Una nueva tendencia histórica.

 

El aborto, que tuvo su gran impulso a partir de la revolución sexual de la década de 1960, no hizo una irrupción explosiva en occidente sino que fue implantándose gradualmente, del mismo modo que hoy estamos presenciando una tendencia a la declinación de las leyes que lo favorecen por otras que los restringen. 

 

aborto

 

A pesar que dos millones de abortos se practican legalmente cada uno año en Europa y que al día de hoy, sólo un tercio de los Estados de Europa todavía prohíben el aborto a petición, crecen las demandas de restricciones a nivel político y se comienzan a ver expresadas en leyes, especialmente sobre el aborto durante las primeras semanas de gestación.

De hecho, en los últimos años, un número creciente de Estados de Europa y norteamericanos están abriendo de nuevo el debate sobre aborto y revisando su legislación en un sentido restrictivo.

La ley española es un ejemplo, entre otras, hasta el punto de que ahora podemos hablar de una tendencia. Esto desplaza la consideración aborto más como un problema social que como un derecho o una libertad individual.

En general, estas nuevas leyes tienen por objeto reducir el plazo legal para el aborto con el fin de proteger mejor a los niños y evitar abortos que carecen de un motivo suficientemente grave.

EN EUROPA

Aparte del caso simbólico de España, donde el proyecto de ley tiene por objeto  eliminar el aborto a petición, el Parlamento británico considera regular la reducción del plazo legal para el aborto, con el apoyo del actual primer ministro, como en Noruega que, a principios de enero de 2014, aborto es totalmente prohibido después de las 22 semanas – el umbral de viabilidad fuera del útero, determinada por la Organización Mundial de la Salud.

En la actualidad, el Parlamento lituano está examinando un proyecto de ley de retirar el aborto libre, siguiendo el ejemplo de la legislatura polaca. Con el apoyo de varios partidos políticos, que ya ha sido aprobado en la comisión parlamentaria. El Parlamento de Latvia, el año anterior, volvió a abrir la cuestión, en particular, con el fin de imponer a los las mujeres una entrevista social sistemática con anterioridad a cualquier aborto. En Polonia, la cuestión para limitar más aún aborto estuvo sólo cinco votos de ser aprobada por el Parlamento. El mismo año, Hungría aprobó una nueva Constitución que protege la vida desde el momento en de la concepción y ha implementado una política en favor de la adopción. Esto ha logrado una reducción del en la tasa de aborto.

Macedonia también adoptó, el ??10 de junio de 2013, una nueva ley que refuerza firmemente la protección de la vida después de 10 semanas. Desde 2011, el gobierno ruso se ha embarcado en una política con el objetivo de que el aborto ya no se utilice como método de anticoncepción. En cuanto a Turquía, en mayo de 2012 el gobierno anunció planes para reducir el plazo legal para el aborto de diez a seis o cuatro semanas. Sin embargo, esto fue abandonado por la intensa la presión europea.

EN ESTADOS UNIDOS

Esta tendencia es aún más pronunciada en los Estados Unidos, donde sólo el 12% de la población todavía cree que el aborto es moralmente aceptable. Entre 2010 y 2013, los Estados americanos han adoptado 205 nuevas restricciones al aborto, más que en la década anterior. El cambio es tan espectacular como profundo.

EN LAS INSTITUCIONES EUROPEAS

Esta tendencia también es perceptible en las instituciones europeas, que se han, hasta ahora, negado a crear un derecho europeo al aborto. El Comité de Ministros del Consejo de Europa rechazó establecer ese derecho en julio de 2013, mientras que la Comisión Europea afirma con regularidad que esta cuestión no es de su competencia. El día 10 de diciembre de 2013, el Parlamento Europeo rechazó una resolución que deseaba hacer del aborto un derecho fundamental. Por otro lado, se han condenado los abortos selectivos por sexo y las políticas de aborto tales como existen en China. La Asamblea  y el Comisionado para los Derechos Humanos  del Consejo de Europa han hecho lo mismo.

En cuanto a la Corte Europea de Derechos Humanos, siempre se ha negado a crear un derecho al aborto que sería jurídicamente vinculante para los Estados miembros, a pesar de que ha habido muchas solicitudes en ese sentido. La Corte reconoce que existe el niño por nacer, sin ser necesariamente una persona jurídica, y que pertenece a «la especie humana» y merece la protección como tal. El Tribunal añade que si los Estados deciden legalizar el aborto, entonces deben tener en cuenta los derechos de los diferentes actores: la mujer, el niño y la sociedad. Del mismo modo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo ha reconocido que el embrión humano merece la protección de la ley debido al respeto por la dignidad humana, ya que es una etapa en el proceso de desarrollo del ser humano.

Tanto política y legalmente, la legislación europea no garantiza el derecho a un aborto, ni el derecho internacional, que sólo garantiza el derecho a la vida para todos los seres humanos y alienta a los Estados «a reducir el recurso al aborto «, que «en la medida de lo posible, debe evitarse».

LA REVERSIÓN DE UNA TENDENCIA CULTURAL DE DÉCADAS

La iniciativa ciudadana europea «One of Us» es una señal de que esta tendencia cuenta con el apoyo de la sociedad civil. Se ha obtenido el apoyo de dos millones de personas, un número que no ha sido igualado hasta hoy. Pide a la Unión Europea, a través de un mecanismo de democracia participativa, a no financiar aborto y la investigación embrionaria destructiva. La Comisión y el Parlamento Europeo tomarán una decisión con respecto a esta solicitud dentro de los próximos meses.

Esta la evolución cultural provoca un conflicto violento porque va en contra la cultura dominante heredada de la década de 1960. En este contexto puede entenderse la voluntad de la gobierno francés para normalizar aborto y para hacer que sea un derecho fundamental de las mujeres. Pero este «derecho», con el fin de existir y durar, implica que el embrión y el feto humano se ignoren de forma permanente. Sin embargo, el progreso de la ciencia y de la conciencia, poco a poco, ha llevado a una mejor comprensión y, sin duda, también ha dado lugar al reconocimiento de su humanidad.

Así, el «derecho al aborto» está en declive por dos razones poderosas. Por razón de la experiencia: la legislación liberal se revela como insatisfactoria, y una la razón teórica: el progreso científico esta empujando la frontera de la humanidad a antes del nacimiento.

La declinación del «derecho al aborto» es más desafiante para la sociedad que su avance porque exige que seamos más humanos, responsables y solidario con el fin de reconocer y acoger la vida de todos.

Fuentes: Turtle Bay and Beyond, Signos de estos Tiempos

 

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