Un cruel castigo.
Frecuentemente los periódicos informan que mujeres, y a veces hombres también, son quemados por ácido por musulmanes. Muchas veces esto forma parte de la jihad contra los infieles y en otros casos es simplemente un arreglo de cuentas entre musulmanes.
Pero lo cierto que los islamistas que realizan estos salvajes ataques dicen estar legitimados por el Corán, recitando los pasajes que lo justifican, y por fatuas de imanes que lo incitan.
LA DESFIGURACIÓN DE LA CARA A LAS MUJERES INFIELES
Es bien conocida por la prensa occidental la práctica habitual en tierras del Islam de desfigurar la cara de algunas mujeres, pero en general esta prensa no investiga el por qué de este castigo, ni tampoco averigua si esto está encomendado en el Corán.
El acto de desfigurar la cara de algunas mujeres es “legítimo y correcto”, islámicamente hablando. Esta práctica criminal, no infrecuente en Dar el Islam -el mundo del Islam -, se aplica a las mujeres que deshonran la familia o el Islam. En Pakistán y en Afganistán a las mujeres que acceden a la escuela, lo que es motivo de deshonra según las familias más devotas del Islam.
Reconocidos y prestigiosos clérigos islámicos paquistaníes emitieron la fatua que permite al creyente de Alá arrojar ácido a la cara de cualquier mujer que utilice un teléfono móvil. No sólo se arroja ácido sobre las mujeres, sino también sobre hombres “infieles”, como al obispo de Kampala la noche de Navidad del año 2011.
Los islamistas se basan en el Corán para desfigurar las caras de las mujeres a las que califican de infieles y que esta criminal acción está bendecida por los líderes religiosos islamistas que se inspiran en los siguientes textos del Corán:
Corán 23:104: El fuego abrasará su rostro; tendrán allí los labios contraídos.
Corán 21:39: Si supieran los infieles, cuando no puedan apartar el fuego de sus rostros ni de sus espaldas, cuando no puedan ser auxiliados…
Corán 14:49-50: Ese día verás a los culpables encadenados juntos, sus indumentos hechos de alquitrán, cubiertos de fuego sus rostros.
Corán 33:66: El día que, en el Fuego, se desencajen sus rostros de dolor, dirán: «¡Ojalá hubiéramos obedecido a Alá! ¡Ojalá hubiéramos obedecido al Enviado!».
Corán 88:2-4: Ese día, unos rostros, humillados, preocupados, cansados, arderán en un fuego abrasador.
Corán 8:50: Si pudieras ver cuando los ángeles llamen a los que no han creído, golpeándoles en el rostro y en la espalda. Y: ¡Gustad el castigo del fuego de la gehena!
Corán 47:27: ¡Qué pasará cuando los ángeles les llamen, golpeándoles en el rostro y en la espalda!
Corán 67:27: Pero, en cuanto vean su inminencia, se afligirán los rostros de los infieles. Y se dirá: «Aquí tenéis lo que reclamabais».
Corán 4:47: Vosotros, los que habéis recibido la Escritura [judíos y cristianos], ¡creed en lo que hemos revelado, en confirmación de lo que ya poseíais, antes de que borremos los rasgos de los rostros, antes de que los pongamos del revés o les maldigamos como maldijimos a los del sábado! ¡La orden de Alá se cumple!
UN CASO RECIENTE EN ZANZIBAR
Katie Gee y su amiga Kirstie Trup, dos jóvenes judías británicas, ambas de 18 años de edad, que trabajaban como maestras voluntarias en una guardería cristiana en Zanzibar, una isla en el Océano Índico, perteneciente a Tanzania, desde hacía tres semanas y tenían previsto regresar a casa el sábado 10 de agosto de 2013 al Reino Unido, fueron atacadas el miércoles 7 de agosto por dos islamistas que les lanzaron ácido a sus rostros desde su motocicleta. Ellas vestían con faldas largas y tenían cubiertos los brazos. Ambas jóvenes han quedado con el rostro y cuerpo desfigurado, según relatan familiares y los médicos y cirujanos plásticos que las tratan.
Amigos de las adolescentes han revelado que estas fueron atacadas por una mujer hace apenas dos semanas por cantar durante el Ramadán.
Zanzibar, una isla paradisíaca de alrededor de 22 millas de la costa al este de África, y parte de la República de Tanzania, atrae a miles de turistas británicos al año. Fue anteriormente parte del imperio portugués, cayó bajo el control del sultanato de Omán hasta que fue declarado un protectorado británico en 1890, como parte de la iniciativa de Gran Bretaña para abolir la esclavitud. Obtuvo la independencia en 1963 y ahora es una región semi-autónoma de Tanzania, con su propio gobierno.
CRECE LA TENSIÓN RELIGIOSA
La mayoría de los isleños son musulmanes, los cristianos constituyen tan sólo el tres por ciento de la población, la tensión religiosa en Zanzíbar ha aumentado en los últimos meses.
Más allá de las fotos del folleto de aguas color turquesa y playas de arena blanca bordeadas de palmeras, la escalada de la tensión religiosa ha amenazado a agriar la imagen idílica de la isla. Mientras que los turistas se relajan en sus playas y resorts de lujo, la vida de los isleños se ve ensombrecida por la pobreza generalizada, el aumento del desempleo y una epidemia de heroína.
En ese contexto, los islamistas predican un mensaje de odio y resentimiento contra los turistas que apoyan a la industria más grande de Zanzíbar. Los predicadores musulmanes lanzan proclamas contra la venta de alcohol en los bares turísticos y las visitantes femeninos que visten ropa occidental.
En Tanzania está el grupo islámico Uamsho, que se traduce como ‘El despertar’ que quiere un Zanzibar independiente e implementar la Shari´a -la ley islámica- en la isla.
EN LOS ÚLTIMOS AÑOS HAN VISTO UN AUMENTO EN LA VIOLENCIA CONTRA LOS CRISTIANOS TANZANOS
Los islamistas han lanzado cócteles molotov contra bares por haber vendido alcohol, han quemado una iglesia, baleado un sacerdote y fue asesinado a tiros otro sacerdote.
Los cristianos, que constituyen el tres por ciento de los 1,2 millones de la isla de Zanzíbar población predominantemente musulmana, hablan de “vivir con miedo” en la isla del Océano Índico, que alguna vez fue famosa por la tolerancia religiosa.
En algunas mezquitas, los imanes alaban a los “luchadores por la libertad” de al-Shabaab, los islamoterroristas de Somalia. Los islamistas han agredido sexualmente a numerosas turistas, otras han sido heridas con las culatas de armas que llevaban los islamistas.
Estas dos adolescentes judías, por el mero hecho de ser judías son “infieles” desde la perspectiva islámica y se agrava la situación en que han estado trabajando como maestras voluntarias en un colegio cristiano, colegio de “infieles” para el Islam.
Fuentes: Por Israel, Signos de estos Tiempos