Algunos periódicos católicos lo apoyan.
Hace unos meses informábamos la destitución de un sacerdote francés por parte de el vaticano, porque quería seguir siendo sacerdote católico y masón. Ver artículo aquí. Ahora ese sacerdote Pascal Vesin comienza una marcha sobre Roma el domingo 14 de julio.
El sacerdote – ahora ex sacerdote – parte de Megeve a las ocho de la mañana del domingo, acompañado por un puñado de seguidores, y espera llegar a Roma pie en cuarenta días. Pedirá ser recibido por el Papa Francisco, y espera ser entrevistado por los periodistas italianos.
REPASEMOS POR QUE FUE DESTITUÍDO VESIN
La historia es simple. En 2001 el sacerdote de la diócesis de Annecy, ordenado sacerdote en 1996, se inició en la masonería en el Gran Oriente de Francia. Tomamos nota de que el Gran Oriente, además de ser la mayor organización masónica francesa, es también la más anti-católica.
Don Vesin, que había expresado su simpatía por los masones, había sido contactado por la Gran Logia Nacional de Francia – la rama más «espiritualista» y menos anticlerical – pero al final se optó por el Gran Oriente.
El secreto era un poco a voces porque en la membresía masónica el párroco de Megeve era bien conocido. En 2010 – nueve años después de su pertenencia a la masonería – don Vesin es finalmente convocado por su obispo, Monseñor Yves Bouvineau, alertado por una carta anónima.
«Yo no soy masón, son calumnias», dice el sacerdote.
Pero incurre en un infortunio en el año 2011: la logia lanza un volante anunciando una conferencia masónica de Don Vesin, afirmando que se expresará «en su condición de masón.»
Reconvocado por el obispo, éste vez admite todo. Se le concede un período de meditación, para que pueda elegir entre la loggia y la Iglesia, mientras que el obispo informa del caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Tomando nota de que el párroco se niega a abandonar la masonería en marzo de 2013, la Congregación le notifica que cesa en sus funciones.
RAZONES DE LA INCOMPATIBILIDAD
El Obispo de Annecy explica lo que sucedió a los fieles mediante la publicación de una nota titulada «Cristiano y Mason: El caso de una incompatibilidad». Es un documento excelente, que reclama como la posición de la Iglesia sobre las logias masónicas la definido por la «Declaración sobre la masonería» del 26 de noviembre de 1983, por la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmada por el entonces cardenal Joseph Ratzinger Prefecto, pero aprobada y refrendada por el Beato Papa Juan Pablo II (1920-2005), por lo que es Magisterio papal.
La Declaración afirma que,
«se mantiene sin cambios el juicio negativo de la Iglesia respecto a las asociaciones masónicas, ya que sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia y, por tanto formar parte de ellas queda prohibido. Los fieles que se inscriben en asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden recibir la Santa Comunión».
El documento de la diócesis de Annecy dice correctamente que la prohibición para los católicos, y especialmente para los sacerdotes, pertenecientes a la Francmasonería se deriva del hecho de que,
«el relativismo es el fundamento de la Masonería. Este es el nodo de la incompatibilidad, debido a las consecuencias sobre el contenido de la fe y sobre el mismo acto de fe, acerca de moral y de la pertenencia a la Iglesia, Cuerpo de Cristo. Los masones niegan la posibilidad del conocimiento objetivo de la verdad. Se le pide al masón que sea un hombre libre, que no conozca ninguna sumisión a un dogma, lo que implica el rechazo fundamental de cualquier posición dogmática», por lo tanto de la Iglesia, que «se apoya en una base dogmática».
EL GRAN ORIENTE SE QUEJA
No sorprende que el Gran Oriente de Francia haya reaccionado hablando de un «retorno a la Inquisición».
Pero sí sorprendente la solidaridad expresada por periódicos católicos a Don Vesin, de aquellos que desean defender la libertad de pensamiento. Pero, como explica el papa Francisco en la encíclica «Lumen Fidei», la Iglesia no es un puerto marítimo, donde cada uno tiene su opinión. La misión que el Señor nos ha confiado, es la proclamación de la verdad. La fe no es un sentimiento vago: tiene un contenido preciso, que se expresa precisamente en los dogmas que la masonería quiere retirar.
La historia muestra la grave confusión que reina en muchos católicos acerca de la naturaleza de la Masonería.
Mientras tanto, Don Vesin parte el 14 de julio para celebrar la ‘Revolución Francesa’ y trata de congregar a otros manifestantes declarándose a favor del matrimonio gay. Una vez adoptado el relativismo masónico, el camino está abierto a negociar todos los principios y aceptar todos los «derechos» modernos.
La marcha sobre Roma comenzó; veremos que consecuencias tiene entre los medios y figuras católicas.
Fuentes: Massimo Introvigne para la Nouva Bussola Quotidiana, Signos de estos Tiempos