 27 metros. Tiene 5 campanas, la más grande, la sexto, ocupa el centro del octágono, y se remonta a 1666.

San Miguel pisando a satanas

San Miguel pisando a satanas

 

EL ATRIO SUPERIOR

Una vez atravesado el campanario nos encontramos en un amplio patio, denominado «Atrio superior» que presenta, a la izquierda y al frente, una columnata con rejas. La entrada al Santuario data de 1865 y presenta dos arcadas a ojiva aguda coronadas por un frontón triangular adornado de frisos y pequeñas arcadas. Entre dos pequeños rosetones aparece ante nuestros ojos un pabellón con la estatua de San Miguel Arcángel.

Sobre los paneles de la puerta se representa toda la historia del Santuario. En la de la derecha se lee el siguiente epígrafe: TERRIBILIS EST LOCUS ISTE HIC DOMUS DEI EST ET PORTA COELI (Este lugar es impresionante. Ésta es la casa de Dios y la puerta del cielo). En la de la izquierda, este otro: NON EST VOBIS OPUS HANC QUAM AEDIFICAVI BASILICAM DEDICARE IPSE ENIM QUI CONDIDI ETIAM CONSECRAVI (No es necesario que vosotros dediquéis esta Basílica que yo he edificado porque yo mismo he puesto los cimientos y también la he consagrado).

Bajo cada una de las lápidas se abre un portal de arco agudo; el más precioso, a la derecha, se remonta al siglo XIV. En la luneta central de arco gótico se destaca la figura de la Virgen María con el Hijo divino entre los brazos; al lado los apóstoles Pedro y Pablo; un poco separada, la pequeña efigie de una mujer arrodillada en oración. En la luneta de la izquierda, se ha representado la escena de la procesión de los siete obispos de la Pulla con el clero y el pueblo a la gruta sagrada. La entrada de la derecha es la original. Ideada por Carlos de Anjou.

Hacia la Gruta

Hacia la Gruta

 

LA ESCALINATA

Los dos portales introducen a un vestíbulo desde el cual se abre la escalinata que lleva hacia la mística gruta. La construcción de esta magnífica obra se remonta a la época de los Anjou (siglo XIII). Está constituida por 86 escalones y subdividida en cinco rampas, interrumpidas por cuatro rellanos; las galerías están sostenidas por grandes arcadas góticas y por bóvedas ojivales; las paredes laterales están iluminadas por pequeñas ventanas. Donde comienza, en un vano a la izquierda de la primera rampa, se construyó en l986 un oratorio en honor de san Benito, patrono de Europa. Al avanzar encontramos en la cuarta rampa, siempre a la izquierda, un templete del siglo XV con la estatua de la Virgen que tiene al Niño en brazos y el sarcófago de Rinaldo Cantelmo.

La escalinata desemboca en un portal cuadrado de columnas contorneadas apoyadas sobre leones y plintos ornados con el escudo obispal en relieve. El mismo es conocido tradicionalmente como Puerta del Toro, por el gran fresco que allí revive “el episodio del toro” de la primera aparición y que vio la luz durante la restauración de 1999. El portal está dominado en la parte superior por un crucifijo bajo el cual se ha puesto una lápida de mármol ricamente enmarcada, guardada por dos ángeles. En la inscripción leemos: HAEC EST TOTO ORBE TERRARUM DIVI MICHAELIS ARCHANGELI CELEBERRIMA CRIPTA UBI MORTALIBUS APPARERE DIGNATUS EST HOSPES HUMI PROCUMBENS SAXA VENERARE LOCUS ENIM IN QUO STAS TERRA SANCTA EST (Esta es la Cripta de San Miguel Arcángel, celebérrima en todo el mundo, en donde él se dignó aparecer ante los hombres. ¡Oh! peregrino, postrándote en tierra, venera estas piedras porque el lugar en el que te encuentras es santo).

Fresco Santa Maria del Parto

Fresco Santa Maria del Parto

 

EL ABSIDE

Al fondo de La Nave Angevina, en el ábside, se colocó en 1690 un altar de estilo barroco, destinado actualmente a la custodia del Santísimo Sacramento, con tres estatuas de piedra que representan en el centro a san José, a la izquierda a san Nicolás de Bari y a la derecha a san Antonio de Padua.

Vista panoramica de la capilla de la gruta

Vista panoramica de la capilla de la gruta

 

EL ALTAR DE MADONNA

A la izquierda de la capilla mayor, bajo un dosel de madera sostenido por cuatro columnas de mármol uno de los altares más antiguos de la basílica: el dedicado a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Sobre el altar, como un fresco en un ambiente del siglo XVII, representa la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, flanqueada por San Esteban y San Carlos Borromeo. El altar es también llamado la Virgen del Sufragio en virtud del privilegio concedido por el Papa Gregorio XIII (1572 – 1585) de una indulgencia plenaria para los muertos disponible todos los días, rezando ante el altar,

Altar de la Gruta

Altar de la Gruta

 

EL ALTAR DE SAN MIGUEL

Entre finales del siglo XVI y la primera mitad del próximo se excavó la parte inferior de la cueva con la intención de crear un santuario más grande, de acuerdo con la solemnización de la misa pontifical. Colocada sobre el altar en 1507, en el corazón de la Santa Cueva, la estatua de San Miguel Arcángel, obra de la más alta calidad y la imagen arquetípica de la devoción, se atribuye a Andrea Contucci, también conocido como Sansovino. Tallada en mármol blanco de Carrara, mide 130 cm de altura. Representa al Príncipe de los ejércitos celestiales que pisotea a Satanás retratado como un monstruo con cara de mono, muslo de una cabra, las garras de un león y cola de serpiente. San Miguel tiene la apariencia de los adolescentes. La cabeza está adornada con una corona enjoyada y el pelo es crespo. El brazo izquierdo se extiende hacia abajo. El brazo derecho levantado, sosteniendo una espada colocada transversalmente en acto de amenaza. La posición es la de un soldado. La espada, tomada de la mano del Arcángel, sale en procesión solemne por las calles de Monte Sant’Angelo el 29 de septiembre.

 

LA CAPILLA DE LA RECONCILIACIÓN

Un largo y luminoso corredor que termina en el atrio interno, justo en el lado opuesto a la entrada de la Gruta, conduce a un amplio espacio adonde llegan los ascensores para discapacitados y ancianos que llegan a la Basílica.

San Miguel en el altar de la gruta

San Miguel en el altar de la gruta

Sobre la izquierda se abre la novísima capilla penitencial “de la Reconciliación”, que enriquece el Santuario miguelino con una virtud que es esencial a la prerrogativa que le fuera reconocida oficialmente por la Santa Iglesia en 1997: la de lugar del perdón angélico. En los tres murales que se encuentran a la entrada aparecen el papa Juan Pablo II, el arzobispo de Manfredonia-Vieste, monseñor Vicenzo D´Addario, y los padres miguelinos custodios del santuario.

San Miguel

San Miguel

 

LAS CRIPTAS

Al final de nuestro itinerario podemos visitar, también, algunos ambientes que se remontan a la época longobarda y que han salido a la luz gracias a las excavaciones promovidas por monseñor Nicolás Quitadamo entre los años 1949-1960. Por ejemplo, las hoy llamadas “criptas”, que servían como entrada a la gruta y fueron definitivamente abandonadas en el siglo XIII, en la época de las construcciones angevinas. Están compuestas por dos ambientes cuyas estructuras debieron realizarse en dos fases inmediatamente sucesivas.

Las criptas alcanzan 60 metros de largo y se accede a ellas a través de una escalera que desciende a una vieja cisterna. El ambiente, de unos 45 metros de largo, llega hasta el poderoso muro de sostén sobre el cual, en la parte superior, se apoyan las famosas Puertas de Bronce. Esta primera parte aparece a nuestros ojos como una galería con pórticos, articulada en ocho naves rectangulares que se comunican entre sí por medio de arcos transversales, nacidos de gruesas pilastras que salen de las paredes laterales. Todo está cubierto por una bóveda a bote.

Otra de san Miguel

Otra de san Miguel

 

MUSEO DEVOCIONAL

Fue creado en 1989 con el objetivo de recoger, catalogar y mostrar a los visitantes diversos objetos que testimonian la ferviente devoción a San Miguel Arcángel a lo largo de tantas generaciones. Allí se encuentran dones ofrecidos al Santuario por peregrinos ilustres y otros no tan conocidos como acción de gracias por los beneficios recibidos.

Sus sentimientos fueron expresados frecuentemente a través de un ex voto en forma de pinturas que hablan visualmente de las gracias y milagros obtenidos por la intercesión del Arcángel. Los objetos custodiados son muchos y de diversa naturaleza. Los más preciosos son los ornamentos litúrgicos, calices, copones, muebles sagrados, cruces, lámparas de plata, relicarios.

Capilla lateral en la gruta

Capilla lateral en la gruta

Otro sector interesante del museo está constituido por una colección de íconos de la Beata Virgen María y de santos proveniente de la escuela rusoeslava y por copias e íconos custodiados en Grecia, inspirados en la figura de San Miguel. También es importante una colección de cirios votivos decorados. Pero el puesto central pertenece al más antiguo ícono de San Miguel Arcángel venerado en el Santuario. Originariamente, a fines del año 1891, se encontraba en la llamada Cueva de las Piedras, después fue colocado por un tiempo en la Capilla de las Reliquias.

 

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