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Esta es una deliciosa historia que muestra como un devoto barrio de una ciudad de Perú da culto a su patrona.

Y como el culto a su Virgen María se enriquece con las peculiaridades de la tradición del lugar.

Generando una síntesis de diversas culturas y estableciendo una amplia participación popular.

El cuadro de Nuestra Señora fue descubierto mediante un sueño por una pareja de tejedores.
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Y en el momento dificil del parto de la mujer, la Señora del cuadro bajó junto con otros ayudantes y la asistió en nombre de Jesucristo.

La ciudad de Huaraz se encuentra ubicada al norte de la ciudad de Lima, Perú.

Es la capital del departamento de Ancash. La distancia Lima – Huaraz es de 408 Km.

Según datos históricos, el 20 de enero de 1572 se fundaba el pueblo de Huaraz bajo la advocación de San Sebastián.

El 12 de febrero de 1821 se convierte en la capital del departamento de Huaylas.

El Barrio de Nicrupampa, se encuentra ubicado en la parte noreste de la ciudad de Huaraz.

Antes del sismo del 31 de mayo de 1970 la parte oeste del Barrio actual era la hacienda de la familia de Clotilde Ramírez y pequeñas parcelas de otros propietarios.

Los terrenos de la hacienda estaban dedicados al cultivo de maíz y papa, hortalizas y otros productos, regadas con las aguas del río Paria, parcelas limitadas con eucaliptos, capulíes y otros arbustos fragantes.

En otros tiempos los peones dedicados a la agricultura, fueron gente morena (de raza negra) a quienes los lugareños les decían simplemente «nigrus», debido a que no pronunciaban bien el español.
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Como la zona era una pampa extensa, era comúnmente conocida como «Nigrupampa», es decir la pampa donde trabajan los negros.
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Con el devenir de los años opto su actual nombre de Nicrupampa.

En aquellos tiempos atravesaba en forma longitudinal un camino que unía la ciudad de Huaraz con los caseríos de Huanchac y Paria.

Posteriormente se ensanchó y tomó el nombre de Avenida Progreso, actual arteria principal del barrio.

Por aquellos años también en la parte este de la Av. Progreso había solamente chacras y huertos dedicadas al cultivo de flores de los mas variados colores y especies.

Así como de plantas medicinales y frutales que crecían al lado de las viviendas de sus moradores, emanando fragancias y llenando de un agradable aroma al barrio, de allí proviene el nombre con el que también se le conoce al Barrio de Nicrupampa, «Barrio de las Flores».

Como cualquier otra localidad en el Perú, el Barrio de Nicrupampa tiene también una Santa Patrona desde sus inicios como caserío ubicado en las afueras de la ciudad de Huaraz continuado hasta hoy en día como uno de los Barrios de mayor importancia.
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La Fiesta Patronal en el barrio de Nicrupampa se realiza todos los años, como agradecimiento de los vecinos a todas las bendiciones y milagros concedidos por la Santa Patrona, «La Virgen del Rosario» o como cariñosamente los devotos la conocen: «La Mama Llusha».

fiesta llevando una cruz nicrupampa

 

HISTORIA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE NICRUPAMPA

Durante el estío y luego de las cosechas de la temporada, los esposos Antúnez, padres de Manuela Antúnez, se proponen realizar un viaje al pueblo de Ticapampa lugar donde abunda la lana, materia prima para el arte textil.

Llevan consigo maíz, papa, oca y otros para cambiarlos o negociarlos mediante el trueque; se dice que fueron invitados en Recuay por unos compadres que vivían en el lugar quienes los alojaron en un cuarto junto al la cocina.

 

Durante la noche y al estar dormidos, el esposo Antúnez tiene una visión, y una voz le ordena que descubra una cortina de bayeta blanca que se hallaba junto a la cama.
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Al abrir este descubre la imagen de una «Gran Dama» muy esbelta ella, con un manto rojo.
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Ésta le confiesa su deseo de irse a Huaraz con la pareja.

Al despertar, efectivamente descubre la cortina y halla en una pequeña hornacina un pequeño cuadro pintado al óleo en una tabla la imagen de la Virgen del Rosario, estaba impregnado de polvo y humo por estar junto a la cocina.

Se dice que el tejedor y su esposa al gustar del cuadro suplicaron a los dueños se los obsequiase, accediendo estos con la condición de llevarlo oculto.
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Otra versión es que al tener el sueño y descubrir en verdad dicho cuadro, el tejedor convenció a su esposa hurtarlo, y lo ocultaron entre los madejones de lana de oveja para luego emprender el retorno a Huaraz.

Al llegar a Huaraz y al paraje de Nicrupampa, los esposos ubican al cuadro en un lugar preferente de la habitación principal y le hacen una especie de urna en la pared rindiéndole pleitesía.

Al cabo de meses de ocurrido este acontecimiento la esposa quedó embarazada.

Era el mes de octubre época de siembra del maíz y aprovechando las primeras lluvias de la temporada, algunos dicen que el esposo tomó su arado y sus bueyes para sembrar su parcela.

Estando la mujer sola en su hogar, le llegó la hora del parto

Otros afirman que al llegar el momento del parto y debido a lo complicado, por estar atravesado el bebé en el claustro materno, el esposo salió en busca de una parturienta para que la auxiliara.

Estando la madre sola se presentaba la dificultad de salir de este trance y por la misma desesperación por el dolor, clama ayuda a la Virgen del Rosario cuya imagen se encontraba frente a ella.
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En su dolor ella ve que una bellísima dama baja del cuadro, cubierta de un manto rojo y junto a ella dos personajes mas, los que acuden a auxiliarla.
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El vástago que nace es un niño robusto que es dejado en brazos de su madre quien apenas se reponía del difícil momento.

Al retornar el Padre de su búsqueda infructuosa encontró la grata sorpresa de que su esposa ya tenía al bebé en brazos.

Preguntado y explicado lo ocurrido, la descripción que dio la mujer coincidía sorprendentemente con las imágenes del pequeño cuadro, ella explicó así lo ocurrido:

«Ingresaron a la habitación tres personajes, una mujer muy bella, blanca y esbelta cubierta con un manto rojo, otra cubierta con un manto negro y ribetes dorados, y el tercero un varón con túnica marrón, los que me atendieron, dirigidos por la dama del manto rojo.

Bañaron a la criatura y me lo entregaron para retirarse luego sin decirme sus nombres, dándome la bendición en nombre de nuestro Señor Jesucristo».

Todo estos acontecimientos ocurrieron un cuarto domingo del mes de octubre, en época de sembrío de maíz.

 

LA IMAGEN

La imagen de la Virgen del Rosario es un hermoso cuadro pintado sobre una tabla de 18 x 24 cm aproximadamente y corresponde a la pintura colonial.
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Que por sus características estéticas se aproxima a la escuela cusqueña, ejecutado por un artista muy diestro en el uso del pincel fino, cuyos detalles impresionan sobre todo en el tratado de los rostros.

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Actualmente esta incrustado con algunos adornos de plata y oro siguiendo el diseño original, obsequiado por sus devotos en agradecimiento a los milagros recibidos.

En verdad la obra artística es una composición triangular.
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En cuya base se puede apreciar medio cuerpo en posición de tres cuartos la figura de Santo Domingo de Guzmán y Santa Rosa de Lima.
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Estando en la parte superior del triángulo el rostro de la Virgen María, quien sostiene con el brazo izquierdo al Niño Jesús.

En la parte superior dos querubines apenas muy suavemente sostienen su corona de plata, que a su vez está orlado con doce estrellas en círculo, esta descripción coincide con las sagradas escrituras del Apocalipsis de San Juan.

«Mama Llusha», es una dama y señora, de mirar profundo. Su rostro, es como el amanecer andino, lleno de inspiración y amor maternal; esbelta como el eterno Huascarán.

Su bondad trasciende los confines de Huaraz y el Callejón de Huaylas.

Se describe la describe como una dama muy fuerte de carácter, experta parturienta y de poca paciencia.

Es costumbre en ella, faltando dos o tres meses para su festividad, ausentarse, dando lugar a su búsqueda e interrogaciones: ¿Dónde y con quiénes estará?…¿Dónde pernoctará?…

Unos dicen que debe estar de partera o comadrona … otros dicen que debe estar de visita en la casa de «doña Feli» por Capulí Cúchu, o tal vez donde «don Julio», «doña Cunshi», «don Moshi», o quizás en la casa de «don Ellico».

En fin, donde esté, estará realizando milagros y dando bendiciones.

No importa donde se encuentre «Mama Llusha»; lo importante es darle la mejor sorpresa en su día, como lo hace un buen «Nicrupampino y devoto» cada año.

pallas dance nicrupampa

 

EL CULTO POSTERIOR Y LOS FESTEJOS

La historia nos dice que el padre y la madre Antúnez agradecidos por el milagro recibido y junto a los vecinos más cercanos, iniciaron la veneración a la Virgen del Rosario, la que se celebra a partir del cuarto domingo del mes de octubre.

Cada vez que se extendía la noticia del milagro se acrecentaba la fiesta, la pleitesía consistía además con la danza autóctona hecha cristiana, como por ejemplo las danzas llamadas el «patsa caballu», «los yuriguas», «los huancadanza», etc.

Año tras año esta festividad de la Virgen del Rosario se ha mantenido y crecido, por el entusiasmo de sus procuradores, sobresaliendo las figuras de don Timoteo Antúnez y Lizandro Jácome.

Se implantó la corrida de toros y la festividad se realiza sábado y domingo, siendo los procuradores los descendientes de los Macedo y posteriormente los Jácome, encargados de organizar el «Día», y los Antúnez encargados en la «Octava», que hasta hoy en día se respeta.

La fiesta comienza 8 días antes con una octava y su punto culminante es el sábado y domingo últimos.

En casa de los mayordomos y capitanes, todo es ir y venir de amigos y familiares, algunos recién llegados de diferentes puntos del Perú e incluso del extranjero, también en el ajetreo están los cocineros y camachicos.

Unos probando el fermento de la chicha, asegurándose que este en su punto, así como también los licores, algunos terminando mareados antes de tiempo; otros beneficiando toros, carneros, chanchos, cuys y conejos.

Es costumbre colocar, por lo general en la entrada principal de la casa del mayordomo y/o capitán, un madero, el más alto que se pueda conseguir, sobre ellos las cabezas de los ganados beneficiados en señal de fiesta, este se mantendrá hasta el final de la misma.

Por allí, en redondos batanes muelen ají y especerías; mientras que peroles y ollas gigantes hierven, bajo la vigilancia del «chef andino»: «Muti casqui», «Jaca cashqui», «Llunca cashqui», «Puchero», «Caldo de cabeza» y otros potajes típicos.

Todo es bullicio y algarabía, entusiasmados los funcionarios de rato en rato se maquillan y retocan todo nerviosos, sin perder el control de los potajes y accesorios que lucirán durante toda la fiesta.

Ya es día sábado y el cielo azul que cubre la ciudad de Huaraz, recibe por fin el estertor de las avellanas y bombardas, todo el barrio y barrios vecinos se llenan de sones.

La banda de músicos, cervezas, fuegos artificiales, cuy, papa y otros obsequios adornados de banderitas peruanas, se acercan a la casa del funcionario de turno.

Todos los vecinos, amigos e invitados van al encuentro a recibir a la comitiva, que se acerca, trayendo consigo baldes de chicha, calentaditos y cajas de cerveza.

El encuentro es emotivo, pues, todos se confunden y comentan de la fiesta, haciendo planes para los días de fiesta que están por venir.

Luego de la recepción, toda la comitiva se dirige rumbo a casa de uno de los devotos de la virgen a recogerla, donde días previos al inicio de la fiesta se le ha rendido pleitesía y orado por la salud de todos los presentes y ausentes.

A la vez se procede al recojo de los obsequios, ramos y el arco de flores que adornará el altar de la Virgen durante los días de fiesta, para luego pasearse por la Plaza de Mayor y principales arterias y avenidas de la ciudad de Huaraz.

«Mama Llusha» luego ingresa al Barrio de Nicrupampa en hombros de sus fervientes devotos al compás de la banda de músicos, mientras que las bombardas y avellanas emulan a los truenos y relámpagos.

Luego que «Mama Llusha» es colocada en su altar, adornado de flores fluorescentes de colores y cirios, la comitiva baila hasta el cansancio en la plazuela del barrio, retornando luego a la casa del funcionario de turno a recuperar las fuerzas perdidas, deleitándose con los suculentos platos del Chasqui.

Por la noche después de las solemnes vísperas, la plazuela se convierte en un campo de baile y serenata, al son de huaynos y chuscadas, acompasadas por las bandas de músicos que se turnan entre ellas.

El mayordomo brinda a los presentes el famoso Calientito para animarlos a bailar al mismo tiempo contrarestar el frío de la noche serrana.

De rato en rato, el ambiente se llena de luces de colores, de los fuegos artificiales y las vacas locas; a las doce de la noche, se enciende al castillo de diez o doce cuerpos, en medio de la algarabía y aplausos del público presente.

Enseguida viene el «Ehuallé» o despedida, al ritmo de un pasacalle.

Al amanecer, cuando el horizonte oriental se sonroja con los primeros rayos del sol; veintiún camaretazos despiertan a los trasnochados concurrentes y al barrio entero, anunciando que la fiesta va ha continuar.

Los adormilados músicos, entre bostezos, ejecutan el «Despertar Andino» para dar ánimo a los invitados que adormitan en camastros improvisados.

El desayuno ya esta listo para servirse y todos comienzan a saborear el «Pecan caldo» así como un delicioso café recién pasado.

Antes de la solemne misa que se oficiará en homenaje y agradecimiento a «Mama Llusha», el capitán de la tarde y su comitiva se dirigen a la Plaza mayor de Huaraz a recoger «enjalmes, moñas y adornos taurinos» de los escaparates de las tiendas de Sotomayor, Bazar Sucre, y de los puestos de algunos artesanos en el Mercado Central de Huaraz.

Una vez que el sacerdote da la bendición a los mayordomos y capitanes, luego de haberles exhortado para que sigan por el camino del bien; sale en procesión «Mama Llusha», con todo esplendor y belleza, a todo lo largo de la Avenida Progreso, arteria principal del barrio, hasta llegar a las puertas de la piscicultura.

Los funcionarios llevan los estandartes y sus acompañantes, velones, cirios y flores, al paso de la banda de músicos.

En el recorrido de retorno a su templo se hace el cambio para servir de funcionarios el siguiente año, acto que es asumido con el toque de la «Diana» ejecutada por la banda de músicos, prosigue la procesión portando el funcionario entrante el estandarte hasta llegar a la capilla, una vez colocada la imagen en su altar, el funcionario entrante firma el acta de compromiso, siendo agasajado por el procurador.

Por la tarde, después de un suculento almuerzo ofrecido por los funcionarios de turno, el «capitán de la tarde», sus acompañantes e invitados, toreros y payasos, hacen su ingreso al coso taurino repartiendo dulces y caramelos al público concurrente. Su presencia es saludada con bombardas, tendidas, palomas y cuetes.

Como cierre de fiesta se liba licor y baila hasta las últimas consecuencias en la plaza principal del barrio a la espera de la próxima fiesta, el siguiente año.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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